El éxito del confinamiento total en el control del coronavirus
España, Italia y Francia han estado en portada en los últimos tres meses por ser los territorios más afectados por la CoVid19. Hoy han asombrado al mundo y recibido felicitaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su control eficaz de la pandemia después de haber aplicado medidas de confinamiento, en algún caso muy restrictivas.
El coronavirus golpeó en marzo toda Europa continental, empezando por Italia. Pronto se extendió a los países periféricos. Los principales países afectados fueron España, Francia y Alemania. Los dos primeros sufrieron además una sintomatología parecida, si bien se identificaron un total de tres cepas diferentes que se diseminaron con una rapidez inusitada. De hecho, estudios más recientes indican que posiblemente en enero y en febrero ya hubiese estado el virus circulando.
Sobre Alemania hay poco que decir, ya que a día de hoy aún asombra a la comunidad científica por su buena gestión de la crisis sanitaria. Se cree que una mezcla de hábitos sociales, un sistema de salud robusto, unos recursos económicos amplios, una rápida actuación en detección y aislamiento y unos hábitos de cumplimiento de las normas más parecido al de las sociedades asiáticas puede ser la respuesta (y aún así, nada responde al porqué de la baja mortalidad en infectados).
La cuestión principal es que, a medida que el mundo empezaba a estar afectado por la pandemia, Europa ya se estaba llevando, de lejos, la peor parte, especialmente tres países: España, Francia e Italia. A las cuales, pronto se le añadiría un cuarto: Reino Unido. Ahí otras tácticas se pondrían sobre la mesa, marcando el panorama internacional.
Empieza el coronavirus: Italia
“Casos confirmados de Covid19 por cada 100.000 residente en Italia a 20/06/2020. Autor: Ythlev. Fuente: Wikimedia Commons, bajo licencia CC BY-SA 4.0.
Marzo de 2020 empezó con el virus instalado en tierras europeas. De hecho, la OMS no declaró la enfermedad como pandemia global hasta el día 11 de ese mismo mes, por lo que la mayoría de países europeos, en cierto modo, minusvaloraban aún la situación con la creencia eurocéntrica de que los conflictos y problemas siempre caen más allá de las fronteras.
El 1 de marzo Italia tenía 1694 casos confirmados y 34 muertes. En este caso, los primeros contagios surgieron en la región de Lombardía, pero pronto se extendieron por el resto del estado. Varios expertos coinciden en que la respuesta de las autoridades locales y autonómicas fue lenta, al igual que el gobierno.
Tras aislar inicialmente los focos de contagio del resto del país, el 4 de marzo el gobierno finalmente cierra todos los centros de estudios, mientras la tasa de infecciones y de fallecimientos crece casi de manera exponencial cada día. Aun así, se permiten los eventos públicos.
Poco después, el 8 de marzo, el gobierno italiano finalemente declara casi todo el norte del país como zona roja, limitando el movimiento y prohibiendo salir del territorio. Esto genera una tromba de personas que huyen a sus regiones de origen. El número de muertos e infectados seguía entonces en ascenso.
El 11 de marzo, toda Italia entra zona roja. El nuevo decreto ley de Giuseppe Conte ordena el cierre definitivo de las fronteras, además de prohibir salir a la calle excepto para situaciones de necesidad (hacer la compra, pasear animales o trabajo) y el cierre de todos los lugares multitudinarios sin excepción. Toda actividad productiva no estrictamente esencial o de primera necesidad se paraliza hasta nueva orden. Empieza así el confinamiento, uno de los más duros de todo el globo.
Ese mismo día, con 12.462 contagiados detectados y 1016 fallecidos, la OMS declara la Covid19 pandemia mundial.
España
La mayoría de occidente seguía inexplicablemente tranquilo ante el virus. El 11 de marzo hubieron 2.277 casos confirmados de coronavirus y 55 fallecimientos. El 13 de marzo el ejecutivo se planteó ordenar el estado de alarma. Solo dos días después, con los casos confirmados y las muertes en ascenso, empezó el confinamiento en España más laxo en ese momento.
El 28 de marzo España presentó 72.428 casos confirmados, 5.690 fallecidos y una alarmante cifra de muertes que parecía no tener fin, y que alcanzó los 832 fallecidos. El gobierno decretó el confinamiento total, con el cierre de las actividades productivas.
Francia
El 1 de marzo el número de casos confirmados en Francia alcanzó los 130, con 2 fallecimientos. El virus siguió extendiéndose por el país galo.
El 15 de marzo, con las elecciones municipales celebrándose, se confirmaron 91 muertos y 4532 casos. Emmanuel Macron, el primer ministro, que se negaba a extender medidas más restrictivas, aplazó la segunda vuelta de las municipales y el día 16 anunció un cierre de 15 días.
Los tres países planearon un confinamiento en inicio corto, de una decena de días de manera provisional, o como mucho de dos semanas. Pero existían voces discrepantes al respecto.
Anticonfinamiento, conspiraciones y la libertad como valor supremo
Portada del documental Plandemic. Autor: captura de pantalla realizada el 25/06/2020 a las 19:30h. Fuente: Youtube.com
Las medidas de confinamiento suscitaron todo tipo de controversias. La más extendida, la que decía que era un ataque contra las libertades fundamentales, especialmente por lo que respecta a las restricciones de movilidad, es decir, las nuevas normas que prohibían salir a la calle excepto por cuestiones justificadas bajo sanción administrativa.
De hecho, sobre el origen del coronavirus y su influencia (o excusa) como herramienta de control social hay todo tipo de teorías conspirativas, incluyendo cuestiones relativas al desarrollo de una vacuna que facilite dicho control o perjudique de alguna forma la salud de la gente.
Lo que es relevante es que, en general, la extrema derecha principalmente, y la derecha conservadora clásica, querían evitar las medidas de confinamiento para “no dañar la economía”, asumiendo daños en forma de contagios y fallecimientos con tal de no paralizar la actividad productiva. Por ejemplo, el 13 de mayo, Reino Unido, gobernado por el conservador Boris Jonhson, comunicó que su país se declaraba impotente ante la pandemia. El objetivo del ejecutivo sería salvar la economía y no aplicaría medidas de confinamiento social.
Pronto, otra gran potencia afín le seguiría: Estados Unidos. El representante de la alt-right estadounidense, el polémico Donald Trump, declaró que lo prioritario también sería salvar la economía. No se aplicarían, por lo tanto, medidas de confinamiento que pudieran dañar la producción.
Estas teorías estaban basadas en alcanzar relativamente rápido la llamada inmunidad de grupo, aplicando el aislamiento vertical si fuera necesario, esto es, aplicar medidas de confinamiento y de seguridad higiénico-sanitarias únicamente para ciertos casos de riesgo. Si tenían, resultado el triunfo sería espectacular: una población inmunizada y una economía en pleno funcionamiento.
Otro gran país se unió a esta hipótesis. A finales de marzo, el ultraderechista Jair Bolsonaro negó el problema del coronavirus y empezó una guerra contra su propio ministro de Sanidad y gobernadores locales para evitar el confinamiento.
También tenemos el caso particular de Suecia, que aplicó una mezcla de ambas perspectivas.
Del confinamiento al sinfinamiento
Mapa del coronavirus de Brasil. Autor: Camilo C. Branco. 29/01/2020 (actualizado a 0606/2020). Fuente: Wikimedia Commons, bajo licencia CC BY-SA 3.0.
El confinamiento estaba en marcha en Italia, España y Francia. Pero sus virtudes eran difíciles de ver. Un primer informe del Imperial College de London marcaba que había sido una buena decisión. Según este informe, en España se habían salvado gracias al confinamiento 16.000 vidas solo en marzo. También analizaba otros 10 países europeos, entre ellos Francia e Italia, donde también se habían salvado este mismo mes un horquilla variable entre 21.000 a 120.00 vidas.
Lamentablemente y pese a las buenas noticias, la prevención es poco tangible. Para los países que habían aprobado el confinamiento, las cosas no iban a ser fáciles. Las prórrogas a los estados de alarma se sucedían unas tras otra. Las medidas restrictivas se mantuvieron, en especial en Italia y España, hasta el punto de parecer interminables, sin apenas perspectivas visible de doblegar la llamada curva de contagio.
El 14 de abril, Italia presentaba 602 muertes diarias y 21.067 totales; España 567 muertes diarias y 18.056 totales; y Francia 745 muertes diarias y 15.371 totales. La fe en el confinamiento empezaba a escasear y las protestas sobre la idoneidad de este aún estaban presentes en el debate. Debate que, en el caso concreto de España, fue y sigue siendo especialmente acalorado y tenso. Hasta Alemania sufrió alguna concentración de protesta en contra a pesar de que sus perspectivas eran mejores.
El temor al daño económico centraba las conversaciones. Los teóricos de la conspiración, los partidos de ultraderecha y los empresarios en las zonas afectadas pedían que se rebajasen las medidas. Pero lo que se estaba rebajando seguro, eran las cifras de fallecimientos, que tras varias prórrogas del confinamiento, bajaban lenta pero constantemente. El 28 de abril, España presentaba 453 muertes diarias y 24.725 totales; Francia por su parte 367 muertes diarias y 23.663 totales; e Italia 382 muertes diarias y 27.359 totales.
¿Qué estaba pasando en los países que no optaron por el confinamiento? Pues un proceso casi inverso. El 14 de abril, presentaban 2378 muertes cada día en el caso de Estados Unidos, 842 en el caso de Reino Unido y 204 en el caso de Brasil.
El 28 de abril, los países nombrados no solo apenas bajaron, sino que en algún caso experimentaron algún incremento: Estados Unidos 2204 muertes, Reino Unido 795 muertes y Brasil 474 muertes. Unas cifras alarmantes para esas fechas.
El que mejor estaba controlando el virus era Reino Unido, ya que en su segunda semana de “indefensión ante el virus”, el primer ministro Boris Johnson se había desdicho y había empezado a aplicar un confinamiento suave, que fue en un progresivo ascenso hasta alcanzar medidas de confinamiento similares a los países del entorno.
Y esto no había sido por una decisión unilateral, sino porque durante el mes de marzo, el Imperial College de London había creado un informe donde se reflejaba que las consecuencias de no hacer nada eran terribles: 510.000 fallecimientos para Reino Unido y de 1 a 1,2 millones para EEUU. Este informe fue clave en el cambio de rumbo en ambos países, en especial en UK.
El fin del confinamiento
Casos confirmados, recuperados y defunciones en España. Autor: captura de pantalla hecha el 25/06/2020 a las 17:30h. Fuente: Wikipedia Commons
Italia, España y Francia finalmente comenzaron las desescalada en tiempo y forma similar. El 4 de mayo el gobierno español e italiano comenzaban su desescalada. El primero presentaba 164 fallecimientos diarios, el segundo menos de 100.
París comenzaba su desescalada el 11 de mayo, con una media diaria de 200 muertes en los últimos siete días
Mientras tanto, los datos en los países que no habían seguido el confinamiento seguían desbocados. El 15 de mayo, Reino Unido presentaba una media de muertos en la última semana cercana a 450. EEUU por su parte se encontraba en una media cerca a las 1.500 muertes diarias.
El Brasil de Bolsonaro rompía records con 202.918 casos confirmados y 800 muertes de media.
Los días siguieron pasando. Los países que optaron por el confinamiento, lenta pero ordenadamente fueron superando las distintas fases de la desescalada. El número de muertes y contagios se reducía a diario de los enormes máximos de abril.
Pero no es solo la comparativa el método que podemos usar para ver la efectividad del confinamiento, también los informes de los organismos oficiales. Por ejemplo, según el informe del Global Policy Laboratory de Berkeley, las medidas de restricción del movimiento en todas sus variables habían cambiado enormemente el curso de la pandemia. Según sus datos, se habían evitado 530 millones de contagios. Dando por buena una tasa de letalidad del 1% (que podría ser de entre el 0,6 al 2% según estimaciones), se habrían salvado 5,3 millones de vidas. Pero con ese número de infectados, los sistemas de salud se hubieran colapsado, por lo que el número de muertos tanto por la Covid19 como por enfermedades comunes hubiera sido mucho mayor. Y lo que es más importante, este informe solo toma datos hasta el 4 de Abril.
Tenemos otro informe del Imperial College de Londres que sí se atreve a hacer un pronóstico de los muertos. Según este informe, con datos recogidos hasta el 4 de mayo, las diferentes medidas de restricción del movimiento y el contacto salvaron 3,1 millones de vidas. Un número que pone en valor todos los esfuerzos individuales y colectivos para frenar la epidemia.
En la actualidad
Tabla de casos de fallecimientos y recuperaciones en Estados Unidos, Brasil, UK, Italia, Francia y España, con los datos unificados. Fuente: Google. Dominio público.
El miedo a un nuevo rebrote es algo a tener en cuenta y los focos deben ser tratados con cautela y con firmeza, pero a 22 de junio tanto Italia, como España y Francia, los tres países que estuvieron en el podio de muertes y casos, presentan menos de 50 fallecimientos diarios. Aunque el número total es amplio, el actual se mantiene en 34.644, 28.327 y 29.731 respectivamente, sin prácticamente modificaciones significativas.
Ahora en el podio están otros. Estados Unidos presenta 123.751 fallecimientos por coronavirus; el Brasil de Bolsonaro 53.895 fallecimientos; y Reino Unido 43.081. Esta tesitura está poniendo complicada la reelección de sus líderes, en especial los que tienen pronto las elecciones: Trump y Bolsonaro.
Pero no todo son las cifras finales: en los países que no apostaron por el confinamiento los números diarios siguen siendo altos: a 22 de junio, Estados Unidos presentó 292 fallecimientos, Reino Unido 280 y Brasil cifras cercanas a los mil fallecimientos. Cada día.
No obstante, lo que es peor son los nuevos contagios. Por un lado, Reino Unido que al final aplicó el confinamiento y tiene un número de casos similar al de sus homólogos europeos, es el que sale mejor parado, habiendo conseguido corregir la tendencia de la peor manera. En cambio, EEUU presenta más de 35.000 nuevos casos en un día y Brasil 42.725. Y lo peor es que ni siquiera han salvado su economía, ya que, en un mundo global, las economías están interconectadas: si caen muchas de ellas, caen todas. Además, el elevado número de contagios a la larga ha acabado perjudicando a la actividad productiva mucho más que si se hubieran aplicado medidas de confinamiento a tiempo.
Las medidas de confinamiento indudablemente han resultado en una molestia para sus habitantes y en un perjuicio económico aún por determinar para los estados. De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) augura fuertes caídas de las principales economías del mundo con una lenta recuperación.
Han obligado a cambiar el modo en el cómo la gente se relaciona, con quien y de qué manera. Pero han salvado vidas, que debe ser la prioridad de cualquier gobierno. Y, como demuestran todos los datos, se puede decir que los que optaron por el confinamiento consiguieron su objetivo. Los que no, aún lo están pagando.
“Media de nuevos casos semanales de CoVid19 desde 1 de marzo hasta el 24 de junio de 2020”. Autor: Captura de pantalla hecha el 25 de junio de 2020 a las 23:30h. Gráfica realizada por Gzero. Fuente: Jons Hopkins University.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.