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Las regiones que votaron por Donald Trump en Estados Unidos acumulan las cifras más altas de muertes por COVID19

En Estados Unidos, durante los primeros meses de las vacunas Covid-19, varios grupos demográficos importantes se retrasaron en la recepción de vacunas, incluidos los estadounidenses negros, los latinoamericanos… y los votantes del Partido Republicano, que eligieron a Donald Trump en las pasadas elecciones en diciembre de 2020.

Más recientemente, las brechas raciales, aunque aún existen, se han reducido. Sin embargo, la brecha entre votantes de ambos sigue siendo enorme. Una encuesta del Pew Research Center el mes pasado encontró que el 86% de los votantes del Partido Demócrata habían recibido al menos una dosis de la vacuna, en comparación con el 60% de los votantes republicanos.

La división política sobre las vacunas es tan grande que casi todos los estados demócratas ahora tienen una tasa de vacunación más alta que casi todos los estados republicanos, tal y como indica este gráfico:

Porcentajes de vacunación en función del votante. Fuente: NYTimes

Debido a que las vacunas son tan efectivas para prevenir enfermedades graves, las muertes por COVID19 también muestran un patrón partidista. El coronavirus sigue siendo una crisis sanitaria a todos los niveles, pero las consecuencias más graves de la misma se concentran en las zonas que más votaron a Donald Trump.

Porcentajes de muertes por COVID19 en función del votante. Fuente: NYTimes

Como suele ser el caso, los números estado por estado pueden subestimar el patrón real, porque cada estado tiene áreas tanto favorables a Joe Biden como favorables a Trump. Lo curioso es que cuando se desciende un nivel territorial más y se mira condado a condado, la brecha puede parecer aún más marcada.

A continuación se muestra un conjunto de gráficos, que ofrece un primer plano de un estado republicano típico, Wyoming, y un estado demócrata típico, Maryland:

Fuente: NYTimes
Fuente: NYTimes

Cuando el patrón era más demócrata


Un dato muy interesante es que estos patrones no siempre han sido así. Durante más de un año después de su llegada a Estados Unidos, a pesar de las diferencias generalizadas en el uso de mascarillas y la investigación científica que sugiere que estas reducen la propagación del virus, la pandemia fue peor en las zonas de mayoría de voto demócrata.

Evidentemente, lo que estaba sucediendo aquí es que las mascarillas por sí mismas no eran suficientes como para superar otras diferencias regionales, como la cantidad de viajes internacionales que fluyen a través de las principales áreas metropolitanas, que tienden a ser políticamente más liberales. Es decir, las restricciones y medidas contra los contagios iniciales eran insuficientes como para que la variable del voto por sí misma marcara una diferencia palpable y visible.

Sin embargo, la campaña de vacunación ha cambiado la situación. Las vacunas sí que son por sí mismas los suficientemente poderosas como para superar otras diferencias entre las áreas demócratas y republicanas.

Algunas comunidades de tendencia izquierdista, como muchos suburbios de Nueva York, San Francisco y Washington, así como gran parte de Nueva Inglaterra, tienen tasas de vacunación tan altas que incluso los no vacunados están parcialmente protegidos por el bajo número de casos. Las comunidades conservadoras, por otro lado, han sido golpeadas por la variante Delta, altamente contagiosa.

Desde que esta nueva variante comenzó a circular ampliamente en EEUU, la COVID19 ha cobrado un terrible número de muertes en las zonas republicanas: en los condados donde Donald Trump recibió al menos el 70% de los votos, el virus ha matado a aproximadamente 47 de cada 100.000 personas desde finales de junio, según Charles Gaba, analista en materia de salud. En los condados donde Trump ganó menos del 32% de los votos, el número es de aproximadamente 10 de cada 100.000.

Y la brecha probablemente seguirá creciendo:

Fuente: NYTimes

¿Por qué está pasando esto?


Parte de la brecha de vacunación se debe a la propia ideología que se esconde detrás del voto republicano. “Entienden la libertad como dejarlos solos para tomar sus propias decisiones, y les molesta que les digan lo que tienen que hacer”, escribió William Galston en The Wall Street Journal.

Pero las cuestiones ideológicas no bastan únicamente para explicar esto. En gran parte del resto del mundo, las actitudes frente a las vacunas no se rompen entre ideologías progresistas y conservadoras, y de hecho, algunos líderes de derechas han respondido eficazmente ante la crisis sanitaria, como algunos gobernadores republicanos en los Estados Unidos. «No tenía que ser así», escribió German López de Vox.

Lo que distingue a Estados Unidos es que, su principal partido conservador, el Partido Republicano, se ha vuelto hostil a la ciencia y a la evidencia empírica en las últimas décadas. Un complejo de medios conservador, que incluye Fox News, Sinclair Broadcast Group y varios medios en línea, se hace eco y amplifica esta hostilidad. Trump llevó el pensamiento conspirativo a un nuevo nivel, pero no lo creó, sino que hace años que lleva siendo agitado por diferentes medios de comunicación y foros en línea. No es de extrañar como medios muy importantes reniegan de realidades como el cambio climático o incluso la teoría de la evolución.

«Con muy poca resistencia de los líderes del partido», escribió Lisa Lerer en The New York Times este verano, muchos republicanos «han elevado las falsedades y dudas sobre las vacunas desde los márgenes de la vida estadounidense al centro de nuestra conversación política».

«Ser dueño de la izquierda»

Con el aumento del recuento de muertes, al menos algunos republicanos parecen estar preocupados por lo que su partido y sus aliados han sembrado.

En un artículo de este mes para Breitbart News, el sitio web de extrema derecha anteriormente dirigido por Steve Bannon y conocido por difundir bulos y «fake news» contra la izquierda política, John Nolte argumentó que la brecha partidista en las tasas de vacunación era parte de un complot de la izquierda. «Liberales como Biden, Nancy Pelosi, Anthony Fauci y Howard Stern se han esforzado mucho por persuadir a la gente para que se vacune, porque saben que los votantes republicanos harán lo contrario de lo que digan», escribió Nolte.

Un argumento extraño que parece más bien una vuelta de tuerca poco creíble, dado que es cierto que los políticos demócratas han estado implorando a todos los estadounidenses que se vacunen… pero muchos políticos republicanos no. Pero Nolte ofreció un vistazo al creciente temor político entre algunos republicanos. «En este momento, un sinnúmero de partidarios de Trump creen que son dueños de la izquierda al negarse a tomar una vacuna que les salve la vida», escribió Nolte. «En un país donde las elecciones se deciden con márgenes muy estrechos, ¿no beneficia a un lado si sus oponentes simplemente caen muertos?»

A pesar de la pirueta argumental, estas palabras reflejan que el pensamiento ultraconservador parece estar reconsiderando la cuestión de la vacunación. Esto ya se vio cuando Donald Trump, en un mitin, recomendó a la gente vacunarse, un camino que están siguiendo otros republicanos. No obstante, cabe destacar que también fue muy abucheado por estas declaraciones.

Ideas prometedoras

¿Cómo se podría persuadir a los estadounidenses más conservadores para que se vacunen?

Una anécdota intrigante involucra al equipo de fútbol de la Universidad de Mississippi, que está completamente vacunado a pesar de que el estado tiene una de las tasas de vacunación más bajas del país. Los entrenadores enfatizaron los costos tangibles a corto plazo de contraer la enfermedad, en lugar de la posibilidad más remota de muerte: los jugadores podrían perder un juego y el equipo podría perderlo si daban positivo.

«Un mensaje relacionado es el deber«, ha escrito Timothy Carney en The Washington Examiner. «Si Carney se hubiera negado a vacunarse», explicó, «se habría arriesgado a cargar más trabajo a su esposa, a sus colegas y a su socio en la enseñanza de la escuela dominical, así como a obligar a sus hijos a faltar a la escuela».

En The Atlantic, Olga Khazan ha argumentado que el miedo sigue siendo el mejor motivador, según sus entrevistas con los espectadores de Tucker Carlson que, no obstante, han sido vacunados. Y Daniel Darling, un autor evangélico, ha dicho que las conversaciones personales que animen a los conservadores a hablar con sus médicos tendrán más éxito que cualquier campaña de arriba hacia abajo.

Por otra parte, el mensaje de Darling también muestra por qué existe la brecha de vacunación en primer lugar. Después de que escribió un artículo de opinión en USA Today sobre su decisión de vacunarse, el empleador de Darling, NRB, una asociación de emisoras cristianas, lo despidió.

Así pues, dado que este rechazo a la ciencia está íntimamente ligado con las creencias religiosas de muy buena parte de Estados Unidos, y muy especialmente entre la población más conservadora, parece que todavía queda largo camino por recorrer.

Enlaces y fuentes:

– Foto de portada: Donald Trump. Autor: Gage Skidmore, 15/06/2013. Fuente: Flickr (CC BY-SA 2.0)
– Red Covid, NYTimes: https://www.nytimes.com/2021/09/27/briefing/covid-red-states-vaccinations.html

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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