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Golpe de Estado en Myanmar: las autoridades matan a más de 20 manifestantes en en la última semana

Continúa la violencia contra los manifestantes en Myanmar por parte de la Junta Militar, cuando se cumple un mes desde el levantamiento del Ejército que tuvo lugar el 1 de febrero. Decenas de muertos se acumulan ya por defender a la legítima líder del gobierno, Aun San Suu Kyi, a quien le siguen imputando delitos y se encuentra en arresto domiciliario, al igual que el expresidente Wyn Myint, desde que se produjera el golpe de Estado.

Por ahora, la Junta Militar ya ha acusado a la Nobel de la Paz Suu Kyi de cuatro delitos: importar de forma ilegal seis walkie-talkies, violar las medidas de seguridad impuestas para reducir la expansión de Covid-19, publicar información que puede “causar miedo o alarma” o “alterar la tranquilidad pública” y vulnerar la Ley de Telecomunicaciones por haber utilizado radiotransmisores sin la licencia necesaria. Estas imputaciones podrían provocar su entrada en prisión y que fuera inhabilitada de cara a las próximas elecciones de Myanmar, en principio anunciadas para dentro de un año.

El objetivo de la Junta Militar es minar los apoyos de la figura con mayor apoyo popular del país. No obstante, su breve aparición por videoconferencia en el proceso abierto contra ella cuando se cumplía un mes desde el golpe ha dado esperanzas a la población. Tras haber solicitado Suu Kyi una reunión con su equipo legal, que le fue inusualmente concedida, su abogado declaró que, aunque estaba más delgada, parecía tener “buena salud”.

Así pues, las protestas no se detienen y en Rangún, Mandalay o Dawei han estado frecuentemente protagonizadas por el lanzamiento de gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras. “El derramamiento de sangre ha hecho que nuestra resistencia sea más fuerte, decidida y unida que nunca”, aseguró la activista Thinzar Shunlei Yi. Más de 1.200 detenidos se contabilizan ya entre la población a raíz de las protestas contra la Junta Militar.

Después de la brutal represión en las marchas del pasado domingo, en las cuales entre la policía y el Ejército mataron a 18 personas e hirieron a otras 30 según los datos de la Oficina de Derechos Humanos, en la última protesta de este miércoles en Mandalay, al menos tres manifestantes han sido asesinados por las autoridades, que han utilizado fuego real contra ellos para reprimirlos.

Condena internacional para las autoridades de Myanmar

Países miembros de la ASEAN. Autor: Astore international, 14/04/2014. Fuente: Wikimedia Commons. (CC BY-SA 3.0). Myanmar
Países miembros de la ASEAN. Autor: Astore international, 14/04/2014. Fuente: Wikimedia Commons. (CC BY-SA 3.0).

Los activistas consideran que las meras declaraciones de condena por parte de la comunidad internacional han dejado de ser suficiente. Si bien desde el exterior reprueban la violenta represión de las autoridades y han llamado a respetar los deseos de la población y volver al camino de la democracia, la ineficacia de estas proclamaciones ha llevado a manifestantes y activistas a solicitar que se tomen medidas reales para que la Junta Militar tenga que saldar cuentas de lo sucedido.

La muerte del joven ingeniero Nyi Nyi Aung Htet Naing al ser abatido por un disparo de la policía el pasado domingo en Rangún ha sido especialmente sonada, después de que publicara en Facebook “¿cuántos muertos necesita la ONU para actuar?”. Su fallecimiento ha provocado que el relator especial de la ONU para Birmania, Tom Andrews, publicara en Twitter: “las palabras de condena son bienvenidas pero insuficientes. Debemos actuar”.

Se convocó una reunión telemática entre los ministros de Exteriores de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) para encontrar una solución negociada. El grupo, formado por diez miembros, opera bajo el principio de no injerencia en asuntos internos, aunque aspira a jugar “un papel constructivo que facilite un retorno a la normalidad y la estabilidad en Birmania”.

Esta ha sido una reunión decisiva tanto dentro como fuera de Myanmar, dado que el primer encuentro cara a cara entre representantes extranjeros y el jefe de la diplomacia birmano impuesto por la Junta Militar, Wunna Maung Lwin, que tuvo lugar la semana pasada en Bangkok, fue duramente criticado por considerar que la ASEAN legitima a la Junta con intentos tan exiguos de mediación.

Así, en una nota publicada por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, Aaron Connelly señalaba que “el golpe es la amenaza más seria al rol de la ASEAN desde su fundación y expansión tras la Guerra Fría. Cómo gestione esta crisis tendrá grandes consecuencias en la diplomacia regional en los próximos años. Si no logra consensuar posiciones, el sudeste asiático podría perder influencia significativa justo a medida que aumenta la rivalidad entre China y Estados Unidos”.

Por otro lado, está previsto que el viernes protagonice la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el conflicto birmano, que tendrá lugar a puerta cerrada según la Agencia DPA.

El golpe de la Junta Militar

Cartel de propaganda militar a la entrada del recinto del Palacio de Mandalay: “Tatmadaw y la gente cooperan y aplastan a todos aquellos que dañan la unión”. Autor: Kalyan Neelamraju , 20/10/2016. Fuente: Flickr. (CC BY-NC-SA 2.0). Myanmar
Cartel de propaganda militar a la entrada del recinto del Palacio de Mandalay: “Tatmadaw y la gente cooperan y aplastan a todos aquellos que dañan la unión”. Autor: Kalyan Neelamraju , 20/10/2016. Fuente: Flickr. (CC BY-NC-SA 2.0).

El pasado noviembre, la Liga Nacional para la Democracia (NLD) obtuvo la victoria en los comicios que se celebraron en Myanmar. Los militares no tardaron en señalar que habían sido fraudulentos, aunque no presentaron pruebas que respaldaran sus argumentos.

Esta dificultad para acceder nuevamente al gobierno del país fue la que desencadenó que el día 1 de febrero de 2021, el Ejército que había gobernado el país con constantes abusos y uso de la violencia entre 1962 y 2011 diera un golpe de Estado bajo el pretexto de fraude electoral y detuviera a los miembros de la NLD Suu Kyi y Win Myint.

De este modo, mientras que los manifestantes exigen a la Junta Militar impuesta que se restablezca la democracia, se reconozcan los resultados de las elecciones de noviembre y se ponga en libertad a todos los detenidos por los militares durante las protestas, el Tatmadaw (nombre oficial de las Fuerzas Armadas de Birmania) está reciclando su pasado violento y replicando el tipo de represión que hubo en las protestas de 1988 y 2007.

Así pues, pese a haber asegurado la Junta Militar que convocará elecciones aproximadamente dentro de un año, el analista del Instituto de Estudios del Sureste Asiático (ISEAS) Yusof ha asegurado que no parece haber una salida fácil para este conflicto, pues “parece que la policía y los militares están plenamente alineados con la Junta hasta ahora, y todo puede suceder”.

Enlaces y fuentes:

– Foto de portada: Protestas contra el golpe militar delante del Kayin State Hluttaw. Autor: Ninjastrikers, 09/02/2021. Fuente: Wikimedia Commons. (CC BY-SA 4.0).

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