Las feministas en Corea del Sur se organizan contra ‘deepfakes’ sexuales masivos presentes en el 70% de los colegios
En un país como Corea del Sur donde la tecnología y la conectividad están profundamente integradas en la vida diaria, los deepfakes han emergido como una nueva y alarmante forma de violencia digital. Los deepfakes son vídeos o imágenes alterados habitualmente mediante inteligencia artificial para generar contenido audiovisual falso a partir de imágenes de personas reales. Han comenzado a infiltrarse en los centros educativos poniendo a estudiantes, en su mayoría mujeres, en una situación de gran vulnerabilidad, ya que terminan circulando por las aulas falsas fotografías o vídeos de ellas sin ropa o en posturas sexuales.
Lucha contra la violencia digital y los deepfakes en las aulas
En este contexto, organizaciones feministas y colectivos de mujeres se han levantado para abordar esta amenaza. Los deepfakes suelen sexualizar a las víctimas, usando sus rostros en videos pornográficos falsos, lo que causa un daño irreparable a su reputación, bienestar psicológico y seguridad personal, si bien el alcance de la tipología de estas fotografías o vídeos es bastante amplia.
Estos deepfakes se han extendido en Corea del Sur como una nueva forma de violencia de género masiva. Grupos de hombres en colegios y universidades, algunos de ellos mayores de edad, han hecho deepfakes de sus compañeras, así como de hermanas y madres, compartiéndolos masivamente. Se estima que hay un grupo de este tipo en al menos el 70% de los colegios del país, con una participación de hasta 220.000 hombres, como informa El Salto. Las feministas han identificado los deepfakes no solo como una forma de acoso cibernético, sino como una forma de violencia de género que afecta a las mujeres en el espacio físico.
Las campañas organizadas por estas activistas buscan no solo sensibilizar a la sociedad sobre los peligros de los deepfakes, sino también presionar al gobierno y a las instituciones educativas para que implementen políticas más severas que castiguen la creación y distribución de esta clase de contenidos. Esto ha acabado teniendo un efecto en el gobierno conservador, que ha prometido legislar contra los delitos sexuales de los deepfakes.
Desigualdad de género en Corea del Sur
Pese a tratarse de una de las economías más dinámicas de Asia, Corea del Sur continúa enfrentando serios desafíos en cuanto a la igualdad de género y la diversidad sexual. Las mujeres en Corea del Sur han luchado durante décadas contra la discriminación en diversas formas, desde la brecha salarial hasta la escasa representación en puestos de liderazgo. En el ámbito laboral, la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres es una de las más amplias entre los países de la OCDE, y las mujeres suelen ocupar puestos de menor categoría o empleos temporales.
Los deepfakes se suman a una larga lista de amenazas digitales que enfrentan las mujeres en un país que se define por una presencia muy marcada de la cultura tecnológica y los peligros que conlleva, pero que no ha mostrado interés en implementar medidas de protección efectivas para las mujeres a este respecto.
Además, la violencia de género sigue siendo un problema significativo, tanto en el ámbito privado como en el público. Los casos de acoso sexual en el trabajo, conocido localmente como molka, o el uso de cámaras ocultas para grabar a mujeres en baños públicos o vestidores, han sido ampliamente reportados.
La persistencia de estas desigualdades refleja una sociedad que, al igual que sucede en otros países del entorno como China o Japón, aún está profundamente arraigada en normas tradicionales machistas que asignan a las mujeres roles secundarios tanto en la familia como en la sociedad.
El rol de las feministas en la transformación social
Las feministas en Corea del Sur están tomando medidas proactivas para proteger a las mujeres y niñas, especialmente en el entorno escolar, donde la exposición a la violencia digital es cada vez mayor. Están trabajando en múltiples frentes: desde la presión política para endurecer las leyes contra el acoso y los deepfakes, hasta la creación de redes de apoyo para las víctimas, proporcionando asesoramiento legal y psicológico.
Recientemente han lanzado campañas de concienciación a gran escala, utilizando plataformas en línea y redes sociales para educar al público sobre el impacto devastador de los deepfakes y otros tipos de violencia digital con el objetivo empoderar a las jóvenes, dándoles las herramientas necesarias para reconocer y reportar este tipo de acoso y para defenderse en un entorno digital que a menudo se siente hostil.
Además, se están organizando talleres y seminarios en las escuelas, en colaboración con docentes y padres, para discutir la importancia del respeto y el consentimiento en las interacciones en línea. Las feministas están abogando por una reforma educativa que incluya la enseñanza de la seguridad digital desde una edad temprana, reconociendo que la prevención es clave para detener la propagación de los deepfakes.
Articulista. Estudiante de Ciencias Políticas. Activista y cofundador en varias organizaciones sociales y sindicales de izquierda valencianista. Primer coordinador de BEA en la UMH y ex-rider sindicado. Analizar al adversario es la única forma de no perder la perspectiva de lo que se hace y es un deber moral cuando de ello dependen las vidas de las personas más vulnerables.