Cómo terminó la Rana Pepe convirtiéndose en un meme que la ultraderecha reclama como propio
Esta semana y durante la Comisión de Seguridad Nacional en el Congreso de los Diputados en España, se invitó a uno de los responsables de Facebook para hablar sobre desinformación. En un momento dado, Manuel Mariscal, diputado del partido ultraderechista Vox por Toledo, se dirigía al representante de la plataforma para reprocharle su supuesta censura. Mientras sostiene su teléfono móvil y muestra la imagen de la rana antropomórfica en la parte trasera de su carcasa, el diputado ultraderechista declaraba: «¿Usted sabe que es esto? Esto es la Rana Pepe.», comenzó.
«Es un símbolo de miles de jóvenes de esta generación que no van a permitir que la izquierda les imponga cómo pensar y qué decir. Y he de decir que ustedes, los responsables de Facebook, eliminan diariamente a muchos jóvenes de su plataforma por defender ideas conservadoras, por defender con orgullo los símbolos nacionales de su país, le digo que ustedes podrán matar digitalmente a la rana Pepe, pero no podrán acabar con las ideas de millones de jóvenes conservadores».
No consta que el grupo parlamentario de Vox haya registrado formalmente la inclusión de la Rana Pepe como símbolo nacional ni tampoco se ha demostrado hasta el momento que Facebook lleve a cabo la censura selectiva de contenidos emitidos por jóvenes conservadores.
Sí consta en cambio que la Liga Antidifamación, una de las principales organizaciones estadounidenses que se dedica a señalar los símbolos y los discursos de odio, llamara la atención sobre la deriva supremacista de algunos de los memes que usaban la Rana Pepe en 2016, llegando a considerarlo como símbolo de odio. También consta, como señala el cómico y activista Facu Díaz, la estrategia constante de victimización que usa Vox como estrategia mediática constante.
Como parte de esa estrategia está la de mostrarse como agraviados frente a determinados poderes fácticos y defender el uso de un discurso supuestamente silenciado, postulándose como víctimas al tiempo que señalan todo aquello que no les gusta como rivales políticos o como «el enemigo» o «el otro». A pesar de la cuestionable innovación que supone hacer uso de un meme cuyo auge fueron las elecciones presidenciales de Estados Unidos que dieron el poder a Donald Trump y su posterior legislatura, la historia de la Rana Pepe dista de ser homogénea. Como ocurre con la mayoría de memes, es larga, compleja y merece ser analizada para entender cómo se ha llegado ha convertirse en el símbolo de la nueva derecha radical, derecha alternativa o alt-right.
El origen de la Rana Pepe
La famosa rana humanoide nace en 2005 de la mano de Matt Furie, el creador de la tira cómica «Boy’s Club«, junto con otros tres personajes: Brett, Andy and Landwol. La historia narra las peripecias de un grupo de compañeros de piso y pretende honrar el lacónico hedonismo de una generación que usaba compulsivamente el portal Tumblr y a la que le gustaba el ingenio verbal y la psicodelia visual.
Seguramente un análisis profundo del contexto cultural del momento arrojaría una serie de connotaciones políticas que podrían explicar el vínculo entre origen y deriva del personaje, pero lo cierto es que el punto de partida es el de un personaje que no es usado específicamente por ningún espectro ideológico en concreto. El documental estrenado en 2020, «Feels Good Man» trataba de explicar el origen bondadoso del personaje ante la deriva a la que se vio inmerso a partir de 2015 y 2016.
Según documenta la biblia del meme, Know your Meme, en 2008 se populariza una imagen donde la Rana Pepe se baja los pantalones hasta las rodillas para hacer pis en los foros 4chan junto a la frase «Feels good man». A partir de ahí, comienza una carrera meteórica que en los siguientes seis años lo convierte en uno de los memes más prolíficos y complejos de la historia de Internet. Katy Perry, en 2014, lo usa para ilustrar el jet-lag de un viaje a Australia. Nicki Minaj lo usó para bromear sobre cómo recuperar followers. Ya era popular. Ya era mainstream. Y seguía sin tener connotaciones políticas específicas.
En esta pieza de The Insider producida en 2019 se explica que «la Rana Pepe se convirtió en un meme versátil. Aparecía contento, triste, presumido o enfadado. Representaba un amplio rango de emociones identificables por los usuarios de Internet. Y esta capacidad de identificación lo hizo viral en muchas otras redes sociales. En 2015, Tumblr declaró que la Rana Pepe era el meme más reblogueado del año«.
Del meme al símbolo de la alt-right
Como suele suceder con los memes que se viralizan, no solo viajaba lejos de su creador original sino que comenzaba a adquirir todo tipo de nuevos significados. Incluso se llegó a hacer uno donde se mezclaban las identidades de Donald Trump y la Rana Pepe. En un principio, aparentemente, como una broma más, de tantas otras.
Desde la cuenta ahora suspendida por Twitter, el entonces candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, publicaba un tuit en el que usaba la ilustración que fundía su imagen con la de la Rana Pepe y enlazaba a un vídeo titulado «You can’t Stump the Trump« (No puedes acallar a Trump) donde se defendía su figura política.
Es a partir de este momento en el que todo tipo de grupos vinculados al supremacismo blanco de carácter racista y machista, comienzan a generar imágenes de la rana Pepe para defender su ideología, por lo que sus imágenes empiezan a inundar no solo estos grupos, sino también foros, hilos de Twitter, posts en Facebook, etc.
En mayo de 2016 y a varios meses de las elecciones, The Daily Beast publicaba un artículo titulado: «Cómo la Rana Pepe se convirtió en un fan nazi de Trump y un símbolo de la Alt-Right«. En el artículo se entrevistaba a un usuario de Twitter anónimo (cuya cuenta está suspendida ahora) que declaraba: «hay una campaña para recuperar Pepe para los normies«. Este término se asociaba al ascenso de la denominada «alt-right» (derecha alternativa).
Los normies es un vocablo empleado por los seguidores de la alt-right (uno de tantos) para referirse a todas las personas que no compran el ideario de la alt-right y que, a juicio de afines a esta nueva derecha radical, siguen los preceptos políticos mainstream asociados a la izquierda posmoderna o a la derecha conservadora tradicional.
«La alt-right nos pilló a muchos por sorpresa. Estábamos acostumbrados a un discurso de la derecha muy diferente: rígido, anquilosado, defensor del orden y de las convenciones. Pero, casi de repente, la extrema derecha estadounidense empezó a comunicarse con memes y a burlarse de sus adversarios, a quienes identificaba con la norma establecida a subvertir», explicaba en 2018 Jaime Rubio en una pieza en la que desglosaba el libro «Muerte a los Normies« de Angela Nagle, donde analiza cómo «la derecha pasó a usar el arma principal de la contracultura de los 60, la transgresión, aprovechando los medios del siglo XXI».
La ultraderecha ha usado los memes como estrategia para desmontar lo que consideraba superioridad moral de la izquierda: ¿quién podría enfadarse por unos memes con una inocente rana verde? El problema es que detrás de esa aparente inocencia lo que se esconde es la glorificación de ideologías supremacistas muy peligrosas. Cuando esto les es señalado, responden tirando de manual: es solo un meme, lo que buscáis es silenciarnos.
Richard B. Spencer, un reconocido neonazi estadounidense y una de las figuras públicas vinculadas a la alt-right, recibió un puñetazo públicamente mientras hacía declaraciones a la ABC y justo cuando le preguntaba: «¿Qué es ese símbolo que llevas ahí?». Era un pin de la Rana Pepe en su solapa. También fue usado por Agrupación Nacional en 2019 en Francia tal y como apuntaba en su momento Proyecto Una en Twitter.
Lo que ocurre es que el meme nunca ha dejado de estar sujeto a tiras y aflojas. Matt Furie llegó incluso a «matar» al personaje en el universo de ficción y renegar de su vinculación con la ultraderecha. La Liga Antidifamación organizó junto con Furie una campaña para salvar a Pepe. En Hong Kong se usó durante las protestas de 2019 por parte de los manifestantes, en este caso no vinculado a ideologías supremacistas. En algunos casos la controversia ha llegado incluso a los tribunales. Infowars, el desaparecido portal de extrema derecha, tuvo que pagar 15.000 dólares a Furie por crear merchandising del meme sin permiso del autor.
La complejidad de la guerra cultural nunca ha abandonado al meme y está por ver qué efectos tiene la desacompasada estrategia de Vox al querer vincularlo a la cultura joven en el contexto español.
Artículo original de Felipe G. Gil para elDiario.es: Cómo terminó la Rana Pepe convirtiéndose en un meme que la ultraderecha reclama como propio bajo licencia Creative Commons CC BY-NC 4.0