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“Un texto de nazismo puro»: el discurso racial de Orbán crea condenas internacionales y provoca dimisiones

Un discurso con tintes nazis de Víctor Orbán ha hecho saltar las alarmas entre multitud de dirigentes e incluso miembros de su propio gobierno. El pasado sábado, el primer ministro de Hungría acudía a la reunión en Băile Tuşnad en Rumanía, a la que asiste todos los años. En un momento de su discurso el líder húngaro empezó a hablar de las razas.

Nosotros no somos una raza mezclada… no queremos convertirnos en una raza mezclada”, dijo refiriéndose a los húngaros. Sobre esto, comentó que los pueblos europeos debían tener libertad para mezclarse entre ellos, pero que la mezcla con pueblos no europeos creo un mundo de razas mixtas.

“Estamos dispuestos a mezclarnos entre nosotros, pero no queremos convertirnos en pueblos de raza mestiza”, sentenció. De hecho, añadió que los pueblos que hacían esto no podían ya considerarse naciones.

El discurso claramente racista, pseudocientífico y con tintes supremacistas tuvo consecuencias inmediatas. Una de las más llamativas fue la renuncia de la asesora Zsuzsa Hegedüs. Hegedüs es asesora de Orbán desde 2002 y tiene una relación amistosa con él, lo que refleja la amplia gravedad de la intervención.

En una dura carta publicada contra el líder autoritario, calificaba sus palabras como claramente fascistas: «No sé cómo no se dio cuenta de que el discurso que pronunció es una diatriba puramente nazi digna de Joseph Goebbels«, dijo refiriéndose al ministro de propaganda del régimen nazi.

La asesora lamentaba tener que romper las relaciones con Orbán, pero consideraba que el discurso era indefendible: “Lamento sinceramente que una postura tan vergonzosa me haya obligado a romper nuestra relación”, concluía Hegedüs.

Racismo, antisemitismo y condenas internacionales

En su discurso, Orbán también bromeó con las cámaras de gas, diciendo que su gobierno no aceptaba la reducción del uso del gas y que “los alemanes tenían mucha experiencia sobre esto”. La asesora también señaló cierto antisemitismo del líder húngaro. De hecho tras sus palabras, el grupo judío más grande de Hungría pedía una reunión con él.

Y es que el Holocausto afectó enormemente a los judíos húngaros. Más de medio millón fueron asesinados en el tristemente famoso campo de concentración de Auschwitz. De hecho, el Comité Internacional de Auschwitz también criticó las palabras del líder ultraconservador diciendo que refuerzan a “todas las fuerzas racistas y de extrema derecha en Europa”.

En este sentido, algunos líderes de la comunidad judía también se pronunciaron contra el discurso de las razas de Orbán. Así, el rabino Robert Fröhlich dijo que “solo una raza habita esta tierra, el Homo Sapiens. Y es única e indivisa”.

A estas críticas también se les sumaron las de toda la oposición húngara, que calificaron como “impropias de un estadista europeo” las palabras supremacistas de Orbán.

Pero no solamente de políticos húngaros le llovieron las críticas, si no también de algunos extranjeros. Fue el caso del ministro de Relaciones exteriores de Rumanía, quien señaló que los comentarios eran inaceptables y lamentó que se pronunciaran en suelo rumano.

Estas críticas no han hecho mella en Orbán. Por un lado su gobierno publicó una carta en respuesta a la de su asesora, defendiendo que su gobierno no era racista ni antisemita. Además distintos medios del país, la práctica totalidad controlados por Orbán y sus oligarcas aliados, salieron en defensa del ministro, diciendo que era un discurso en defensa de las naciones.

La deriva autoritaria de Orbán

Orbán es un líder referencial para la extrema derecha internacional.

La lucha contra la inmigración y los discursos xenófobos han sido una marca desde que tomase el poder en 2010.

De hecho, Orbán ha tomado multitud de medidas que han calado hondo en la población húngara para hacer que su país sea inhóspito para cualquier tipo de migración. Incluso los visitantes comunitarios se ven a veces víctimas del racismo.

En este sentido su lucha contra la migración ha sido tan exitosa que el gobierno húngaro ha tenido que escoger otra gran enemigo, encontrando en las personas LGTB un como el nuevo “enemigo del estado” al que atacar.

En un país donde no se reconocen sus derechos, Orbán ha conseguido incluso limitar algunos derechos generales, como la adopción para solteros o que esté prohibido hablar de temáticas LGTB en centros educativos o medios de comunicación.

Estas políticas homófobas y racistas le llevan constantemente a un enfrentamiento con la Unión Europea por el ataque al Estado de Derecho, al convertir a su país en una democracia iliberal, un sistema mixto entre la democracia y el autoritarismo.

Esto no ha hecho más que acrecentar la fama de Orbán entre la extrema derecha.

Un ejemplo internacional mermado por Putin

En el caso español, el húngaro es uno de los líderes referentes para Vox, mostrando su simpatía en múltiples ocasiones, ya sea viajando a Hungría para celebrar reuniones o defendiéndole en su medio, la La Gaceta de la Iberosfera. Además de apoyarle en muchas de sus acciones políticas, discursos o decisiones.

Solo en los últimos meses el líder húngaro ha se ha visto más aislado, tras su defensa cerrada de Putin, del que es su mejor aliado en Europa.

De hecho en la última gran reunión internacional de la extrema derecha europea celebrada en España para forjar un solo Eurogrupo, Vox intentó esconder a Orbán por sus postura prorrusas. Esto le ha hecho perder cierto apoyo del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos y lo ha distanciado de Polonia, la hasta ahora inseparable aliada del húngaro, conformando el llamado Grupo de Visegrado.

Pese a eso, sigue contando con grandes simpatías como la de Bolsonaro, presidente de Brasil, que viajó para realizar una cumbre conservadora la semana de antes del estallido de la guerra.

El mismo caso es el del expresidente estadounidense Donald Trump y la extrema derecha americana, que siguen teniéndolo como un referente europeo. De hecho, la próxima semana viajará a Dallas para participar en la próxima e importante Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de Texas. Este evento reúne a los líderes más relevantes de la derecha política y es un momento para conseguir también financiación.

Desde la irrupción del trumpismo, el evento se ha movido a la extrema derecha, recibiendo como estrellas a líderes como Giorgia Meloni, a Marione Marechal Le Pen o al mismo Orbán.

Sin duda, unas desafortunadas palabras que reflejan hasta qué punto la extrema derecha moderna es heredera de los viejos fascismos del pasado.

“Un texto de nazismo puro": el discurso racial de Orbán crea condenas internacionales y provoca dimisiones

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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