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Fracasa referéndum para legitimar las leyes homófobas en Hungría

El pasado domingo, las elecciones parlamentarias de Hungría significaron la cuarta mayoría absoluta de Viktor Orbán, el candidato ultraconservador que lleva gobernando el país desde 2010, derrotando a la coalición opositora. Sin embargo, al mismo tiempo, se celebró un referéndum sobre la ley que prohíbe hablar de homosexualidad y cambio de género a menores promovido por el gobierno de Orbán que fracasó al no alcanzar el quórum mínimo exigido del 50%.

Según la Oficina Nacional Electoral, acudió a las urnas el 44 % de la ciudadanía húngara, en contraste con el 69,08% que acudió a votar y el 53,13% de los sufragios obtenidos por Viktor Orbán. El líder húngaro hizo coincidir ambas citas esperando así poder alcanzar el mínimo para revalidar una de sus leyes más polémicas, pero la oposición hizo una gran campaña para llamar al boicot que, por lo visto, dio sus frutos.

Además, el 20% de los votos fueron inválidos y desechados por diferentes errores. Buena parte de estos errores, como escritos de protesta o marcas erróneas realizadas a propósito, fueron también una forma de boicot promovida tanto por la oposición como por organizaciones en favor de los derechos de las personas LGTB.

Las cuatro preguntas del referéndum homófobo

La ley fue todo un escándalo cuando se promulgó, ya que suponía un serio retroceso en los derechos de las personas LGTB. Por ejemplo, implicó que muchos libros, obras de teatro o películas fueran censuradas, como Billy Elliot o Harry Potter.

En esta ley, Orbán vinculaba la homosexualidad a la pederastia, argumentando que la ley era necesaria para proteger a los menores de edad de abusos sexuales, en imitación a la «ley de propaganda homosexual» de Rusia. Por ello, Hungría no solo recibió la condena de la oposición y de varias organizaciones pro-derechos LGTB, sino que la Unión Europea abrió un procedimiento sancionador contra el país.

Así, Orbán respondió anunciando un referéndum, una estrategia que le había funcionado en el pasado.

El referéndum planteaba cuatro preguntas:

«¿Apoya usted que en los centros de educación pública se realicen charlas sobre orientaciones sexuales sin el consentimiento de los padres?», «¿apoya usted la promoción de terapias de cambio de sexo en menores de edad?», «¿apoya usted permitir la difusión sin control de contenidos sexuales que puedan influir en el desarrollo de los menores?» y «¿apoya usted informar en los medios a los menores de edad sobre el cambio de sexo?» eran las preguntas.

Como se puede observar, las cuestiones estaban planteadas de forma engañosa y ambigua, una conclusión apoyada por el Consejo de Europa.

Desde el gobierno de Orbán se hizo campaña por la participación y por el «no» a las preguntas, siempre bajo la premisa de defender los derechos de las personas menores de edad.

Sin embargo, el referéndum no es vinculante. Aunque las principales asociaciones de defensa de los derechos LGTB valoran de manera muy positiva el resultado y destacan que la sociedad húngara es cada vez más tolerante y abierta con la cuestión de la homosexualidad, la normativa legal continuará en vigor y no hay visos de que vaya a ser refrendada.

Homofobia en Hungría

Hungría tiene un largo historial de ataque a los derechos fundamentales desde que Viktor Orbán llegó al poder, especialmente en materia de derechos de las personas LGTB.

En 2012, con su primera mayoría absolutísima, modificaría la Constitución para ensalzar el modelo de familia tradicional como pilar del país y determinar que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, cerrando pues la puerta a la legalización del matrimonio igualitario.

En 2015, el Tribunal Constitucional (amparándose en esta modificación de la carta magna) anulaba la legislación sobre parejas de hecho: las personas LGTB perdían la única figura jurídica a la que podían acogerse para regularizar su situación socioafectiva.

Esta persecución aumentaría en 2020, año en el que se aprobarían diferentes medidas que excluían y señalaban aún más al colectivo: primero, cerrándoles la puerta a la adopción (solo las parejas casadas pueden adoptar); segundo, lanzando una ley de identidad sexual y género que impide la transición a las personas trans; y tercero, prohibiendo por ley hablar de homosexualidad e identidad sexual en las escuelas y colegios del país.

Con su cuarto mandato, solo queda esperar que estos derechos continúen menguando.

Enlaces y fuentes:

– Foto de portada: Viktor Orbán. Autor: Parlamento Europeo, 18/02/2012. Fuente: Flickr / CC BY-NC-ND 2.0

Fracasa referéndum para legitimar las leyes homófobas en Hungría

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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