Entrevistas

Rosa Pérez: «La fórmula del Govern del Botànic ha servido para frenar a la extrema derecha en las instituciones y ampliar derechos»

Rosa Pérez Garijo, consellera en el Govern del Botànic, nos ha citado en el edificio de la Consejería de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, cerca del antiguo cauce del Río Turia.

Nos recibe uno de sus ayudantes amablemente mientras esperamos. En estos días nos dice que el trabajo en la Consejería es frenético (como casi siempre), pero por suerte no esperamos demasiado tiempo.

Así poco después de llegar, Rosa Pérez nos recibe en una de las salas del edificio, donde nos sentamos en una elegante mesa. Rosa ha sido una de las principales voces tras los proyectos de Memoria Democrática en Valencia. Además, no solo ocupa un alto cargo institucional, si no que tiene una dilatada experiencia el campo político y militante. De todo ello vamos a preguntarle ahora.

Al Descubierto: ¿Puedes explicarnos quién es Rosa Pérez para alguien que no te conozca?

Rosa Pérez: Pues soy una persona de Catarroja (ríe), muy de mi pueblo. Además he sido concejal muchos años del ayuntamiento. Soy licenciada en Derecho y en Ciencias Políticas y de la Administración. Soy madre de 2 hijas y mi profesión es la abogacía. También soy profesora asociada de la facultad y gracias a mi familia -porque considero que soy una afortunada- siempre se ha hablado mucho de política en mi casa. Hemos sido gente con mucha sensibilidad política y que nos marcábamos como objetivo transformar o ayudar a la transformación, mejorar las condiciones de vida y tener una sociedad más justa e igualitaria. Por lo tanto desde que tengo uso de razón he sido una persona militante, desde el sindicalismo estudiantil en el BEA (Bloc d’Estudiants Agermanats), en las juventudes comunistas, a joves d’Esquerra Unida, en Esquerra unida, Comisiones Obreras… O sea, no concibo mi vida sin una militancia activa tanto desde el mundo político como desde el punto de vista sindical como del punto de vista social.

AD: Durante estos casi 4 años has ejercido una labor dirigiendo la Consejería de Participación, transparencia, cooperación y calidad democrática de la Comunidad Valenciana, ¿podrías contarnos qué se ha hecho en esta materia? ¿Cómo valoras el trabajo realizado? 

RP: Esta Consellería tiene un hombre que es muy largo ¿no?, “Participación, Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática” (ríe). Pero a mí siempre me gusta resumirlo en dos palabras: “calidad democrática”. Todo es calidad democrática, es calidad democrática la transparencia, que los valencianos y valencianas tengan información sobre todo lo que hace la administración pública y creo que ahí podemos estar satisfechos porque en estos momentos, en el ranking que existe de Gobiernos autonómicos sobre transparencia, somos el número 1. Y además, vamos creando continuamente herramientas para mejorar esa transparencia. Por ejemplo, estamos a punto de aplicar el nuevo buscador de empresas para que se sepa con que empresas se contrata, para que se contrata, que precio tienen… Hemos estado innovando toda la legislatura con herramientas que mejoran la transparencia y no solo tenemos toda la información abierta a la ciudadanía, sino que también trabajamos para hacerlo de la manera más cómoda y fácil a la gente.

La participación es fundamental porque nosotros pensamos que además de que la ciudadanía debe saber todo lo que hacemos sus gobernantes, también debe tener derecho a participar en la democracia. Para nosotros y nosotras la democracia no se puede reducir a votar cada 4 años, sino a formar de una manera activa parte de las decisiones de la administración. Y en esta línea hemos creado un portal que es innovador y pionero a nivel del Estado español, donde cualquier valenciano y valenciana puede presentar una iniciativa que rápidamente llega al gobierno, con una serie de avales. Y también hemos llevado la ley de los presupuestos participativos, los primeros presupuestos participativos autonómicos, pero no solo en el País Valencià, sino a nivel de todo el Estado español. Esto muestra nuestra apuesta clara por la participación, es decir, a lo largo de 2021 los valencianos y valencianas que quisieron pudieron proponer en que se gastaba el dinero. Y luego además pudieron votarlo, desarrollándose durante los presupuestos del 22 y del 23. 

En cooperación no podemos concebir ser ajenos a los problemas en el resto del mundo. Existen desigualdades en este mundo que son en parte responsabilidad de aquellos países que se supone que vivimos mejor y por tanto, mientras trabajamos para construir ese mundo que te decía antes más justo, más solidario, más equitativo, hay que dar recursos y apostar por proyectos que puedan hacer que en sitios que quienes no son tan privilegiados como nosotros tengan lo necesario para poder tener una mejor calidad de vida. Y en esa línea, cuando llegué a la consellería, se destinaban unos 32 millones a cooperación. En estos últimos presupuestos la partida es de 72 millones. Hemos aumentado un 131% las partidas de cooperación. Además, algo que contrasta radicalmente con los gobiernos que nos han precedido del Partido Popular, es que el dinero de la cooperación llega, no se se expolia (en referencia al Caso Blasco).

Y en la calidad democrática hablamos también del fomento del autogovern, del derecho de los valencianos y las valencianas, donde todavía nos queda mucho por hacer. Ahí tenemos el Derecho Civil Valenciano, una asignatura pendiente. Como la responsabilidad social, donde hemos llevado el reglamento de cláusulas sociales que blinda la subrogación empresarial para los trabajadores y las trabajadoras que trabajan para la administración a través de empresas de servicios que están privatizadas. Ha sido un trabajo de toda la legislatura que nos hace avanzar en calidad democrática.

Por último Memoria Democrática. Desgraciadamente en este terreno ha habido mucho por hacer, porque las administraciones han dado la espalda durante muchísimos años a la Memoria Democrática. Yo siempre digo que no es que no se hayan hecho políticas de memoria, es que se han hecho políticas de desmemoria. Y un país no puede avanzar en democracia si no sabe lo que ha pasado. Y en esa línea es un trabajo muy importante que va desde exhumar las fosas de la vergüenza hasta la asignatura pendiente en esta democracia: retirar los vestigios franquistas.

También crear ese Banco del ADN que no solamente es para identificar los restos de las fosas de los familiares, sino también para hacer un trabajo importante con el tema de los bebés robados de la dictadura. Gracias a esto hemos tenido las primeras coincidencias entre dos hermanas y un hermano y una hermana, que son los primeros en todo el Estado español. Por lo tanto creo que en Memoria Democrática, igual que en todas las políticas que te he comentado, somos pioneros a nivel español.

No se entiende que, más de 40 años después del fin de la dictadura, todavía haya pueblos donde el alcalde vitalicio sea Francisco Franco.

AD: ¿Y cómo es eso de la cooperación en tiempos de exaltación del nacionalismo? ¿Qué os dicen desde otras formaciones opositoras a este tema? La cooperación es efectivamente muy importante, pero parece que el mundo ahora se dirige al camino contrario.

RP: Creo que hay determinados discursos que son muy peligrosos, eternamente insolidarios y que además fomentan un discurso de odio que es totalmente contrario al mundo que nosotros queremos construir. Siendo además tremendamente individualistas y mentirosos en su discurso. Yo supongo que tú me lo planteas por el mensaje de «primero los españoles», pero ese discurso y las personas que lo utilizan en realidad usan la demagogia y la mentira.

Porque precisamente lo que están protegiendo es una clase privilegiada que no está a favor de que haya políticas sociales y ni una redistribución de la riqueza en este país. Por lo tanto, si tú haces políticas redistributivas de la riqueza, procuras que la vida de la ciudadanía sea mucho mejor y además se pueda aportar a esas políticas solidarias que son tan importantes.

Cuando hay gente que tiene que salir de su país -a nadie le gusta salir de su país- es porque al final las condiciones que tienen de vida no cubren ni siquiera sus necesidades básicas y por lo tanto hay que aportar precisamente para que para que haya un equilibrio y para entender que, como decía antes, cualquier problema en el mundo también es nuestro problema. Hay que apostar por un mundo más solidario. 

AD: Ahora vamos a hablar un poco sobre la Memoria Democrática, que es un tema que nos interesa especialmente. Te hemos preguntado sobre el trabajo que has realizado y has dicho que se ha avanzado bastante, que somos pioneros. ¿Podrías contarnos algunos resultados y grandes proyectos realizados para la restauración y la memoria?

RP: En este momento hemos abierto el 66% de las fosas. Es un dato importante, pero además, hemos programado abrir 47 fosas más este año. Al principio de la legislatura, establecimos un objetivo muy ambicioso, que era convertirnos en un «territorio libre de fosas». Algunas personas cercanas en aquel momento me decían: «Eso suena un poco irreal, ¿no?». Sin embargo estamos viendo que ese objetivo está cada vez más cerca. De hecho, en Castellón ya hemos alcanzado el 80%, y tenemos previsto finalizar los trabajos de este año. En Alicante, estamos en el 75%, aunque aún faltan algunas exhumaciones en Valencia. A mi parecer, esto representa un avance importante. Es importante destacar que hay comunidades autónomas que prácticamente no han iniciado este proceso. No se puede construir una democracia ni avanzar en ella sin tener en cuenta a aquellos que fueron asesinados precisamente por defenderla.

Nuestro objetivo fundamental es identificar y devolver los restos a sus familiares. En esta línea, también hemos creado el Banco de ADN, un banco de identificación genética centralizado para aquellos restos que actualmente no se pueden identificar, pero que podrán ser identificados en el futuro. Además, hemos previsto la construcción del Memorial de Paterna, un proyecto que no ha sido fácil llevar a cabo y que hemos presupuestado en 1 millón de euros. Este memorial no solo servirá para dignificar los restos que han permanecido tanto tiempo en fosas, si no que también contará con un centro de interpretación.

Creo que gran parte de lo que ha sucedido en nuestro país y en particular, la presencia actual de la extrema derecha -que es tan peligrosa en un país como el nuestro con una democracia reciente, que desafortunadamente no viene de una historia democrática extensa – está relacionado con la falta de políticas de memoria, como mencioné al principio. Un pueblo que desconoce su historia está condenado a repetirla.

Cuarenta años de dictadura representaron una barbarie en este país. Desafortunadamente, estamos hablando de que hay una parte de las generaciones que vivieron ese tiempo y que están falleciendo, por lo que ya no pueden transmitir sus experiencias. Además sabemos que hubo mucho miedo a la represión y por lo tanto, existe un gran desconocimiento. Este Memorial es importante porque en otros países como Alemania se les explica a los niños y niñas desde el colegio lo que ocurrió en su país. También es importante que eso suceda aquí. ¿No crees? En este sentido hemos declarado como lugar de memoria todo el terreno donde se cometieron los asesinatos y donde se encuentran las fosas, incluyendo el campo de concentración de Albatera.

En este momento, estamos en proceso de negociación para su compra y para convertirlo en otro centro de interpretación, ya que necesitamos espacios que puedan ser visitados. Esto es importante tanto para la población en general como para las personas más jóvenes, quienes podrían realizar excursiones desde las escuelas e institutos para aprender sobre nuestra historia.

Otra cuestión fundamental ha sido la retirada de vestigios franquistas, por lo que hemos desarrollado un catálogo de vestigios franquistas, el cual se mantiene actualizado gracias a la información continua que recibimos de colectivos y vecinos. Consideramos que es esencial democratizar nuestras calles, avenidas y plazas en nuestros pueblos, en definitiva, en nuestro país.

No se entiende que, más de 40 años después del fin de la dictadura, todavía haya pueblos donde el alcalde vitalicio sea Francisco Franco. Un ejemplo de políticas de memoria, justicia y reparación que me enorgullece mencionar es Argentina, donde se han llevado a cabo juicios con sentencias y se ha creado el Museo de la ESMA, entre otros muchos logros. ¿Qué sucede allí? ¿Cómo están revirtiendo, en la medida de lo posible, la situación de los niños y niñas robados? Estuve allí en enero con las Abuelas de la Plaza de Mayo y pude ver la colaboración entre familiares y el sistema judicial.

Recuerdo que al principio, cuando comenzaron a abrirse las fosas en la legislatura pasada, estuve presente en varias de ellas debido a mi trabajo de Memoria Histórica en la Diputación. Y aparte de la emoción que sentían los familiares, lo que más me impactaba y me daba un poco de vergüenza, era que siempre me agradecían mucho «gracias, gracias».

AD: Aquí tenemos un gran problema: no existen leyes para acabar con la impunidad del franquismo y parece que desde cierta parte del actual Gobierno no se quiere ¿O podríamos poner nombres y hablar directamente del PSOE?

RP: Bueno, por un lado existe una ausencia de voluntad política, es cierto que no quieren avanzar y resulta incomprensible que no haya ni un condenado por los crímenes del franquismo. Pero también hay que considerar la interpretación jurídica que se hace, porque aquí hay dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, la Ley de Amnistía. Si tienes pruebas de que se ha cometido un delito y llevas a cabo un procedimiento, al final debes determinar si es aplicable o no. Con la Ley de Amnistía esto no ocurre. Directamente no se instruye, no hay investigación.

Otra de las soluciones que se plantean constantemente es la prescripción de los hechos. Un ejemplo claro es cuando abrimos una fosa y aparecen los primeros restos, con evidencia y pruebas de antropólogos que indican una muerte violenta. En ese momento nos dirigimos al juzgado para informar y automáticamente nos dicen que por qué lo hacemos.

Lo hacemos porque los delitos de lesa humanidad no prescriben. Por lo tanto, también ha habido falta de voluntad por parte de la justicia para investigar, ya que entiendo que para aplicar la Ley de Amnistía se debe llevar a cabo un procedimiento, y se sabe que los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles.

Si estamos hablando de dar justicia a los familiares de los desaparecidos durante la dictadura, también debemos atender a aquellos que tuvieron a sus bebés robados.

AD: Siguiendo con este tema, es importante mencionar el alivio que sienten los familiares de los represaliados. ¿Podrías contarnos qué te han transmitido los familiares de las víctimas sobre el impacto de estos procesos de reparación?

RP: Hay muchos familiares a los que llevaré siempre en mi corazón. Afortunadamente, ahora ocurre menos porque parece que está más normalizado, lo cual es motivo de alegría. Pero recuerdo que al principio, cuando comenzaron a abrirse las fosas en la legislatura pasada, estuve presente en varias de ellas debido a mi trabajo de Memoria Histórica en la Diputación. Y aparte de la emoción que sentían los familiares, lo que más me impactaba y me daba un poco de vergüenza, era que siempre me agradecían mucho «gracias, gracias». Incluso algunos continúan haciéndolo hasta el día de hoy.

Desafortunadamente, se percibe como algo excepcional, algo que no debería serlo. Debería estar normalizado, es decir, lo único que he hecho en la Diputación y aquí es cumplir con mi obligación. El problema radica en la falta de cumplimiento de su obligación por parte de otras instituciones durante muchos años, que han dado la espalda por completo a los familiares. Al final, vemos como algo excepcional lo que no debería serlo.

Para mí es un privilegio haber compartido esos momentos con ellos. Recuerdo especialmente a una mujer muy mayor en la primera fosa que abrimos en Paterna. Venía siempre con una silla plegable y se sentaba al lado de la fosa mientras se trabajaba día tras día. Fue algo impactante. En Paterna, lamentablemente, no se encontraron restos, pero tuve una reunión posterior con toda esa asociación y les dije: «Vamos a seguir buscando, ¿no? Los restos aparecerán porque vamos a centralizar todo en el Banco de ADN que tenemos». Si esa mujer vivió para verlo es algo que siempre me pregunto. Es muy emotivo, sobre todo cuando hay hijos y te das cuenta de que han vivido toda su vida con esa ausencia y ese duelo inconcluso. Es un duelo que no pudieron llevar a cabo, porque no solo les arrebataron a sus seres queridos para ser asesinados, sino que ni siquiera les permitieron llorar públicamente.

Además, muchas mujeres fueron estigmatizadas y despojadas de todo su dinero. Tuvieron que sacar adelante a sus hijos, que crecieron con esa ausencia y esa infancia difícil. Ahora, en muchos casos, son los nietos y las nietas quienes continúan el camino que comenzaron sus abuelas y padres. También es muy emotivo.

Siempre pido disculpas a los familiares. Creo que, aunque como administración estamos haciendo nuestra parte, debemos pedir disculpas por todos los años en los que la administración dio la espalda a los familiares. Gracias a esta voluntad ha comenzado un movimiento muy importante. A raíz la apertura de fosas y los resultados, se crearon muchas asociaciones e incluso se sumaron muchos familiares que no sabían que tenían víctimas en las fosas. Ni siquiera sabían que habían sido asesinados por el régimen franquista.

Hay casos en los que les habían dicho que habían muerto en la guerra, luchando en el bando nacional, porque intentaban proteger a los hijos e hijas, para que pudieran crecer de la manera más normal posible. En muchos casos se les ocultó, por eso en la Diputación hicimos un documental muy recomendable para los institutos, que se llamaba «Fighters».

AD: Ahora vamos a hablar un poco sobre el ámbito nacional. En España hemos visto la aprobación de la Ley de Memoria Democrática. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

RP: Creo que era necesaria desde hace mucho tiempo. Teníamos la Ley del 2007 que era claramente insuficiente. Nosotros en nuestra Ley de Memoria Democrática valenciana ya recogíamos la mayoría de cuestiones que ahora recoge la Ley de Memoria Democrática estatal que se ha aprobado. De hecho, aquí en la Diputación ya estábamos trabajando en muchos de esos aspectos antes de la Ley de Memoria Democrática. Los trabajos empezaron en 2016, mientras que la ley se aprobó ese mismo año. Aun así, creo que hay que recibir una ley así con alegría.

Siempre pienso que se podría haber ido más allá, y considero que hay un tema pendiente que se debe resolver, que es el de los bebés robados. Si estamos hablando de dar justicia a los familiares de los desaparecidos durante la dictadura, también debemos atender a aquellos que tuvieron a sus bebés robados.

AD: Otro tema que genera mucha controversia y que también ha sido problemático aquí son las exaltaciones fascistas a pesar de la Ley de Memoria Democrática. En Valencia tuvimos el problema de que se intentó multar a una persona que llevaba una bandera franquista, pero la jueza, que además está bastante ligada al ultraderechismo, argumentó que era libertad de expresión. Estamos viendo manifestaciones fascistas abiertamente y no hay una actuación porque se teme que se pueda dar una respuesta similar si se denuncian. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

RP: El problema fundamental que tenemos es que para poder sancionar, primero debemos poder identificar. Es decir, puede haber alguien conduciendo a 200 por hora pero si no hay un policía que lo identifique, no se le puede sancionar. En la mayoría de los casos en los que hay actos de exaltación franquista, no hay un informe policial o simplemente una constancia de los hechos. Hemos elaborado una guía didáctica para brindar formación a los policías locales, la policía autonómica y los policías nacionales, pero no hemos encontrado muchas facilidades.

AD: ¿Es decir, también hay resistencia interna, verdad?

RP: Hay resistencia en general en el sistema, porque han pasado muchos años y se han normalizado cosas que no son normales en una democracia sana.

AD: Claro, para terminar con este tema, ¿Qué dirías a los críticos de la izquierda que consideran que la memoria democrática es algo superfluo o secundario?

RP: A mí me parece que opiniones así debilitan nuestra democracia. Estamos hablando de hechos muy graves que ocurrieron en este país, muy graves. Hablamos de un Gobierno ilegítimo, de un golpe de Estado que no triunfó, y por lo tanto de una guerra civil seguida de 40 años de dictadura donde, como mencioné anteriormente, se violaron sistemáticamente los derechos humanos y se cometieron crímenes de lesa humanidad. Por ello no se puede permitir que eso quede impune como se está intentando, porque al final no quedará ningún responsable vivo. Todos quedarán impunes y no se puede dejar de transmitir esta historia, porque creo firmemente que ciertos discursos de odio y ciertos partidos que se consideran herederos del franquismo no tendrían la fuerza que tienen actualmente si toda la sociedad tuviera un conocimiento completo de lo que realmente significó el franquismo.

AD: Cambiando de tercio hablemos de entresijos políticos y coaliciones. Indudablemente estas nunca son fáciles pero aquí habéis tenido una coalición de gobierno de nada menos que cuatro partidos bastante diferenciados e incluso que contienen más partidos dentro. Pero visto desde fuera parece que la convivencia en el Govern del Botànic II ha sido incluso llevadera. ¿Podrías hablarnos un poco sobre cómo ha sido esta convivencia?

RP: Efectivamente, considero que ha sido llevadera. Creo que esto es posible cuando existe respeto entre las fuerzas políticas, respetándose también las parcelas, aunque al mismo tiempo se intenta influir en otras cuestiones. Por lo tanto, hay temas que son más fáciles y otros en los que hemos tenido que hacer equilibrios. Pero creo que, desde el respeto y los equilibrios que todos debemos hacer ya que nadie tiene el Gobierno al 100%, los gobiernos de coalición no solo son menos problemáticos, sino que son más positivos que los gobiernos de un solo partido, ya que reflejan diferentes opciones políticas y nos obligan a todos a esforzarnos para aportar lo mejor. En determinados momentos quizás tengamos que renunciar a ciertas cuestiones, pero también podemos llevar adelante políticas que hemos reivindicado durante muchísimos años.

Recordemos cómo era nuestra reputación en 2015, cuando el Partido Popular nos había situado en el centro del mapa de la corrupción. Hemos revertido esas políticas y avanzado en áreas como la sanidad, la calidad democrática y las políticas sociales.

AD: También hablemos un poco sobre la oposición. ¿Cómo ha sido la relación con ella? ¿Cómo habéis sobrellevado la entrada de la extrema derecha a las instituciones?

RP: Creo que la oposición ha sido extremadamente irrespetuosa con la democracia y con el Gobierno. Esto proviene de la derecha y la extrema derecha, quienes consideran que el poder les corresponde por derecho, debido a los muchos años que han gobernado en nuestro país. Por tanto, la democracia solo les conviene cuando se ajusta a sus propios intereses. Cuando la democracia no les favorece porque gobiernan otras fuerzas políticas, se vuelven totalmente irrespetuosos y nos consideran usurpadores de lo que ellos consideran suyo. Es muy difícil lidiar con ellos, ya que no respetan el juego democrático y además hacen demagogia. Cuando hay partidos que no respetan el juego democrático, la situación se vuelve muy complicada.

AD: ¿Cuáles son los principales cambios que has observado desde la entrada de Vox en el debate político? ¿Es posible convivir con ellos y normalizarlos o, por el contrario, representan un peligro para la democracia? ¿Qué debe hacer la izquierda frente a la entrada de la extrema derecha?

RP: A Vox hay que hacerle un cordón democrático. Es decir, hay que mantenerlos al margen de todo, porque representan la máxima expresión de utilizar la democracia para destruirla. Han introducido ciertos discursos que tal vez algunos ya pensaban, pero que daba vergüenza expresar debido a su significado y ellos los han normalizado. Esto es una agresión a nuestra democracia y ha llevado a otros partidos de derecha, como el Partido Popular, a inclinarse hacia posiciones de extrema derecha, lo cual es sumamente peligroso, ya que desplaza el centro político hacia la derecha. Para aquellos de nosotros que deseamos precisamente lo contrario, avanzar en derechos y libertades, esto supone un deterioro importante. En estos momentos, vivimos tiempos de emergencia democrática en los que debemos tener mucho cuidado debido a los peligros que pueden surgir.

AD: Ya que hablamos de Vox, podemos hablar de su candidato a la Generalitat, Carlos Flores Juberías, condenado por violencia de género. ¿Qué opinión tienes de él?

RP: Considero que el hecho de tener una condena lo descalifica totalmente para ocupar un cargo público. Es sumamente preocupante. Ha sido durante mucho tiempo miembro del Consejo de Transparencia, negándose a dimitir cuando se descubrió su pasado, lo cual es vergonzoso. Esta persona no debería representar a las Cortes ni al pueblo valenciano. Además, su condena por violencia de género es anterior a la existencia de la ley de violencia de género, lo cual era aún más difícil de lograr. Es una vergüenza que alguien con este tipo de antecedentes pueda ocupar un cargo de responsabilidad y ser portavoz de un partido que claramente busca socavar los avances en derechos para las mujeres.

Afortunadamente, la fórmula del actual Govern del Botànic ha servido para frenar a la extrema derecha en las instituciones y ampliar derechos.

AD: ¿Apuesta Rosa Pérez y Esquerra Unida por un Botànic III?¿Qué parte del trabajo realizado crees que debería animar a la gente a votar por los partidos de esta coalición?

RP: Nosotros apostamos firmemente por un Botànic III. Y queremos destacar que la coalición no solo se forma para detener a la extrema derecha, sino para avanzar en políticas progresistas y centradas en las personas. Con esto en mente nuestro objetivo es claro: trabajar por un tercer Botànic para mejorar la vida de la gente.

Durante estos 8 años, hemos logrado transformar completamente la imagen de la Comunidad Valenciana. Recordemos cómo era nuestra reputación en 2015, cuando el Partido Popular nos había situado en el centro del mapa de la corrupción. Hemos revertido esas políticas y avanzado en áreas como la sanidad, la calidad democrática y las políticas sociales.

Apostamos por muchos años más de avances políticos siempre en beneficio de la ciudadanía.

AD: Ya estamos casi acabando, pero no quería dejar sin comentar el tema de Sumar. Respecto a esta coalición nacional, más que una gran coalición de izquierdas, parece que el proyecto dirigido por Yolanda Díaz es el actor principal (con algunos problemas). ¿Podrías darnos tu opinión sobre este proyecto?

RP: Estoy completamente a favor del proyecto de Sumar. Siendo militante de Esquerra Unida toda mi vida, hemos hablado siempre de sumar con otras fuerzas políticas para lograr la transformación que buscamos. La construcción de un bloque histórico de cambio es fundamental para transformar las políticas. Desde Esquerra Unida, consideramos este proyecto de suma como algo muy importante y hemos dejado claro que estaremos ahí. Si se trabaja adecuadamente, esta coalición puede tener la fuerza necesaria para cambiar la correlación de fuerzas en el Gobierno y tener margen para avanzar en políticas. Está demostrado que cuanto más fuertes sean los partidos políticos a la izquierda del PSOE, más podemos presionar en las coaliciones con ellos para avanzar en políticas que sabemos que pueden causar grandes reticencias a los poderosos.

AD: Para acabar ¿Podrías contarnos algo sobre tus proyectos de futuro? ¿Tienes alguna actividad planeada fuera de la política institucional?

RP: Uno de mis proyectos de futuro es terminar mi tesis doctoral, que es un trabajo precioso. También tengo la intención de volver a tener tiempo para disfrutar de mis hijas, ver más cine y leer más. Quiero dedicar tiempo a disfrutar de mis amigos y de todas aquellas cosas que la política no siempre permite.

AD: Muchas gracias por tu tiempo Rosa.

RP: A vosotros.

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Rosa Pérez:

Juan Francisco Albert

Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.

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