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La tragedia en Calabria desata la polémica por la aprobación la semana anterior de un decreto «antirescates»

El trágico hundimiento en Calabria, en la costa sur de Italia, ha desatado la polémica sobre la posible responsabilidad del gobierno de Giorgia Meloni en el desastre.

En este desastre humanitario, al menos 65 personas han perdido la vida, entre ellos 20 niños y niñas. 80 han sido rescatadas. Se espera que el número de muertos aumente ya que en la embarcación había entre 200 a 250 personas.

La precaria embarcación había partido de las costas de Turquía en dirección a Italia con el sueño de un futuro mejor. A poca distancia de la costa de Calabria, unos 150 metros, se partía contra unas rocas deshaciéndose al instante. El mar estaba agitado y era difícil nadar, perdiendo muchas personas la vida apunto de llegar a su destino.

El espectáculo en la playa de Steccato di Cutro es dantesco. El mar está arrastrando hasta allí las ropas, enseres y restos de los fallecidos. Entre ellos se puede ver ropa de niño y biberones.

Este suceso señala directamente al gobierno de Giorgia Meloni y su decreto contra los barcos que rescatan migrantes en el mar. El decreto fue aprobado por el Senado el pasado jueves y entró en vigor de inmediato. Los primeros barcos damnificados ya fueron multados la semana pasada y haciendo que distintas asociaciones y ONG limitarán su actividad.

Estas organizaciones señalan al gobierno italiano como responsable de las muertes, diciendo que si el decreto no hubiera estado en vigor hubiera habido barcos de rescate cerca de Calabria que habrían salvado a los migrantes de morir.

Desde el gobierno de Meloni se defienden aduciendo que el mar estaba en mal estado y que los migrantes no debieron partir con ese temporal.

Calabria y el decreto contra los rescates

El decreto aprobado por el gobierno italiano es una grave acusación contra las ONG y barcos de rescate que operan en el Mediterráneo. La retórica de la extrema derecha, que sostiene que estas organizaciones aumentan la inmigración, se intensifica cuando se las señala como cómplices o a sueldo de supuestas mafias ilegales que se lucran con la inmigración.

Aunque no se ha demostrado ninguna prueba, estas acusaciones alimentan el discurso ultra y sirven como contrargumentación contra los defensores de los derechos humanos.

Así el decreto tiene como objetivo desincentivar, e incluso evitar los rescates marítimos de migrantes. Incluye varios cambios diseñados para dificultar las misiones de rescate y reducir el número de personas rescatadas.

Estos cambios incluyen nuevos requisitos para los puertos y el asilo, lo que hace que los barcos pierdan días en los viajes y tengan que desembarcar a los migrantes de forma inmediata. Además, el gobierno italiano aplicará sanciones desorbitadas a los que incumplan las normas, incluyendo multas de hasta 50.000€ y la inmovilización del navío.

Uno de los primeros afectados es el barco Geo Baretns de Médicos sin Fronteras que ha sido bloqueado durante 20 días en el puerto de Áncona y al que se le ha impuesto una multa de 10.000€ por incumplir el decreto de Meloni.

Anteriormente, los barcos podían rescatar a diversas embarcaciones para después pedir asilo y desembarcar, pero ahora los barcos deben pedir asilo inmediatamente después de rescatar a una sola embarcación, lo que dificulta aún más las misiones de rescate.

En definitiva, este decreto es una serie de medidas diseñadas para entorpecer las misiones de salvamento, lo que provocará más muertes en el mar como se ha visto en Calabria. Es una respuesta inhumana a una crisis humanitaria que necesita soluciones reales y comprometidas.

La Meloni que no daba miedo a la UE

La entrada de Giorgia Meloni fue vista con una mezcla de miedo y escepticismo por Bruselas. Se esperaba un gobierno fuertemente autoritario, ultraconservador, revolucionario y euroescéptico.

Y no ha sido nada de las dos segundas. El gobierno de Meloni ha empezado a aplicar medidas de carácter económico compatibles con la UE y medidas ideológicas “leves” que parecen no ir contra el Estado de Derecho en primera instancia.

Esto había hecho que desde Bruselas se bajase la guardia y se pensase que Meloni podría ser una socia fiable, más radical en campaña que gobernando. Su decreto contra los rescates ha sido una de las primeras medidas que ha hecho saltar la alarmas.

Las llamadas institucionales a la acción están siendo moderadas cuando no directamente tibias. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von Der Leyen, se ha pronunciado instando a los Estados miembros de la UE a intensificar sus esfuerzos para llegar a un acuerdo sobre la política migratoria.

Un tema polémico ya que desde hace más de dos años los Veintisiete han estado discutiendo la reforma de la política comunitaria de migración y asilo, sin lograr ningún avance sustancial debido a la división política.

De hecho y anunciando un aumento de las restricciones, los líderes europeos acordaron tomar medidas para acelerar las deportaciones de migrantes irregulares y aumentar los fondos para la protección de las fronteras exteriores en la cumbre del 10 de febrero.

Un giro que anuncia una política de fronteras en consonancia con el discurso de la extrema derecha. El suceso de Calabria es un trágico recuerdo sobre que sus política, aunque se disfracen con moderación, llevan aparejadas la perdida de derechos (cuando no vidas) de la población.

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Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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