Sleeping Giants: la iniciativa que hunde a la extrema derecha
Se habla mucho de qué hacer para evitar el crecimiento del discurso de la extrema derecha y de la aceptación de sus ideas y elementos comunes, por ejemplo, de cómo evitar que partidos políticos como Vox en España o líderes como Donald Trump en Estados Unidos lleguen al poder. Un americano preocupado por esto ha ideado un método que está funcionando a la perfección. Se trata de la iniciativa conocida como Sleeping Giants, que se traduce al castellano como «Gigantes Dormidos».
Actuar contra la extrema derecha no es fácil. Desde la política y los medios se ha intentado, generalmente repitiendo una fórmula poco eficiente que se ha replicado por todas partes: ignorar, ridiculizar y, cuando todo está perdido, atacar. Salvo contadas excepciones, el resultado es el aumento de la popularidad y el apoyo hacia las fuerzas políticas de ultraderecha y grupos afines.
Cuando la consigna generalizada era tratar de ignorar comentarios y publicaciones de estos grupos, especialmente si eran cuestiones polémicas, se dejaba que la extrema derecha creciera sin control, con sus tácticas de infiltración y agitación. En las fases posteriores, ya como un peligro real (y siendo muy difícil mirar hacia otro lado), la ridiculización y ataque de los medios les ha ido dando una mayor fama y les permitía acceder al público mayoritario. Y, cuando los medios no han optado por el ataque, han tratado de blanquear y acoger a estas formaciones como si fueran una más, sin ápice de crítica.
Algunas personas expertas en comunicación política han destacado lo difícil que es luchar contra sus tácticas, que beben de la tecnopolítica y que, además, suelen contar con el apoyo de grupos de poder económico que les brindan amplios recursos para extender sus redes.
Y que de lo poco que se ha demostrado como válido que sirve es la confrontación de las ideas (aunque eso les de cierta fama) para desacreditarles ante la opinión pública y ver la poca base de las mismas. Destacar también el éxito de la Operación Líbero de Suiza, que ha demostrado que ciertas pautas pueden funcionar si se aplica cierta originalidad en la comunicación, si se eligen bien las batallas y si se emplea el método adecuado.
Matt Rivitz, un hombre americano alejado de la política, ha encontrado por casualidad un nuevo método que ataca al corazón de la extrema derecha: la economía.
La idea de Sleeping Giants
Matt Rivitz es un hombre judío residente en Estados Unidos. Su oficio es el de publicista, teniendo un historial de empleo en multitud de marcas. En 2016, como muchas personas, observaba preocupado el auge de las ideas ultraconservadoras y la propagación de los discursos de odio, peligro encarnado en ese momento en la figura de Donald Trump, quien además terminó ganando las elecciones.
Matt visitaba Breitbart News, la página web de Steve Bannon, el cerebro más visible de la ultraderecha estadounidense que se jactaba de haber llevado a Trump a la Casa Blanca. Y quien, por cierto, es bastante conocido por su alianza con los partidos de extrema derecha europeos, como Vox en España, además de por ser asesor de Trump en la campaña electoral de 2016 y ser considerado uno de los ideólogos de la llamada alt-right o «derecha alternativa» estadounidense.
Breitbart News es un medio que difunde mensajes de odio y fake news donde uno puede ver discursos reaccionarios de todo tipo: racismo, machismo, supremacismo blanco, etc… El medio ha sido referencia de multitud de portales de difusión del discurso trumpista y del empleo de campañas de noticias falsas.
Entonces Matt se dio cuenta: Breitbart News, como tantos otros sitios webs, tenía anuncios. Algunos de ellos de marcas de gran prestigio. Y una idea surgió en su cabeza.
La fundación de Sleeping Giants
En noviembre de 2016, Matt fundó Sleeping Giants, una inocente cuenta de Twitter que iba a ser el quebradero de cabeza de la nueva extrema derecha.
Desde esta cuenta, empezó a subir capturas de pantalla de los anuncios de las empresas que aparecían en Breitbart News a la red social. A su vez, les informaba de manera amable mediante correos privados. Para su sorpresa, la reacción de la mayoría de estas empresas era actuar rápidamente y pedir a Google y a Facebook retirar su publicidad.
Matt, un experto en publicidad,se había dado cuenta de algo que la mayoría no sabemos: la actuación de la publicidad programática.
Este tipo de publicidad es por la que pagan las empresas a navegadores y buscadores. Estos a su vez reparten esta publicidad por distintas webs de manera aleatoria y según preferencia. Y dichas webs generan un tráfico de clientes que ven estas publicaciones, recibiendo dinero. A más tráfico más dinero.
El éxito de Sleeping Giants fue arrollador: en solo unos meses, miles de anunciantes abandonaron Breitbart News, entre ellos empresas que todo el mundo conoce como AT&T, Kellogg’s, BMW, Visa, Autodesk, Lenovo, HP Inc., Vimeo, Deutsche Telekom, Lyft, Allstate, Nest y Warby Parker. En realidad tiene bastante sentido: por lo general, a las empresas, especialmente las más consolidadas, no les viene nada bien la polémica, ni tampoco relacionarse con cuestiones políticas.
El poder de los anunciantes para desligarse de contenido que no les interesa ha llevado en el pasado a gigantes como Google a cambiar los términos y condiciones de sus plataformas, incluso a costa de perjudicar a cientos de miles de creadores y creadoras de contenido y personas usuarias. Un ejemplo se puede ver cuando decenas de empresas montaron en cólera cuando se dieron cuenta que los vídeos del grupo terrorista islámico DAESH aparecían con anuncios de conocidas marcas.
Así pues, lo que hace Sleeping Giants es aprovecharse de una cuestión muy lógica y sencilla de entender. Tal fue el éxito inicial, que provocó un auténtico agujero en las finanzas del portal ultraderechista, llevando a Steve Bannon a maldecir al creador de esta iniciativa.
Lamentablemente, esto no le ha salido gratis a Matt Rivitz. Su nombre ha sido difundido por los portales web de la extrema derecha, recibiendo amenazas de muerte, dirigidas tanto a él como a su familia. Pero según el publicista, vale la pena.
Cómo funciona Sleeping Giants
Sleeping Giants es hoy una red amplia que funciona en más de una decena de países: Alemania, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, Suiza y el Reino Unido. Conforma una estructura independiente y autogestionada unida por el uso de una misma estrategia. Esta estructura informal está compuesta por decenas de activistas y personas voluntarias que colaboran en el proyecto.
El funcionamiento es el siguiente: cuando alguien detecta una página o persona que utiliza discursos de odio, hace una captura de pantalla donde se muestre dicho discurso, la publicidad y la marca de ese medio. Tras eso, debe publicarlo en su cuenta de Twitter, informado a la compañía amablemente y citando en el tuit a su sección de Sleeping Giants (Slpng_giants para EEUU, Slpng_giant_pt para Brasil, Slpng_giants-fr para Francia, Slpng_giantsEsp para España, etc..) para que puedan hacer un seguimiento.
También se puede enviar directamente la captura con la información a la sección de Sleeping Giants. De esta manera todos podemos actuar contra el odio de una manera sencilla y colaborativa.
Un camino de éxitos
El método Sleeping Giants ha conseguido éxitos contra la extrema derecha que se esparcen por todo el globo.
En su país de origen, Estados Unidos, también actuó contra Billy O’reilly, el presentador estrella de la cadena Fox y uno de los buques insignia de la misma desde tiempos inmemoriales.
Billy O’reilly también tenía un tortuoso pasado lleno de denuncias de abuso de mujeres. Y este escándalo había ido en aumento. La campaña de presión de Sleeping Giants consiguió cancelar el programa y echar a O’reilly. Y no es poca cosa sabiendo que fue lo más visto de 2016 en televisión por cable según un estudio de la firma Kantar Media. Otras actuaciones han conseguido que el CEO supremacista blanco Robert Mercer haya tenido que abandonar su puesto en Renaissance Tecnhologies, una conocida empresa.
Pero el proyecto es global. En Canadá, la sección local de Sleeping Giants ha conseguido boicotear el medio ultraconservador The Rebel Media. Ha logrado incluso que el gobierno canadiense retire su publicidad de medios ultraconservadores.
En Europa, por otro lado, la iniciativa ha tenido un gran éxito en lugares como Francia. Allí, atacando el sitio web Boulevard Voltaire, se consiguió que el gobierno francés legisle para evitar los discursos de odio financiados en redes. Se ha denominado, de hecho, enmienda Sleeping Giants.
Actualmente, la última batalla de este proyecto se está llevando a cabo en Brasil. La sección brasileña de Sleeping Giants mantiene una guerra con Jornal da Cidade, el portal web aliado con los postulados de Bolsonaro. Este medio virtual de ultraderecha, actúa como sus homónimos, compartiendo fake news, discursos de odio y conspiraciones. En un momento como este, con Bolsonaro con un riesgo real de ser devorado por el coronavirus y con una popularidad en picado, atacar sus apoyos es más efectivo que nunca.
De hecho, la guerra contra este portal se ha elevado a lo institucional. Se consiguió que organismos dependientes del gobierno brasileño retirasen su publicidad, pero Bolsonaro ha conseguido que vuelvan a financiar a este medio. Pese a los intentos del mandatario ultraderechista, cientos de compañías ya han abandonado o están en proceso de apartar su publicidad del citado portal.
Así pues, podemos ver como la iniciativa Sleeping Giants es todo un éxito. Necesitamos nuevas formas de atacar a la extrema derecha que escapen de las viejas tácticas que han demostrado su ineficacia.
En este sistema todo el mundo puede colaborar desarrollando una iniciativa local de Sleeping Giants. Con tiempo y esfuerzo, se podrá despertar a los gigantes dormidos.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.
Considero que falta en esta historia alguna mención a su cofundadora (https://medium.com/@nandoodles/im-leaving-sleeping-giants-but-not-because-i-want-to-d9c4f488642). La iniciativa es genial, pero al parecer el fundador no tanto.