El chiringuito de Vox en Castilla y León: 1.2 millones de euros de personal para gestionar 112.000 euros
Comienzo del nuevo año político en la Junta de Castilla y León, y su llegada ha significado un nuevo escándalo relacionado con el chiringuito de Vox en el que se ha convertido la posición de su vicepresidente. El polémico líder de Vox en la Comunidad Autónoma, Juan García-Gallardo Frings, gozará de un presupuesto total de inversión para su vicepresidencia de 112.504 euros. Lo llamativo no es la cifra en sí misma, sino que, para su gestión, el Gobierno castellanoleonés destinará un total de 1.194.770 euros en personal.
Estas cifras se recogen en los Presupuestos Autonómicos para 2023, elaborados conjuntamente entre el Partido Popular de Alfonso Fernández Mañueco y Vox que, en principio, serán aprobados en sede legislativa autonómica esta misma semana.
Las cifras desglosadas de la vicepresidencia de García-Gallardo son las siguientes:
El 25% del gasto total de personal corresponde directamente a los salarios del líder de Vox en la región y a tres altos cargos de la institución: Montserrat Lluís, encargada de “coordinación e interacción social” con un salario de 76.913 euros; José María Barrio Gil-Fournier, primo y asistente de García Gallardo por otros 76.913 euros anuales; y Jesús Enríquez Tauler, ex político del PP de Valladolid, su salario asciende a 65.3017 euros anuales.
De entre esos tres nombres es necesario destacar el de Montserrat Lluís, quién de facto, realiza funciones de partido para Vox, siendo colocada en el puesto desde Madrid para controlar a García-Gallardo y la comunicación partidista, según afirma El País a través de fuentes internas del partido. Lluís carece de funcionarios a su cargo, por lo que difícilmente puede realizar funciones reales en la práctica, y parte de su presupuesto va destinado a gasto en bienes en servicios, lo que en la práctica se traduce como gasto en sondeos y estudios electorales.
La partida correspondiente a “bienes y servicios” no se amplia en los presupuestos, quedando circunscrito a “reuniones, conferencias y cursos” y a “prensa, revista, libros y publicaciones”.
Finalmente, de los 112.504 euros de inversiones de vicepresidencia, 20.000 euros irán destinados a “iniciativas sociales de sensibilización sobre las consecuencias del terrorismo” en las universidades de la región, y 92.504 euros serán destinadas a “entidades relacionadas con las víctimas”.
De eliminar “el gasto político superfluo” al chiringuito de Vox
Las cifras de la vicepresidencia de García-Gallardo desmontan por completo el discurso antipolítica e incendiario de Vox, quién en la oposición promete medidas radicales para “reducir el gasto político”, los “chiringuitos de “enchufados”” y “el gasto superfluo” de las instituciones política (en otras palabras, aplicar un programa neoliberal de recorte del gasto público, camuflado dentro de un discurso populista) pero jamás llegan a materializarse una vez alcanzan cargos relevantes dentro de los centros de poder político.
La vicepresidencia del líder de Vox en Castilla y León no tiene competencias asignadas más allá que gestionar de manera directa las subvenciones procedentes de la Junta a organizaciones públicas y privadas, e impulsar “la defensa y protección de las víctimas del terrorismo” y “la concienciación social frente al terrorismo”.
El propio García-Gallardo exigió al PP dirigir una vicepresidencia sin consejerías asignadas, pasando de gestionar presupuestos de hasta 20 millones de euros, y de poseer competencias en transparencia, ordenación del territorio y promoción exterior de la CCAA, a convertirse en un chiringuito de Vox destinados a difundir política partidista.
Una vicepresidencia que no distingue partido de gobierno.
Juan García-Gallardo ya tuvo que ser amonestado por difundir un vídeo de la junta con el logo de la Vox. Así, el objetivo de la vicepresidencia de García-Gallardo en la Junta es difundir la ideología del partido desde las instituciones, sin ninguna pretensión real de desarrollar o gestionar planes, medidas o políticas que puedan mejorar la vida de la población, convirtiéndolo en un auténtico chiringuito de Vox.
La vicepresidencia se orienta a la “defensa de las víctimas de terrorismo”, uno de los Caballos de Troya de Vox para difundir su mensaje reaccionario y radicalizar a sectores populares de perfil conservador.
Su discurso se centra exclusivamente en agitar el fantasma del terrorismo de ETA para atacar a la izquierda, a los partidos nacionalistas periféricos y al progresismo en general, obviando que la inmensa mayoría de los anteriores repudian y condenan la violencia armada de la organización. Por otro lado, en su defensa de “todas las víctimas del terrorismo” excluyen sistemáticamente a las víctimas de la dictadura y represión franquista (la cuál banalizan y tratan de blanquear), las víctimas del terrorismo de Estado (el cuál han llegado a defender en sede parlamentaria) o las víctimas del terrorismo de extrema derecha.
Por otro lado, la agenda del vicepresidente García-Gallardo (que cuenta con muchos días no asignados mensualmente) encuentra hueco para acudir a actos donde difundir el ideario de Vox, como, por ejemplo, en el Comité Europeo de las Regiones, donde exhibió un discurso negacionista del cambio climático, o en actos regionales, donde ha defendido la tauromaquia como “el arte de las artes”, la despoblación como consecuencia de la “hipersexualización de la sociedad”, o los conventos y monasterios cristianos como clave para combatir la crisis demográfica.
Articulista. Estudiante de cuarto de Ciencias Políticas y apasionado de la investigación. Experiencia en movimientos estudiantiles y sociales. En mis artículos intento ofrecer un enfoque analítico más orientado a las ideologías y teoría política.