Cultura

‘Hater’: la nueva película de Netflix sobre cómo la ultraderecha te manipula

Situándose en su estreno entre las diez películas más vistas de Netflix, “Hater” es toda una aventura por el funcionamiento de las redes sociales, el uso del odio y de la manipulación mediática para fines económicos, políticos y hasta personales. El director polaco Jan Komasa brinda un film sencillo pero claro en su mensaje y en su crítica hacia la situación política global a partir de los sucesos de su propio país.

Y es que “Hater” no podía ser más actual. Los primeros minutos nos sitúan ya en una Polonia actual azotada por manifestaciones supremacistas. Con el lema “Europa será blanca o no será”, una de las protagonistas, Gabriela Krasucka, observa con cierto miedo pero con sorprendente naturalidad cómo, en palabras de su propio padre, “los fascistas se han adueñado de la ciudad”.

El hilo conductor, en cambio, lo inicia Tomasz Giemza (al que llaman Tomek), un chico joven, inteligente, frío y calculador que utiliza la tecnología a su alcance para acceder a datos e información que le sirven para manipular a la gente de su alrededor.

Tras una serie de problemas personales, Tomek entra a trabajar para Best Buzz, una agencia de marketing cuya jefa, una señora sin escrúpulos que supera la cincuentena, empuja al personal a su cargo a emplear todo tipo de sucias tácticas para beneficiar los intereses de sus clientes. Sin quererlo, brindará el poder a Tomasz para hacer y deshacer a su antojo en medio de una campaña política por la alcaldía de Varsovia, capital y ciudad más poblada de Polonia.

El guionista, Mateusz Pacewicz, ha sido muy ocurrente al configurar la identidad del personaje. En ningún momento conocemos su ideología ni prácticamente su verdadera intención, como si sus actos no fueran con él. Pero sí que vemos sus desastrosas consecuencias.

A partir de aquí, el análisis incluye detalles de la trama y el argumento. Si quieres verla, la recomendación es no seguir leyendo.

El contexto político

Rafael Trzaskowski, el Pavel Rudnicki del mundo real. Autor: Plataforma Obywatelska, 22/05/2020.Fuente: Flickr / Dominio Público
Rafael Trzaskowski, el Pavel Rudnicki del mundo real. Autor: Plataforma Obywatelska, 22/05/2020. Fuente: Flickr / Dominio Público


Aunque no se nos dice el año, la trama se desarrolla en una Polonia actual, en Varsovia, a tres meses de las elecciones municipales. Un joven candidato del partido Unión por el Futuro llamado Pavel Rudnicki, moderado, europeísta, a favor de los derechos LGTBI y de acoger a las personas refugiadas que huyen de la guerra en Oriente Medio hacia Europa, se enfrenta a Maciej Szozda del partido Dignidad y Solidaridad, cuyo discurso se basa en el ataque al multiculturalismo, a la inmigración y a la defensa de la familia tradicional.

Aunque los nombres han sido cambiados, un rápido vistazo es suficiente para ver que Unión por el Futuro es una clara alusión al partido moderado Plataforma Cívica, donde Rudnicki sería Rafael Trzaskowski, actual alcalde de Varsovia; mientras que Dignidad y Solidaridad hace referencia al ultraderechista Ley y Justicia. Szozda parece, en cambio, tanto una alusión al primer ministro polaco Mateusz Morawiecki como a Patryck Jaki, quien se enfrentó a Rafael por la alcaldía de Varsovia en 2018.

La película muestra todas las problemáticas sociales del momento y que, con sus diferencias, son extensibles a otros países del mundo. Existe una clara dicotomía entre un discurso basado en la igualdad y en los derechos de todas las personas, en la creencia de una Europa unida y solidaria y no discriminar a la gente por su orientación sexual o su procedencia; y otro basado en el ultranacionalismo, el catolicismo, el autoritarismo, el cierre de las fronteras, el rechazo a la homosexualidad, la xenofobia y la islamofobia.

Dos ideas diferentes de entender un país complejo y con un pasado difícil, dos formas de entender Europa, dos formas de construir un futuro y que enfrentan al mundo.

En medio de este escenario, se sitúan los personajes y el argumento.

El comienzo de “Hater”


«Hater» tiene como protagonista principal a Tomasz (Tomek), un joven estudiante de segundo de Derecho que es expulsado de la universidad por plagiar un trabajo. Esto le supone un problema porque él, sin trabajo y sin familia, estudiaba gracias al dinero otorgado caritativamente por una familia de clase alta formada por un hombre y una mujer de mediana edad y su hija, Gabriela (Gabi) Krasucka, de quien está secretamente enamorado.

Ya en el comienzo de “Hater”, se presenta a Tomek como alguien que sabe manipular su entorno para salirse con la suya. Antes de irse de la universidad, le pide a su profesora (al parecer reputada en su campo) que le firme uno de sus libros. Más tarde, en la cena con la familia de Gabi, utiliza este ejemplar rubricado para hacer ver que la relación con la profesora y con la universidad sigue existiendo.

Además, antes de marcharse de la cena, se deja el teléfono a propósito para poder grabar la conversación y saber qué opinan de él. Este punto es interesante porque revela dos cuestiones: la primera, la personalidad controladora de Tomek y, la segunda, que la familia a pesar de ser de izquierdas, es tremendamente clasista. En su ausencia, hacen referencia a su origen humilde, a que viva en una residencia o a su nula habilidad para pelar una gamba.

A partir de esta humillación, Tomek entiende que si quiere conquistar a Gabi tiene que ser independiente económicamente, tener un buen trabajo y, en definitiva, alcanzar ciertos estándares.

Aunque Tomek es estudiante de Derecho, tiene amplios conocimientos en marketing digital y en el uso de redes sociales, por lo que prueba suerte en algunas empresas usando este perfil. Así, tropieza con la agencia de marketing Best Buzz, que le informa de que el proceso de selección para uno de los puestos ya ha sido cerrado.

Es entonces cuando recurre a una investigación a través de las redes sociales para averiguar dónde encontrar a la jefa de la empresa y poder abordarla. Gracias a los contactos en las altas esferas de Gabi en Facebook (a quien le insistió para agregarla a dicha red social) descubre que estará en una fiesta. La jugada le sale bien y no solo se encuentra con Gabi, teniendo un encuentro íntimo con ella, sino que consigue que la jefa de la agencia le dé una oportunidad.

En este trepidante inicio, se ha dibujado buena parte del contexto y el carácter de las personas que protagonizarán el argumento.

La agencia Best Buzz

El primer trabajo que le encarga a Tomek en “Hater” es acerca de una campaña para desprestigiar un producto dietético que ha ganado fama gracias a una influencer que lo utiliza en sus vídeos.

Se le ocurre utilizar un bulo acerca del producto para construir dicha campaña. Dicho bulo se basaba en que el exceso de ciertos aditivos podía provocar que salieran manchas amarillas en las manos, así que propone distribuir material basado en eso, incluyendo una gran cantidad de fotos trucadas con manchas amarillas mediante bots y cuentas falsas. La jefa aplaude la iniciativa.

En poco tiempo, la campaña se traduce en un acoso y odio visceral hacia la influencer que, entre lágrimas, anuncia que abandonará las redes sociales. La propia jefe no solo aplaude y siente alegría, llegando a decir que “me bebería esas lágrimas”, sino que se sorprende de cómo ha conseguido manipular a buena parte de la población para creerse el bulo. “El poder de la sugestión es increíble”, afirma.

Ante la falta de escrúpulos de Tomek, le propone trabajar para quien, hasta prácticamente el final de la película, el espectador conoce como “El Cliente”. Se trata de alguien que contrata a la agencia para evitar que el joven y carismático Pavel Rudnicki, del socioliberal partido Unión para el Futuro, gane las elecciones municipales de Varsovia.

Tomek se da cuenta de que Pavel está apoyado por la rica familia de Gabi, así que acepta.

La campaña hacia la alcaldía de Varsovia

La agencia de marketing pone a disposición de Tomek toda una red de cuentas y páginas falsas para difundir mensajes de odio hacia Rudnicki, distribuido principalmente a través de una página en Facebook llamada “STOP Islamización”.

Estos mensajes incluyen vídeos manipulados, memes y montajes. Por ejemplo, usa un vídeo en el que aparecen disturbios en algún país de Oriente Medio y coloca el mensaje “Rudnicki los quiere aquí”. El discurso político que se maneja de fondo es que “la inmigración va a destruir los cimientos de Polonia y de Europa”. Muy en línea con parte del discurso ultraderechista actual.

No obstante, la jefa pronto le advierte de que no es suficiente, de que tienen que encontrar puntos débiles, como por ejemplo su supuesta homosexualidad. Llegado el punto, le ofrece a Tomek la posibilidad de colocar micrófonos ocultos en algún lugar para extraer información valiosa, citándole el libro El Arte de la Guerra, de Sun Tzu. “No hay libro más útil que ese en este negocio”, le dice.

Él acepta, pero los coloca en la casa de Gabi con la intención de seguir monitorizando la opinión de su familia acerca de él. En este punto del argumento, no está muy claro cuáles son las intenciones de Tomek: si aprovechar la confianza con los padres de Gabi para acercarse a Rudnicki, o acercarse a Rudnicki para ganarse a Gabi.

La cuestión es que, en una fiesta de etiqueta a la que es invitado, confiesa a Gabi que le expulsaron de la universidad. Tomek escucha, a través de los micrófonos ocultos, cómo ella traiciona su confianza, sus padres sueltan todo tipo de exabruptos sobre él y son, de nuevo, profundamente clasistas. Tras esto, prohíben a Gabi que se vea con él a pesar de sus intentos de ofrecer su perdón y de devolver el dinero.

Más tarde, una fundación de arte que dirige la madre de Gabi prepara una exposición benéfica sobre la crisis de los refugiados y Tomek se entera de que busca voluntarios para servir las copas, organizar el evento, etc. por lo que él se ofrece. Allí aprovecha para conocer en persona a Pavel.

Stephan, el youtuber de extrema derecha

Guiado por los consejos de su jefa, decide quedar con su antiguo compañero de piso de la residencia, a quien se había visto al principio de la película animar a Tomek a acudir a la manifestación neofascista.

“Hater” nos presenta entonces a un grupo de jóvenes de clase baja con ideas supremacistas que se reúnen en una galería de tiro para disparar con todo tipo de armas de fuego. La idea es entrenarse para “defender la patria” llegado el momento. Allí, Tomek practica un poco y se da cuenta de que una de las armas se atasca con facilidad.

Aparece en escena Stephan, un youtuber que acude al campo de tiro. Un tipo no muy agraciado, con una evidente falta de habilidades sociales que en 2017 fue encontrado en casa con explosivos pero que finalmente fue absuelto, en una clara alusión a las detenciones producidas en 2019 en Polonia de dos personas que planeaban un atentado contra personas musulmanas.

Stephan se dedica a difundir mensajes de odio (principalmente islamófobos y homófobos) y a realizar transmisiones en directo jugando en línea. Tomek aprovecha esto último para meterse en el mismo juego al que él jugea, crearse un personaje virtual de apariencia femenina, acercarse a él bajo el paraguas del anonimato y así manipularlo. En palabras de El Arte de la Guerra que él mismo recuerda: “disfraza el árbol muerto de bonitas flores”.

Allí, suelta un discurso ya tristemente conocido: “los poderes ocultos y las élites conspiran para que los desviados y los musulmanes destruyan los cimientos de Europa y de la nación”. Así se gana su confianza y comienza a utilizarlo en su favor.

El gabinete de Pavel Rudnicki

En la exposición en la que Tomek conoce a Rudnicki, se celebra una mesa abierta de debate… a la que acude Stephan siguiendo sus indicaciones. El youtuber saca a relucir la militancia comunista del padre de Pavel y realiza todo tipo de preguntas incómodas y acusaciones groseras. Ante esto, Tomek empieza a gritar que le quiten el micrófono y que se lo lleven, lo que sucede. Sin embargo, esto le sirve al influencer para denunciar la censura sufrida en un debate abierto solo por decir lo que piensa y recibe un fuerte apoyo al difundir solo la parte del vídeo en el que le echan del lugar.

Tomek es animado entonces a participar en la campaña de Rudnicki, a la que finalmente se une, trabajando en su gabinete. Para demostrar (o simular) que es de fiar, utiliza un discurso muy similar al que usa con el youtuber Stephan: “los poderes ocultos y las élites conspiran para que el autoritarismo y el nacionalismo destruyan los cimientos de Europa y de la nación”.

Tras un tiempo trabajando allí, poco a poco vuelve a recuperar la confianza de la familia de Gabi y termina consiguiendo un contacto estrecho con Pavel, al que invita a cenar, emborracha y droga con éxtasis para convencerlo de ir a un pub de ambiente, sabiendo las rumores sobre su homosexualidad.

En el local, aprovechando los efectos de la sustancia psicotrópica, lo seduce, lo besa y lo deja desinhibido bailando con otros hombres. Momento en el que aparece Stephan para grabarle y exponerle a la luz pública, lo que deriva en una oleada de acoso homófoba.

Mientras Tomek se mantiene como un firme apoyo a Rudnicki por estas revelaciones, consiguiendo una mayor confianza con él y con la familia de Gabi, también se gana el aprecio y el aplauso de Best Buzz y de “El Cliente”.

El acto final

Aunque “Hater” no deja verlo directamente, se intuye que Tomek tiene un plan. No se sabe cual es, pero quiere llegar a algún sitio con todo esto.

Para ello, necesita saber quién está encargándose de la campaña de marketing digital de Rudnicki, una información que no consigue averiguar a pesar de trabajar para él.

Tomek se sorprende cuando, en otro departamento de Best Buzz, un empleado al que había sustituido en la dirección de la campaña de desprestigio hacia el joven político, es quien se encarga de llevarle la propaganda política a través de las redes sociales. Es decir, que Best Buzz se encarga de hacer una campaña a favor y en contra del mismo candidato al mismo tiempo. “Eso no lo podemos hacer”, le dice Tomek. “Nosotros podemos hacer de todo”, responde el chico.

Con esta información, se cuela de noche en las oficinas y organiza una manifestación a favor y en contra de Pavel Rudnicki a la vez aprovechando la ingente cantidad de cuentas falsas de uno y otro lado que maneja la empresa y con el caldo de cultivo producido por las revelaciones acerca de su homosexualidad.

Como era de esperar, estalla un conflicto en las calles y la familia de Gabi y Tomek huyen en un coche en medio de lágrimas por la situación de intolerancia que vive el país. “Los encerraría en jaulas. ¡Animales!”, espeta la madre de Gabi. No obstante, el joven protagonista anima a hacer un gran mitin para conseguir reunir más seguidores a la campaña y así poder medir sus fuerzas con la creciente ultraderecha.

Al volver a la agencia, es reprendido por la jefa y por el otro empleado, quien le espeta que no puede colarse en ordenadores ajenos. “Nosotros podemos hacer de todo”, le responde ante el ataque de furia de su compañero.

Mientras tanto, trata de convencer a Stephan a través del juego en línea para realizar una acción desconocida para el espectador a la que él se niega pese a la tremenda insistencia de Tomek. Él le hace creer todo el tiempo que es un guerrero que lucha por una causa que trasciende fronteras, pero ni eso le convence. Finalmente, le pide a cambio una buena suma de dinero para su abuela, quien padece una grave enfermedad.

Para conseguir el dinero, Rudniki acude a ver a “El Cliente”, quien por fin se desvela, no siendo otro que Patryk Jaki, el candidato de Dignidad y Solidaridad y rival ultraderechista de Pavel a la alcaldía de Varsovia. En su casa, le pide la suma correspondiente, pero no solo fracasa, sino que se lleva una buena paliza del personal de seguridad.

Tras este fracaso, la jefa vuelve a enfadarse con él por tomarse libertades que no le corresponden pero, tras seducirla y acostarse juntos, consigue que ella le transfiera ese dinero a su cuenta bancaria, siendo en realidad la cuenta de Stephan.

Poco después, Tomek se cuela en la galería de tiro donde iban los jóvenes fascistas a practicar y roba un arma automática y varias balas que le hace llegar al youtuber.

En una impactante y cruda escena final, en medio de la convención del partido de Pavel Rudnicki, irrumpe Stephan arma en mano y provoca una explícita masacre, asesinando al joven candidato, a buena parte de su gabinete y equipo de campaña y a la hermana de Gabi, en una clara referencia a la masacre de Anders Breiwick en Olso en el año 2011.

Sin embargo, de pronto, la ametralladora se atasca, pues Tomek le había dado precisamente el arma que había visto semanas antes que no funcionaba bien en sus prácticas de tiro. Así, aparece de pronto y golpea a Stephan, mientras de fondo suena el Himno de la Alegría, himno oficial de Europa.

Aunque resulta herido, a ojos del mundo entero queda como el salvador de la situación, lo que le permite ganarse el amor de Gabi y de su familia. De fondo, puede verse a “El Cliente” lamentando la “terrible situación” y animando a la unidad política y a dejar a un lado los discursos de odio.

No obstante, su jefa, quien sabía que había estado utilizando los micrófonos para sus propios fines, sospecha de Tomek, pero éste le chantajea no solo con su información personal, sino con sacar a la luz las prácticas ilícitas de la empresa y la transferencia realizada a la cuenta de Stephan. Debido a esto, ella no tiene más remedio que acceder a sus peticiones.

“Hater” finaliza con los padres de Gabi, Tomek y ella cogidos de las manos alrededor de una mesa.

Análisis político de “Hater”

Mateuz Morawiecki, primer ministro de Polonia. Autor: P. Tracz/ KPRM, 19/11/2015. Fuente: Flickr / Dominio público
Mateuz Morawiecki, primer ministro de Polonia. Autor: P. Tracz/ KPRM, 19/11/2015. Fuente: Flickr / Dominio público

“Hater” describe de forma más que aceptable la realidad social y política no solo de Polonia, sino de buena parte del mundo, especialmente en Europa y en Estados Unidos. Muy pocos aspectos del film son escogidos al azar.

La película se centra, como se ha señalado antes, en el auge de la extrema derecha debido a la manipulación de la información y del uso y abuso de «fake news» y bulos por parte de estos movimientos, que alientan un discurso de odio para todo tipo de fines.

Y este punto es interesante ya que, a pesar de que el principal instigador de la manipulación, “El Cliente”, es un partido de ultraderecha (además de Stephan, el youtuber), de alguna manera todos los actores son partícipes e incluso cómplices del desastre que se avecina, directa o indirectamente.

Tomasz Giemza, el principal protagonista, es uno más entre la masa. Actúa por mera supervivencia, ajeno totalmente a los conflictos de su generación, soñando con la chica que ama y con un buen trabajo. Su competencia atroz para quien se interpone en su camino, su distanciamiento emocional y su capacidad de manipulación son producto de la sociedad en la que vive. Sin este contexto, él sería diferente. Pero, por otro lado, si se preocupara por las consecuencias de sus acciones, tampoco. El individualismo del que hace gala es producido en parte por la sociedad y termina destruyendo a la sociedad misma. De hecho, nunca se llega a conocer cuál es su ideología. Es equidistante, apólitico.

La familia de Gabriela es otro punto interesante de “Hater”. Son progresistas, socialmente comprometidos y totalmente contrarios al fascismo que inunda las calles de la ciudad. Apoyan al candidato más progresista y organizan actos benéficos y galerías de arte sobre problemas sociales, como la crisis de refugiados. Sin embargo, viven totalmente alejados de la realidad social. Se comportan de forma condescendiente, elitista, clasista e incluso impertinente.

Es evidente que representan una crítica a esa izquierda, especialmente a esa socialdemocracia, que se ha alejado de los intereses de la gente trabajadora y que ha adoptado una actitud de superioridad moral que ha llevado a una progresiva pérdida de confianza, aprovechada por la derecha radical.

Por otro lado, tanto la agencia Best Buzz como su despótica jefa representan al capitalismo mismo. Una empresa que utiliza todos los medios a su alcance, animando y presionando al propio personal a su cargo, por conseguir beneficios, por encima de toda moral e ideología. Lo que importa es el beneficio económico, aunque ello implique hacer daño, dar alas a monstruos como Tomek o a discursos de odio que terminen en desgracias.

En cuanto a Stephan, el influencer ultraderechista, evidentemente representa a toda esa hornada de influencers que contribuyen a diseminar discursos machistas, anifeministas, racistas, xenófobos y un largo etcétera, en una clara referencia a la estrategia de la nueva alt-right. También puede ser una referencia a los autodenominados incels, hombres jóvenes frustrados por no conseguir desarrollar una masculinidad acorde a la sociedad actual, que no consiguen pareja ni trabajo, que se sienten amenazados por un mundo cambiante y que desahogan sus frustraciones de forma agresiva.

No obstante, un punto interesante es que también nos presentan a Stephan como una víctima, un tipo de clase baja, con una señora muy mayor a su cargo, despreciado por sus iguales y con evidentes problemas personales. “Hater” quiere decirnos que, detrás de esos influencers, hay personas que también están siendo manipuladas aprovechando sus propias debilidades y las contradicciones que vive la sociedad.

De fondo, por supuesto, hay una crítica directa al mal uso de las redes sociales y al peligro de que no se haga nada por detener esta ingente manipulación de información, el ciberacoso y los discursos de odio. Se hace un señalamiento claro a cómo los partidos políticos (especialmente la ultraderecha) no solo no hacen nada, sino que se beneficien directamente del uso de “fake news”.

Pero también se refleja cómo la propia sociedad es partícipe y naturaliza estos hechos, e incluso cómo las fuerzas de seguridad del estado no actúan hasta que es demasiado tarde. El propio Tomek señala este hecho al final del film cuando es interrogado por la Agencia Antierrorismo: “Díganme por qué un tipo al que se encontró con explosivos en su casa y animaba repetidamente hacia la violencia en Internet no estaba estrechamente vigilado”.

Conclusiones

Podría resumirse que “Hater” es un aviso. Una advertencia. “Hater” señala de forma cruda y directa los problemas sociales y políticos actuales, en especial el auge de la ultraderecha en base al uso de fake news, pero también señala a todo el mundo como partícipe de la situación.

“Hater” nos dice a la cara que somos fáciles de manipular, que nos lo creemos todo y que nos dejamos llevar por el clickbait, el sensacionalismo, el miedo y la crítica fácil. “Hater” nos advierte acerca de los influencers, de los intereses de las empresas, de las personalidades tras según qué partidos y de que el odio nos lleva a un conflicto que puede acabar en sufrimiento.

“Haters” nos anima también a entender la realidad social, a comprender y asumir las contradicciones que vivimos día a día, a no actuar con condescendencia, a tener empatía con la persona que tenemos al lado y a no caer en el individualismo. Y, por supuesto, nos insta a un uso responsable de las redes sociales.

En definitiva, con sus aciertos y sus fallos, “Hater” es un retrato de la realidad sociopolítica actual de Polonia, a su vez extensible a otros contextos. Es necesario recordar que Polonia, junto a Hungría, Estonia y Bulgaria, uno de los países europeos donde gobierna la ultraderecha, lo que se ha traducido en una rápida pérdida de derechos, una deriva autoritaria y un aumento de los crímenes políticos y de odio, especialmente a las personas LGTBI.

Por otro lado, también es un país fuertemente dividido, con diferencias notables entre el norte y el sur y entre las grandes ciudades y las zonas rurales. Un país que se debate entre su identidad europea y solidaria y su rechazo al comunismo y al avance social.

De hecho, la película es tan acertada en su análisis que, tres semanas después de su rodaje y sin que viera todavía la luz, el alcalde de Plataforma Cívica Paweł Adamowicz fue asesinado por un ultraderechista en un evento benéfico de Navidad. Curiosamente, no solo comparten ideología, sino también el nombre.

Sin duda, «Hater» es un film recomendable, más aún en estos días.

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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