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Juan Carlos I recibió 5 millones de dólares del expresidente de Kazajistán por ser Rey de un país y no tener nada

La política de la Casa Real comprende que solo se comunique la agenda oficial de sus miembros. Por este motivo, los diversos viajes privados del Rey emérito Juan Carlos I durante su período como monarca continúan siendo un misterio de forma mayoritaria; la institución nunca informó de ellos. Lo cual, además, no ha tenido grandes implicaciones hasta la actualidad, dado que el funcionamiento con su sucesor no ha cambiado.

Tras los múltiples escándalos en torno al figura del anterior Jefe del Estado español, ahora el foco se pone sobre la relación bilateral entre España y Kazajistán, país cuyo Gobierno ha sido ampliamente cuestionado por organismos internacionales centrados en la defensa de los Derechos Humanos durante décadas, tales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

Algo que no es de extrañar teniendo en cuenta que, durante las tres décadas que duró el gobierno de Nazarbáyev, la oposición estaba silenciada, al igual que la prensa, Internet estaba vigilado, las manifestaciones estaban castigadas con penas de cárcel y estaban prohibidas las alusiones al presidente que vulneraran su honor o dignidad. Además, la ley, que le reconocía la inmunidad vitalicia, le sirvió de amparo para hacer y deshacer el país entero a su gusto durante 30 años.

Desde sus primeros encuentros, Juan Carlos I y el expresidente kazajo descubrieron que tenían muchos intereses comunes y la buena sintonía existente entre ambos. De hecho, esa ventajosa relación aparece en la actualidad en los informes, tanto oficiales como académicos, como una de las claves de la próspera relación entre los dos países.

En la tercera visita oficial de Nazarbáyev a España, en un almuerzo celebrado en Madrid en el año 2000, el Rey emérito aseguró que “seguimos de cerca y valoramos los esfuerzos que, para avanzar y ahondar en el proceso democrático, realiza el gran país amigo que es Kazajistán. Sabemos que en una nación como Kazajistán, que engloba a más de 130 grupos culturalmente diferentes, el mantenimiento de la armonía social y de la tolerancia interétnica constituye un objetivo fundamental”.

El sonriente invitado de honor, quien a su vez visitó nuestro país en cuatro ocasiones más, una de ellas como asistente a la boda real entre los príncipes de Asturias, posteriormente hospedó a nuestro anterior monarca y a la reina Sofía en junio de 2007. “Al llegar, según descendía el avión hacia Astaná, he visto desde la altura muchos edificios nuevos que han sido construidos desde mi última visita.

Es evidente que la ciudad y el país se están desarrollando rápidamente”, elogió Juan Carlos I ya en la residencia presidencial. Durante aquella estancia, según el comunicado de la propia Casa Real, se establecieron “las bases de proyectos de participación de empresas españolas en los sectores de infraestructuras, industria agrícola, transporte, telecomunicaciones, energía y turismo”.

De los tres viajes anteriores del emérito al país kazajo, realizados de forma extraoficial por invitación de Nazarbáyev, poco se conoce. elDiario.es desveló el miércoles que, en una de estas estancias de carácter privado, que tuvo lugar en octubre del año 2002, mientras ambas Jefes de Estado compartían una jornada de cacería de cabras salvajes, sauna y whisky, dos testigos relacionados con el régimen kazajo tuvieron constancia de que el expresidente kazajo despidió a Juan Carlos I con un regalo de cinco millones de dólares en maletines que sus propios guardaespaldas introdujeron en el avión español. “Es el rey de un país y no tiene nada, Yo le ayudo como puedo”, se justificó el presidente del régimen que había tomado una deriva totalitaria y cuya figura era cuestionada internacionalmente.

Además, un amigo personal del anterior monarca español explicó al medio encargado de destapar la noticia que “el rey Juan Carlos siempre ha dicho, y nos lo ha repetido muchas veces, que él no quiere que le suceda lo que le pasó a sus padres”, en referencia a su infancia y al exilio de sus padres, quienes estaban financiados por los partidos monárquicos en España.

Kazajistán

Felipe VI de España. Autor: Olaf Kosinsky, 30/05/2019. Fuente: Wikimedia Commons. (CC BY-SA 3.0).
Felipe VI de España. Autor: Olaf Kosinsky, 30/05/2019. Fuente: Wikimedia Commons. (CC BY-SA 3.0).

Pese al preeminente impulso que Juan Carlos I dio a la relación con Kazajistán, los distintos presidentes de nuestro país se han encargado de alimentar este vínculo viajando al país kazajo a lo largo de los años. José Luis Rodríguez Zapatero lo hizo en el año 2011; Mariano Rajoy, en 2013. Además, el sucesor de la monarquía española, Felipe VI, también realizó una estancia en junio de 2017 con motivo de la inauguración de la Expo de Astaná, un acontecimiento internacional en el que España respaldó a Kazajistán como sede. Del mismo modo que lo hizo para que el país presidido por Nazarbáyev presidiera la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en 2010, así como el Consejo de Seguridad de la ONU durante el bienio 2017-2018.

La clave de nuestro interés en Kazajistán, más allá de la rentabilidad económica que el Rey emérito obtuviera de sus relación personal con el presidente de dicho país, se encuentra en los abundantes recursos naturales que éste posee bajo una superficie cinco veces superior a la de España. En este sentido, se trata de uno de los países más ricos del mundo, dado que posee petróleo, gas y cuantiosos minerales entre los que se hallan el uranio, volframio o zinc. En Kazajistán operan empresas españolas desde hace dos décadas; principalmente Talgo y Repsol. Este era el lobby español por el que Juan Carlos I apostaba en aquella reunión extraoficial en el año 2002.

Distintos grupos parlamentarios ya han exigido saber si los bienes de la monarquía son fruto de cacerías y ven una trama en estas relaciones. El dirigente de En Comú Podem y diputado de Unidas Podemos en el Congreso, Gerardo Pisarello, considera que estas actividades demostrarían que en sus prácticas irregulares Juan Carlos I contó “con la colaboración de figuras internacionales y testaferros”.

En una línea similar, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha considerado que cada nuevo escándalo del Rey emérito acerca más al país “al horizonte republicano”. Por otro lado, Más País y Compromís han anunciado la presentación de una proposición de ley “para que exista un registro tanto de la propiedad como de los bienes muebles de la Casa Real”.

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