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Vox impide la condena en el Congreso de la manifestación fascista en Chueca contra las personas LGTBI

La manifestación fascista del pasado sábado que pasó por el madrileño barrio de Chueca sigue dando que hablar. Aquel día se lanzaron frases profundamente homófobas y vejatorias por parte de los manifestantes de grupos fascistas como “fuera maricas de nuestros barrios”, “fuera sidosos de Madrid” y otras en esta línea que requerían una condena unánime por parte de los grupos políticos. Pero se ha topado con el rechazo de Vox.

El Congreso planteaba una declaración institucional en condena de la manifestación fascista , que es una declaración política y que requiere el apoyo de todos los grupos para aprobarse, impulsada por Unidas Podemos. Este planteamiento es muy común en todas las instancias territoriales y permite que todos los partidos cierren filas alrededor de una determinada cuestión para mostrar que el respaldo a dicha cuestión no tiene que ver con partidos, sino con la ciudadanía representada desde las propias instituciones.

El texto lanzado por la formación de izquierdas planteaba que el Congreso mostrase su «más rotundo rechazo y absoluta reprobación a las expresiones de odio contra la comunidad LGTBI, las personas racializadas y, en definitiva, contra nuestra democracia».

El texto continuaba mostrando el apoyo del Congreso de los Diputados a las personas vejadas: “frente a estas actitudes intolerantes e intolerables, el Congreso de los Diputados quiere mostrar el orgullo hacia la diversidad sexual y de género y el compromiso de seguir haciendo de España uno de los países más comprometidos con los derechos de las personas LGTBI y migrantes del mundo»

Para finalizar, en la declaración señalaba la necesidad de que los medios y personajes públicos señalasen los discursos de odio y homófobos, a la vez que en la necesidad de la memoria para no repetir los hechos del fascismo: «Como nos ha enseñado la historia de Europa en sus pasajes más negros, el silencio es peligrosísimo y puede conducir al horror».

El rechazo de Vox y la «desaparición» de la manifestación fascista

Pero la formación de Santiago Abascal no parecía muy convencida con el texto. Por ello Vox realizó una enmienda a la totalidad del documento lanzado por Unidas Podemos. Lo sorprendente es que el nuevo texto no hacía ninguna mención sobre la manifestación fascista en Chueca, hablando de la violencia en general y pidiendo que el Congreso condenase: “todas y cada una de las expresiones insultantes, injuriosas o vejatorias contra cualquier persona»

El texto seguía así ignorando la manifestación fascista y el gran aumento de los delitos de odio contra las personas LGTB, que han sido los terceros en esta categoría que más han aumentado en España.

Además la formación se mostraba así misma como víctima, incluyéndose en el supuesto texto de condena a los hechos homófobos, diciendo que Vox es “sistemáticamente objeto de expresiones de odio e intolerancia» y del “uso de la etiqueta ‘fascista’ para referirse a los seguidores de un partido democrático que representa a más de tres millones de españoles». Es decir, la enmienda despojaba el texto de todo su sentido.

Una vez más, la extrema derecha se dibuja como víctima tras impulsar discursos de odio hacia los que considera sus rivales. O incluso provocando una reacción como la confrontación física que provocó en Vallecas al ver que no iba a generarse ninguna pelea.

Además, el texto de Vox planteaba la equidistancia entre víctimas y verdugos, hablando de que distintos españoles eran insultados algunos por “su condición sexual” y otros que son “calificados de racistas, homófobos, ultras por querer defender sus ideas en libertad”. Todo un apoyo a los grupos neofascistas y homófobos que amparándose en una falsa libertad de expresión usan esta para atacar a las personas que más suelen sufrir un cierto tipo de violencia.

Por supuesto, ante esta modificación que nada tenía que ver con al originalmente planteada por el Congreso, la propuesta no ha podido aprobarse como declaración institucional.

La relativización de la violencia

Pero esta no es una novedad dentro de las armas discursivas de la derecha y en especial de la extrema derecha. De hecho es algo relativamente común en muchas de las propuestas, declaraciones, mociones y discursos de España y de otros países del mundo.

Ante un tipo de violencia que sufre un solo colectivo, como la violencia por orientación sexual que sufren el colectivo LGTB, la derecha opta por relativizarla equiparándola a la violencia general, que puede sufrir cualquier persona.

Esto por supuesto es una trampa discursiva: una persona LGTB puede ser víctima de violencia por orientación sexual y general, mientras que una persona heterosexual (con una expresión de género heteronormativa) jamás podría ser víctima de violencia a causa de su orientación. Valga este ejemplo para el de cualquier grupo que sufra una violencia específica y que tenga un impacto en los delitos de odio.

Además, este es baremo de generalización de la violencia es algo que la derecha no usa cuando denuncia las causas que suelen estar más relacionados con su eje ideológico.

Así, si la derecha exige condenar la violencia hacia por ejemplo, “el terrorismo” o “los cristianos perseguidos en oriente medio” (por poner dos ejemplos), jamás habla en estos casos de condenar “la violencia o el asesinato”.

Por lo tanto, la generalización tan solo es un intento de disminuir la importancia de la violencia hacia un colectivo que suele estar entre los grupos históricamente en confrontación con la extrema derecha política y que suelen ser objetivo de su persecución cuando está en el poder.

También son obvios los intentos de descolectivizar grupos sociales, es decir, desunir grupos con unas vivencias sociales similares y problemas originados por una misma causa que comparten, cuando se trata de sus rivales ideológicos.

En cambio, la derecha y especialmente la extrema derecha, no duda en colectivizar cualquier grupo que entra dentro de sus enemigos en una única amalgama, como la inmigración, los MENA o incluso la ideología LGTB en países donde la extrema derecha tiene mucha influencia, como es el caso de Polonia.

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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