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Derrota de la extrema derecha en las elecciones de Noruega frente al avance de la izquierda

El pasado lunes se celebraron elecciones generales en Noruega y los resultados fueron bastante ajustados a los sondeos. Jonas Gahr Store lleva a la victoria a su partido político, el Partido Laborista, con un 26’4% de los sufragios y unos 700.000 votos aproximadamente, tal y como se indicaba con el 98% escrutado. El Partido Laborista podría así gobernar en coalición junto al Partido de Centro, no obstante, también le haría falta el apoyo del partido de la Izquierda Socialista para obtener la mayoría parlamentaria necesaria que está situada en los 85 diputados, de un total de 169 que tiene el Storting, el parlamento noruego.

Con estos resultados, no necesitaría a otros partidos de la oposición como los ecologistas del Partido Verde o los comunistas del Partido Rojo.

Por otra parte, el actual gobierno de coalición, liderado por la política conservadora Erna Solberg, estaría cerca de los 70 diputados, una cifra bastante alejada de la mayoría. El Partido Conservador liderado por Erna Solberg quedó en segundo lugar con un 20’5% de los sufragios con casi 600.000 votos, obteniendo un total de 36 escaños. En comparación, los laboristas obtuvieron 48 asientos.

En tercer lugar, quedó el histórico Partido de Centro liderado por Trygve Slagsvold Vedum con un 13,6% y cerca de 400.000 votos, obteniendo un total de 28 escaños. En cuarto lugar, quedó el ultraderechista Partido del Progreso liderado por Sylvi Listhaug con un 11’7% de los votos, con más de 300.000 votos obtuvo un total de 21 escaños.

Por último, entre los partidos con mayor representación, encontramos al partido de la Izquierda Socialista liderado por Audun Lysbakken con un 7’5% de los votos, con más de 200.000 votos obtuvo un total de 13 escaños.

Por otra parte, se encuentran los partidos más minoritarios y con un resultado no muy alto en cuanto a escaños se refiere. Se trataría de los partidos como el Partido Rojo y el centenario Partido Liberal, que se quedaron en 8 escaños, mientras que el Partido Verde alcanzó los 3 escaños. Por último, el Partido Demócrata Cristiano con un total de 3 escaños.

Sin duda, el gran ganador de la jornada por el Partido de Centro, que experimentó una subida de 9 escaños. Por otro lado, tanto el Partido Laborista como el Partido Conservador perdieron votos en favor de fuerzas alternativas.

Derrota de la extrema derecha en Noruega

Sylvi Listhaug, líder ultraderechista del Partido del Progreso de Noruega. Autor: Bård Gudim, FrPMedia, 12/09/2009. Fuente: Wikimedia Commons (CC BY 3.0)
Sylvi Listhaug, líder ultraderechista del Partido del Progreso de Noruega. Autor: Bård Gudim, FrPMedia, 12/09/2009. Fuente: Wikimedia Commons (CC BY 3.0)

En comparación con los resultados de las elecciones anteriores, en el bloque de la derecha y ultraderecha se experimenta una disminución considerable de escaños con una pérdida de 20 asientos, mientras que los partidos de centro-izquierda experimentan un crecimiento en sentido opuesto, de también 20 escaños, por tanto, se puede ver ese trasvase de votos de un bloque a otro.

Sin embargo, uno de los grandes derrotados fue el Partido del Progreso, considerado de extrema derecha. La formación liderada por Sylvi Listhaug, fundada en 1973, llegó a ser un partido de referencia en Noruega, defendiendo políticas ultraliberales, nacionalistas y ultraconservadoras, hasta el punto de ser segunda fuerza entre 1997 y 2005.

El partido, que se fundó en sus orígenes como un movimiento protesta contra los impuestos, adoptó a partir de la década pasada una retórica antiinmigración marcada por la xenofobia y el rechazo a pertenecer a la Unión Europea, sumándose al discurso de la nueva derecha radical. Además, entre 2009 y 2017, protagonizaron una oposición férrea a la aprobación del matrimonio homosexual.

El partido gobernó mediante un pacto de coalición entre 2013 y 2020 con el Partido Conservador. Su actual líder, Sylvi Listhaug, desempeñó varios cargos ministeriales. El más destacado fue entre 2015 y 2018 como Ministra de Inmigración e Integración, una cartera creada especialmente para gestionar la llegada de refugiados de la Guerra Civil de Siria y que se caracterizó por un endurecimiento constante de las exigencias en la concesión de asilos políticos. Entre 2015 y 2017, las solicitudes de asilo pasaron de 30.000 a 2.000.

En los dos últimos años de gobierno, se desempeñó como Ministra de Petróleo y de Energía tras llegar al segundo máximo puesto dentro de su partido, hasta que finalmente, en 2020, el Partido del Progreso se retiró del gobierno como protesta por la repatriación de una mujer y sus hijos supuestamente vinculada al DAESH.

Pese a todo, la mayoría de expertos considera al Partido del Progreso uno de los más moderados dentro del espectro ultraderechista en Europa, probablemente debido a sus raíces históricas.

El debate sobre el petróleo

Una explicación a esta derrota de la derecha y la ultraderecha podría ser el debate climático por el uso del petróleo que marcó toda la campaña. Debido a un comunicado de los expertos del clima de la ONU, el país nórdico tuvo que poner en el centro del debate electoral un fenómeno peligroso como es el cambio climático. Esto supuso un factor importante a considerar a la hora de depositar el voto en las urnas.

Este debate propició una reflexión sobre el destino de las diferentes actividades petroleras que hacen notablemente rico al país nórdico. Es por esto que hubo un trasvase de votos y escaños considerables hacia los partidos de izquierda y partidos ecologistas que abogaban por su retirada directa, mientras que los partidos más conservadores abogaban por una retirada gradual. Noruega es un país tradicionalmente con una conciencia ambiental creciente.

La crisis climática ha obligado a países de todo el mundo a reflexionar sobre el cambio climático y a desarrollar políticas verdes en beneficio del medio ambiente, es por esto, que partidos de izquierdas con gran sesgo ecologista van cogiendo fuerza en muchos países poco a poco, especialmente en el norte y centro de Europa.

Como siempre hay quien prioriza un poco más la economía frente al medio ambiente ante otros que abogan por intentar salvar un planeta con recursos limitados. El dilema era la economía, ya que el sector del petróleo acumula millones y millones de coronas y representa el 14% del PIB, o el medio ambiente. Una vez más, salvar los bolsillos o salvar el planeta.

Las cuatro fuerzas que formaron parte del Gobierno de la pasada legislatura perdieron apoyos considerablemente. El Partido Conservador perdió más de 4 puntos y un total de 9 escaños, pese a la segunda plaza electoral. Por otra parte, el partido ultraderechista perdió su tercera plaza electoral, cayendo 4’5 puntos y perdiendo un total de 6 escaños, su resultado más bajo desde 1993. Probablemente, el hecho de que el Partido del Progreso fuera el responsable de la cartera que gestionaba los recursos energéticos tuvo que ver en su debacle.

Por otro lado, amén de que el debate ecologista no les haya beneficiado electoralmente ante sus posiciones sobre este tema, parece que la socialdemocracia ha experimentado un aumento en diferentes países los últimos años, como se está viendo en los últimos sondeos en Alemania.

Una jornada electoral marcada por la COVID19

Estas elecciones fueron atípicas debido a la pandemia mundial de la COVID19, tanto es así que hubo un crecimiento muy notable para depositar el voto de forma anticipada para evitar aglomeraciones en los colegios electorales y evitar así la probabilidad de contagio.

En este sentido, el país marcó una cifra récord en cuanto al voto anticipado, con más de 1’6 millones de noruegos que recurrieron a él, lo que representa el 42’3 % del electorado. Es decir, 4 de cada 10 noruegos solicitaron este servicio, y por tanto, no acudieron presencialmente a los distintos colegios electorales.

Enlaces y fuentes:

– Foto de portada: Jonas Gahr Støre, ganador de las elecciones en Noruega. Autor. Partido Laborista, 22/04/2017. Fuente: Flickr (CC BY-ND)

Moisés Pérez

Graduado en filología hispánica y futuro profesor de secundaria. Apasionado por la política, la sociología y la educación. Convencido de que con la política y la educación se puede cambiar el mundo. Amante del rigor informativo y del análisis de datos para combatir las "fake news"

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