Europa

Miguel Ángel Rodríguez, el cerebro detrás de Ayuso

Isabel Díaz Ayuso era prácticamente una desconocida en la alta política española hasta su nombramiento por Pablo Casado en 2019 como candidata a la Comunidad de Madrid.

La por entonces futurible líder madrileña era vista por muchos veteranos como una candidata excesivamente inexperta y previsiblemente dura, ya que venía del ala más conservadora del partido, cercana a José María Aznar y a Esperanza Aguirre.

Una de sus virtudes, según los cercanos, era hablar sin tapujos de lo que pensaba y estar comprometida con “la guerra cultural”, término utilizado por la derecha y extrema derecha para traer una batalla en el plano de las ideas contra la agenda progresista. Más allá de estas cuestiones, pocas más virtudes se podían apreciar a simple vista.

Y pese a eso, podría decirse que Isabel Díaz Ayuso es hoy un icono de la derecha española, comparada razonablemente con Donald Trump por su estilo y admirada por los votantes de Vox por su línea radical y por una estrategia comunicativa cercana a la de la nueva derecha radical.

Como se podría esperar, esto no es mérito exclusivo de la propia Ayuso. Todos los veteranos políticos y comunicadores señalan una estrategia comunicativa agresiva, airada, llena de declaraciones provocativas y excesos, que coinciden con el veterano Miguel Ángel Rodríguez.

Este personaje proveniente del aznarismo que llegó a ser secretario de Estado de Comunicación del entonces presidente del gobierno de España José María Aznar, fue elevado a jefe de gabinete de Ayuso tras su victoria en las elecciones madrileñas de 2019.

Desde entonces, el tono de la que fuera administradora de las redes sociales del perro de Esperanza Aguirre, ha ido elevándose al igual que su popularidad, en una arriesgada estrategia de todo o nada que por el momento está funcionando para los populares madrileños.

La historia de Miguel Ángel Rodríguez

Miguel Ángel Rodríguez durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Autor: Ministerio de la Presidencia. Gobierno de España, 23/08/1996. Fuente: Wikimedia Commons

Miguel Ángel Rodríguez es un experto en comunicación política, escritor, ex político y empresario nacido un 21 de enero de 1964 en Valladolid.

Desde joven se dedicó al periodismo y la comunicación, trabajando en diversos medios como El Norte de Castilla, La Vanguardia, Radio Nacional de España, o Cadena COPE por nombrar algunos.

Fue en esta época donde empezó a interesarse por José María Aznar, con el que tenía una extraña relación por entonces, como el mismo Miguel Ángel Rodríguez decía:

«Yo era un periodista muy crítico. No creo que nadie haya escrito artículos a Aznar más duros que los míos, sin llegar al insulto» – Miguel Ángel Rodríguez.

Tras varios consejos y críticas a Aznar, Miguel Ángel Rodríguez empezó a trabajar para el candidato castellanoleonés. En aquel momento pocos daban valor a la candidatura de Aznar. Lo tildaban como un hombre seco, rígido y hábil en los debates.

Miguel Ángel Rodríguez transformó al personaje. Entró con un equipo de comunicación joven y muy critico con el presidente, rompiendo las viejas normas de la política y empezando a usar la política espectáculo que más adelante tendría tanto éxito. Y les funcionó.

José María Aznar consiguió así en 1987 la presidencia de Castilla y León tras un pacto de entonces Alianza Popular (AP) y el Centro Democrático y Social (CDS). Y Miguel Ángel Rodríguez fue elevado a Portavoz de la Junta a una jovencísima edad de 22 años. Y desde este puesto siguió con su continua campaña de comunicación.

Parece ser que a Aznar también le obsesionaba la comunicación política, por lo que dio mucha libertad a su asesor para este fin para que diera rienda suelta a sus ideas.

En parte del Partido Popular saltaron las alarmas ya que consideraban, con bastante acierto, que Miguel Ángel Rodríguez era una persona ubicada en la derecha radical. Pero su éxito hablaba por sí solo y a Aznar no parecía molestarle demasiado.

Con Aznar como candidato a la presidencia de España, fue nombrado director de comunicación del PP desde 1988 a 1996 y analizando a un desgastado Felipe González, el renombrado como Partido Popular consiguió vencer al dominante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las elecciones generales de 1996. En este caso, la estrategia tuvo que ver con presentarse como un partido moderno, moderado, centrado en los problemas del momento y alejado del franquismo y de las viejas inercias políticas.

Aznar siguió apostándolo todo al asesor, que se hacía famoso por sus salidas de tono y ocurrencias, llevándolo consigo a la Moncloa como secretario de Estado de Comunicación. De ahí las múltiples comparaciones que se hacen de este personaje con Iván Redondo, el asesor del actual presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Desde Moncloa ejerció de facto la portavocía del gobierno.

Sus múltiples enemigos externo e internos obligaron finalmente a Aznar a jubilarlo con un retiro dorado como presidente de la multinacional CARAT España, donde ejerció un rol apartado de la política de primera línea, manteniéndose como empresario, experto en comunicación y analista político.

Estrategias, impulsividad y agresividad

El primer ministro José María Aznar de España en la cumbre Rusia-UE. Autor: Oficina de Información y Prensa Presidencial, 29/05/2002. Fuente: Kremlin.ru (CC BY 4.0)

El pensamiento político de Miguel Ángel Rodríguez se ubica fácilmente en el ala más radical del Partido Popular y puede ser ubicado fácilmente en la extrema derecha analizando sus ideas, postulados, acciones y estrategias.

El asesor se considera así mismo neoliberal en lo económico, vendiendo el eje de libertad en ese campo, y muy conservador en lo social, pensamiento que traslada en su acción comunicativa, alineándose efectivamente con la corriente liderada por Aznar y Aguirre, y ahora por Ayuso.

Sus estrategias destacan por una inusitada agresividad dialéctica, acompañada de performances y de un gran nivel de confrontación. Muchos analistas también concluyen que suele ejercer una acción de “todo o nada donde las victorias son tan sonadas como las derrotas.

Ese “todo o nada” también es con la prensa, siendo un buen antecedente de la polarización actual. O eres su amigo o su enemigo. Sobre este asesor recae la sospecha de ser el instigador de listas negras del PP a periodistas en su etapa en el PP de Valladolid. En su posterior etapa en el gobierno de Aznar, por ejemplo, destacó por su beligerancia a TV3, la televisión pública catalana.

Sus maniobras sospechosas no acaban ahí ya que su nombre también aparece en los Papeles de Bárcenas como pagador a una presentadora de televisión de 1992 por valor de 175.000 pesetas.

Durante los años de su exilio político y alejado de los focos Miguel Ángel Rodríguez creció como empresario, siempre cercano a think tank conservador FAES. Durante estos años siguió fiel a su estilo provocador, creando controversias a través de la red social Twitter. Algunas de estas le salieron caras.

En 2008 tanto en el programa 59 segundos de TVE como en La Noria de Telecinco, llamó en varias ocasiones al doctor Luis Montes “nazi” en relación a las investigaciones sobre las sedaciones a pacientes en un hospital de Leganés. «El que decide matar a alguien es un nazi», llegó a decir.

La estrategia de provocación y polarización estaba clara. De hecho, el doctor Montes le denunció y en el juicio tras su denuncia declaró que solo usó el término “nazi” para calentar el debate en televisión, opinando que “sedar por compasión” era una técnica nazi.

El juez concluyó en 2011 que el objetivo de Miguel Ángel Rodríguez y de sus falsas acusaciones era de sobra conocido por el acusado, por lo que le condenó por un delito de injurias, con una multa de 30 euros diarios durante 11 meses y a una indemnización al doctor Luis Montes por un total de 30.000€.

Esto no disuadió al comunicador en redes sociales, que siguió haciendo fuertes criticas provocadoras que atraían la atención de los medios, eso sí, sin condenas judiciales, al menos que se sepa.

Posteriormente, en 2013, volvió a saltar a la palestra al ser detenido el 3 de mayo de 2013 por provocar una colisión con tres vehículos estacionados. Tras la prueba de alcoholemia de los agentes, el exportavoz de José María Aznar dio positivo, cuadruplicando la tasa de alcohol permitida.

Con este accidente el calmado retiro del comunicador parecía aun mas alejado de la política. Eso no parecía un problema, ya que Miguel Ángel Rodríguez estaba siendo regado por dinero público del reparto de anuncios del Canal de Isabel II, recibiendo durante 10 años, del 2006 a 2016, casi 600.000€ de publicidad institucional. Pero Mariano Rajoy fue expulsado del Gobierno y llegó la época de Casado y Ayuso.

El ascenso de Miguel Ángel Rodríguez

Granados y Aznar con Esperanza, Mitin en Valdemoro. Autor: Esperanza Aguirre Gil de Biedma, 1/03/2008. Fuente: Flickr (CC BY 2.0)

Y casi 20 años después, a Miguel Ángel Rodríguez se le concedió una segunda oportunidad.

Tras la victoria de Pablo Casado en las primarias internas del PP, este candidato cercano al aznarismo intentó una restitución de la vieja línea formada por Aznar, Esperanza Aguirre y FAES.

Aunque este giro finalmente no fraguó, cosechando el PP los peores resultados electorales en toda su historia, sí supuso la restitución de personalidades vetadas para el PP de Mariano Rajoy, más del ala moderada de la formación, como es el caso de Miguel Ángel Rodríguez.

Su retorno fue propiciado por un tándem de acuerdos entre Pablo Casado e Isabel Diaz Ayuso, que conoció al entonces secretario de Comunicación cuando estudiaba periodismo.

Aunque en un principio dubitativo, Miguel Ángel Rodríguez aceptó unirse a Ayuso como el jefe de su campaña electoral. Distintos altos cargos del PP señalan que en su momento Ayuso era bastante novicia y que ambos tuvieron muy buena sintonía y el asesor pudo diseñar su personaje sin problemas.

Aunque Ayuso fue la primera candidata del PP en quedar por detrás de otro partido a la Comunidad de Madrid en las elecciones de 2019, fue suficiente para gobernar al pactar con Ciudadanos y conseguir los votos de la ultraderecha.

En un principio, Ayuso quería dar más responsabilidad al asesor, pero Miguel Ángel Rodríguez parecía negarse. Aunque colaboraba con la presidenta, no tenía el papel que ella quería. Cuando la campaña de Ayuso contra el mundo y viceversa subió de tono, fue cuando el exportavoz de Aznar se interesó realmente por ayudarla.

Así, Ayuso anunció el 21 de enero de 2020 que Miguel Ángel Rodríguez sería el jefe de su gabinete, con un sueldo de 93.855 euros brutos anuales. Esta noticia fue especialmente llamativa ya que Miguel Ángel Rodríguez era un asiduo comentarista de Twitter, criticando a los aliados de la presidenta madrileña.

«Le he nombrado porque para mis mensajes, para mi agenda, para mi trabajo, creo que es el que va a hacer el mejor papel en estos momentos» – Isabel Díaz Ayuso tras el nombramiento de Miguel Ángel Rodríguez

Su pugna contra Ciudadanos era de sobra conocida, llegando a decir que el padre del vicepresidente Ignacio Aguado recibió un contrato de 102.000 euros de la Comunidad de Madrid “por la cara”.

También eran habituales sus ataques a la Televisión Pública Madrileña cuando hacían una cobertura critica de Ayuso e incluso le espeto un “jódete” a Rocío Monasterio tras descubrirse una información sobre morosidad en el pago de las cuotas de la comunidad de vecinos.

Ante este verso suelto, Miguel Ángel Rodríguez decidió cerrar su cuenta en la red Twitter, y de paso, agotar el tiempo legal para reajustar todo su entramado de sociedades a través de testaferros para no tener que mostrar ningún detalle de más en su declaración de bienes.

Aunque Ciudadanos se sintió incomodo por el nombramiento y protestó contra Ayuso, declaró también que con Miguel Ángel Rodríguez Ayuso apostaría por la confrontación mientras que ellos lo harían por la gestión y así la ciudadanía los elegiría a ellos.

Visto el éxito de Ayuso y de los candidatos derechistas que utilizan estrategias de polarización, acertaron en lo primero y se equivocaron trágicamente en lo segundo. El resto es historia.

La marca de Miguel Ángel Rodríguez en las estrategias de Ayuso

Así, Miguel Ángel Rodríguez tomó el control de la agenda comunicativa de Ayuso. El estilo de este asesor podría definirse como trumpista, análogo a la línea inaugurada por Steve Bannon, el que fuera jefe de campaña de Donald Trump en 2016: agresivo, tosco, burlón, directo e irónico aunque, como en muchas otras ocasiones, el trumpismo existía antes de Trump. Siempre estuvo ahí, solo que nadie lo había usado con tanto éxito y en un país tan potente como en Estados Unidos.

De hecho, este uso de la comunicación como arma política ya tuvo su antecedente en España con personajes como Jesús Gil en Marbella en los años 80 y 90.

La mano negra de Miguel Ángel Rodríguez puede verse en muchas de las declaraciones y acciones de la presidenta.

El acuerdo de las tres derechas

Tras las elecciones autonómicas de 2019, el PP obtuvo un mal resultado en comparación con otros comicios, pero una triple alianza de PP, Ciudadanos y Vox, el llamado “trío de Colón”, sería suficiente para mantener el poder del PP en Madrid.

Distintas fuentes sitúan aMiguel Ángel Rodríguez en el centro de las negociaciones para conseguir este pacto tripartito para mantener a la Comunidad de Madrid en el lado de la derecha.

La creación de un líder

Díaz Ayuso en la Real Casa de Correos. Autor: Comunidad de Madrid, 21/10/2020. Fuente: Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)
Díaz Ayuso en la Real Casa de Correos. Autor: Comunidad de Madrid, 21/10/2020. Fuente: Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)

El objetivo de Miguel Ángel Rodríguez ha sido crear una lideresa y no una gestora. Díaz Ayuso se presenta muchas veces por encima de las instituciones, omnipresente en todos los pasos del PP de Madrid y sin dar ningún gran valor a la gestión, sino a su papel al frente de todo.

En un momento donde muchas personas desconfían de las instituciones, Miguel Ángel Rodríguez ha labrado un camino en la antipolítica para Ayuso, mostrándola como una política alejada de los conceptos tradicionales e institucionales.

En este campo hay dos objetivos claros:

  1. Enfrentamiento contra Pedro Sánchez e Iván Redondo

A Miguel Ángel Rodríguez se le achaca la decisión de dotar a Isabel Díaz Ayuso de su aura nacional. La líder de Madrid no tiene como principales enemigos a la oposición comunitaria, sino que parece tener a su principal rival en el gobierno central.

Esto se debe a la buena lectura del asesor del momento político, viendo el profundo rechazo que causaba el PSOE en distintos sectores de la derecha y el momento moderado que vivía Pablo Casado tras las elecciones del 20 de noviembre de 2019 y la llegada de la pandemia, que le frenaban a la hora de poder lanzar toda la artillería contra el ejecutivo.

Este no era el problema de Ayuso, que ha mantenido un combate sin cuartel contra PSOE y Unidas Podemos, oponiéndose a cada medida desde el gobierno y tomando caminos distintos ante cada norma, incluso cuando esto no tenía sentido por una cuestión de competencias territoriales.

  1. Anular a sus aliados

Miguel Ángel Rodríguez suele jugar a ganar y es un acérrimo defensor del PP, llegando a declarar “que Aznar ha sido el mejor presidente de España”.

Así, Díaz Ayuso ha eclipsado siempre a sus aliados, Ciudadanos y Vox. Ayuso ha estado siempre en el centro de la polémica, a través de las frases, declaraciones, ocurrencias o proyectos.

La presidenta ha tenido una sobrerrepresentación mediática que ha resultado positiva, a diferencia de la de Pablo Casado. En este camino, sus dos aliados han quedado minimizados y, de hecho, esto es lo que apuntan todas las encuestas: Ciudadanos pasaría de 26 diputados a 0 y Vox, que cuenta con 12 escaños, podría quedarse con un resultado según la mayoría de encuestas de entre 12 y 10 escaños, con una tendencia a la baja, por lo que no solo no recogería escaños de Ciudadanos, sino que podría verse reducido. El PP doblaría sus resultados de 2019, reteniendo hasta el 90% del voto que obtuvo entonces.

Díaz Ayuso con Pablo Casado e Ignacio Aguado. Autor: Comunidad de Madrid, 18/12/2019. Fuente: Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)
Díaz Ayuso con Pablo Casado e Ignacio Aguado. Autor: Comunidad de Madrid, 18/12/2019. Fuente: Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)

Frases polémicas

La gestión de Ayuso ha sido famosa por el tono de la presidenta, bronco, vulgar, explícito y agresivo. La raíz de esta estrategia se basa en conectar con amplias capas de la población y votantes de la derecha. Y es una marca del mencionado experto en comunicación.

Es importante recalcar que no se puede asegurar que estas frases salgan directamente del asesor, pero existe una probabilidad elevada, teniendo en cuenta el puesto que ocupa y el estilo empleado.

Así, por nombrar solo algunas de estas frases:

  • «En Madrid la gente no quiere vivir subvencionada» (refiriéndose a Andalucía).
  • «Mantenidos subvencionados como son los de colas del hambre». (en un mitin, refiriéndose a las personas que esperan para recibir alimentos).
  • “Ustedes decían que cómo iba a traer yo dos aviones. Traje diez. Diez aviones. Con mi gestión y nunca con la ayuda de sus liberados sindicales. Trescientos en casita. Ya se podían haber puesto la mascarilla y ponerse a trabajar» (sobre el debate de la ayuda sanitaria)
  • “Cuando te llaman fascista es que estás haciendo las cosas bien. Estás en el lado bueno”

Además, aquí es muy llamativo la pronunciación de Isabel Díaz Ayuso. La presentadora no entra en las declaraciones de la presidenta e incluso intenta ignorarlas para seguir con la entrevista mientras Ayuso sigue insistiendo.

Casi sin venir a colación y de manera forzada acaba con “estas en el lado bueno, en el lado bueno de la historia, digo”. Una frase provocativa que ocupó las tertulias durante días.

  • Socialismo o Libertad

El provocador eslogan de Ayuso con la libertad como eje y confrontando con sus enemigos de manera directa ha sido señalado por distintos analistas como una elección de Miguel Ángel Rodríguez.

Una escenografía cuidada

La escenografía especialmente llamativa de la presidenta, casi histriónica, también se achaca a la estrategia comunicativa de Miguel Ángel Rodríguez.

Durante la primera ola de la pandemia, Ayuso ocupó varias portadas tras presentarse completamente de luto en la misa del cementerio La Almudena con gesto compungido, acción que repitió en el hospital de campaña Ifema y en el Dos de Mayo.

Para el diario El Mundo, la presidenta imitó a Nuestra Señora de los Dolores, con una iconografía y estilo que copó portadas los días siguientes, amén de varios memes y bromas.

También se la achaca a Miguel Ángel Rodríguez en su pulso con Iván Redondo el éxito de la cumbre Sánchez-Ayuso tras las malas cifras de Madrid en la primera ola.

En este entorno, Pedro Sánchez viajó a Madrid para firmar una tregua con Ayuso y ayudar a una Comunidad que pedía ayuda al Estado y se veía superada por la pandemia.

En vez de recibir al presidente de manera sumisa o cordial, Miguel Ángel Rodríguez desplegó una iconografía llena de banderas de España y de Madrid, tratando de encumbrar todo lo posible la figura de la presidenta y minimizar a la de Sánchez a la calidad de visitante.

A los pocos días esta volvió a su tono de confrontación con el ejecutivo e incólume del desgaste pese a aceptar que la situación había sobrepasado sus recursos y su capacidad de gestión.

El adelanto electoral

La tirria del jefe de gabinete de Ayuso a Ciudadanos ha sido de sobra aireada. Se sitúa a Miguel Ángel Rodríguez junto a Pablo Casado y el secretario General del PP, Teodoro García Egea, como uno de los artífices del adelanto electoral de Madrid, que ya sobrevolaba las mentes del asesor de Díaz Ayuso tiempo a.

Además, durante estos meses Mar combatió contra otro spin doctor. Exactamente el de Pedro Sánchez: Iván Redondo. El duelo entre ambos comunicadores ha sido siempre favorable a MAR quien finalmente consiguió la expulsión de Redondo tras la sonada derrota de Madrid.

La guerra en el PP

El PP vive una situación tensa desde 2020 y la llegada de MAR al gobierno. Desde la dirección nacional del PP no veían con buenas ojos las estrategias provocativas de MAR que hacían parecer que la presidenta iba por su cuenta. Esto se demostró con la estrategia contra el Covid19 con la mayoría de territorios dominados por el PP tomando una decisión mientras que Madrid solía tomar otra muy distinta, generalmente además lo contrario a lo que pedía el gobierno central.

Este ambiente de confrontación total no fue bien visto por la dirección. Además le daba a Ayuso un protagonismo total, eclipsando a Casado. La comunicación entre la dirección nacional y el gabinete de MAR se fue agrietando hasta el punto que Teodoro García Egea y Miguel Ángel Rodríguez no podían ni verse. De hecho, MAR fue vetado de poder ir a Génova.

Esto no disuadió al asesor que siguió con su estrategia. Y finalmente llegó la gran victoria de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso sumando más que el resto de la izquierda y con Vox minimizado.

Aquí las tensiones entre ambas fuerzas aumentaron. Pablo Casado vio en Ayuso a una rival que podía competir contra él en las primarias de 2023 si Casado no llegaba a la Moncloa. Además, Ayuso alimentó estas suspicacias al exigir el puesto de presidenta regional del PP.

La dirección nacional del PP ya había querido evitar en otras ocasiones que una misma persona ocupase el puesto de presidente de la CAM y presidente regional. Este puesto en una sola persona concentra un enorme poder desde el que poder asaltar la dirección nacional. Esto fue casi lo que intentó Esperanza Aguirre contra Rajoy.

Así la batalla estaba servida, con Génova intentado por todos los medios que Ayuso no fuese la presidenta y preparando incluso una alternativa en la figura del popular alcalde de Madrid Martínez Almeida. Ayuso por su parte, exigía adelantar el conclave (originalmente planeado para verano de 2022), aprovechando su popularidad por el éxito de las elecciones madrileñas.

Esta estrategia de ir al choque y ante la prensa contra la dirección nacional del PP lleva para muchos la indefectible marca de MAR. Pero pese a eso en los meses siguientes hubo un intento para rebajar la tensión.

En las mismas navidades Teodoro García Egea y Miguel Ángel Rodríguez coincidieron de manera provocada para limar asperezas. Esa reunión fue bien y consiguió según los medios, rebajar la tensión

Esta tregua se mantuvo durante las elecciones de Castilla y León. Pese a que la relación entre Casado y Ayuso no era buena, la presidenta participó en la campaña de Mañueco, generalmente llenando los mítines a los que asistía. El resultado fue un pinchazo para el PP: solo mejoraba dos procuradores mientras Vox crecía sobremanera, siendo una victoria con sabor amargo.

Esto confirmó a la presidenta y su entorno que la victoria de Madrid había sido por su figura. Así el mismo día después de las elecciones, Ayuso aumentaba la tensión al volver a exigir en prensa el adelantamiento del conclave regional.

Pero de repente la situación se precipitó cuando se filtró a la prensa que Isabel Díaz Ayuso había sido espiada por la dirección nacional del PP por una supuesta adjudicación con tintes de corrupción. La empresa Priviet Sportive S.L había sido adjudicataria de un contrato con la CAM por valor de 1.5 millones de euros con mediación de Tomás Díaz Ayuso, quien se había embolsado por la operación 286.000€.

Ayuso hacía una letal rueda de prensa cargando contra Pablo Casado, Teodoro García Egea e implicando también a Almeida. Lo curioso de esto es que Ayuso y Mar conocían que el PP nacional estaba investigando este contrato desde al menos noviembre. Así se lo comunicó Casado a la presidenta.

Aquí según varios analistas entran las estrategias de MAR. Algunos sospechan que la intención de inflamar la situación, romper con Casado y presentarse como la víctima en público obedece a la estrategia de intentar tapar un escándalo con otro, desviando la atención.

Así, la acción de ir a la guerra total con el PP nacional sería un huida hacía adelante con la que Ayuso además esperaría salir reforzada por la opinión pública y eliminar a sus rivales internos. Una estrategia arriesgada, conflictiva, inflamatoria y victimizante que parece estar firmada por el polémico asesor.

Una jugada que podría salir bien aprovechando el enorme tirón de la presidenta madrileña, que podría derribar a un Casado con un débil liderazgo.

El triunfo de la antipolítica

Trump en el mitin de Fountain Hill. Autor: Gage Skidmore, 19/03/2016. Fuente: Flickr (CC BY-SA 2.0)
Trump en el mitin de Fountain Hill. Autor: Gage Skidmore, 19/03/2016. Fuente: Flickr (CC BY-SA 2.0)

El éxito de los líderes populistas de nuevo cuño de la derecha no es una novedad, sino un fenómeno reciente que lleva produciéndose la pasada década.

Esta nueva hornada camina sobre la antipolítica, la vulgaridad y el desprecio a las instituciones. Una estrategia que Miguel Ángel Rodríguez ya aplicaba cuando nadie lo hacía y que en el contexto de los grandes liderazgos unipersonales y la “política show” ha resultado ampliamente efectiva.

Nadie puede negar el mérito al asesor de Ayuso, al haberla convertido en un icono de la derecha y en alguien capaz de combatir en un futuro contra Pedro Sánchez , y posiblemente contra Pablo Casado)

El asesor lucha un duelo contra Iván Redondo por mover correctamente sus fichas y desde luego el tablero está empatado.

Sus estrategias tienen un claro perdedor: la democracia. Todas sus técnicas atacan al Estado y las instituciones, minusvalorándolas o renegando de ellas, ensalzando una visión subjetiva y egoísta de la sociedad.

Posiblemente sean muy eficaces. Lo que no queda del todo claro es cuál es el precio que la sociedad pagará en un futuro por ellas.

En Estados Unidos el éxito de Steven Banon y la “alt-right” o nueva derecha dejó a la primera potencia mundial en uno de sus momentos históricos de mayor debilidad internacional y mayor conflicto interno. El precio por seguir las estrategias populistas es tan dañino como peligroso para la sociedad.

Nota al pie:

Este artículo originalmente publicado el 23 de abril de 2021 ha sido actualizado con fecha de 18/02/2021.

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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