Emaya abre expediente a dos sindicalistas y miembros de Vox por ‘intimidar, coaccionar y acosar’

La Empresa Municipal d’Aigües i Clavegueram (Emaya), la entidad pública que gestiona las aguas y alcantarillado en Mallorca, ha abierto un expediente disciplinario contra dos sindicalistas y miembros de Vox por cargos imputados constitutivos de faltas muy graves, según apunta Diario Mallorca.

Las personas expedientadas son: Francisco Sánchez Reolid, delegado sindical de Unión Sindical de Trabajadores de Emaya (USTE) y jefe de sector de Calidad Urbana; y José Villanueva, presidente del sindicato USTE y miembro del consejo de administración de Emaya por Vox. Dicho sindicato está a su vez ligado a la Unión Sindical Obrera (USO).

El informe, realizado por la «comisión de acoso» de Emaya, concluye que el 5 de diciembre de se remitieron una serie de hechos al juzgado de instrucción número 10 por considerar que pudieran ser constitutivos «de incumplimientos contractuales de carácter muy graves y culpables, susceptibles, en su caso, de la imposición de eventuales sanciones disciplinarias» según lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores y en el convenio colectivo de la entidad.

Así, Emaya ha remitido un escrito al comité de empresa donde se indica que el 12 de diciembre de 2022 donde se informe de que el informe ha llegado al conocimiento también de los trabajadores, donde más tarde irá a la siguiente sesión del consejo de administración.

«Fraude, deslealtad o abuso de confianza», según Emaya

El escrito que hace referencia al informe se habla de que las personas expedientadas podrían haber incurrido «fraude, deslealtad o abuso de confianza en el trabajo; la violación intencionada del secreto de la correspondencia o e documentos reservados de la empresa, de su personal o de las representaciones sindicales; los malos tratos de palabra u obra o faltas graves de respecto y consideración a los superiores, compañeros o subordinados; el abuso de autoridad por parte de quien la ostente; el acoso sexual por razón de sexo o acoso moral», según lo señalado por Diario Mallorca.

También se podría haber incumplido el art. 54.2 apartado d) del Estatuto de los Trabajadores, donde se habla de  «transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo».

Además, concretamente a Francisco Sánchez, en el informe se le acusa de «formular ataques directos, intimidar, coaccionar, acosar y coartar las acciones de los trabajadores» de forma reiterada aprovechando el hecho de ser representante legal del sindicato USTE. Se especifica asimismo que «los ataques directos» consisten en «falsedades, mentiras, menosprecios y coacciones que atentan directamente contra el derecho al honor y la libertad de los trabajadores, tanto en lo profesional como en lo personal». Y que, en estos actos, los habría hecho «de manera coordinada y consensuada con el señor José Villanueva». Todo lo anterior en función del escrito remitido por la entidad.

También se indica, en última instancia, que los actos anteriores «vienen produciéndose en algunos casos desde hace más de dos años» sobrepasando «sobradamente los límites de la libertad de expresión y la discusión laboral» y han conllevado «un deterioro tanto personal como profesional y, lo que es más grave, han terminando afectando a la condición física y mental de algunos de los afectados, derivando, en algún caso, en una baja laboral».

El escrito viene acompañado de varios testimonios del personal de Emaya, incluyendo al gerente de la empresa, Manuel Menéndez Prieto. Son un total de seis relatos de personas trabajadoras afectadas.

Se indica también en el escrito que estos actos concluir con su «despido fulminante», ya que se trataría de faltas muy graves.

No es la primera vez que Vox tiene problemas con Emaya. José Villanueva, el pasado 7 de noviembre de 2022, fue despedido como medida disciplinaria, un despido que no es firme y que se encuentra todavía pendiente de juicio oral.

La respuesta de Vox fue entonces pedir al pleno municipal que se repruebe a Ramón Perpinyà, presidente de Emaya, acusándole de «incumplimientos contractuales de carácter muy graves y culpables», pero dicha reprobación no siguió adelante.