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Malala Maiwand, activista por los derechos de las mujeres y niños, tiroteada y asesinada en Afganistán

Malala Maiwand, presentadora de televisión y su conductor, han sido asesinados tras recibir varios disparos el pasado jueves 18 de diciembre por hombres todavía sin identificar en Nangarshar, al este de Afganistán.

Según informó Attaullah Khogyani, portavoz del gobierno de la región oriental del país, el tiroteo se produjo a las 07:10h de la mañana en la ciudad de Jalalbad cuando Malala Maiwand se dirigía a su oficina.

El DAESH reivindica el atentado

Soldado del ejército estadounidense sostiene una bandera del DAESH, el grupo que reivindica el asesinato de Malala Maiwand, en 2010.
Soldado del ejército estadounidense sostiene una bandera del DAESH, el grupo que reivindica el asesinato de Malala Maiwand, en 2010.

Aunque en un principio se desconocía la autoría del atentado, más tarde el grupo yihadista Estado Islámico, más conocido por sus siglas en inglés ISIS o DAESH, reivindicó los hechos a través de un comunicado distribuido por uno de los canales de Telegram que la organización terrorista utiliza como método de propaganda.

“Los soldados del califato tuvieron como objetivo a la periodista leal al régimen afgano Malala Maiwans en la ciudad de Jalalabad con una pistola, lo cual llevó a su muerte”, afirmó el grupo.

No obstante, debido a que una filial de dicho grupo se encontraba operando en la zona y no es la primera vez que se suceden atentados contra periodistas, desde el principio las autoridades sospecharon del DAESH.

Malala Maiwand, referente activista

Además de trabajar como presentadora en radio y televisión en Enakas, una cadena local, Maiwand era una activista en favor de los derechos de las mujeres y niños afganos. Había destacado en los últimos años por visibilizar la discriminación a las mujeres y a menores en un país donde se dan de manera sistemática.

Debido a esto, las repercusiones han sido inmediatas. El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó el atentado y pidió una investigación del ataque terrorista. «Los ataques a nuestros periodistas son un crimen inhumano e imperdonable», dijo Ghani en una declaración en la que prometió que el Gobierno hará todo lo posible por «proteger» y «promover» la libertad de expresión y la libertad de prensa.

No es país para periodistas

Por desgracia, el caso de Malala Maiwand no es el primero, sino el más reciente de toda una serie de atentados cometidos en Afganistán contra periodistas, activistas, líderes sociales, estudiantes, sindicalistas y defensores de los derechos humanos.

Por ejemplo, dos periodistas afganos fallecieron en ataques con bombas en noviembre: Elyas Dayee, de la emisora Radio Free Europe/Radio Liberty, y el presentador Yama Syawash, vinculado al canal privado Tolo. Las bombas habían sido colocadas en sus vehículos.

Además, estos ataques a personalidades de la sociedad civil han ido en aumento desde hace un año a raíz del acuerdo firmado en febrero entre Estados Unidos y los talibanes, y desde septiembre con el diálogo directo de los insurgentes con el Gobierno de Kabul en Doha.

Una decena de misiones diplomáticas en Afganistán, incluidas las de la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN, condenaron el pasado lunes, a través de un comunicado conjunto, esta ola de asesinatos que buscan acallar la diversidad de opiniones en el país.

Afganistán es considerado además uno de los países más peligrosos para los periodistas: ocupa el puesto 122 de 180 en la clasificación mundial de la libertad de prensa 2020 de Reporteros Sin Fronteras (RSF), muy cerca de países como Colombia, Guatemala, Nicaragua o Marruecos.

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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