Dimite el consejero de Salud de Murcia por la vacunación anticipada de 400 personas en la consejería

El consejero de Salud de Murcia, Manuel Villegas, dimite tras el escándalo por su acelerada vacunación. El presidente de Murcia, Fernando López Miras, lo confirmaba así durante la tarde de ayer, miércoles 20 de enero. Pese a la vacunación anticipada de Villegas, de otros 400 funcionarios y altos cargos de la consejería y de más de 450 profesionales del Servicio Murciano de Salud (SMS) contra la Covid-19, éste aseguró en las horas previas a su renuncia que su actuación “ha sido intachable”.

Pero, aunque el consejero de Salud compareciera por voluntad propia para justificar el adelanto de estas vacunaciones sin formar parte de los grupos prioritarios en esta fase del proceso, la reunión de López Miras con Ciudadanos, su socio de Gobierno, concluyó con la exigencia del cese o dimisión de Villegas por parte de la formación naranja, medida que llevaba solicitando desde el día anterior.

Desde dicha agrupación, además, lanzaron duras críticas hacia la actitud del consejero del Partido Popular. Inés Arrimadas expresó que “no puede haber caraduras que se pongan la vacuna cuando no les toca cuando hay abuelos en sus casas sin salir por miedo a contagiarse y sanitarios que están al pie del cañón sin ponerse la vacuna”, mientras que la portavoz del Gobierno regional, Ana Martínez Vidal, se refirió a lo sucedido como “presunta corrupción política”.

Alrededor de seis horas después de que el ya exconsejero de Salud apareciese ante las cámaras para defender su postura, el presidente de la Comunidad Autónoma convocó a la prensa para comunicar la destitución de Villegas.

El Partido Popular argumentó, tras haber respaldado las primeras palabras de Villegas, que querían evitar el “ruido” y la bronca política. Sin embargo, no admitió que se hubieran incumplido los protocolos de vacunación previstos para la Comunidad Autónoma. En cambio, fuentes del PP nacional sí que señalaron posteriormente que se trataba de “la decisión acertada”.

De hecho, era la forma de salir del embrollo en el que se había visto envuelto el Partido Popular a raíz de las críticas del secretario general del partido, Teodoro García Egea, hacia los cargos socialistas que también se habían colado en el orden de vacunación.

Tan solo unas horas antes de que estallase el escándalo en Murcia, las palabras de García Egea habían sido: “Los alcaldes del PSOE alcanzan la inmunidad de rebaño. Mientras, el ministro de Sanidad está más preocupado del mailing de las elecciones catalanas que por el reparto de las vacunas”.

Por otro lado, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguró el mismo día que son las Comunidades Autónomas las que deben sancionar a los cargos políticos que no cumplan con los planes de vacunación previstos. Además, añadió que durante los meses previos Villegas había “colaborado muy bien”, mientras que desde el Ministerio de Sanidad se han limitado a confirmar que la consejería de Salud murciana no había consultado si podía vacunarse ya su personal.

Villegas se suma a otros altos cargos políticos que ya han dimitido por vacunarse antes de tiempo. En concreto, el PSOE ha suspendido la militancia de varios alcaldes en la Comunidad Valenciana y Andalucía, siendo estos: el alcalde de Rafaelbunyol, Fran López; el alcalde de El Verger, Ximo Coll; la alcaldesa de Els Poblets, Carolina Vives; y la alcaldesa de Torrecampo, Francisca Alamillo. Asimismo, en Tarragona, el alcalde de Riudoms, Sergi Pedret, de Junts per Catalunya, también obtuvo su dosis de forma anticipada junto a otros concejales, argumentando que “si no se tendrían que tirar”.

Tras comunicar las suspensiones correspondientes a su partido, el PSOE ya advirtió a los altos cargos de las diferentes regiones que deben “ser los primeros en dar ejemplo en estos tiempos en los que la sociedad apela a la unidad, la colaboración, la solidaridad y al respeto de las normas que persigan el bien común”.

La renuncia del consejero de Salud de Murcia

López Miras afirmó que la comparecencia ante la prensa de este miércoles probablemente fuese la “más difícil en lo político y en lo personal” que había tenido que afrontar. “Estamos tomando medidas muy complicadas y no debemos poner en riesgo estas decisiones”, aseguró durante la comunicación de la renuncia de Villegas. Además, añadió que “el debate acaba de terminar. No voy a entrar en el juego político. No voy a preguntar lo que han hecho otros. Sí espero que la vara de medir sea igual para todos”.

Por su parte, un emocionado Villegas expresó que “llegué un día a la consejería, casi por sorpresa, sin experiencia en la política, sin militancia, dispuesto a aportar mi conocimiento en gestión clínica y mi experiencia en diferentes lugares de la sanidad pública”. A esto, añadió una reiterada justificación de sus actos. “Decidí vacunar al personal —entre ellos, su esposa, también alto cargo de la consejería—, desde la convicción de que no se podía excluir a la gente por el tipo de contrato, porque todos somos necesarios en la lucha contra la pandemia.

Está claro que no ha sido entendido por la sociedad y se ha convertido en un motivo de enfrentamiento político. Créanme si les digo que me hubiera gustado irme habiendo terminado la pandemia, pero con tanto ruido esto es imposible”, expuso. Villegas, quien alegó que era médico para justificar su vacunación, anunció que su intención es regresar nuevamente a la cardiología.

A estas declaraciones, los consejeros de Sanidad, también del Partido Popular y médicos de formación, de Comunidades Autónomas como Madrid o Castilla y León, han respondido que “nosotros seguimos el protocolo marcado: residencias de ancianos y sanitarios”, según fuentes del Gobierno madrileño, y que “seguimos el orden establecido por el Ministerio y trabajado con las comunidades autónomas en la ponencia de vacunas. En fase 1, en la que estamos actualmente, no están incluidos. Y sus dirigentes se vacunarán cuando les toque por el orden establecido en la ponencia de vacunas”, como ha expresado la consejería de Salud de Castilla y León.