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Policía seguidor de Bolsonaro irrumpe en una fiesta y asesina a tiros a un militante del partido de Lula

En la ciudad de Foz de Iguazú, mientras Marcelo Arruda, militante del Partido de los Trabajadores, al que pertenece uno de los próximos candidatos presidenciales, Luiz Inácio Lula da Silva, celebraba su 50 cumpleaños en una fiesta temática en honor del ex presidente en la sede de la Asociación Deportiva Salud Física de Itaipú, Jorge Jose de Rocha Guaranho, un policía seguidor del mandatario brasileño Jair Bolsonaro irrumpió y abrió fuego contra él usando una pistola, provocando su muerte.

El impactante suceso, que quedó inmortalizado en una grabación de una cámara de seguridad, se oye cómo el policía entra en el local y grita: «¡Aquí está Bolsonaro!». Más tarde, después de discutir con Marcelo Arruda, cerca de las doce de la noche, volvió para dispararle mientras celebraba tranquilamente su cumpleaños. Intentó defenderse buscando su propia arma y respondiendo ante los disparos, dándose un breve intercambio de balas, pero solo él terminó falleciendo. Por su parte, Rocha Guaranho fue ingreasdo en el hospital en estado grave, aunque en un principio se informó en los medios que también había fallecido.

En grabaciones filtradas posteriormente, puede verse que la discusión había comenzado momentos antes, con la aparición del seguidor de Bolsonaro en su coche y provocando una acalorada discusión en los exteriores del local.

Se cobra así la primera muerte de una contienda electoral que, a escasos 80 días de su celebración (el próximo 2 de octubre), se torna cada día más polarizada, crispada y reñida. Un evento que ha conmocionado a Brasil y que no augura nada bueno teniendo en cuenta la amplia rivalidad de ambos candidatos y las amenazas y discursos de odio que agita constantemente el mandatario de extrema derecha, que ha llegado a amenazar con suspender las elecciones usando al ejército.

«Estoy devastada. Estábamos entre amigos y familiares. Había gente de otras opiniones políticas y no nos molestábamos ni discutíamos. Y este loco vino a disparar«, dijo la agente policial Pâmela Suellen Silva, esposa de la víctima, en declaraciones a medios locales.

Arruda no solo era militante del Partido de los Trabajadores, sino tesorero de la formación a nivel local y antiguo candidato a vicealcalde por este partido en las elecciones locales de 2020.

La respuesta de Bolsonaro, de Lula y del resto de candidaturas

La reacción de Bolsonaro al suceso no fue la mejor del mundo precisamente. Amén de tardar casi un día entero en pronunciarse, analistas coinciden en que su respuesta no contribuyó a calmar el ambiente: «Rechazamos cualquier tipo de apoyo de quienes practican la violencia contra los opositores. A este tipo de personas, les pido que por coherencia cambien de bando y apoyen a la izquierda, que acumula un innegable historial de episodios violentos», dijo a través de sus cuentas oficiales en redes sociales.

«Es el bando que está ahí el que apuñala, el que escupe, el que destruye el patrimonio, el que suelta un petardo a un camarógrafo, el que protege a los terroristas internacionales, el que deshumaniza a las personas con etiquetas y pide que se les dispare, el que invade fincas y mata animales, el que empuja a un señor en un camión en marcha», añadió el mandatario ultraderechista.

Por su parte, Lula da Silva condenaba sin paliativos el asesinato.  «Perdieron un padre y un marido por un discurso de odio estimulado por un presidente irresponsable«. Poco después, en una reunión con el movimiento Vamos Juntos Por Brasil, el espacio de la futura coalición que apoyará a Lula da Silva a la presidencia del país, dedicaron varias palabras a Marcelo Arruda y un minuto de silencio, a modo de homenaje.

Poco antes, se había pronunciado también Geraldo Alckmin, candidato a la vicepresidencia de la coalición y líder del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB), amén del resto de candidaturas presidenciales: las encabezadas por Simone Tebet, candidata por el centro-derechista Movimiento Democrático Brasileño (y única mujer candidata a la presidencia de Brasil); y Ciro Gomes, candidato por el Partido Laborista de Brasil y una destacada figura política en la oposición a Bolsonaro.

«No podemos admitir demostraciones de intolerancia, odio y violencia. Me solidarizo con las familias de ambos. Este tipo de conflicto nos amenaza enormemente como sociedad», señaló Tebet. «Es triste, muy triste, la tragedia humana y política que acabó con la vida de dos padres en Foz do Iguaçu. El odio político necesita ser contenido para evitar que tengamos una tragedia de proporciones gigantescas», señaló por su parte Gomes. Ambos mensajes se lanzaron antes de conocerse que el asaltante bolsonarista continuaba con vida.

La sociedad civil también se sumó a las condenas, como la Red de Acción Política Por la Sostenibilidad (RAPS), que repudió “la escalada de violencia política en Brasil” y alertó a las instituciones democráticas sobre “la necesidad de ampliar las acciones de diálogo cívico” en el país. “La violencia política no puede tolerarse más”, sentenció esta organización, compuesta por 750 miembros de 29 partidos políticos del país.

El Congreso de Brasil realizó también un minuto de silencio por el terrible suceso.

El inicio de una campaña violenta

No es la primera vez que la violencia por parte de la militancia de Bolsonaro provoca un altercado en el contexto de la campaña electoral que se viene para las próximas elecciones presidenciales.

El pasado jueves, otro bolsonarista apareció en un mitin de Lula da Silva en la ciudad de Río de Janeiro y lanzó una bomba casera. Afortunadamente, no provocó ninguna muerte ni ningún herido, pero fue sin duda alguna un antecedente por parte de un sector que es señalado por estar cada vez más radicalizado. Es más, varios medios han citado el hecho de que, en 2018, el propio Bolsonaro dijo que «vamos a disparar a toda la petralhada (por el PT) aquí en (el estado de) Acre. Echemos a estos sinvergüenzas. Como les gusta tanto Venezuela, este grupo tiene que ir allí». Más allá de todas las incitaciones a las fuerzas armadas y los ataques verbales que ha dedicado a las instituciones brasileñas, incluyendo a la justicia y a las propias elecciones, y que le ha costado denuncias.

De hecho, el asesinato del militante del partido de Lula da Silva sucedió el pasado sábado, justo al final de una manifestación a favor de llevar armas para defensa personal, en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia, bajo lemas como «No son las armas, es la libertad», que recuerda vagamente a las posturas del también cada vez más radicalizado Partido Republicano de Estados Unidos.

La realidad, por otro lado, es que Lula da Silva lleva una considerable ventaja a Jair Bolsonaro en las encuestas. Según una reciente encuesta del Instituto Quaest y el banco de inversiones Genial, Lula tendría una intención de voto del 51% que le permitiría ganar las elecciones en primera vuelta. Es decir, ni siquiera necesitaría pasar a segunda vuelta según el sistema electoral brasileño. En cambio, aunque parecía que su rival estaba recortando distancias, Bolsonaro se mantiene en un 35%, muy lejos del candidato izquierdista.

Una tendencia que, no obstante, lleva fraguándose desde 2020 con la terrible gestión de Bolsonaro de la pandemia, las polémicas que han salpicado su mandato una y otra vez, y los casos de corrupción y de dimisiones que le han rodeado y que le han ido dejando cada día más solo y sin apoyos. Una caída que, de producirse, ahondaría en este nuevo ciclo electoral de América Latina en el que líderes izquierdistas y moderados están consiguiendo desplazar a las alternativas de extrema derecha que amenazan con extender el discurso de odio por todo el continente.

Policía seguidor de Bolsonaro irrumpe en una fiesta y asesina a tiros a un militante del partido de Lula

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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