Bolsonaro amenaza con suspender las elecciones presidenciales de 2022 diciendo que habrá fraude electoral
Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, ha cargado duramente estas semanas contra el sistema electoral, argumentando que habrá fraude electoral porque el sistema de voto electrónico no es «fiable», y que si no se cambia por otro diferente no permitirá que se celebren las elecciones presidenciales, previstas para 2022 y en las cuales los sondeos de intención de voto le otorgan un apoyo del 31% frente al 58% de su principal rival, Lula da Silva.
Bolsonaro se suma así a la estrategia iniciada por otros líderes ultraderechistas, como Donald Trump en Estados Unidos o Keiko Fujimori en Perú, de desprestigiar las elecciones para ganar apoyo popular o incluso para justificar posteriores acciones antidemocráticas.
Ante estas acusaciones, en las cuales Bolsonaro llegó a decir que se estaba preparando un fraude electoral y que «ya sabemos quién ganará en 2022» por lo que podría llegar a «desconocer» el resultado, el Tribunal Superior Electoral (TSE) solicitó pruebas al presidente, que él, por supuesto, se negó a entregar. No obstante, ha presentado una propuesta para alterar el sistema y regresar al voto por papeletas, que Bolsonaro considera «más seguro» y «auditable», pero once de los partidos de su propia coalición ya han adelantado que no la apoyarán.
Pero Bolsonaro no se ha quedado ahí. Además de atacar al sistema de urnas electrónicas, también desmereció al propio TSE, acusando a la institución de protagonizar un fraude electoral para dar la victoria a Dilma Rousseff en 2014, calificando de «imbécil» a Luis Roberto Barroso, presidente del TSE y firme defensor del voto electrónico, un sistema que Brasil lleva utilizando desde 1996 y bajo el cual el propio Bolsonaro fue elegido cinco veces como legislador y como presidente del país en segunda vuelta en 2018.
Respecto a esto, el presidente ultraconservador dijo que, de no ser por este sistema, habría sido elegido en primera vuelta con mayoría absoluta.
El pasado domingo 1 de agosto, partidarios de Bolsonaro se manifestaron en apoyo al presidente, donde se pudieron leer eslóganes en favor del cambio del sistema electoral y en contra del supuesto fraude. De la misma forma se pronunciaron a través de las redes sociales mediante el hashtag #Bolsonaro2022 y #VotoImpressoAuditavelJa.
El Tribunal Superior Electoral anuncia acciones legales
Esta vez, el TSE de Brasil no se quedó de brazos cruzados y, finalmente, abrió este lunes una investigación administrativa contra el presidente por su campaña de difamación contra el sistema electoral, y pidió a la Corte Suprema que lo incluya en otro proceso sobre la difusión de «fake news» que afecta a Bolsonaro y que, presumiblemente, utilizó para ganar apoyo popular.
Para especialistas en el sistema brasileño, la postura que Bolsonaro ha venido repitiendo estas últimas semanas no tiene ningún tipo de fundamento. El modo en que acusa de mal funcionamiento a las máquinas de votación electrónica no solo busca deslegitimar el proceso electoral, sino también aumentar la desconfianza en la democracia.
Una estrategia que la extrema derecha está adoptando con cada vez más frecuencia, ya que el desprestigio institucional e incluso de los propios pilares democráticos les ayudaría para justificar acciones que alteren su funcionamiento: reducir la independencia judicial, no reconocer el resultado electoral o incluso llevar a cabo un golpe de estado por la fuerza. Las continuas declaraciones de Trump sobre un inexistente fraude electoral y sus peticiones de detener el conteo de los votos fueron la principal chispa que llevó al asalto al Capitolio por sus seguidores el pasado 6 de enero.
Frente a esto, los expertos recomiendan tener calma e informar adecuadamente a la gente. «Se han realizado una serie de pruebas con estas urnas, realizadas por diversos partidos políticos y sus técnicos, sin que jamás se haya evidenciado ningún tipo de vulnerabilidad», declaró el politólogo Claudio Goncalves Couto a elDiario.es
Bolsonaro, cronología de una caída
Bolsonaro ha dejado claro así que no piensa vender barata su victoria. Y no es para menos, ya que el presidente lleva más de un año acumulando pérdidas de popularidad récord especialmente por su pésima gestión de la pandemia, quedándose cada vez más solo y sin apoyos, incluyendo los de su círculo más cercano y buena parte de los militares que lo reforzaban.
Las encuestas indican que el rechazo a su figura ha llegado al 51% frente al 45% que cosechó en mayo, es decir, en apenas dos meses su pérdida de popularidad se ha acelerado con cifras récord. Esta tendencia obedece no únicamente a sus polémicas declaraciones, sino a su mala gestión de la crisis del coronavirus, cuyo negacionismo y laxitud en cuanto a las medidas llevaron a que Brasil fuera uno de los epicentros mundiales de la pandemia con más de 530.000 fallecimientos.
Además, la vuelta de Luiz Inácio Lula da Silva a la arena política ha supuesto el toque de muerte para su gobierno, algo de lo que es plenamente consciente y, por ello, lleva desde hace meses tratando de desprestigiar al que fuera presidente de Brasil entre 2003 y 2010 por el Partido de los Trabajadores (PT).
Las posibilidades de Bolsonaro de perder el poder lo han hecho tantear con multitud de posibles estrategias, incluyendo la posibilidad de un autogolpe, y es que su caída podría exponerle a un juicio por su mala gestión de la pandemia y por su implicación en una trama de corrupción en la compra de las vacunas para el coronavirus.
Tras la caída de Trump y con la victoria de Pedro Castillo en Perú, Bolsonaro se ha erigido como uno de los principales líderes de la extrema derecha a nivel global y, sin lugar a dudas, el principal actor en América Latina junto a Iván Duque, ensombrecido por sus actuaciones desmesuradas contra manifestantes en Colombia. Sin embargo, el futuro próximo no augura nada positivo para el avance de la extrema derecha latinoamericana.
– Foto de portada: Manifestación en favor de Bolsonaro. Autor: elDiario.es, 01/08/2021. Fuente: elDiario.es (CC BY-NC 4.0)
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.