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Organizaciones y sindicatos de Castilla y León se manifestarán por las libertades contra las políticas de Vox

Siete meses es el tiempo que lleva el actual ejecutivo del Partido Popular y Vox en el poder. Sus políticas ya han hecho mella en sectores sociales, por lo que los sindicatos de Castilla y León han convocado una manifestación para esta semana. La cita se dará el próximo domingo 27 de noviembre en Valladolid, en la Plaza Zorrilla, y reunirá a sindicatos, organizaciones civiles y oposición política.

El objetivo, según narran los convocantes CCOO y UGT en un manifiesto, es realizar un acto por “las libertades y los derechos de toda la ciudadanía, en defensa de la democracia representativa y participativa, del estado social y de derecho, por la convivencia y el respeto a la diversidad” entre otras.

Según estos sindicatos de Castilla y León, la presencia de Vox está dinamitando estos valores de convivencia, que estarían siendo “pisoteados” por la formación.

Así, ambas organizaciones coinciden en su manifiesto en señalar que Vox está arremetiendo contra las «las políticas de igualdad entre hombres y mujeres y frente a la lucha contra la violencia de género; contra la inmigración y las políticas de igualdad de oportunidades de diversos colectivos, entre ellos el LGTBI; frente a las actuaciones de reparación y dignificación de las víctimas del franquismo y de la Memoria Histórica; contra las organizaciones representativas de la sociedad civil, en especial, contra los sindicatos más representativos de clase, pero también contra las asociaciones representativas de los empresarios, o asociaciones del mundo del trabajo autónomo».

Este manifiesto también señala que Vox no cree “en la democracia participativa” en el “Estado social” ni en los “servicios públicos” y que el PP no para de ceder ante la formación de extrema derecha.

Por eso los sindicatos de Castilla y León acaban invitando a todos los actores de la sociedad civil a la manifestación de este próximo domingo 27.

Más allá de los sindicatos de Castilla y León

Estos meses, Castilla y León ha estado en el foco tanto por los constantes escándalos, como por la formas de matón del vicepresidente Juan García-Gallardo Frings y sus errores. En esta coalición PP y Vox, está quedando demostrado como la formación de extrema derecha es capaz de imponer su línea política a su socio de gobierno.

Así, Mañueco ha aceptado la tramitación de la ley de violencia intrafamiliar, un nuevo constructo de la extrema derecha para intentar acabar con la violencia de género.

También han sido constantes los ataques a la Memoria Histórica, mientras Vox intenta convertir en Bien de Interés Cultural las edificaciones de la dictadura.

Uno de los campos que más dañado está quedando es el diálogo social con organizaciones empresariales y sindicatos. Este, de obligado cumplimiento según nuestra Constitución, está quedando roto por el despotismo de Vox.

Y es que hasta ahora la formación ha demostrado llevar muy mal el no ser capaz de imponerse, en especial su líder, Juan García-Gallardo. El vicepresidente demuestra en los plenos de las cortes un tono chulesco y matón, con insultos a los dirigentes políticos, totalmente impropios de un vicepresidente.

Además ha incumplido diversas promesas, tales como reducir los altos cargos, siendo el gobierno con más altos cargos de Castilla y León; rebajar el gasto político, siendo el ejecutivo más caro de la historia Castilla y León o acabar con la televisión pública. De hecho, Gallardo aprovechó la promoción de publicidad a MasterChef desde hace año para participar en el programa.

Unas actuaciones que han unificado las críticas de la oposición, PSOE, Ciudadanos y Podemos, tachando al actual ejecutivo de ineficaz, de una notable perdida de la calidad democrática y de que Mañueco es rehén de la extrema derecha.

También de la mala situación económica, siendo Castilla y León la segunda comunidad con la inflación más alta, con una elevada destrucción de empresas y una largas listas de atención sanitaria

Vox contraprograma la manifestación

Vox no se ha quedado quieto ante la convocatoria de la manifestación por parte de los sindicatos. Así, ha convocado a sus seguidores el mismo día a las 12:00 en Valladolid, coincidiendo con la marcha por las libertades de las organizaciones sindicales.

Esta convocatoria usa el típico lenguaje de la formación hablando del “gobierno de la ruina”, exigiendo la convocatoria de elecciones y hablando de la “traición del gobierno”.

Esta manifestación es un eco de la convocada por la extrema derecha en la Plaza de Colón de Madrid. Vox está aprovechando la modificación del delito de sedición para intentar agitar las calles.

«Desde la perpetuación del golpe de Estado», dice el mensaje de Vox, «Pedro Sánchez ha mentido continuamente a todos los españoles, concediendo todo tipo de ventajas a los golpistas separatistas».

Este relato de “golpe de Estado” (cuando en ningún caso la desobediencia política de Cataluña puede clasificarse así) se une al relato del “okupa de Moncloa”, para intentar quitar legitimidad a este gobierno, una estrategia usual de la extrema derecha alrededor del mundo.

Pese a todo, se espera que ambas manifestaciones opuestas mantengan la distancia, siendo la de los sindicatos la que marche por Valladolid mientras la de Vox permanezca en el Ayuntamiento.

Una estrategia sorprendente, donde Vox se muestra incapaz de tolerar los actos democráticos en su contra y convoca para ello una contramanifestación, con los peligros que puede traer y que se une a la estrategia de estos días de agitar las calles.

Una estrategia que está fallando, tanto en el fracasado paro patronal de los camioneros como en la fallida protesta de Barcelona.

Organizaciones y sindicatos de Castilla y León se manifestarán por las libertades contra las políticas de Vox

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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