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El partido de Bolsonaro pide invalidar las elecciones de Brasil

El Partido Liberal (PL) la formación que apoyó la fracasada candidatura del presidente brasileño saliente Jair Bolsonaro ha pedido al Tribunal Superior Electoral (TSE) invalidar el resultado de las pasadas elecciones.

La petición ha sido realizada por Valdemar Costa Neto, presidente de la formación. La justificación ha sido que las urnas más antiguas habrían tenido un mal funcionamiento. Esto afectaría a unas 279.300 máquinas (un 61% del total) que serían los modelos desde 2009 a 2015. Según esta petición, las urnas del modelo de 2020 sí que habrían funcionado adecuadamente.

Además, el partido de Bolsonaro ha presentado una auditoría que daría la victoria a este en las urnas por un 51%, siempre que se eliminasen los votos contabilizados por las urnas de modelos más antiguos. Hay que recordar que, en las pasadas elecciones, Inácio Lula da Silva ganó con el 50,9% del voto frente al 49,1% de Jair Bolsonaro.

El ingeniero encargado de esta operación de auditoría, Carlos Rocha, ha asegurado que lo que quieren es “contribuir al perfeccionamiento de la democracia” y que existen indicios “muy fuertes de mal funcionamiento”.

Pese a esto, el PL no ha mostrado ninguna prueba que corrobore su teoría del fraude electoral, como viene siendo costumbre desde que el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump resucitase esta narrativa para la extrema derecha. De hecho, las urnas fueron auditadas por distintos organismos, entre ellos las Fuerzas Armadas, que no detectaron ninguna anomalía.

La justicia responde a las peticiones del partido de Bolsonaro

El presidente del TSE, Alexandre de Moraes, ya ha advertido duramente sobre los intentos de revertir el resultado electoral, hablando de penas de cárcel. Tras esto, ha dado 24 horas al PL para que presente las supuestas pruebas de este fraude electoral.

Además, Moraes ha señalado sobre el informe del partido de Bolsonaro que si las urnas han tenido un supuesto mal funcionamiento en la segunda vuelta, también deberían haberlo tenido en la primera vuelta y esta debería ser revisada en primer lugar. Esta petición en cambio no se encuentra en el informe, ya que en primera vuelta el PL fue el ganador en escaños, convirtiéndose en primera fuerza al obtener 99 asientos en la cámara baja.

Los mercados han respondido con una caída tras este anuncio y con un fortalecimiento del dólar frente al real.

Por su parte, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva ha calificado estas peticiones de “artimaña” y de “maliciosas”, considerándolas un intento de cambiar la voluntad popular. En este sentido la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, ha cargado duramente: “El recurso de Bolsonaro ante el TSE es una artimaña que tiene que ser sancionada como litigio de mala fe. Basta de malicia, de irresponsabilidad y de insultos a las instituciones y a la democracia”.

La manida (y versionada) teoría del fraude electoral

En noviembre de 2020, Donald Trump perdía las elecciones contra Joe Biden. Desde entonces empezó una huida hacia adelante, declarando que había sido víctima de un fraude electoral y que le habían “robado las elecciones”.

Donald Trump no presentó ninguna prueba. De hecho su legión de abogados y recuentos demostró una y otra vez que carecían de pruebas que sostuvieran el supuesto fraude electoral. Finalmente el tema escaló hasta la Corte Suprema (con una mayoría superconservadora), que declaró que no existían pruebas de este fraude.

Esto no fue suficiente para impedir Trump siguiera con su relato. Un relato que le permitiría volver en 2024 como “invicto” y que enardecería a sus bases. Y funcionó. Un 75% de los votantes republicanos considera que hubo algún tipo de fraude.

Esta estrategia ha sido añadida al repertorio de la extrema derecha por todo el mundo, que la ha utilizado cada vez que ha perdido unas elecciones (o podría perderlas). En América Latina han amenazado personajes como Keiko Fujimori, José Antonio Kast o el mismo Jair Bolsonaro.

La primera la puso en marcha tras su ajustada derrota. El segundo decidió no utilizarla tras su amplísima derrota. Bolsonaro ha estado amagando con usarla los últimos meses, sembrando constantes dudas sobre el proceso de votación y recuento, con constantes avisos por parte del TSE. Que no utilizase esta narrativa durante el recuento o tras los siguientes días había calmado a buena parte de la población. Pero finalmente el partido de Bolsonaro ha dado este paso, que pone al país en un brete.

El ambiente golpista

Y todo esto con los seguidores de Bolsonaro pidiendo abiertamente un golpe de Estado.

Los manifestantes en favor del todavía presidente de Brasil han organizado manifestaciones, piquetes y cortes de carreteras en distintas rutas. Nada más venció Lula, camioneros bolsonaristas se congregaron para afectar la logística del país. Al mismo tiempo, manifestantes a pie se congregaron también en buena parte del país (en especial en los estados y ciudades con un fuerte voto al actual presidente) pidiendo una intervención del ejército para impedir un gobierno de líder de izquierdas

Durante estas dos semanas las manifestaciones han seguido con las mismas peticiones golpistas. Estas están siendo realizadas en grandes manifestaciones frente a los cuarteles de las Fuerzas Armadas. También son habituales la presencia de sacerdotes, altares y liturgia cristiana, con los creyentes rezando para que ocurra el golpe.

Esta sorprendente situación ha dejado escenas para el recuerdo, como la manifestación nazi ante el cuartel del ejército pidiendo un golpe de Estado.

Una aún más insólita es la que ocurrió hace un par de días en la ciudad de Porto Alegre. Allí manifestantes se reunieron para pedir a los extraterrestres una invasión con la que “salvar Brasil”

Los bolsonaristas se pusieron los móviles en las cabezas, tapándolos con la mano a modo de realizar “señales de luz”.

Toda una muestra del pensamiento mágico de la extrema derecha, presente tanto en la religión como en las teorías de la conspiración llegando incluso a los aliens.

Mientras el mandatario brasileño sigue mudo en el Palacio de Planalto, teóricamente incapaz de hablar al público por una enfermedad.

El partido de Bolsonaro pide invalidar las elecciones de Brasil

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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