Europa

Irlanda, bastión contra el fascismo europeo

En 2010, la extrema derecha todavía era algo propio de grupos que operaban prácticamente al margen de la legalidad, ejerciendo la violencia contra otras organizaciones o en partidos de fútbol. Sin embargo, en solo diez años, han penetrado en prácticamente todos los países europeos. Menos en Irlanda.

Para 2018, hace dos años, varios países de la Unión Europea resistían todavía al avance de la ultraderecha. España, Portugal, Croacia o Irlanda eran ejemplos de resistencia. Sin embargo, los 24 escaños de Vox obtenidos en las elecciones del 28 de abril de 2019 en España, los 16 diputados del Movimiento de la Patria en Croacia el 5 de julio de 2020 y la entrada de CHEGA! En la Asamblea de la República de Portugal con un asiento el 6 de octubre de 2019, dejaron a Irlanda como un reducto, en apariencia inexpugnable, ante la arrolladora ola ultraderechista.

¿Es que Irlanda no es ajena al discurso populista característico de la nueva alt-right o a los postulados antifeministas o antiinmigración? Por supuesto que no. De hecho, tal y como sucede en Europa, en Irlanda está creciendo a marchas forzadas un ensalzamiento del patriotismo y el ultranacionalismo en base al mismo discurso de odio contra las personas inmigrantes. No son pocas las personalidades y partidos políticos que realizan sin tapujos declaraciones como que “los inmigrantes violan a las familias irlandesas”.

¿Por qué entonces no terminan de cuajar los partidos de extrema derecha?

Irlanda, un país con una Historia particular

Memorial de la Gran Hambruna de Irlanda en Dublin. Autor: AlanMc, 2006. Fuente: Wikimedia Commons. Dominio público.
Memorial de la Gran Hambruna irlandesa en Dublin. Autor: AlanMc, 2006. Fuente: Wikimedia Commons. Dominio público.

Mientras en la Europa de la primera mitad de siglo existía un enfrentamiento ideológico, social y político entre las fuerzas de derecha y de izquierda (derivado de la lucha de clases y del choque entre los fascismos y los movimientos socialistas, anarquistas y comunistas), así como fuertes conflictos geopolíticos derivados del colonialismo y el imperialismo europeo que desencadenaron en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, Irlanda iba por otro camino diferente.

La política de Irlanda en los últimos siglos ha estado dominada por su lucha por librarse del dominio británico, por la recuperación y reivindicación de su lengua y su cultura y por su neutralidad ante los conflictos que azotaron el mundo.

Los antecedentes del movimiento independentista de Irlanda

Desde 1801 hasta 1922, Irlanda formaba parte de Reino Unido, previamente invadida en el Siglo XII por éste como resultado de una conquista y una imposición y que generaba no pocos conflictos sociales, como suele ser habitual.

Conflictos fomentados también por cuestiones religiosas, ya que la parte norte de la isla, concretamente los llamados nueve condados del Úlster (que incluye los seis de la actual Irlanda del Norte) han sido siempre de mayoría protestante. Mientras que, el resto, ha sido de predominio católico. Esto a su vez se debe a que la religión protestante fue introducida e impuesta siglos atrás con la colonización de la isla por Reino Unido y la prohibición de la cultura, lengua y tradiciones irlandesas.

Además, la parte del Úlster ha tendido a ser más favorable a la unidad con Reino Unido (posición unionista o lealista) y la otra parte más favorable a la independencia de toda la isla (posición republicana, nacionalista y/o de reunificación), por una cuestión lógica.

A medidos del siglo XIX, entre 1845 y 1849, se sucedió la Gran Hambruna de Irlanda debido a que, dependientes del cultivo de patata, éste se echó a perder debido a una plaga. Se estima que la isla pasó de 8 a 4 millones y medio de habitantes. Esto reflejó la debilidad económica de una región entonces dependiente de Reino Unido e historiadores afirman que alentó el sentimiento nacionalista como nunca antes.

De hecho, en 1858, se creó la Hermandad Republicana Irlandesa (IRB en gaélico, la lengua autóctona), una organización secreta que buscaba la creación de una república democrática e independiente de Reino Unido.

Previamente, había existido el movimiento Joven Irlanda (Éire Óg, en gaélico) a finales de los años 30 inspirado en la Revolución Francesa y en los levantamientos liberales europeos de la época, pero unido al deseo de independencia.

Con la hambruna, los grupos afines a este sentir protestaron hasta provocar el levantamiento de 1848 coincidiendo con otros levantamientos populares en Europa. Tanto éste acto como los sucesivos organizados por la IRB, como la creación de un periódico, fueron duramente reprimidos y el gobierno de Reino Unido implantó leyes autoritarias. Esto provocó una progresiva radicalización de la organización, hasta que, en 1867, decidió emplear la lucha armada, lo que llamaron Rebelión Feniana.

La mayoría de sus atentados fracasaron y sus miembros fueron detenidos o ejecutados. Exceptuando el asesinato del Jefe de la Secretaría de Irlanda en 1882, la organización prácticamente desapareció.

Paralelamente, la Liga para el Gobierno Autónomo era la formación política que, mediante las urnas, trataba de representar estas posiciones políticas. Con el problema de la cuestión agraria de por medio y el triunfo del Partido Liberal en Reino Unido, un sector conservador transformó la Liga en el Partido Parlamentario Irlandés (Home Rule Party) en 1882, liderado por Charles Stewart Parnel.

Una serie de reformas políticas en 1884 que duplicaron el derecho de sufragio (el censo pasó de 220.000 a 500.000 votantes), entre ellos, buena parte del campesinado, llevaron al Partido Parlamentario Irlandés a ser mayoría en Irlanda. A pesar de los intentos de unionistas y conservadores por tumbarlo, tras una breve pérdida de poder y divisiones internas, en 1912 consiguieron aprobar la Ley de Autogobierno y una especie de estatuto de autonomía irlandés llamado Home Rule.

El Alzamiento de Pascua

Ejército Republicano de Irlanda (IRA) fuera del Liberty Hall. Autor: National Library of Ireland on The Commons, 1914. Fuente: Flickr. Dominio público.
Ejército Republicano de Irlanda (IRA) fuera del Liberty Hall. Autor: National Library of Ireland on The Commons, 1914. Fuente: Flickr. Dominio público.

Hay que tener en cuenta que, en aquel momento, los conflictos estaban a la orden del día. Fue una época donde las potencias europeas trataban de someter a otros pueblos y solamente los que se defendían mediante las armas conseguían su soberanía. Décadas de fracaso político provocaron el deseo de lucha armada de parte de la población irlandesa, muy especialmente ante el juego sucio y el filibusterismo de los partidos unionistas.

Las fuerzas partidarias de la unión, mientras tanto, fueron representadas por diferentes organizaciones políticas, como la Alianza Unionista Irlandesa (1891) o el Partido Unionista (1905). Ante sus fracasos políticos, en 1912, se creó las Fuerzas de Voluntarios del Úlster, un ejército paramilitar que llegó a tener 100.000 miembros y que tuvieron una fuerte tendencia ultraderechista.

Este ejército (que hoy se catalogaría de grupo terrorista) buscaba impedir a toda costa la implantación del nuevo estatuto de autobierno. Así, varios grupos nacionalistas irlandeses, entre ellos, el partido Nosotros (Sinn Féin en gaélico, creado en 1905) formaron su propia milicia en 1913 con cierta influencia del movimiento obrero, los Voluntarios Irlandeses, resucitando a su vez el IRB.

En 1916, finalmente, el IRB y los Voluntarios Irlandeses planifican el llamado Alzamiento de Pascua. Con el activista Patrick Pearse como principal líder junto al sindicalista y socialista James Connoly, trataron de tomar Dublín sin éxito. Más de 3.000 personas fueron apresadas y los 15 cabecillas ejecutados.

En aquel momento, Reino Unido estaba inmerso en la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), por lo que la población no prestaba mucha atención a la causa independentista. No obstante, la brutal represión que sufrió el Alzamiento reavivó las simpatías de la sociedad por la causa, por lo que se considera un gran punto de inflexión.

La Guerra de Independencia de Irlanda

Elecciones generales de Irlanda de 1918, donde el Sinn Féinn ganó en la mayoría de condados, superando al resto de partidos.
Elecciones generales de Irlanda de 1918, donde el Sinn Féinn ganó en la mayoría de condados, superando al resto de partidos.

Éamon de Valera fue uno de los pocos supervivientes, quien reorganizó el movimiento y decidieron usar al Sinn Féin como tapadera política ya que la prensa identificó el alzamiento con este partido, haciendo que reivindicara la República de Irlanda y oponiéndose a las políticas de reclutamiento impuestas a Irlanda por Reino Unido (que vulneraban el autogobierno). En apenas dos años, el Sinn Féin arrasó en las elecciones desbancando a otros partidos nacionalistas (73 de 105 escaños).

Acto seguido, abandonaron sus escaños en la Cámara de los Comunes y crearon el Dáil Éireann, la Asamblea Irlandesa, proclamando la independencia y asumiendo un gobierno independiente por primera vez en casi 120 años. Sin embargo, ningún país reconoció a la joven y nueva república, excepto la Unión Soviética (URSS), el primer país del mundo en reconocer la República de Irlanda, en 1918.

El Dáil Éireann reconoció a los Voluntarios Irlandeses como el ejército oficial de la nueva república, reconvirtiéndolos en el Ejército Republicano Irlandés (Irish Republican Army, IRA), con unos 100.000 inscritos y 15.000 combatientes armados.

Si bien es cierto que las propuestas sociales o económicas estaban a un segundo e incluso tercer planto en este enfrentamiento y que cada grupo era bastante heterogéneo, existía una tendencia conservadora por un lado y progresista por la otra. Se acepta que tanto el IRA como el Sinn Féinn heredaron el espíritu revolucionario de la época.

El gobierno de Reino Unido ilegalizó ambas organizaciones y estalló la Guerra de Independencia y el periodo conocido como The Troubles.

La guerra se extendió hasta 1922 con la firma del Tratado anglo-irlandés y su aprobación por poco en el Dáil Éireann. El conflicto fue sangriento para ambos bandos y evidenció la incapacidad del bando inglés para vencer a la guerra de guerrillas del IRA, y del IRA para controlar militarmente todo el territorio.

El tratado supuso la creación de Irlanda del Norte con los famosos seis condados (y que rápidamente decidieron unirse a Reino Unido) y la creación del Estado Libre de Irlanda, un país independiente pero bajo la monarquía de Reino Unido, como Canadá (la Commonwealth británica)

La Guerra Civil Irlandesa

El edificio Four Courts de Dublín, Irlanda, bombardeado durante la Guerra Civil irlandesa cuando fue tomaba por las fuerzas militares contrarias al Tratado anglo-irlandés. Autor: National Library of Ireland on The Commons, 30/06/1922. Fuente: Flickr. Dominio público.
El edificio Four Courts de Dublín, Irlanda, bombardeado durante la Guerra Civil irlandesa cuando fue tomaba por las fuerzas militares contrarias al Tratado anglo-irlandés. Autor: National Library of Ireland on The Commons, 30/06/1922. Fuente: Flickr. Dominio público.

La aceptación de este tratado supuso un cisma en el movimiento independentista, la división del Sinn Féin y el estallido de la Guerra Civil Irlandesa entre partidarios y contrarios al mismo.

Brevemente antes de este conflicto, con el IRA dividiéndose y Valera abandonando el partido y formando el suyo propio, el Dáil Éireann intentó reconciliar la postura de ambos bandos acordando una Constitución de tipo republicana y una coalición de gobierno, pero Reino Unido intervino para evitarlo. Tras unas nuevas elecciones, la mayoría del electorado irlandés lo aceptó, pero Valera, sus seguidores políticos y la mayoría del IRA continuaron oponiéndose, desencadenando la guerra.

El gobierno oficial, pro-tratado, utilizó todos los medios a su alcance para aplastar a la insurgencia, incluso mediante juicios sumarios y consejos de guerra, mientras que el IRA trató de tomar un cariz más revolucionario, siendo apoyado por la Internacional Comunista y centrándose tanto en objetivos militares como en la expropiación de propiedades a terratenientes, además de buscar la independencia total de Reino Unido.

Finalmente, las fuerzas pro-tratado ganaron. El Sinn Féinn pro-tratado se refundó en Sociedad de los irlandeses y gobernó el Estado Libre de Irlanda hasta 1933, momento en el que absorbió a otros partidos hasta crear el Fine Gael (Familia de los Irlandeses).

Por otro lado, el Sinn Féinn anti-tratado, se reorganizó en el Fianna Fáil (Guerreros del Destino). Sinn Féinn desapareció. Temporalmente.

El nuevo panorama político irlandés: Fine Gael y Fianna Fáil

Elecciones generales en Irlanda por porcentaje de voto y por partido en 1933. Fianna Fáil gana por primera vez en la mayoría de condados, mientras que Cumann (después Fine Gael) quedó en segundo lugar.

Ambos partidos dominaron la política irlandesa durante las siguientes décadas. Fine Gael absorbió a diferentes partidos, como el Partido Nacional de Centro o a la Guardia Nacional, más conocida como “camisas azules”, una organización de inspiración fascista surgida en los años 30, momento de auge de los totalitarismos ultraderechistas, que trataban de enfrentarse a la parte del IRA que se negaba a aceptar el tratado y que protagonizó actos violentos hasta bien entrados los años 60.

Debido a la crisis económica producido por el crack de 1929 y a la sucesiva derechización del Fine Gael, el Fianna Fáil ha sido primera fuerza política hasta las elecciones generales de 2011 y ha gobernado Irlanda de forma ininterrumpida hasta 1970. Éamon de Varela fue presidente y ostentó diferentes cargos públicos hasta 1970. Murió en 1975.

Este gobierno consiguió, en 1937, aprobar una nueva constitución, que reemplazaba al Estado Libre Irlandés por un nuevo Estado llamado Éire (Irlanda), un primer paso para la independencia total de Reino Unido.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), Irlanda una vez más fue una excepción histórica. El gobierno decidió aprobar el Acta de Poderes de Emergencia, una serie de medidas que suspendía buena parte de las garantías constitucionales y declaraba la neutralidad en la guerra, lo que hizo que Irlanda resultara ajena a todos estos conflictos ideológicos y a las injerencias extranjeras.

Aunque en la década de los 40 aparecieron partidos ultraderechistas, como los Arquitectos de la Resurrección (1942) o el Irish Monetary Reform Association, apenas consiguieron apoyo popular y terminaron disolviéndose a finales de los años 50.

En 1949, ya acabada la guerra, Irlanda finalmente abandonó la Commonwealth y se constituyó como un estado totalmente independiente, a excepción de Irlanda del Norte.

Hasta prácticamente la actualidad, los enfrentamientos entre el IRA (y sus diferentes escisiones) y las fuerzas paramilitares unionistas de Irlanda del Norte ha sido constante, con altos al fuego, treguas, disoluciones de algunas ramas, etc.

El renacimiento del Sinn Féinn y el fin de la lucha armada

Miembros del partido Sinn Féinn de Irlanda con el lema "Time for Irish Unity". Auotr: Sinn Féin, 07/04/2018. Fuente: Flickr. (CC BY 2.0.).
Miembros del partido Sinn Féinn de Irlanda con el lema «Time for Irish Unity». Auotr: Sinn Féin, 07/04/2018. Fuente: Flickr. (CC BY 2.0.).

En 1954, Sinn Féinn renace tratando de capitalizar el descontento que expresaba el IRA mediante la violencia y adquiriendo tintes progresivamente izquierdistas. Históricamente, se relaciona a ambas organizaciones aunque, actualmente, con la disolución del llamado IRA Provisional (o provos) en 2008, se estima que no existe ninguna relación y que el Sinn Féinn ha renunciado a la lucha armada.

Como sucedió en muchos países europeos, la crisis económica de 2008 produjo cambios políticos y sociales importantes. En las elecciones generales de Irlanda de 2011, el conservador Fina Gael quedó primera fuerza por primera vez desde que perdió en 1933, pero también supuso una fuerte subida de Sinn Féin, que quedó cuarta fuerza con el 9% de los votos, siendo más tarde tercera en 2016 con el 13,8%.

Previamente, en 1982, tras excesivas escisiones entre los partidos unionistas y lealistas de Irlanda del Norte, el Sinn Féinn consiguió capitalizar todo el voto partidario de la reunificación de Irlanda entrando con fuerza en el parlamento con el 10% de los votos.

En la actualidad, es primera fuerza en Irlanda y segunda fuerza en Irlanda del Norte desde el año 2003, capitalizando el descontento de la población irlandesa frente al bipartidismo de Fianna Fáil y Fine Gael. No obstante, Fianna Fáil, Fine Gael y el Partido Verde han pactado para evitar que toque poder en una coalición que sorprendió a todo el mundo.

El contexto político y social de Irlanda

Manifestación feminista el 17 de noviembre de 2012. Autor: William Murphy Fuente: Flickr. (CC BY-SA 2.0.).

Del análisis histórico que se desprende de lo ya descrito se deduce que, como pasa por ejemplo en regiones cuya identidad nacional se traduce en movimientos soberanistas, el eje indepentismo-unionismo define parte de la agenda política, superponiéndose al eje ideológico izquierda-derecha.

Ejemplos de esto lo tenemos en regiones como Flandes (Bélgica) o Catalunya y País Vasco (España). Y, precisamente en estos territorios, la extrema derecha no ha tenido éxito.

Pero, en el caso de Irlanda, se da una circunstancia más. Y es que las fuerzas de izquierda se han alineado históricamente con el soberanismo irlandés, mientras que las conservadoras e incluso las ultraderechistas han sido más favorables al unionismo o a posiciones más tibias. El partido Fine Gael, entre 1933 y 2011, no ganó en ninguna elección y, curiosamente, se le achaca el haber absorbido a fuerzas derechistas y ultraderechistas, como las «camisas azules».

Por lo tanto, si el llamado discurso identitario ha sido asumido por estas fuerzas, la ultraderecha lo tiene difícil para reivindicarlo, al tiempo que se la relaciona directamente con posturas unionistas. La izquierda ha sabido, en general, permanecer unida y responder a las demandas y necesidades de la sociedad irlandesa, además de tener una amplio tejido social antifascista.

Además, se da otra circunstancia: Irlanda es profundamente europeísta, mientras que Reino Unido no. Se estima que el abandono de Reino Unido de la Unión Europea ha podido motivar el auge de Sinn Féin en las elecciones norirlandesas de 2017, en las cuales se quedó a un escaño del derechista Partido Unionista Democrático (DUP). En cambio, la ultraderecha es bastante euroescéptica y antiglobalista.

Hay que tener en cuenta también que Irlanda es un país que ha resultado ajeno a los vaivenes políticos y sociales del mundo occidental, por lo que no ha atraído la atención ni de agentes externos que busquen apoyar a fuerzas de ese tipo (es decir, Estados Unidos no tiene mucho interés en provocar un golpe de estado como en los 60 y los 70 en América Latina), ni tampoco genera un flujo migratorio tan grande como para facilitar con rapidez la activación del discurso de odio típico de la ultraderecha.

Por último, tal y como ha pasado con muchos países, como España, antes de la entrada de fuerzas de extrema derecha en los parlamentos, la ultraderecha se encuentra bastante divida y carece de un liderazgo carismático y fuerte en Irlanda.

La ultraderecha en Irlanda

Publicidad del ultraderechista Partido Nacional de Irlanda ensalzando el nacionalismo. Autor: National Party, 20/04/2020. Fuente: Flickr. (CC BY 2.0.).
Publicidad del ultraderechista Partido Nacional de Irlanda ensalzando el nacionalismo. Autor: National Party, 20/04/2020. Fuente: Flickr. (CC BY 2.0.).

Todo lo anterior no implica que la extrema derecha no exista en Irlanda.

En 2016 se creó el Partido Nacional de Irlanda, que obtuvo el 1,3% de los votos en las elecciones de 2020 con un marcado discurso anti-inmigración y ultraconservador. Se le considera afín a los partidos también de extrema derecha Forza Italia y el Partido Nacional Democrático de Alemania. También se considera probadas sus relaciones con grupos abiertamente neonazis. Su líder, Justin Barrett, ha sido visto en eventos abiertamente neofascistas.

Por otro lado, el Partido de la Libertad Irlandesa, con un discurso muy similar pero de carácter menos identitario, muy euroescéptico pero más liberal (de hecho analistas lo catalogan únicamente como de derechas), creado en 2018, obtuvo solo el 0,3% de los votos.

Hay que tener en cuenta también que, debido a las características del sistema electoral irlandés, a menudo proliferan candidatos y candidatas independientes a los partidos. Analizando el discurso de todas estas candidaturas, se podría decir que afines a postulados de derecha radical se encuentra la ex-periodista Gemma O’Doherty. Su discurso se caracteriza por estar en contra de la inmigración, negar el cambio climático y por esgrimir teorías conspirativas.

Apareció en los medios por señalar a un supermercado que, en uno de sus anuncios, puso a una pareja de personas racializadas. Asimismo, ha sido criticada por subir fotografías de menores racializados asegurando que los irlandeses se están convirtiendo en una «minoría étnica» dentro del país. Obtuvo el 1,97% de los votos en el condado de Fingal.

En Twitter asegura que “el multiculturalismo ha sido un desastre para Irlanda» y bromea sobre los efectos del cambio climático.

Por su parte, el empresario Peter Casey, que califica la inmigración como «una bomba de relojería», quedó en tercero en porcentaje de votos en Donegal y Dublín Oeste. Obtuvo el 23% de los votos en las elecciones presidenciales de 2018.

Sin embargo, cabe destacar a Verona Murphy, que relaciona a los inmigrantes con las personas pertenecientes al Estado Islámico; y al empresario Noel Grealish, también con un discurso xenófobo. Ambos obtuvieron escaño como independientes.

De momento, no parece que la sociedad irlandesa esté dispuesta a aceptar estos discursos, pues no se dan las condiciones para ello. Existe, además, un proyecto de izquierdas fuerte que ha sabido ofrecer una alternativa difícil de atacar por la extrema derecha, junto a una derecha que, de momento, acapara toda alternativa posible.

No obstante, esto podría cambiar en cualquier de momento.

Enlaces, fuentes y bibliografía:

– Foto destacada: Miembros del ultraderechista Partido Nacional irlandés. Autor: National Party, 17/04/2020. Fuente: Flickr. (CC BY 2.0.).

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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