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El régimen talibán obliga a las mujeres afganas a usar un burka y cubrirse el rostro

El gobierno de los talibán en Afganistán, que tomó el poder en agosto de 2021, anunció a través de un decreto de Hibatullah Akhundzada, líder supremo de la organización fundamentalista islámica, que las mujeres afganas deberían cubrir su rostro en público y frente a hombres que no pertenezcan a su familia para «evitar la provocación». El tutor o miembro masculino de la familia deberá asegurar el cumplimiento de la norma y podrá ser detenido ante la reincidencia de su incumplimiento, e incluso perder su empleo.

El portavoz del Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, quien se encargó de informar sobre la nueva norma frente a una rueda de prensa en Kabul, la capital del país, no se quedó ahí. Instó a las mujeres a abandonar la vida pública diciendo que es «mejor para ellas que permanezcan en casa» si no es por cuestiones importantes y sugirió el uso del burka para el cumplimiento de la nueva norma. «Tendrán que llevar un hiyab porque es tradicional y respetuoso», indicó el portavoz.

Hiyab, que en castellano significa «esconder», «ocultar a la vista» o «separar» hace referencia a un conjunto de prendas destinadas a cubrir la cara de las mujeres y va desde simplemente la cobertura de la cabeza y el pecho hasta la cara y el cuerpo completo, lo que se conoce como burka. La prenda se ha convertido en un símbolo de la opresión a las mujeres en los regímenes teocráticos islámicos, ya introducido por los talibán en Afganistán cuando llegaron al poder en 1996.

Un grave retroceso para los derechos de las mujeres afganas

No ha sido ninguna sorpresa que la toma del poder de nuevo por los talibán en Afganistán se ha traducido en un continuo retroceso de los derechos fundamentales en general, pero muy especialmente en el caso de las mujeres afganas, acabando con toda esperanza de que los tiempos modernos moderasen las políticas de la organización ultrarreligiosa, tal y como el propio gobierno aseguró en 2021.

Las primeras restricciones a los derechos de las mujeres afganas no tardaron en llegar. En primer lugar, en septiembre de 2021, se prohibió que hombres y mujeres trabajaran bajo el mismo techo, aprobándose además un conjunto de normas restrictivas para las mujeres afganas en su puesto de trabajo, como por ejemplo que tuvieran que acudir acompañadas de un hombre. Esto llevó a que muchas tuvieran que abandonar sus empleos.

Seguidamente, en noviembre de 2021, instaron a las cadenas del país a no emitir películas donde aparecieran mujeres y se les prohibió aparecer en ellas bajo un decreto con ocho reglas que, además, censuró las obras fílmicas contrarias a la ley islámica. El mismo mes, otra norma legal obligó a las mujeres que aparecieran en televisión, como periodistas o reporteras, a usar el velo durante las emisiones.

En diciembre, el régimen estableció que las mujeres que deseaban viajar más de 72 kilómetros deberían ir acompañadas de un «familiar varón cercano». En marzo de 2022, esta directiva se extendió a los vuelos nacionales e internacionales.

Sin embargo, una de las prohibiciones más polémicas llegó en marzo de 2022, cuando, tras reabrir las escuelas para niñas afganas, decretaron su cierre definitivo, supuestamente hasta adaptar los centros escolares a la ley islámica, lo que provocó una gran condena internacional y varias protestas de profesorado y alumnado del país.

Estas medidas han provocado, de hecho, el rechazo de la oposición política, de movimientos activistas e incluso de personalidades religiosas de perfil moderado. A nivel internacional, la condena ha sido bastante unánime desde las potencias occidentales. El gobierno estadounidense junto a otros países han decretado el recorte de ayudas a Afganistán y aplicado sanciones económicas.

Sin embargo, mujeres afganas activistas consideran que no es suficiente y que existe un «silencio» fuera del país con respecto a la situación que están sufriendo desde la llegada al poder de los talibán.

El régimen talibán obliga a las mujeres afganas a usar un burka y cubrirse el rostro

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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