EEUU y Canadá

Conspiraciones y bulos electorales sobre una imposible victoria de Trump

El pasado 3 de noviembre, Estados Unidos celebró sus elecciones generales donde se enfrentaron, el todavía presidente Donald Trump por el Partido Republicano y Joe Biden por el Partido Demócrata. El inicio era favorable para el candidato republicano en la primera noche del recuento, ya que, aunque su rival tenía más Estados confirmados como ganadores, Trump iba por delante en el recuento en los ‘swing states’ o ‘estados bisagra’, llamados así porque históricamente suelen decantar la balanza a uno u otro lado. De hecho, este incluso llegó a proclamarse ganador. Se daba así inicio a toda una serie de bulos electorales.

La realidad era que aún quedaba más de un tercio del voto por contar y sobretodo, quedaba por contar el voto por correo. De este se esperaba que fuese mayoritariamente para Biden ya que, durante meses Donald Trump había pedido a los suyos que no votaran por este método, ya que, según él, era fraudulento y podía dar lugar a manipulaciones. Además, el electorado de Trump era más proclive a votar presencialmente ya que subestima más los efectos del virus, mientras que el electorado de Biden se muestra más prudente.

Las proclamas del presidente sobre el voto por correo no evitaron que fuera un éxito, donde votaron más de 100 millones de electores (de un total aproximado de 160), desbordando al servicio postal, lógico teniendo en cuenta la situación de crisis sanitaria que atraviesa el mundo y, muy especialmente, Estados Unidos.

Así, finalizado el escrutinio del voto presencial, conforme empezaba a contarse el voto por correo, la ventaja del republicano se iba diluyendo. Desde su cuenta de Twitter, empezó a exigir que se detuviera el recuento, insistiendo sin pruebas de que había habido fraude electoral.

El recuento siguió durante los días siguientes, perfilándose cada vez más Biden como ganador, hasta que finalmente ganó los Estados de Pensilvania y Georgia, que le otorgaron la victoria. El presidente saliente no ha aceptado estos resultados, insistiendo en una gran conspiración contra su mandato y poniendo en duda el sistema de votación de EEUU, algo inédito en la democracia estadounidense.

Trump llegó incluso a realizar un discurso denunciando el fraude del escrutinio, momento que provocó que los medios de comunicación del país cancelaran la emisión y, acto seguido, corrigieran al mandatario. La red social Twitter también dispuso advertencias por información falsa en varios de sus tweets.

Además, el candidato republicano ha anunciado toda una serie de medidas legales para impugnar el proceso. Aunque los expertos consideran que todas estas medidas tendrán un recorrido legal corto, incluso a pesar de que el Tribunal Supremo está dominado por el Partido Republicano en proporción de 6 a 3, han nacido toda una serie de teorías de la conspiración, bulos electorales y falsedades que se han movido por Internet asegurando por un lado ha habido fraude y, por otro, que la victoria de Donald Trump es aún posible.

A continuación se muestran algunas de las conspiraciones y bulos electorales que más recorrido han tenido.

El plan maestro de Trump: papeletas con chips y marcas de agua.

Pronto apareció la primera teoría de la conspiración al respecto del voto por correo, lanzada desde plataformas QAnnon. QAnon es el nombre que recibe la gran teoría de conspiración de moda en EEUU entre los seguidores de Trump y que ha engendrado una legión de fans e incluso amplio merchandising.

Conversación con Steve Pieczenik en Breitbart News sobre la teoría de la conspiración de los microchips. Autor: captura de pantalla hecha el 10/11/2020 a las 17:00. Fuente: Youtube
Conversación con Steve Pieczenik en Breitbart News sobre la teoría de la conspiración de los microchips. Autor: captura de pantalla hecha el 10/11/2020 a las 17:00. Fuente: Youtube

Según este plan maestro, Donald Trump ya habría previsto la trampa de los demócratas, por lo que puso una marca de agua en las papeletas originales para que estas no pudieran falsificarse y, una vez pasadas las elecciones, poder así perseguir a sus rivales.

Otras vertientes de estas teorías van incluso más allá, indicando que las papeletas tienen microchips instalados que permitirán rastrearlas para saber dónde están, cómo se han movido y poder atrapar a los hipotéticos infractores.

Lo curioso de esta descabellada teoría es que corrió como la pólvora en sitios de noticias, en la plataforma YouTube a través de un vídeo del portal de extrema derecha Breitbart News (conocido por ser altavoz de la nueva alt-right y difusor de “fake news”) e incluso a través de foros de distinta temática.

Por supuesto, esta teoría no tiene ningún recorrido. La presidencia no tiene el menor control sobre la impresión de papeletas. Son las distintas comisiones electorales estatales las que deben decidir cómo serán sus papeletas, siempre con un procedimiento verificable y auditable por del Departamento de Seguridad Interna (DHS).

La teoría que nació con fuerza el día posterior de las elecciones parece haber pedido su peso conforme los días pasaban y la realidad se imponía a los bulos electorales.

El fiscal general William Bar anuncia que ha habido fraude en las elecciones

El actual fiscal general William Bar está siendo el actor principal de uno de estos bulos electorales. Según estas, se anuncia a través de distintos vídeos que el fiscal está investigando el fraude electoral.

El primer vídeo al respecto habla de unas declaraciones en televisión del fiscal sobre el fraude. Este vídeo es en verdad anterior a las elecciones, exactamente del 2 de septiembre, donde el mismo fiscal habla de las posibilidades de fraude, en especial refiriéndose a otras elecciones. Además indica que esto es particularmente difícil.

Lo que si es cierto es que el fiscal general (un cargo nombrado por Trump) ha dado órdenes de seguir cualquier indicio de fraude e investigarlo. Esto viola las leyes no escritas sobre la actuación del Departamento de Seguridad, que durante 40 años no ha actuado en estos casos, dejándolo a la autoridad electoral.

En protesta por esto, por las escasas evidencias al respecto y por el riesgo de que el fiscal actúe influenciado por Donald Trump, el director de delitos electorales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Richard Pilger, ha dimitido tras la actuación de Bar.

Por ahora no hay ninguna evidencia ni prueba en este sentido

Participaron 1,8 millones de estadounidenses fantasma en las elecciones

Otro de estos bulos electorales, viene de la organización Judicial Watch. Según esta, tras realizar un estudio en 352 condados de 29 estados, se registraron para votar más personas que el censo real.

La realidad es que el citado estudio es una hoja de Excel que ha mezclado distintas metodologías para calcular la población y la participación.

Judicial Watch es una organización partidista a favor de Trump y su estudio sin rigor solo ha encontrado eco en algunos periódicos conservadores.

Este bulo ha sido desmentido por distintos verificadores de información internacionales, como Logically, Snopees o Newtral.

Miles y miles de votos para Trump tirados en los contenedores o quemados

En la red social Twitter han sido muy activas distintas cuentas que han aportado videos de corta duración donde se veía actividad de gente, generalmente rebuscando en la basura, hipotéticamente con papeles que serían sobres de correos, presumiblemente además a favor del candidato republicano.

La realidad es que no podemos saber exactamente que estamos viendo. Como se puede apreciar, no tenemos una referencia sobre la fecha del incidente o que pone en los supuestos papeles. Además, sorprende lo burdo del montaje: manipulación de papeletas directamente lanzadas a contenedores o manipuladas a plena luz del día a la vista de todos. La realidad es que suena poco creíble y no hay evidencias.

Pero sí que ha habido algunos de estos bulos electorales más trabajados que, al intentar ofrecer datos, han sido desmentidos. En el condado de Erie, en Pensilvania, un trabajador llamado Sebastián Machado asegura haber tirado 100 papeletas a favor de Trump. Esta reclamación se plasmó en un artículo que tuvo un gran recorrido.

Días después, ha resultado sumarse a la lista de bulos electorales y ser falso. El presidente de la Junta Electoral de Erie afirmó en un comunicado que no existe ningún trabajador con ese nombre.

En la misma línea otro vídeo, este compartido por el mismo hijo del magnate, Eric Trump, mostraba a un hombre encapuchado quemando lo que parecían ser papeletas de Virginia Beach a favor de Donald Trump.

Las autoridades de Virginia Beach salieron a desmentir el bulo indicando que no eran papeletas oficiales, solo muestras.

Los muertos votan

Otro de los bulos electorales más llamativos y repetidos ha sido el que señalaba que se estaba haciendo votar a personas fallecidas por Joe Biden.

Uno de estos vídeos lanzado muestra una captura de pantalla donde indica que «4.788 electores votaron dos veces», «hubo 32.519 votos más que votantes registrados», «2.503 muertos registrados» y «un votante muerto nacido en 1823».

Resulta que esta captura es de 2019, sobre una denuncia interpuesta por la Public Interest Legal Foundation, en la que alegan que el personal funcionario de esa zona no tiene una lista precisa de votantes totalmente actualizada. La denuncia se retiró en junio después de que se actualizara el registro.

Imágenes estadísticas sobre un supuesto fraude. Autor: captura de pantalla hecha el 10/11/2020 a las 17:14. Fuente: Newtral
Imágenes estadísticas sobre un supuesto fraude. Autor: captura de pantalla hecha el 10/11/2020 a las 17:14. Fuente: Newtral

En esta misma línea aparecían tweets sobre votantes muertos en Detroit que, supuestamente, acudieron a las urnas. Tal y como explicó la autoridad electoral de Detroit, una persona puede votar y fallecer posteriormente. Cuando el correo llega, el sistema informa si la persona ha fallecido. Si esto es así, el voto se destruye.

De corte similar, otro bulo se viralizó. En este se veía a William Bradley, un hombre que murió en 1984 y votó por Joe Biden.

La realidad es que el que voto fue de su hijo, con el mismo nombre, solo que su voto se registró con los datos del fallecido por un fallo administrativo.

No obstante, esta creencia se ha extendido por ser además un tópico de fraude electoral, reflejándose en multitud de memes y bromas de Internet donde zombies o cadáveres andantes acuden a las urnas a votar.

El 100% de los votos se le adjudican a Biden tras un recuento

Este bulo que salió el mismo día del recuento consiguió una gran fama. El conservador Matt Mackowiak informaba que, durante el recuento, una gran cantidad de votos habían sido adjudicados a Joe Biden en bloque, sin que el porcentaje de Trump hubiera subido un único voto.

La realidad es que se trataba de un fallo administrativo que fue posteriormente enmendado.

El autor y principal difusor del bulo ha reconocido este error y borrado el tweet.

Tweet donde se intenta hacer pasar un error manual por una proceso fraudulento. Autor: captura de pantalla hecha el 10/11/2020 a las 17:27. Fuente: Twitter, cuenta de @MattMackowiak
Tweet donde se intenta hacer pasar un error manual por una proceso fraudulento. Autor : captura de pantalla hecha el 10/11/2020 a las 17:27. Fuente: Twitter, cuenta de @MattMackowiak

Trabajadores de correos modifican papeletas en contra de Trump

En distintos vídeos se ven a trabajadores realizando el recuento, interpretando que están manipulando los votos. El vídeo que más se ha viralizado es de Delaware, en Pensilvania, el estado que, de hecho, otorgó la victoria definitiva a Biden.

La realidad de lo que se observa es que los trabajadores están replicando los votos de las papeletas dañadas en otras que sí puedan leer los escáneres.

Además, el vídeo obvia dos datos: uno, que el recuento se hace grabado y en vivo para evitar fraude; y dos, que en la misma sala hay observadores del Partido Republicano que están de acuerdo con la actuación de los trabajadores.

La primera victoria judicial de Trump: no dejaban que sus observadores estuvieran en Pensilvania

Según este bulo, “la corte” de Pensilvania ha dado la razón a Trump y no se tendrán en cuenta los votos en ese estado cuando los observadores republicanos no estaban presentes.

La realidad es que lo que ha indicado el tribunal es que los observadores pueden estar más cerca para ver el recuento. Además, tal y como ha aceptado el Partido Republicano en las distintas vistas orales en las denuncias de fraude, sus observadores han estado presentes en todos los recuentos y no tienen pruebas de que se les haya prohibido entrar en ninguno de ellos.

Ha habido más votantes que censados

Una tabla que mostraba que había más votantes que personas censadas ha recorrido Internet. En esta tabla se podían comprobar datos como que Carolina del Norte llega al 104,41% de los votantes registrados y en Wisconsin al 103.56%.

No es más que otro de los bulos electorales, aunque por omisión. La tabla no es totalmente falsa, sino que los números de votantes totales no están actualizados y pertenecen a 2018.

El software de votación ha derivado masivamente votos de Joe Biden a Trump

Esta afirmación es la que denunciaba la presidenta del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel, tras detectarse un fallo en Michigan donde 6000 votos de Trump habían ido a parar a Joe Biden.

Tras esto se lanzó una sospecha masiva sobre el software Dominion, que podría afectar a varios de los Estados en disputa.

La realidad, tal y como aseguraba el departamento electoral de Michigan, es que el fallo originario del condado de Atrim se había producido por un fallo humano por parte del secretario del condado y no por un fallo en cadena del software.

La esperanza es lo último que se pierde: las otras maneras de ganar las elecciones

Así, los seguidores de Trump con estos indicios (que son mayoritariamente bulos electorales y algunos fallos técnicos o humanos que afectan a pocos votos y que suelen ser detectados) confían aún que las elecciones están por decidirse. Para este casi imposible vuelco donde todo el mundo (los medios de comunicación, la mayoría de presidentes del mundo, incluso parte de la administración de EEUU) da a Joe Biden por vencedor, plantean los siguientes escenarios:

El caso llega hasta el Tribunal Supremo y este, favorable a Trump, le hace presidente

Esta versión optimista plantea que, al igual que en las elecciones del año 2000, el alto tribunal se decante por el actual presidente, ante las denuncias de fraude presentadas por él quien, además, cuenta con 6 jueces elegidos por el Partido Republicano y 3 por el Partido Demócrata. La realidad es que, para empezar, esta versión de la historia está un poco adulterada.

Es cierto que en el año 2000 se enfrentaba George Bush contra Al Gore e, inicialmente, la mayoría de medios daban como posible vencedor a Al Gore. Lo que sucedió entonces es que todo se decidió por 500 votos en disputa que marcaban el ganador del colegio electoral en Florida. Estos votos, que nunca se asignaron a Al Gore, finalmente fueron para George Bush, pese a las reclamaciones de Gore en el Tribunal Supremo.

Al Gore, Vicepresidente de los Estados Unidos. Autor: desconocido. Fuente: Wikimedia
Al Gore, Vicepresidente de los Estados Unidos. Autor: Desconocido. Fuente: Wikimedia Commons

Actualmente, Joe Biden tiene una ventaja clara en todos los Estados donde Trump está presentando reclamaciones. Además, la victoria en todos (descontando Arizona, que sigue en disputa) es por un mínimo de diez mil votos. Para perder, Trump debería recuperar al menos tres Estados.

No hay prácticamente posibilidad de que el Tribunal Supremo anule decenas de miles de votos en varios Estados distintos para proclamar ganador a Trump, por mucho que la mayoría sean afines a su partido.

El fraude electoral se comprueba y tiene consecuencias

Otra teoría de victoria es que el fraude electoral que denuncia Trump se compruebe y las elecciones cambien de curso. Esto puede deberse a que se anulen suficientes votos como para que Trump sea presidente y sus rivales acaben en la cárcel por este fraude o que se descubra dicha anomalía y se repitan las elecciones.

Por ahora, el equipo de Trump ha sido incapaz de mostrar pruebas sólidas a este respecto. Y es por eso que todo lo presentado hasta ahora no son más que bulos electorales.

Los generales apoyan a Trump

Otras voces optan por, al igual que pasó en Venezuela cuando se intentó deponer a Hugo Chávez del poder, que los generales se pronuncien a favor de Donald Trump e impidan el supuesto «golpe».

Aparte de que esto sería un auténtico golpe de Estado y EEUU podría convertirse en una dictadura, hay pocos augurios en este sentido.

La relación de Trump con las cúpulas militares no es especialmente buena. Ni siquiera con el ejército. Y menos cuando se filtraron los graves insultos que dijo sobre los veteranos de guerra, un colectivo bastante idolatrado en el país.

Además EEUU es un país de una larga tradición democrática interna, donde el ejército pocas veces ha actuado directamente sobre el sistema democrático. Así, no hay prácticamente posibilidades que actúen ahora para lograr esto.

Los plazos legales se agotan y Trump es nombrado presidente

Según las leyes de Estados Unidos, hay un método alternativo para nombrar presidente si el método habitual falla. Si no hay resultados legales y oficiales en los distintos Estados para diciembre, entonces se realiza un método alternativo donde cada estado tiene un voto para elegir presidente, eligiéndose el que gane por mayoría simple.

Dado que los republicanos cuentan con una mayoría de estados, el presidente sería Trump. Este método además de insólito en la Historia contemporánea de EEUU, vendría dado si de verdad fuera imposible verificar los resultados de los Estados. La realidad es que no está habiendo problema en este campo y, de hecho, sobrarán varios días para realizar el escrutinio completo.

Lo que se está sugiriendo desde sectores de la derecha alternativa, como Steve Bannon, es que las demandas de Trump van en este sentido intentando torpedear legalmente el nombramiento, algo que parece muy poco posible por el escaso resultado que están teniendo.

Una senda peligrosa para EEUU

Pese a todas las artimañas de Donald Trump y el hecho casi insólito de que se niegue a reconocer la victoria del demócrata Joe Biden, parece que este será el próximo presidente de EEUU.

La mayoría de acusaciones del presidente y su equipo de abogados están basados en bulos electorales, vaguedades y falsedades sin evidencias, que están haciendo que fracasen en la mayoría de juzgados.

Pero el camino emprendido por Donald Trump dibuja un relato muy peligroso para su nación (y el mundo entero).

Con tal de permanecer en el poder, el mandatario es capaz de poner en duda la credibilidad de su país, de sus instituciones y del sistema electoral que le dio la victoria en 2016.

Además, esta estrategia no es un plan repentino, sino que viene fraguándose durante los últimos meses, donde las encuestas aseguraban que Trump perdería, y donde ha estado asegurando que el voto por correo es un método fraudulento y que posiblemente no aceptase una derrota electoral.

De hecho, este escenario con la reacción del presidente, fue pronosticado por el demócrata Bernie Sanders.

La realidad es que, con tal de ganar el relato, Trump está apostando la credibilidad de millones de americanos en el sistema electoral. Esto puede servir para forzar ahora un resultado o para servirle de campaña en 2024.

Además, si un gran grupo de americanos creen que las elecciones han sido robadas, puede haber revueltas, violencia o incluso un intento de golpe de estado, aparte de causar una mayor desconfianza y rechazo en una población escéptica con su gobierno, causando una crisis de legitimidad del gobierno. El propio Donald Trump, negándose a condenar a los «Proud Boys», les dijo: «espérense…».

En otro orden, esto puede servir como espejo a la mayoría de partidos de extrema derecha del mundo, que ya están optando por hablar de grandes teorías de la conspiración cuando pierden las elecciones, como Vox en España.

Por razones como esta, la extrema derecha es un auténtico peligro para las sociedades demócraticas, dispuesta a tensionar la sociedad lo necesario para conquistar el poder, sin miedo a quebrar a un país y sus instituciones.

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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