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Periodistas y antifascistas se infiltran en las redes de neonazis de Australia y revelan como se preparan para la guerra racial

Una nueva investigación en exclusiva entre los grupos The Age, The Sydney Morning Herald y 60 Minutes con la colaboración de activistas antifascistas revela hasta que punto el neonazismo en Australia se prepara para una guerra racial y se infiltra en las instituciones y en las organizaciones políticas australianas.

Estos medios se unieron para realizar una investigación que ha durado un total de ocho meses y que revela el peligro de la extrema derecha. Además, ha contado con la colaboración de un infiltrado en la National Socialist Network (Red Nacionalsocialista, NSN), la mayor organización de extrema derecha del país.

Este infiltrado ha puesto micrófonos, cámaras y ha entregado cientos de horas de grabación a la policía que revelan a los miembros de la red, muchos de sus planes y su actividad en grupos violentos.

Australia se sorprendía en 2020 cuando Mike Burguess, director general de ASIO, el servicio de inteligencia australiano, revelaba que la extrema derecha era una gran amenaza para el país. Hoy, el mismo director cuenta que el terrorismo ultraderechista ocupa el 50% del tiempo de investigación de la ASIO.

El debate en Australia sobre la extrema derecha se encendió tras los ataques terroristas de Christchurch de 2019, en Nueva Zelanda. Aunque muchos medios vendieron inicialmente al terrorista como “un pistolero” o “un loco”, se descubrió que había sido radicalizado por la extrema derecha y que en su actuación buscaba objetivos políticos.

Los planes de los neonazis para Australia

Las horas de vídeos grabadas dentro de la red NSN revelan eficazmente las motivaciones y objetivos de esta organización

Primero, la constante difusión es una de las armas de esta red. Los vídeos a través de las redes sociales para radicalizar a los jóvenes siguen lanzándose y emitiéndose, preparándolos para el siguiente paso, la captación.

En segundo lugar, la NSN y otros grupos, como Combat 18, tienen redes de organización internacional, copiando y cooperando con otros grupos de extrema derecha fuera de Australia. En un mundo globalizado, el terrorismo ya no es algo estatal.

En tercer lugar, la NSN entrena a sus miembros, los cuales se preparan para una “guerra racial”. Estos miembros tienen permisos de armas y entrenamiento, y la violencia no es desconocida para ellos: en muchos de los vídeos y audios grabados hablan de su participación en actos violentos.

Esta postura siempre había sido negada por los grupos neonazis y gracias a esta investigación la policía se encuentra tras la pista de varios nuevos culpables, que también colaboraron en la destrucción de pruebas.

Por último, otro objetivo que centra los planes de la NSN es la infiltración en la política. El objetivo del grupo es conseguir poner políticos en el Partido Liberal, intentando promover políticos de extrema derecha como el exsenador Frasser Anning, que sale como ejemplo en las conversaciones.

En este sentido, otro de los objetivos del grupo es encontrar a políticos conservadores que puedan mover el debate y radicalizar al Partido Liberal. Para ello ponen el ejemplo de Donald Trump.

“El Partido Liberal ya ha funcionado… en Estados Unidos vieron que, como, Donald Trump estaba ‘construyendo el muro, deportando a la gente’ y estaba ganando elecciones. E incluso cuando «perdió» las elecciones, todo el mundo sabe que o las ganó o estuvo bastante cerca. Por eso, el Partido Liberal no va a negar que los australianos no son tan racistas como los estadounidenses”, dijo Tom Sewell, uno de los participantes al mando de estas reuniones con contactos en la política y con antecedentes violentos.

Rechazo político y prohibición

Los miembros de la Red Nacional Socialista prendieron fuego a una cruz durante una visita al Parque Nacional Grampians el fin de semana. Fuente: The Sindey Morning Herald (Dominio Públicio).
Los miembros de la Red Nacional Socialista prendieron fuego a una cruz durante una visita al Parque Nacional Grampians el fin de semana. Fuente: The Sindey Morning Herald (Dominio Públicio).

Los principales grupos políticos ya se han pronunciado sobre estas grabaciones. El senador Paterson del Partido Liberal, la principal formación de la derecha australiana, ha repudiado las grabaciones y a los miembros de la NSN, diciendo que no tienen espacio en el Partido Liberal.

Por su parte, Anthony Byrne del Partido Laborista y vicepresidente del comité de seguridad, ha pedido una revisión urgente de «las pruebas transmitidas… para determinar si la NSN cumple con el umbral para ser prohibida».

La prohibición del NSN es uno de los temas que lleva en la agenda de los políticos australianos, con una fuerte división.

Por un lado, los hay que sostienen que la prohibición no valdría de mucho contra estos grupos, que sentaría un precedente y que les podría dar una importancia que no tienen. Esta posición es más común en el Partido Liberal.

Por otro lado, hay políticos que apoyan la prohibición del NSN y la calificación de organización terrorista de la banda a tenor de las pruebas recogidas.

Los efectos de la prohibición de estos grupos son pese a todos inciertos. La mayoría de estos grupos de extrema derecha conocen la legalidad y se encuentran intencionadamente muy divididos para evitar su ilegalización, en una táctica aprendida del neonazismo europeo.

Aun así, este sería un golpe para el grupo de extrema derecha más grande de Australia y para poner en alerta a la opinión pública ante el peligro del terrorismo de extrema derecha.

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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