Entrevistas

Alán Barroso: «El progresismo y las clases populares han tenido un papel fundamental en la construcción de España»

Alán Barroso es politólogo, divulgador y escritor conocido por su participación en los debates de Cuatro al Día, por sus opiniones políticas sobre cuestiones de actualidad y por su extensa actividad en las redes sociales, donde adopta un perfil crítico contra las posturas conservadoras. Su contenido más popular en redes, además de tuits críticos con contenido político, es la grabación de vídeos cortos explicando cuestiones políticas a través de Instagram.

Al Descubierto: Desde Al Descubierto siempre dejamos la primera pregunta para que el entrevistado pueda presentarse y explicar quién es y a qué se dedica. ¿Quién es Alán Barroso?¿Cómo te describirías?

Alán Barroso: Bien, yo soy Alán Barroso, nací en un pueblecito de Barcelona hace 24 años, pero casi toda mi vida he vivido en Teruel. Estudié Ciencias Políticas y después realicé un máster de Comunicación Política en la Universidad Complutense de Madrid. Últimamente he estado desarrollando una labor de divulgación sobre política en redes sociales y participando en medios de comunicación.

AD: Ahora estás en el programa Cuatro Al Día y, al igual que pasa con otros periodistas o tertulianos de izquierdas, a veces vivís situaciones desagradables por culpa de colaboradores conservadores que tienen bastante mala educación. ¿Cómo se convive con eso? ¿Qué estrategia tienes tú?

AB: Para empezar, ya se sabe que cualquier intervención en medios de comunicación y en tertulias de este tipo no va a tener tanto de profundidad como de gritos, no son espacios propicios para la reflexión pausada, para debatir ideas con tranquilidad. Mi tiempo de intervención total en el programa Cuatro Al Día, al igual que el del resto de colaboradores, queda muy reducido, puesto que sumando todas las intervenciones serán unos cuatro minutos.

Esto no sucede sólo en Cuatro Al Día, sino en todos los programas de tertulias con un formato parecido. Eso implica que tienes muy poco tiempo para explicar lo que quieres decir, y por tanto las intervenciones han de ser súper concretas y utilizando pocas palabras. Este tipo de formatos tienden a la simplificación y a veces no se explican las cosas tan bien como se podría.

Al igual que tus intervenciones se reducen a esto, las respuestas de los adversarios políticos, que son los colaboradores que tenemos enfrente en este tipo de tertulias, también adquieren esa lógica tan directa, cruda y dura, y por lo tanto invitan a que cuando tú estás diciendo algo que al resto no les gusta te interrumpan o intenten gritar más que tú.

En mi caso particular creo que también tiene mucho que ver quién soy yo. Soy un chaval joven, tengo 24 años y estoy rodeado de gente que es muchísimo más mayor que yo y que tiene muchas tablas en ese tipo de formatos. Esto hace que muchas de estas personas te traten con cierto paternalismo y superioridad. Este formato es el que impera en los medios de comunicación y, ante esto, podemos hacer una crítica del poco espacio que deja para un debate fructífero o entender que así es cómo funcionan los medios de comunicación y que o intervenimos con estas reglas del o no intervenimos.

Ojalá consigamos en el futuro haber intervenido lo suficiente como para cambiar estas reglas en un sentido más democrático, pero para conseguir eso no hay otra opción que participar con las reglas del juego que hay actualmente.

AD: Respecto a esto último, me gustaría conocer tu opinión sobre qué deberíamos hacer los telespectadores, porque parece ser que cada vez hay más gente que aboga por el boicot a este tipo de medios. ¿Crees que es algo útil? ¿Cuál es tu opinión sobre esto?

AB: El otro día reflexionaba sobre esto en un tweet en el que destacaba que yo era la única persona joven en esa mesa de debate y que por tanto a nadie debería sorprender que la juventud española esté tan desvinculada de los medios de comunicación tradicionales. Los programas de tertulia no los suele ver ninguna persona joven, en todo caso consumen después fragmentos en redes sociales.

Eso seguramente tiene una explicación que es un poco circular: no se habla de problemas que le interesen a la juventud, hablan desde unos marcos que la juventud no entiende, con una manera de entender la realidad que la juventud no comparte y esto expulsa a ese tipo de posibles telespectadores de sus programas. Al mismo tiempo, como el programa no tiene ese tipo de telespectadores, no ve necesario incorporar unas perspectivas nuevas porque no es el público al que se dirige.

Es un círculo vicioso que no termina nunca y que acaba convirtiendo los medios tradicionales en un nicho concreto periodístico para gente cada vez más mayor. Incluso esa gente cada vez más mayor va siendo poco a poco menos consumidora de este tipo de formatos y más de medios on-line que permiten una mayor inmediatez y que son bidireccionales. Tenemos vidas tan ajetreadas que muchas veces no podemos elegir cuándo podemos sentarnos en el sofá a ver un programa concreto en un determinado momento, y los contenidos on-line nos dan más flexibilidad de consumir lo que nos interesa en el momento en que nos venga bien.

Para mi los insultos son el pan de cada día y yo creo que quien diga que los lleva bien miente. Nadie lleva bien que le desprecien, a nadie le gusta.

AD: Ya hemos comentado lo que estás haciendo ahora en televisión, pero tú realmente empezaste en redes sociales, has destacado mucho tanto en Instagram como en Twitter. Me gustaría preguntarte por estos inicios, ¿te ha interesado siempre la política?¿Hay un momento que te politizó? Para mucha gente fue el 15M, para otros el surgimiento de Podemos… Por otra parte me gustaría saber si cuando abriste tu canal de Twitter tenías ya intención de ser comunicador o si surgió a posteriori.

AB: Yo no me politicé con el 15M, en absoluto, y ya estoy un poco cansado del mito este. Nuestra generación (aunque tú eres incluso más joven que yo) no se politizó con el 15M, pero todavía vivimos con el mito de la politización a través del 15M de la gente que nos precedió. Yo en el 15M tenía 13 años, estaba en un pueblo de 300 habitantes de Teruel y del 15M ni me enteré, lo que pasa es que después sí me politicé a través de gente que se había politizado quizá por el 15M.

Ahora la gente se politiza a través de un video de YouTube o a través de una polémica en Twitter. Mi caso fue parecido, a mí siempre me interesaron las cuestiones sociales pero fue en Bachillerato cuando me empecé a interesar más por cuestiones políticas y cuando decidí que quería estudiar Ciencias Políticas. Mi intervención en redes sociales fue a partir de esto.

A mí me interesa la política para mejorar la vida de la gente, para intervenir en el mundo real, y por eso me empecé a involucrar más en cuestiones de comunicación política, para hacer llegar debates a la gente normal, que es a la que hay que dirigirse. Entonces decidí abrir mi cuenta de Instagram y ahí empecé a hablar de política en un minuto.

Un minuto que se cuela entre la foto de tu colega y la de la chica que te gusta en el que aparece un tío que te explica un problema complejo con tres o cuatro claves sencillas que, al mismo tiempo, te sirven para que cuando discutas con la gente, puedas explicar lo que ya pensabas pero quizá te costaba. Con eso empecé en el 2019 y parece ser que di en el clavo, que algunas cosas funcionaron y he ido creciendo. Luego he ido conociendo a gente que hace cosas similares a las que yo hago y creo que es una forma de divulgación súper útil y necesaria, por lo que desde aquí animo a cualquier persona que tenga esa inquietud comunicadora a que se lance, porque es una labor importante.

AD: ¿Te animas a recomendar a algún comunicador o comunicadora?

AB: Por supuesto. Está Isabel Serrano, Carla Galeote, FurorTv, Josefine_Table, Neuraceleradísima, Daniel Treviño, Policía del Afecto, Voz y Voto… hay muchísimos y seguro que me dejo alguno.

AD: ¿Cómo convives con los insultos y la crispación de las redes sociales?

AB: Bueno, es cierto que las redes sociales, al favorecer el anonimato, parece que favorecen también el insulto. Por la calle quizá esa misma persona no lo haría, pero como en redes se despersonaliza todo es mucho más sencillo insultar. Para mi los insultos son el pan de cada día y yo creo que quien diga que los lleva bien miente. Nadie lleva bien que le desprecien, a nadie le gusta.

Hay muchas maneras de gestionarlo. Hay gente que por desgracia abandona las redes sociales, y eso es una victoria de los que insultan. Otros hemos aprendido a sobrellevar todo esto. Yo por ejemplo recurro mucho al bloqueo. Si me insultas te bloqueo y ya está. Tengo una cosa muy clara, primero va mi salud mental y luego todo lo demás. Mi recomendación a quien lea esto es que no permitáis que os insulten, bloquead. Las cosas que de verdad importan ocurren fuera de las redes sociales.

AD: ¿Cómo se pueden combatir los bulos, las fake news y, en general, todas las barbaridades que dice la extrema derecha en redes sociales?

AB: Yo creo que el problema es que es super sencillo para ellos generar una respuesta por nuestra parte, y eso ya hace que amplifiquemos su mensaje. Solo con que 1 de cada 10 personas a las que le llega este mensaje potenciado compren su marco de pensamiento ya han ganado.

Lo primero que creo que habría que hacer respecto a la estrategia de bulos de la extrema derecha pienso que es ignorarlos. Sé que es difícil y yo soy el primero que muchas veces acaba diciendo algo, pero muchas otras no, y mucha otra gente igual, porque ya conocemos cuál es su estrategia en redes sociales: decir cualquier barbaridad para generar un impacto. Así que lo mejor que se puede hacer es evitar contribuir a que éste se genere.

Está muy de moda el discurso de que la izquierda se ha centrado en cuestiones posmateriales y ha dejado las materiales en manos de la extrema derecha. Esto es erróneo, en primer lugar, por considerar que son incompatibles

AD: Además de tu activismo en redes sociales y tu intervención en televisión, ¿has realizado algún otro tipo de activismo?

AB: Sí, yo he formado parte del movimiento estudiantil catalán y ahí aprendí muchas de las cosas que he desarrollado más tarde en redes sociales. También me ha servido mucho la militancia colectiva para compararla y ver las limitaciones de la militancia ultraindividualizada en redes sociales. En mi caso, fue en la universidad cuando vi lo bonito que es compartir un proyecto colectivo y luchar por él con gente que piensa similar y que invierte su tiempo igual que tú.

Aprendí mucho de esta lucha desinteresada en la que, en muchos casos, sabes que los cambios o mejoras no serán ni siquiera para ti o para tu promoción sino para los estudiantes que vengan después. Todo esto contrasta mucho con la lógica que impera en redes sociales, donde es muy difícil la militancia colectiva por su propio funcionamiento.

En conclusión, la militancia en la universidad me ayudó a saber que lo que yo hago en redes sociales no es la única forma posible de intervención política, que hay otras igual de válidas e igual de necesarias. Las redes sociales sirven como altavoz, pero luego el trabajo real es el que se hace junto a la gente, no el móvil. Se deben complementar ambos ámbitos.

AD: Muchas personas atribuyen el auge de la extrema derecha a unas malas políticas o una mala actuación de la izquierda. ¿Estás de acuerdo con esto? ¿Crees que se debe hacer autocrítica?

AB: Yo no estoy de acuerdo con esa idea. Ahora está muy de moda el discurso de que la izquierda se ha centrado en cuestiones posmateriales y ha dejado las materiales en manos de la extrema derecha. Esto es erróneo, en primer lugar, por considerar que son incompatibles, que no lo son, y en segundo lugar por pensar que son distinguibles, que tampoco.

Una paliza a una persona trans, ¿qué es?¿No es material? Es una distinción que no tiene mucho sentido. De hecho, no hay nadie que se preocupe más por cuestiones que no son materiales que la extrema derecha, mira por ejemplo lo que han hecho en Madrid con el castellano creando la Oficina del Español. Yo creo que la izquierda ha tenido un cierto retroceso a nivel cultural pero por una cuestión de péndulo, no se puede estar siempre en un momento álgido.

AD: Ya para acabar… ¿Qué proyectos tienes de cara al futuro? He visto que estás escribiendo un libro, por ejemplo. También supongo que quieres continuar en televisión y en redes sociales…Cuéntame un poco qué tienes pensado hacer.

AB: Como has comentado, estoy escribiendo un libro, que ya tengo casi terminado, el cual hablará de la idea de España, reivindicando que un país se puede identificar con su gente, porque sus élites viven emancipadas. Creo que hay mucha gente que tiene la necesidad de sentirse española (porque lo es) pero que al mismo tiempo les cuesta porque ser español durante mucho tiempo se ha asimilado a una serie de valores más bien conservadores.

Lo que hago en el libro es recopilar episodios progresistas de nuestra historia que han sido olvidados y que merece la pena que sean recordados para poder ver que España no ha estado siempre asociada a la derecha, sino que el progresismo y las clases populares han tenido un papel fundamental en la construcción de este país. Ya iré adelantando más cosas más adelante…

Respecto a las redes sociales, no tengo pensado nada en concreto, así que lo dejo un poco abierto.

AD: Pues eso es todo, muchas gracias Alán Barroso por prestarte a realizar la entrevista, ha sido un placer.

AB: El placer ha sido mío, estamos en contacto, un abrazo.

Puedes saber más de Alán Barroso siguiéndola en sus redes:

Cuenta de Twitter: https://twitter.com/AlanBarrosoA
instagram_icon Cuenta de Instagram: https://instagram.com/alanbaaa

Tomás Alfonso

Articulista. Activista por el derecho a la vivienda y los servicios públicos. Convencido de que la lucha contra la ultraderecha es condición de posibilidad para una democracia plena.

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