Actualidad

Vox lidera la cumbre de la ultraderecha europea que se celebra en Madrid los días 28 y 29 de enero

La extrema derecha europea continúa con su apretada agenda trabajando en sus lazos comunes. Desde que Viktor Orbán anunciara su intención de unificar a todos los grupos políticos ultraderechistas europeos en un mismo grupo parlamentario, los contactos y las «cumbres» no han dejado de sucederse. Así, bajo el lema «Defender Europa», la próxima edición de la cumbre tendrá lugar en Madrid este fin de semana, concretamente, los días 28 y 29 de enero, siendo Vox y su líder, Santiago Abascal, los máximos anfitriones de la cita.

A la misma, acudirán varios de los líderes europeos de la extrema derecha: Viktor Orbán, presidente de Hungría y líder de Fidesz; Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polaco por Ley y Justicia (PiS); Marine Le Pen, de Agrupación Nacional (RN); Rob Roos, del Foro por la Democracia de Países Bajos; Martin Helme, del Partido Popular Conservador de Estonia; Tom Van Grieken, de Interés Flamenco (VB); y, esta edición, se estrenan nuevos países de Europa del este, como son Valdemar Tomasevski de Alianza de Familias Cristianas (LK) de Lituania; Aurelian Pavelescu del Partido Nacional Campesino (PNTCD) de Rumanía; y Krasimir Karakachanov del Movimiento Nacional Búlgaro (ВМРО).

De nuevo, las grandes ausencias residen en Alemania y en Italia: ni rastro de Liga, de Matteo Salvini, ni tampoco de Hermanos de Italia de Giorgia Meloni; tampoco ha aparecido ningún representante de Alternativa para Alemania (AfD). Tampoco lo hicieron en el anterior encuentro en Varsovia.

Una cumbre para unirlos a todos

El motivo de esta reunión tiene como objetivo seguir la misma línea iniciada en la pasada cumbre, celebrada en Varsovia, Polonia, donde Ley y Justicia fue el anfitrión, el pasado 4 de diciembre. Los compromisos adoptados se centraban en la coordinación de todos los partidos políticos presentes a la hora de decidir sus votos y propuestas en el Parlamento Europeo y frenar el proyecto Europeo que, bajo su punto de vista, atenta contra la soberanía de sus países. Otro objetivo era profundizar en su agenda social y cultural, destacando los valores tradicionales y conservadores.

El punto principal de esta cumbre, y que responde al lema de la misma, será «Defender Europa de las amenazas exteriores e interiores», haciendo referencia a lo que la extrema derecha llama «globalismo» y que, tal y como sucede con la UE, atenta contra la soberanía nacional.

En los últimos años, las «élites globalistas» y el «globalismo» ha sido señalado como uno de los principales enemigos referidos por el discurso de la extrema derecha, una cabeza de turco que utilizan para oponerse a tratados internacionales y acuerdos de cooperación que consideran que afectan a sus intereses.

Por ejemplo, la defensa frente al «globalismo» es una retórica empleada para oponerse a las conclusiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la pandemia, al Acuerdo de París contra el cambio climático, la Agenda 2030 o el propio proyecto europeo, que defiende como injerencias externas que proceden de una supuesta hegemonía política de carácter progresista y que parece que tiene tentáculos interminables.

Señalar que esta conspiración, basada en la existencia de «un grupo oculto» que está detrás de todo «lo malo» y que busca un «nuevo orden mundial», tiene su origen en teorías de la conspiración antisemitas difundidas por el nazismo en los años 20 y 30 y que tienen como origen un inexistente documento llamado Los Protocolos de los Sabios de Sion.

Este falso documento se utilizó para defender la idea de una conspiración judía que conspiraba en las sombras para hacerse con el poder. De hecho, la mayoría de las teorías de la conspiración sobre el «globalismo» señalan como las familias en las sombras a personas de ascendencia judía. Más allá de eso, ese supuesto «globalismo» no se asienta sobre ninguna evidencia.

La división de la extrema derecha europea

Actualmente, la extrema derecha en Europa se encuentra dividida en dos principales grupos: los Conservadores y Reformistas Europeos por un lado e Identidad y Democracia por otro. Se diferencian en muchos puntos, pero el principal de ellos tiene que ver precisamente por su visión de las redes políticas y estrategia geopolítica: los primeros son «atlantistas», esto es, son más partidarios del acercamiento a Estados Unidos y a la OTAN y de construir una Europa diferente aunque unida; los segundos reúnen a los euroescépticos más fuertes y son más proclives a acercarse a Rusia.

De hecho, miembros destacados de Identidad y Democracia, como Marine Le Pen o Matteo Salvini, mantienen acuerdos con Rusia Unida, el partido político de Vladimir Putin. Esto choca con partidos como Vox o Ley y Justicia, no muy partidarios de este acercamiento.

A esto se le suma el conflicto de las últimas semanas con Ucrania por su intento de adhesión a la OTAN y, tal y como señalan expertos como Steven Forti o Beatriz Acha, un largo recorrido histórico de dificultades entre formaciones ultranacionalistas por tejer alianzas comunes.

Sin embargo, desde la expulsión de Orbán del Partido Popular Europeo por su deriva autoritaria y sus desafíos a las normas elementales de la Unión Europea, la voluntad de unir a toda la extrema derecha en un único grupo parlamentario ha ido teniendo visos de convertirse en realidad.

Actualmente, Identidad y Democracia cuenta con 74 escaños en el Europarlamento. El ECR con 63. La suma de ambos daría 137 escaños, convirtiéndose en el tercer grupo de la cámara, a muy poca distancia del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, que cuenta con 145 escaños. La unión de los escaños de Viktor Orbán e incluso de algún otro miembro observador podría convertirlos en segunda fuerza, lo que les daría un gran peso, según declaraciones de Marine Le Pen en la propia cumbre.

Esta unión indudablemente aumentaría su influencia y capacidades en el Parlamento Europeo. Por otro lado, es cierto que la extrema derecha ya actúa con cierta coordinación en el Parlamento Europeo, votando de manera similar la mayoría de resoluciones. De hecho fue un objetivo compartido aumentar su porcentaje de voto para las elecciones europeas de 2019 para conseguir bloquear la acción de la Unión Europea, objetivo que no consiguieron.

Convertirse en el tercer o segundo grupo más grande del Parlamento Europeo podría otorgar múltiples ventajas, máxime en este momento de la mitad de la legislatura europea donde se renuevan distintos órganos. Esto podría otorgar a la extrema derecha la presidencia o vicepresidencia de comisiones, algo que ahora les esta vetado por ese mismo «cordón sanitario».

También otorgaría al grupo cierta capacidad de bloqueo, ahora prácticamente nula.

Por otro lado, existen ciertas diferencias poco reconciliables por el momento. De hecho, a pesar de las declaraciones, reuniones, textos firmados, cumbres, fotografías conjuntas… firmados por 15 partidos de diferentes países, esta unión ahora mismo sigue sin estar nada clara por las múltiples diferencias entre las formaciones anteriormente citadas. Los actuales acuerdos alcanzados por la cumbre hablan de un refuerzo de la cooperación y la coordinación de la extrema derecha, sin concretar nada este supuesto nuevo grupo político.

A todo esto se le suma ahora el conflicto con Ucrania, que ha descolocado probablemente a más de uno de estos partidos que ven como varios intereses están en juego.

El papel de Vox

Destacar que, pese a su poca representación en comparación a gigantes de la extrema derecha como Marine Le Pen o Viktor Orbán, que además llevan mucho más tiempo en la arena política, Vox y Santiago Abascal llevan a cabo una frenética actividad internacional, no solo en América Latina, donde la creación de la Fundación Disenso y la fundación de La Gaceta de la Ibersofera están teniendo un papel crucial, sino que parece que ha sabido encontrar su hueco en un espacio en el que parecía difícil entrar.

Y es que, desde 2019, la formación de extrema derecha ha apostado por tejer buenas relaciones internacionales, apoyado en el Grupo de Visegrado (Hungría y Polonia), acercándose a Marine Le Pen y a Matteo Salvini (al menos en primera instancia) y participando en todo tipo de espacios comunes, como el Eurolat o estas cumbres de la ultraderecha.

A esto se le suma sus alianzas con lo más ultraconservador de Estados Unidos, donde ha sabido aprovechar las redes tejidas en la época de José María Aznar de la mano de Rafael Bardají, buscando erigirse como un nexo entre Europa y América en esta amplia red que muchos medios y expertos ya denominan «internacional ultraderechista» o «internacional del odio».

Que esta tercera cumbre tenga lugar en Madrid es otra muestra más de que Vox está teniendo un papel crucial en esta alianza ultraconservadora y que apuesta por este acercamiento a partidos y gobiernos que amenazan seriamente los derechos y las libertades más fundamentales, así como los valores democráticos europeos.

Enlaces y fuentes:

– Foto de portada: Santiago Abascal y Viktor Orbán. Autor: Santiago Abascal, 27/05/2021. Fuente: Twitter

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *