#EncuestaMonarquía: análisis de la mayor encuesta política de España
Este pasado 12 de octubre, la Plataforma de Medios Independientes (PMI), conformada por 16 conocidos medios de comunicación españoles (Carne Cruda, Catalunya Plural, Critic, CTXT, Cuartopoder, El Salto, La Marea, La Voz del Sur, Luzes, Mongolia, Nortes, Nueva Tribuna, Pikara, Magazine, Praza y Público), publicaron los resultados de una de las mayores encuestas sobre la política del país jamás realizada. La encuesta fue llevada a cabo por la agencia 40fb.
La encuesta se pudo realizar gracias a una campaña de micromecenazgo a través de la plataforma Goteo.org, una iniciativa surgida a raíz de la petición de la PMI al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que volviera a preguntar a la ciudadanía sobre la monarquía, algo que no hace desde 2015 después de la abdicación de Juan Carlos I ante los escándalos de corrupción que le comenzaban a salpicar.
Así, el estudio, financiado gracias a 1.965 mecenas, se realizó a una muestra de 3.000 personas repartidas por los diferentes territorios que conforman el estado español, de diferentes ideologías y edades (a partir de 16 años), con un intervalo de confianza del 95% y un margen de error del 1,79%, lo que da suficiente validez según las reglas estadísticas del muestreo.
El punto que más interés generó fue el respaldo al modelo republicano con un 40,9% frente a quienes defienden la monarquía parlamentaria, con un 34,9%, un titular que ocupó todas las portadas. Sin embargo, la encuesta consta de más de 40 preguntas no solo sobre el modelo de estado, sino sobre los valores democráticos, la valoración de las instituciones o de la Casa Real.
Por lo tanto, pueden extraerse conclusiones más allá de la preferencia del modelo de estado que es interesante analizar.
Vox, el partido más antidemocrático
La valoración que hacen las personas encuestadas de las instituciones públicas o de la necesidad de reformas, es bastante esclarecedora.
En cuanto a la importancia de que un país sea gobernado democráticamente, el 61,4% de los votantes de Vox otorgan la puntuación máxima y un 9,1% la puntuación mínima, siendo el sector de las personas encuestadas que peor valora la democracia.
En el extremo contrario, los votantes de Unidas Podemos son los que más la valoran: el 77,4% considera muy importante vivir en democracia, mientras que solo el 2,2% lo considera muy poco importante. El siguiente partido en valorar la democracia favorablemente sería Ciudadanos (73,3%) y PP y PSOE, que obtienen un porcentaje similar (71,3%).
Las personas que votan a Vox son también las que más negativamente valoran el Congreso, con un 3,3, mientras que valora con un 7,9 las Fuerzas Armadas y con un 6,8 la monarquía, solo superado muy ligeramente por el PP (8,3 y 7,1 respectivamente). Curiosamente, su valoración de los partidos políticos y los sindicatos es también la peor, con un 2,1 en ambos casos.
Mientras que votantes de Unidas Podemos (95,2%), PSOE (87,4%) y Ciudadanos (72%) creen, por otro lado, que la Constitución Española de 1978 debería reformarse y actualizarse, los de PP y Vox, aunque creen mayoritariamente que no se debería reformar, mantienen los porcentajes más minoritarios al respecto (58,1 y 58,5 respectivamente).
Los votantes de Vox son también los menos partidarios en introducir cambios en la monarquía: en las preguntas sobre si el rey debería ser juzgado por sus actos, si no se debería priorizar a los hombres sobre las mujeres en la sucesión, sobre si debería dejar de ser el jefe supremo de las fuerzas armadas, que no interviniera en el proceso de investidura del jefe de gobierno o que haya más transparencia, sus votantes son los que más se han significado en contra (con un 17,3%, 56,7%, 66%, 10,9% y un 5,1%, respectivamente).
Votantes de Vox es, además, la población que menos satisfecha se encuentra con la democracia, con un 39,4% que puntuaron con un 0 o un 1 (puntuación mínima) su satisfacción por la misma y con solo un 3,4% que le dieron la puntuación máxima (9-10).
Otro dato curioso es que, aunque en la pregunta sobre las cualidades que debe de tener el jefe del estado los votantes de Vox puntuaron con un 7.8 la opción “que sea políticamente neutral”, es la puntuación más baja que otorgan de entre todas las cualidades y la tercera más baja de todas las valoraciones realizadas por el resto de la gente.
Los votantes de Vox son también los únicos que dan el aprobado a Juan Carlos I en su huida a Emiratos Árabes Unidos tras conocerse su investigación por las cuentas en Suiza, puntuando el acto con un 5.1.
Por último, los votantes de Vox son los únicos partidarios de un modelo republicano donde la presidencia de la república no se vote directamente, sino que sea elegida por el parlamento (37,9 frente a un 32,6%).
La gente joven no quiere rey
Uno de los aspectos más destacables de la encuesta es que el apoyo a una república es mayoritario en todos los tramos de edad salvo en las personas de más de 55 años. Además, la opción republicana gana a medida que la edad se reduce y pierde apoyos conforme la edad es mayor.
La satisfacción con la monarquía marca mínimos en la población de entre 16 y 24 años. En el primer tramo de edad (16-17 años), un 38,5% declara sentirse nada satisfecho (puntuación mínima), mientras que, en el tramo de 18 a 24 años, el porcentaje aumenta hasta el 43,5%. A partir de aquí, se reduce progresivamente hasta el tramo de mayores de 65 años, donde este porcentaje es del 19,4%.
En cuanto a la necesidad de celebrar o no un referéndum, el 60,9% de las personas entre 18 y 24 años considera que debería realizarse la consulta, siendo el tramo de edad más favorable. De la misma forma que el apoyo a una república, la voluntad de celebrar el referéndum se va reduciendo a medida que la edad de la población aumenta.
La gente joven es también en general la más descontenta con los poderes públicos y fácticos de España. Las personas entre 16 y 34 años les otorgan puntuaciones muy bajas de confianza, únicamente aprobando las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial y los Sindicatos. La Iglesia Católica y la Monarquía son las instituciones peor valoradas por la juventud.
Especialmente el tramo de entre 18 y 24 años, son los más partidarios de celebrar un referéndum entre monarquía y república (60,9%), votarían a favor de una república (54,6%) y que estarían a favor de realizar cambios y reformas en la Constitución y en la monarquía. En general es superado por el tramo de 16 a 17 años porque dicho sector presenta un nivel de indecisión mucho más alto. Sin embargo, otorgan peores puntuaciones a los miembros de la Casa Real. Esto significa que entre la gente de esas edades hay menos gente con las ideas claras pero, quien las tiene, están muy bien definidas.
Hay una pequeña excepción: las personas entre los 18 y los 24 años son ligeramente más criticas con Felipe VI, mientras que el tramo entre los 16 y los 17 lo es más con Juan Carlos I. No obstante, en los tres tramos de edad más joven, más del 50% opina que Felipe VI sabía de las comisiones irregulares de su padre y la mayoría piensa que se benefició de ellas.
Por último, más de la mitad de la población de entre 16 y 34 años piensa que el coste de la monarquía es desproporcionado, que los escándalos de la Familia Real dañan la imagen de España, que la monarquía es una institución que no tiene sentido en democacia y que no proporciona ni orden ni estabilidad política.
En resumen, la monarquía se derrumba desde abajo según la encuesta. Es pronto para decir si este desapego a la monarquía es una cuestión propia de la rebeldía de las edades tempranas y que irá moderándose con el tiempo o, por lo contrario, es el incipiente nacimiento de un rechazo a este modelo de estado que se perpetuará con los sucesivos cambios generacionales.
Ciudadanos, el partido más equidistante
La encuesta también señala que los votantes de Ciudadanos son los más moderados en casi todos los aspectos y los más alejados de las cuestiones políticas. Solo el 19% de sus votantes le interesa “Mucho” la política, mientras que el 29,7% le interesa “Poco” y un 4,7% “Nada”.
A modo de contraste, los votantes de Unidas Podemos son los más interesados por la política, con un 32,7% que marcaron la opción “Mucho”, seguido de cerca por Vox, con un 30,5%.
Además, la confianza que le otorgan los votantes a la monarquía de 5,9 puntos, una puntuación muy justa si se compara con el 7,1 o el 6,8 del Partido Popular o de Vox, respectivamente; o con el 1,2 que le otorgan los votantes de Unidas Podemos, la peor puntuación de la encuesta.
En general, en casi todos los porcentajes, Ciudadanos se encuentra a medio camino entre el resto de votantes de otras fuerzas políticas, lo que reforzaría su carácter centrista. Por ejemplo, mientras que solo el 11 y el 9% de votantes de PP y Vox optarían por un modelo republicano, en el caso de Ciudadanos votarían a favor de esta opción el 23,5%. Además, representan el mayor porcentaje de indecisos y de votos en blanco, con un 10,1% y un 5,8% respectivamente.
En este sentido, hasta un 32,7% de votantes de Ciudadanos considera que la monarquía es una institución caduca de otros tiempos que no tiene sentido en democracia, con un porcentaje de indecisión del 12,6%.
A pesar de todo, de entre todas las fuerzas escoradas a la derecha del tablero político, Ciudadanos es la más crítica con la monarquía, siendo la que acumula los mayores porcentajes en cuanto a demandas de cambios y reformas, y la que peor puntúa a los miembros de la Casa Real, aunque es el más indeciso a la hora de señalar la ideología de Felipe VI, con un 14,7% (aunque mayoritariamente lo consideran de derechas, con un 37,3%); a la hora de señalar si el monarca prefiere la centralización o la descentralización (14,9%), siendo el partido que más lo señala mayoritariamente como equilibrado entre ambas posturas (31,4%); la hora de concluir que, para lo que aporta, el coste de la monarquía es desproporcionado (un 50,1%); o para señalar que los escándalos de la Familia Real dañan la imagen de España en el exterior (un 81,6%).
Lo anterior se repite en el caso de la valoración del resto de miembros de la Casa Real.
También es la formación del trío de Colón que más critica a Juan Carlos I por su huida a Emiratos Árabes Unidos tras conocerse las investigaciones judiciales por sus cuentas en Suiza, puntuando este acto con un 3.5.
Por otro lado, votantes de Ciudadanos son los que más se alejan de la cuestión del modelo de estado, otorgando a la figura del rey la responsabilidad del funcionamiento de la monarquía (lo que tiene lógica teniendo en cuenta sus críticas a los miembros de la Casa Real). Así, el 80,5% de los votantes de la formación de Arrimadas piensa que “la monarquía no es ni buena ni mala: depende de cómo sea el rey”, muy lejos del PP, cuyos votantes solo apoyan esta premias en un 71,9%.
En cuanto a la hora de señalar a Felipe VI por los casos de corrupción que asolan a su padre, Ciudadanos muestra el porcentaje más reñido: un 32,3% de sus votantes cree que Felipe VI estaba al tanto del cobro ilegal de comisiones, mientras que un 39,9% piensa que no. Y, aunque un 60,15 piensa que no se benefició, sigue siendo el menor porcentaje de entre las derechas y el que más personas dijeron “No lo sé” (un 22,8%).
Por lo tanto, aunque Ciudadanos está claramente a favor de la monarquía, su posición es titubeante, crítica hasta cierto punto y con cierto desapego a este tipo de cuestiones. Esto encaja con los esfuerzos de la formación por declararse moderada y de centro. Además, sus porcentajes coinciden con la población de mediana edad, por lo que podría ser acertado afirmar que su principal nicho de votantes es este sector.
El PP: el partido más monárquico y más católico
Si bien es cierto que Vox es un partido marcadamente monárquico y católico, como demuestran sus redes, amistades, afiliados y personalidades, el votante tradicional del Partido Popular parece más apegado a estas ideas.
Aunque en prácticamente todas las preguntas los porcentajes y puntuaciones son muy similares, el PP termina adelantándose, reflejando su faceta más conformista y menos antisistema.
Así, los votantes del PP son los más satisfechos con la monarquía (7 sobre 10 y un 33,2% que le otorga la puntuación máxima), con la Constitución de 1978 (un 72,6% la votaría a favor), los que menos la cambiarían o reformarían (un 58,1%), los que menos creen que hace falta un referéndum (17,2%) y los que más valoran al rey Felipe VI (8.3).
Aunque es cierto que el PP muestra un pequeño porcentaje más de indecisión que hace que un porcentaje sensiblemente menor votaría por monarquía con respecto a Vox (76% frente a 79,2%), sus votantes son menos críticos: otorgan las máximas puntuaciones con respecto al resto de formaciones políticas en aquellos valores que consideran que el rey debería tener: neutralidad política, capacidad de mediación, honradez, etc., llegando a calificar con un 9 la cualidad “Está bien formado y preparado”.
Los votantes del PP también son los que mejor valoran las intervenciones del monarca: en el conflicto con Catalunya (7.5), su papel en la crisis del coronavirus (7.3) y en cuanto a su reacción al enterarse de los negocios de su padre (7.5). También son los que más creen que Felipe VI no sabía nada de las comisiones cobradas por su padre (44,3%) y que no se benefició de éstas (70,4%).
También son los que más de acuerdo están con el papel institucional de la monarquía: el 85,2% cree que da orden y estabilidad, el 59,9% está en desacuerdo en que el coste de la monarquía sea desproporcionado y el 78,2% está de acuerdo en que Juan Carlos I trajo la democracia.
No obstante, los votantes del PP muestra una pequeña diferencia: por un lado, parecen sentirse más decepcionados que los votantes de Vox con respecto a la honradez de Juan Carlos I y sus supuestos delitos en cuanto a la imagen que dan de España; y, por otro, se muestran ligeramente más dispuestos a aceptar cambios, como que los hombres dejen de tener prioridad en la sucesión y que tenga un papel menos activo en el ejército o en la investidura, aunque son los que más a favor se muestran de la inviolabilidad del rey ante la ley (solo el 29% estaría “Muy de acuerdo” en que al rey se le juzgara por sus actos).
Por último, los votantes del PP son los únicos que aprueban a la Iglesia Católica, otorgándole un 5.6.
En general, la principal diferencia que muestran con Vox se deben a que los votantes del PP personalizan más en la figura del rey en cuando a las críticas vertidas, pero muestran más adhesión a la institución monárquica. Probablemente esto se deba a que el votante medio del PP tiene una edad más avanzada que los de Vox, con un nicho de voto más joven.
¿Las “dos Españas”? Periferia y centralismo.
La cuestión regional es bastante evidente en el estudio.
Las regiones más periféricas, como Catalunya, son las más republicanas y críticas con las instituciones y poderes públicos. Son también las más progresistas, en líneas generales.
El País Valenciano destaca, por otro lado, como el territorio más moderado e indeciso.
Sin embargo, salvo cuestiones que tengan que ver con estos asuntos, la variable territorial es la que menos influye en la encuesta, presentando porcentajes similares en valoración de la democracia, interés por la política o medio de comunicación preferido.
Las personas de mediana edad las más distantes con las cuestiones políticas
Un análisis que ha pasado desapercibido es el alejamiento de las personas entre 25 y 54 años (franja de 25 a 34, de 34 a 44 y de 45 a 54) de los asuntos que tienen que ver con la política. Se ha excluido a la franja entre 16 y 17 en ciertos asuntos ya que, al no poder votar, es lógico que se desentiendan más de la política.
En primer lugar, acumulan los mayores porcentajes de indecisión en prácticamente todas las preguntas. Un 16,6% de las personas entre 34 y 44 años no sabe si reformar o no la Constitución; un 21,3% de las personas entre 35 y 44 y un 18,3% entre las personas del tramo de 45 a 54 no tienen claro si hace falta o no un referéndum por el modelo de estado; y, en caso de hacerse, un 13,8% del tramo 35-44 no sabe qué votaría y un 10,7% tiene claro que no iría a votar. Además, el 35,8% del tramo 45-54 no sabe bien qué saldría.
Respecto al tipo de república, el tramo entre 34 y 44 no sabe qué quiere en un 24,4%, que sube hasta el 24,9% en el tramo siguiente, siendo los porcentajes más altos (quitando los menores de edad).
Esto mismo se va repitiendo a lo largo del estudio. Llama la atención que, las personas entre 25 y 54 años, más del 20% no sepan definir la ideología de Felipe VI (o si tiene ideología), llegando hasta el 26,6% en el caso del tramo de 35-44 años. Estos porcentajes se incrementan aún más en el caso de Juan Carlos I y Letizia y se repiten a la hora de definir el grado de preferencia sobre la centralización o la descentralización de los miembros de la Casa Real.
Aunque este tónica se repite a la hora de valorar el papel de la monarquía, llama la atención que el 32% de la gente entre 35 y 44 años no sabría decir si, sin la monarquía, las tensiones territoriales irían peor, porcentaje en empate técnico con las otras dos opciones (33,4% sí y 34,3% no).
Acerca de las irregularidades de la Familia Real, hay otro empate técnico en el mismo tramo de edad acerca de si Felipe VI se benefició o no de las comisiones irregulares de Juan Carlos I, con una indecisión del 32,3%.
¿Qué está pasando con la gente de mediana edad? Es difícil llegar a una conclusión rápida, pero lo cierto es que se encuentran a medio camino entre dos perfiles diferenciados, quizá porque se sienten parte de ambos, quizá porque sus aspectos vitales (trabajo, casa, familia) son más importantes. La cuestión es que es el perfil más moderado e indeciso que podría decantar la balanza a uno u otro lado.
Crisis institucional generalizada
Independientemente de la edad, la región o el partido, la encuesta revela que España se encuentra, posiblemente, en una crisis política generalizada, principalmente debido a la confianza de la gente en las instituciones públicas y en el sistema establecido.
El primer dato llamativo es que la satisfacción por la democracia no supera el aprobado en la población general, con una puntuación de 4.5 sobre 10 y hasta un 19,2% que ha votado 0-1 frente al 5,5% que ha votado 9-10… a pesar de que la gran mayoría de la población desea vivir en democracia (un 65,1% lo considera algo muy importante). La satisfacción con la monarquía tampoco llega al aprobado, con un 4.6.
De entre toda la población menor de 59 años, el 48,4% habría votado a favor de la Constitución de 1978 si hubiera tenido la oportunidad, lo que supone un 10,2% de las personas mayores de 59 años que fueron a votar. Las personas que hubieran votado en contra suponen 10,5% y en blanco un 5,7%, bastante superior al 3,8% y 1,3% que votaron en contra o lo hicieron en blanco en su momento.
Además, el 71,9% de la población está de acuerdo en que la Constitución de 1978 hay que reformarla o cambiarla., mientras que solo el 13,8% de la gente piensa que debería dejarse como está.
En consonancia con lo anterior, al menos un 47,8% de las personas encuestadas piensa que debería celebrarse un referéndum sobre el modelo de estado, mientras que un 36,1% cree que es mejor aparcar este asunto.
Otro dato importante es que, además del conocido resultado de un 40,9% de la gente que apoyaría una república en caso de referéndum, los partidos que están en el gobierno son mayoritariamente republicanos: el 55% de votantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se decantan por elegir el jefe de estado (un 29,9% prefieren monarquía), porcentaje que se dispara al 91,1% en el caso de Unidas Podemos (UP). Interesante también que la franja de edad que más apoya la monarquía, la mayor de 65 años, lo hace con un 47,3%, es decir, que apenas llegaría a la mitad de la población.
Por otro lado, en la valoración de los principales poderes públicos y fácticos (Parlamento, Fuerzas Armadas, Monarquía, Partidos Políticos, Iglesia Católica, Poder Judicial, Medios de comunicación y Sindicatos) únicamente aprueba las Fuerzas Armadas (6.2 puntos). La Iglesia Católica, los Partidos Políticos y los Sindicatos puntúan por debajo de 4. Y prácticamente todos ellos suspenden en todas las franjas de edad, lo que significa que esta desconfianza es transgeneracional, con la excepción de los sindicatos y el poder judicial, que obtienen un 5.3 y 5.2 respectivamente en la franja 18-24 años; y la monarquía, que obtiene un 5.5 en la franja de mayores de 65.
Importante también el hecho de que tanto Felipe VI como Juan Carlos I se les percibe como poco neutrales y escorados a la derecha política.
Estos datos son muy preocupantes, ya que reflejan una desafección generalizada por prácticamente todos los elementos que constituyen la organización y el poder en España. Aunque la valoración de los valores democráticos se mantienen y hasta un 60% de la población le interesa “Mucho” o “Bastante” la política, si las instituciones no saben encarnar estos valores, corren el peligro de desaparecer.
Felipe VI mirando hacia la derecha
Si bien es cierto que los votantes de PSOE y Unidas Podemos califican más a Felipe VI como ideológicamente de derechas, todos los partidos lo hacen excepto el PP, que lo considera más de centro por una diferencia porcentual del 0,9%.
De hecho, en cuanto a la población general, el 29% piensa que es de derechas y un 20,9% que es de centro. Además, en cuanto a la media, lo ubican en la posición 6.5 (donde 5 es centro, 0 extrema izquierda y 10 extrema derecha), mientras que la población se ubica en un 4.8. Es decir que, de forma global, la gente percibe al monarca menos moderado de lo que se percibe a sí misma y en la derecha del espectro político.
Este porcentaje se amplía hasta los 7 puntos en el caso de Juan Carlos I quien, además, es visto como de extrema derecha por más de la mitad de votantes de Unidas Podemos (54%).
Excepto Ciudadanos, la gente en general piensa que Felipe VI es más partidario de la centralización que de centrarse en la periferia del estado español. Esto se repite en todos los tramos de edad.
Este sesgo ideológico percibido acerca de un rey que debería ejercer como nexo de unión y como intermediario neutral sin duda pone en juego su utilidad en este sentido, lo que podría conducir a una crisis institucional a medio y largo plazo de no revertirse la situación.
El perfil monárquico de la encuesta
Aunque hacer un perfil general del ciudadano monárquico es bastante difícil, pero se podría concluir que es un hombre mayor de 55 años, madrileño, de derecha o centro derecha, conservador, católico, poco crítico contra el sistema y reticente a aceptar cambios, votante de PP o de Vox y apegado a los valores democráticos constitucionales.
Por el contrario, el perfil republicano es el de una mujer joven de entre 16 y 34 años, catalana o vasca, de izquierdas, progresista, crítica con la Iglesia Católica y con el sistema en general, votante de Unidas Podemos o de PSOE y apegada a los valores democráticos que van más allá de la Constitución.
Sin embargo, el perfil más diverso y menos definido es el republicano. Esto se debe al perfil de votantes del PSOE, que mayoritariamente elegirían república con un 55% y en general son críticos con la monarquía, pero con un abanico más amplio y más moderado.
En el caso de la gente monárquica, los votantes de Ciudadanos debería aportar un perfil similar. El problema es que la masa de votantes de la formación naranja es bastante más reducida. Es decir, el voto monárquico está más polarizado ideológicamente hablando.
Lo que une a la población española
Por fortuna, no todo iban a ser diferencias. Existen ciertos aspectos en los cuales una mayoría de la sociedad española coincide y que podrían ser un punto de unión para mejorar las instituciones.
De entrada, parece haber cierto consenso en el valor y la importancia de la democracia, un punto de partida interesante. Además, el 71,9% de la gente coincide en que hay que reformar la Constitución de algún modo, mientras que solo el 13,8% piensa que no. Otro nexo de cara al futuro que conviene tener en cuenta.
También parece haber una mayoría clara que afea la huida de Juan Carlos I a Emiratos Árabes a raíz de los escándalos que lo acosaban y se aprueba que decidiera abdicar del trono. Es más, la valoración media del rey emérito es de 3.3, lo que hace suponer que hay cierto consenso negativo sobre su figura.
El 74,1% de la gente coincide en que dichos escándalos han dañado la imagen de España. Este porcentaje sube al 79% ante la idea de que la Casa Real haga declaraciones de bienes y de actividades.
Por otro lado, hay una serie de críticas que parece que una gran mayoría de la sociedad española comparte: la pérdida de confianza hacia los partidos políticos y la desafección hacia la Iglesia Católica.
En cuanto a los cambios o reformas a adoptar, el 77,9% está “Muy de acuerdo” y “Bastante de acuerdo” en que el monarca deje de ser inviolable ante la ley y pueda responder por sus actos delictivos. Solo un 6,1% está “Nada de acuerdo” en esto. Aplicando la misma medida, el 79,2% está muy de acuerdo y bastante de acuerdo en que los hombres no tengan prioridad sobre las mujeres a la hora de heredar el trono. En la misma línea, el 86% aumentaría la transparencia en las cuentas, bienes, propiedades y actividades de la Familia Real (64,3% marcando “Muy de acuerdo”).
Respecto a la valoración de Felipe VI en la encuesta, hay bastante consenso acerca de las cualidades que un monarca debe tener y de momento una mayoría confía en que da buena imagen internacional, está bien formado y es honrado. Sin embargo, casi el 70% entiende que tiene algún tipo de ideología política, más bien a la derecha del espectro político.
Con respecto a si Felipe VI sabía de las comisiones de su padre o si se benefició, la sociedad española no tiene el tema muy claro. Solo 23,3% afirma con rotundidad que no lo sabía, pero hay un 28,8% de personas que muestran indecisión ante el hecho. Es decir, pocos le defienden, pero solo 1 de cada 2 españoles lo señala. En cuanto a si se beneficio, el consenso se rompe, decantándose más hacia el “No”, pero el porcentaje de personas que marcaron “No lo sé” sube hasta el 26,7%.
Conclusiones de la encuesta
Las conclusiones del estudio son varias y complejas, y se han ido abordando del presente artículo.
En general, la encuesta parece que deja claro que la sociedad española se encuentra en una encrucijada. Tras años de escándalos, crisis económicas, corrupción, hastío y conflictos, todos ellos bastante seguidos, aunque la gente sigue demandando democracia y valorando positivamente algunos aspectos de la misma, la crisis institucional es más que evidente.
Por otro lado, aunque puede decirse que las personas demandan cambios, solo existe consenso en aspectos más bien cosméticos, e incluso las reformas profundas que se demandan parece que obedecen más a cuestiones más personales que sistémicas. Es decir, la gente que demanda una república lo hace más por su rechazo a la Familia Real a raíz de todo lo que está pasando que por una cuestión más meditada, si bien el perfil es diverso. De hecho la mayoría de la población (54,4%) piensa que la monarquía no es ni buena ni mala, que depende del rey.
Sin embargo es cierto que, frente a esta crisis, hay tres ejes importantes: el ideológico (izquierda y derecha), el generacional (16-34 años y mayores de 55 años) y el territorial (periferia y central).
La gente de izquierdas, joven y que vive en la periferia tiene unas preferencias frente a esta crisis institucional más encaminada al rupturismo, mientras que la gente de derechas, mayor y que vive en el centro de la península es más conservadora y reformista. Las dos Españas. Y, entre medias de ambas, gente de mediana edad, más moderada que, o no sabe, o no contesta.
Sin embargo, si las posturas más progresistas no canalizan adecuadamente sus propuestas y todo quera en mera rebeldía, es posible que este cambio de tendencia hacia el modelo republicano se deba a simple descontento sin raíces de fondo, como sucedió en 2014 ante la crisis económica y los primeros escándalos del rey emérito: tres años después, Felipe VI había conseguido recuperar buena parte de la confianza en la monarquía.
En resumen, de momento hay una tendencia hacia el republicanismo o, en todo caso, hacia la búsqueda de un cambio frente a la crisis institucional que, de momento, parece mayoritaria. Pero es pronto para afirmar que esta tendencia eche raíces y cristalice en la realidad.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.