Una muñeca hinchable negra colgada y una esvástica en instituto de La Rioja

Antes de las vacaciones de Semana Santa, una clase del instituto español de secundaria de Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja, amaneció con una muñeca hinchable negra colgada y una esvástica dibujada. Un hecho que ha provocado la conmoción tanto en el centro como en la comunidad educativa local, al tenor de lo descrito por el medio Rioja2, adscrito a elDiario.es, así como una disputa acerca de cómo abordar el suceso, lo que ha provocado que el caso aflore semanas después.

Y es que la comunidad educativa ha censurado a la dirección del instituto por su «tibieza» a la hora de tratar el problema, llevando el caso ante el ejecutivo autonómico, donde señalan que entienden que se debería haber abierto un expediente disciplinario.

Por su parte, la dirección del centro argumenta que se actuó según lo dispuesto en el Decreto de Convivencia, un argumento respaldado por el gobierno riojano, encabezado por Gonzalo Capellán, del Partido Popular (PP). Así, desde el gobierno aseguraron a Rioja2 que Inspección Educativa tuvo en todo momento conocimiento de lo sucedido y que «el propio centro solucionó el incidente y trabajó con los alumnos responsables de esta conducta en el Aula de Convivencia donde estuvieron entre dos y cinco días atendidos por docentes del centro para evitar que incidentes de este tipo vuelvan a repetirse». Por otro lado, no ha habido ninguna expulsión ni ninguna otra medida disciplinaria.

«Se obvió que la muñeca hinchable negra tenía pintada una esvástica»

Estos argumentos no han convencido a la comunidad educativa, que considera que la dirección del centro ha minimizado y ha enfrentado a responsables y víctimas. Desde su punto de vista, y al tenor de lo publicado por Rioja2, «la comunidad educativa no comparte cómo se ha gestionado lo que consideramos un delito de odio. Sí que se ha dado traslado a Inspección Educativa, pero desde dirección no se ha contado la totalidad de los hechos porque se obvió que la muñeca negra tenía pintada una esvástica”.

También han señalado que las medidas disciplinarias impuestas, una serie de actividades en el aula de convivencia, son demasiado laxas y que «ni siquiera han realizado». A su juicio, esto traslada una sensación de impunidad a los responsables de este «delito de odio», lo que implica que este problema pueda volver a repetirse. «Llegaron a calificar este hecho tan grave como metras chiquilladas», aseguran, señalando además que el 19% del alumnado del instituto es migrante, por lo que se han podido herir muchas sensibilidades.

Por último, el propio director del centro, Miguel Ángel del Bosque, ha calificado los hechos de «machistas, xenófobos y sexistas» y, aunque califica el procedimiento sancionador de confidencial, asegura que se han cumplido las medidas disciplinarias oportunas y que condena sin paliativos lo ocurrido, si bien pone en duda la intencionalidad de los alumnos implicados. “El Decreto de Convivencia nos dice que hay que valorar la intencionalidad de los chavales y no la tengo clara, no puedo afirmar que haya habido una intención racista y sexista, pero tampoco puedo asegurar lo contrario”. El director asegura que dichos responsables “ya se han disculpado y, según ellos, esto fue una garrulada”.

Delitos de odio y racismo en las aulas

En los últimos años, España ha sido testigo de un incremento en los incidentes relacionados con la discriminación en las aulas, incluyendo el racismo y la homofobia. Un incremento que comenzó a darse especialmente a partir de 2015, coincidiendo con el auge de las formaciones políticas de extrema derecha. Ya para 2017, más del 10% de los casos de bullying estaban relacionados con el racismo.

El racismo en las aulas se manifiesta de diversas formas, desde insultos y burlas hasta exclusiones y agresiones físicas. Las personas migrantes y racializadas son quienes con mayor frecuencia sufren las consecuencias de estas actitudes discriminatorias, sintiéndose marginados y desvalorizados en su propio entorno educativo, principalmente personas de etnia gitana y afrodescendiente.

Este problema no solo afecta directamente a las víctimas, sino que también tiene un impacto negativo en el clima escolar y en el rendimiento académico.

Y es que el racismo es un problema estructural que, a juicio de expertos en educación, no se aborda de manera apropiada. Aunque cada vez existen más protocolos de convivencia y se da espacio a la educación en valores, desde diferentes centros, especialmente desde el profesorado, han alertado de un aumento de los mensajes e ideas de extrema derecha y una mayor sensación de impunidad ante mensajes xenófobos, machistas y racistas. No es casualidad que, desde 2019, la identificación de los jóvenes con Vox, partido político de extrema derecha, se haya triplicado, pasando de un 3,8% a un 12,4%.

Por lo tanto, parece obvio que se necesita un enfoque integral que abarque tanto la prevención como la intervención en casos específicos, incluyendo promover la educación en valores desde una edad temprana, fomentando el respeto, la empatía y la tolerancia hacia la diversidad cultural y étnica. Así, los programas educativos deberían incluir contenidos y actividades que sensibilicen a los estudiantes sobre la importancia de la convivencia pacífica y el rechazo a cualquier forma de discriminación.

Además, se requiere una mayor formación y sensibilización del profesorado para que puedan identificar, prevenir y abordar adecuadamente los casos de discriminación en las aulas. Esto incluye la implementación de protocolos de actuación claros y eficaces, así como el apoyo psicológico y emocional tanto para las víctimas como para los agresores. Esto parece que ha fallado en el caso de La Rioja, donde la comunidad educativa ha destacado la laxitud de las medidas disciplinarias tomadas.

Por otro lado, es imprescindible que las autoridades educativas y gubernamentales asuman su responsabilidad en la lucha contra el racismo y la discriminación en general en el ámbito escolar. Esto implica la adopción de políticas y medidas concretas que promuevan la inclusión, la diversidad y la igualdad de oportunidades en el sistema educativo.

Por último, es fundamental establecer alianzas y colaboraciones con organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas y comunidades migrantes para desarrollar estrategias efectivas de prevención y sensibilización.