La compra de Twitter por parte de Elon Musk se convierte en el peor negocio para la banca desde la gran crisis de 2008
La compra de Twitter (ahora X) por parte de Elon Musk ha resultado ser uno de los peores negocios bancarios desde la crisis financiera de 2008. En abril de 2022, Musk ofreció 44.000 millones de dólares para comprar la red social, financiando parte de la operación con 13.000 millones en préstamos otorgados por siete grandes bancos, entre ellos Morgan Stanley, Bank of America y Barclays. Desde entonces, estos préstamos han permanecido en los balances de las instituciones financieras, convirtiéndose en un verdadero lastre para sus finanzas, con pérdidas potenciales que ya superan los 2.000 millones de dólares.
El valor de los créditos ha caído significativamente debido al pobre desempeño de X, que, desde la compra, ha visto una disminución considerable en su valor de mercado, ahora situado en 19.000 millones de dólares, menos de la mitad del precio original. Algunos informes, como los de la consultora Fidelity, reducen aún más está cantidad, señalando una pedida del valor tras la compra de Twitter del 71%, valorándola en 12.760 millones de dólares. Además, X ha tenido dificultades para generar ingresos, reportando una caída del 40% en sus ganancias durante el primer semestre de 2023 en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Así, los amplios recortes de Elon Musk, especialmente en los equipos de moderación, no han frenado la incapacidad de la plataforma para convertirse en un negocio rentable. De hecho, la ausencia de moderación, la libertad de propagación de los discursos de odio ha causado una estampida de anunciantes que se niegan a financiar Twitter. Los continuos enfrentamientos de Elon Musk con los anunciantes no han ayudado a mejorar el tema, haciendo que grandes empresas como Apple o Disney se niegan a apoyar el proyecto del multimillonario ultraderechista. Esta situación ha generado preocupación no solo por las pérdidas financieras inmediatas, sino también por el impacto a largo plazo en las entidades involucradas.
La realidad de la compra de Twitter: una deuda inmovilizada y difícil de vender
Lo que hace aún más grave esta situación es la incapacidad de los bancos para vender la deuda asociada a la compra de Twitter. Normalmente, las entidades crediticias liquidan rápidamente estos préstamos para sacarlos de sus balances y obtener comisiones por la venta de la deuda. Sin embargo, en este caso, los créditos han permanecido inmovilizados durante 22 meses, el período más prolongado sin vender desde la crisis de 2008.
La falta de liquidez y la caída en el valor de los préstamos han provocado una reducción significativa en los ingresos esperados por los bancos. A pesar de recibir pagos de intereses, estos no son suficientes para compensar las pérdidas. Los prestamistas ahora se enfrentan a una realidad en la que recuperar el valor total de la deuda depende del incierto futuro financiero de X. Aunque algunos bancos reconocen el potencial de otras divisiones del imperio empresarial de Musk, como SpaceX, las dudas sobre la capacidad de X para generar ganancias y devolver el préstamo principal persisten, poniendo en jaque la estabilidad financiera de los bancos involucrados.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.