Europa

Polonia: la persecución anti-LGTB de la extrema derecha

En 2015 el ultraconservador partido Ley y Justicia (por sus siglas en polaco, PiS) ganó las elecciones legislativas en Polonia obteniendo mayoría absoluta en el Sejm (parlamento) con 235 escaños de 460 y el 37,58% de los sufragios. Desde entonces, aparte de un descenso de la calidad democrática y de lo que se considera un desmantelamiento de la democracia con polémicas reformas, como la del poder judicial, un nuevo tema se ha convertido en centro del debate político: los derechos de las personas LGTB. Y no precisamente por su ampliación, en un país donde no existe matrimonio igualitario ni delitos de odio por homofobia ni derecho a la adopción.

El PiS es un partido ultraconservador, perteneciente a la derecha cristiana, nacionalista y populista. Está calificado formalmente como extrema derecha por analistas políticos y es una fuerza que, junto a Hungría, ha causado quebraderos a la Unión Europea en lo referente a las políticas sociales, haciendo fuerza en el llamado Grupo de Visegrado contra políticas progresistas.

Cuando gobernó brevemente de 2005 a 2007, ya hubieron controvertidas indicaciones de sus políticas anti LGTB, como las declaraciones del primer ministro Kazimierz Marcinkiewicz que dijo que defendería a los heterosexuales de los “homosexuales que intentan infectar a los demás su homosexualidad” y que incluso planteó prohibir que trabajasen en guarderías, colegios y hospitales.

En esta línea, miembros del ejecutivo declararon que sería “una noche oscura” para las minorías sexuales e incluso el Defensor del Pueblo equiparó la homosexualidad a la pedofilia. 10 años después, el PiS vuelve a las andadas, esta vez con más fuerza.

Aunque el principal objetivo del PiS una vez llegó al gobierno fueron las personas migrantes, muy en la línea de la ultraderecha en los últimos tiempos, pronto el objetivo cambió y las personas LGTB se pusieron en el centro de la diana. Y, desde entonces, Jaroslaw Kaczynski, el líder de Ley y Justicia, ha continuado incidiendo en esta empresa.

Desde entonces, las declaraciones y acciones contra las personas LGTB en Polonia han ido en un constante crescendo que ha recordado a muchas personas los gérmenes de la persecución de las minorías en los años 30.

Enemigos de Polonia

“Jaroslaw kacynski en el parlamento”. Autor: Adrian Grycuk. 31 de Marzo de 2016, 12:53:04 Fuente: Wikipedia.
Jaroslaw Kacynski, líder del PiS, en el parlamento. Autor: Adrian Grycuk,
31/03/2016. Fuente: Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0.)

Proteger la infancia ha sido la excusa del PiS para proseguir en la persecución de las personas LGTB. La identificación de «homosexual» con «pedófilo» es común en el país, creencia y relación alentada por portavoces y medios ultraconservadores. Así, desde estos mismos medios se ha vendido la vieja táctica de que lo que busca este colectivo es la sexualización de los niños, la pederastia y la destrucción de la familia.

Este pretexto recuerda mucho a la ley rusa “contra la propaganda homosexual”. Bajo la excusa de proteger a menores de edad nada que pueden ver puede mostrar “orientaciones sexuales no tradicionales”. Esto ha prohibido de facto cualquier tipo de visibilidad a las personas LGTB en el país (que dos hombres gays caminen de la mano en un lugar público por ejemplo es algo denunciable, por ejemplo), llevando a la comunidad LGTB a una muerte social que acrecienta la homofobia.

Volviendo al caso polaco, este proceso que empezó con declaraciones en 2015 ha seguido aumentando y se ha convertido en una auténtica cruzada.

No queremos que nos impongan los decadentes valores occidentales. Tenemos que luchar furiosamente para defender a la familia polaca, porque son una amenaza para la civilización, no solo para Polonia o Europa, sino para toda la civilización basada en el cristianismo. – Jaroslaw Kaczynski, líder del PiS.

El PiS ha introducido una retórica donde, de criminalizar a la población LGTB identificándola con la pedofilia, estas personas han pasado ya a ser «enemigas de la nación polaca«, tachándolas de agentes externos que no pertenecen a la cultura nacional y de traidores a la patria.

En este sentido, el objetivo es evitar la entrada de valores progresistas en Polonia y “recristianizar Europa” según las declaraciones de Mateusz Morawiecki, actual primer ministro.

La radicalización homófoba

“Logo de Ley y Justicia, repartido en Polonia”. Autor: PIS, 10 de marzo de 2019. Fuente: twitter
Logo del partido Ley y Justicia, repartido en Polonia. Autor: PiS, 10/03/2019. Fuente: Cuenta de Twitter @notesfrompoland

Toda esta homofobia de Estado se ha trasladado a las calles y a la sociedad, donde no solo no tiene castigo, sino que además es jaleada.

Rafael Ziemkiewicz, un relevante escritor polaco incitó a la gente a “disparar a los LGTB (…) que no son gente de buena voluntad ni defienden los derechos de nadie y cuyo movimiento es una mutación de los bolcheviques y los nazis”.

Incluso el premio nobel Lech Walesa, perteneciente al ala más progresista de la sociedad, advirtió a los gais de que “no pueden ir por ahí seduciendo a mis nietos”. “No son normales, la mayoría de nosotros somos diferentes y ellos tienen que plegarse a la mayoría”. Hasta ese punto la homofobia y el concepto de «ciudadanos de segunda» se ha generalizado en la sociedad polaca.

Pero, como suele suceder, de la violencia verbal se pasa rápido a la física. O así al menos lo indican los datos: 3 de 4 personas LGTB en Polonia han sufrido agresiones físicas, pero el 90% no se denuncian, ya que no hay un crimen específico para ellas.

Según la activista LGTBI Yga Kostrzewa “Te atacan por la calle por llevar un pantalón rojo o, simplemente, por parecer gay”.

Por supuesto, las contramanifestaciones violentas son las norma a cualquier intento de celebrar el orgullo. Por poner un ejemplo, en la ciudad de Kielce donde su alcalde prohibió el desfile (hecho común que luego los tribunales suelen denegar), se realizaron 13 concentraciones en protesta por la celebración del día del arcoíris que sí tuvieron permiso municipal.

En la ciudad de Byalstok, centenares de activistas intentaron celebrar la primera marcha por la igualdad. Pese a la protección de la policía, hubo una contramanifestación con miles de hooligans que agredieron a las personas que intentaron manifestarse, saldándose el evento con mucha gente herida.

El progresista alcalde Pawel Adamowicz que defendió al colectivo LGTB desde su puesto, fue sometido a múltiples insultos, vejaciones, montajes fotográficos y un monigote ahorcado hasta su asesinato por un radical en acto público. El líder del PiS se negó a acudir al minuto de silencio que se produjo en el parlamento en señal de rechazo.

La influencia de la poderosa Iglesia Católica de Polonia

“Grada del estadio del Lechia Gdańsk con la pancarta - “Varsovia libre de marico***”,” Autor: Hooligans del Legia de Varsovia. Fuente: twitter.
Grada del estadio del Lechia Gdańsk con la pancarta “Varsovia libre de marico***”. Autor: Hooligans del Legia de Varsovia,
11/03/2019. Fuente: Cuenta de Twitter de Hooligans TV EU @hooliganstv_eu.

En los últimos años, la Iglesia Católica ha ido perdiendo influencia en el mundo occidental, muy especialmente en Europa. Aunque Polonia no es una excepción, tiene aún una fuerte influencia en el país. La práctica totalidad de los 38 millones de habitantes de Polonia se definen como católicos.

Como es costumbre, la Iglesia de Polonia ha mantenido un discurso beligerante contra las personas LGTB, en línea con el PiS y los medios de comunicación, manteniendo la sexualización de los niños y la destrucción de la familia como elementos a acrecentar en el imaginario popular. De hecho, la relación entre esta institución y Ley y Justicia es muy buena, ya que el partido de Jaroslaw Kaczynski aboga por mantener la vinculación Iglesia-Estado. Por su parte, los sacerdotes no dudan en aconsejar a qué partidos deben votar sus feligreses.

La Iglesia de Polonia ha desoído los consejos del Vaticano de reducir la confrontación con grupos LGTB. Más bien, todo lo contrario: el mismo arzobispo de Cracovia (una de las ciudades más importantes del país) calificó a la comunidad gay de “plaga del arcoíris” cerca de las elecciones.

Este fervor religioso es palpable y ha sembrado de controversias el panorama polaco, como la polémica de Ikea. En 2019, el empleado Tomasz K. de la conocida empresa de muebles envió la siguiente cita a sus compañeros por el Día Mundial Contra la LGTBfobia que Ikea invitó a celebrar entre sus empleados.

Si algún hombre se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.

Varios compañeros le denunciaron al sentirse señalados y la compañía finalmente despidió al hombre. La respuesta de los sectores más conservadores fue furibunda, llamando al boicot a la multinacional pese al claro acto de discriminación y tachándola de colaborar con el “lobby gay internacional”.

También se ha creado Katoflix, una plataforma de streaming con contenido católico y familiar, en contraposición a Netflix y HBO.

De hecho la Iglesia ha llegado usar el lema “Mantened las manos fuera de nuestros niños”, lema que se ha vuelto en contra cuando han salido multitud de casos de abusos que ahora amenazan a la poderosa institución.

Zonas libres de gays y polarización del voto

Mapa de las zonas libres LGTB de Polonia
Mapa de las zonas libres LGTB de Polonia. Autor: Bart Staszewski, 2019. Fuente: Lgtbfreezones.pl.

Las conversión de las personas LGTB de un mero problema a enemigos del Estado ha venido marcada por el descenso en las encuestas del PiS y la necesidad de encontrar un nuevo enemigo al que señalar. Por esta razón, la extrema derecha ha redoblado esfuerzos en luchar contra cualquier cosa que incluya a estas personas.

En 2019, el alcalde de Varsovia (capital de Polonia), una voz progresista que rechaza las medidas homófobas del PiS, firmó una declaración en apoyo de los derechos LGTB y a favor de la educación sexual y la integración. Jaroslaw Kaczynski respondió inmediatamente que los derechos LGTB son “una importación occidental” que amenaza a toda Polonia. Poco después, la región de Swidnil aprobó en marzo una resolución creando las “Zonas libres de LGTB”. Según esta norma, determinadas áreas están bajo su control y libres de este tipo de personas.

Hasta la fecha, se han declarado más de 30 zonas libres de LGTB, casi todas ellas en regiones de fuerte signo conservador.

Poco después, en julio de ese mismo año, el semanario a favor del gobierno Gazeta Polska con una tirada de más de 110.000 revistas, repartió una pegatina para marcar dichas zonas, animando a ponerlas en instituciones y calles.

El nivel de discriminación es tal, que dichas pegatinas han sido señaladas como muy peligrosas e incluso han sido demandas por comunidades judías y la embajadora de Estados Unidos, pues antes del ascenso del nazismo en la Alemania de los años 30, también se repartieron pegatinas antisemitas para colocar en lugares y marcarlos como «libres de judíos». Y es que, allá donde aparece la extrema derecha, se extienden los discursos de odio.

Este último año, ante la cercanía de las elecciones presidenciales, los derechos LGTB han vuelto a ser un tema capital, donde el presidente ultraconservador candidato a la reelección Andrzej Duda dijo públicamente que “la ideología LGBT” es peor que el comunismo.

Estas declaraciones en un país que ya de por sí odia radicalmente el comunismo es mucho decir. El mandatario siguió subiendo el tono contra las personas LGTB toda la campaña: “Ése era el bolchevismo. Fue la ideologización de los niños», dijo. “Hoy, existen también intentos de forzar una ideología en nosotros y nuestros niños, pero diferente. Es totalmente nueva, pero es también neobolchevismo”.

El mandatario fue reelecto con un 51% de los votos, en un empatado resultado contra su rival

La influencia de la extrema derecha

“Presidente Andrzej Duda lanzando un mensaje a la asamblea nacional” Autor: Michał Józefaciuk. Fecha: 6 Agosto de 2015. Fuente: Wikipedia
Presidente Andrzej Duda (PiS) lanzando un mensaje al Semj.
Autor: Michał Józefaciuk, 06/08/2015. Fuente: Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0.)

Con este caso (y muchos otros) se puede ver el potencial transformador de la extrema derecha en el gobierno y cómo puede influir en la sociedad.

Hace 5 años, la comunidad LGTB no representaba un problema en la sociedad polaca. O, al menos, no hay datos de que esto fuera así. Era un tema que no ocupaba los discursos políticos y prácticamente no estaba sobre la mesa, ni en un sentido ni en otro. Hoy, desde todos los medios conservadores, han sido elevados a enemigos del Estado. La vieja táctica de buscar un enemigo contra el volcar las frustraciones sociales está dando resultados, como siempre. Y, si no se para, la escalada de odio solo ira a más, aumentando considerablemente la discriminación y la violencia mientras se siguen recortando libertades.

En homofobia, Ley y Justicia destaca por encima de la mayoría de la extrema derecha europea. Desde el eurogrupo de Conservadores y Reformistas Europeos, donde el PiS es el grupo mayoritario, se mantiene una guerra contra los valores de inclusión e igualdad. Grupo en el que se encuentra la nueva (o no tan nueva) hornada de partidos derechistas radicales y ultraconservadores que han venido teniendo representación, como Solución Griega (Grecia), Alianza Nacional (Letonia), Hermanos de Italia (Italia), Demócratas de Suecia (Suecia) o Vox (España).

Es notorio que Vox se haya incluido en este grupo, pero a la vez totalmente normal, ya que la homofobia es otro de los signos más marcados de la formación ultraderechista española. De hecho, la formación española ha hecho tímidos intentos por copiar este modo de ataque y de convertir a las personas LGTB en ciudadanos de segunda, que ha tenido poco eco en un país donde están razonablemente bien integradas.

Pero eso no asegura nada. Las personas LGTB de Polonia estaban en una mejor posición en 2010 que 10 años después, en un caso similar al de Rusia. Los derechos y avances pueden perderse si se deja que las ideas de odio e intolerancia vaya ganando espacio en la sociedad.

Fuentes, enlaces y bibliografía:

Foto destacada: Pegatina «zona libre de LGTB» repartida por Gazeta Polska. Autor: Gazeta Polska. Fuente: Cuenta de Twitter de Gazeta Polska @GPtygodnik.

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *