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Los 5 grupos ultraderechistas más crueles de la Historia

Por algún motivo, la inmensa mayoría de gente conoce perfectamente a grupos armados u organizaciones ilícitas en cierto sentido afines a ideologías de izquierda. Las FARC de Colombia, el GRAPO o ETA de España, los partisanos de Italia y Francia o el IRA de Irlanda son unos pocos ejemplos. En cambio, la ultraderecha también ha conformado sus propias organizaciones al margen de la ley y protagonizado actos de violencia de todo tipo en distintos momentos de la Historia.

Sería imposible poder plasmarlos todos en un artículo. De hecho, se podrían escribir libros enteros con cada uno de estos grupos. No obstante, se presenta una selección de los más agresivos, autoritarios, desalmados y, en definitiva, sanguinarios y crueles, que han existido. Se obvian todas aquellas agrupaciones dirigidas (al menos directamente) por el gobierno o amparadas en la legislación, como las policías políticas o servicios secretos de regímenes autoritarios. Artículo no recomendado para personas especialmente sensibles por las descripciones gráficas de algunos cruentos crímenes.

5. Los Escuadrones de la Muerte.

Logotipo del partido Movimiento de Liberación Nacional
Logotipo del partido Movimiento de Liberación Nacional de Guatemala, uno de tantos grupos paramilitares bajo la etiqueta «escuadrones de la muerte».

Se conoce por “escuadrones de la muerte” a cualquier grupo paramilitar que, obedeciendo órdenes gubernamentales, se encarga de eliminar a disidencia política. Aunque fueron muy populares en los años 60, 70 y 80 especialmente en América Latina (como parte del Plan Cóndor) o en España, el sobrenombre fue dado originalmente a diversas organizaciones armadas de extrema derecha que operaron en El Salvador entre 1979 y 1991 en el contexto de la Guerra Civil Salvadoreña.

En los años 70, el clima de El Salvador era muy tenso, social y políticamente hablando. Prácticamente desde los años 30, se habían sucedido una serie de gobiernos militares que habían llevado el país a la desigualdad social, la represión y la falta de libertades. Estos gobiernos eran apoyados por Estados Unidos y las potencias occidentales en el marco de la Guerra Fría.

Así, la oposición se organizó alrededor de grupos armados de izquierdas, como el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Resistencia Nacional (RN) o diferentes partidos políticos. Estos fueron apoyados por la Unión Soviética y otros países afines al bloque soviético. Entre todos, juntaron cerca de 35.000 efectivos aproximadamente.

Para hacer frente a la insurgencia y mantener el statu quo, aparecieron diversos grupos (unos 16) paramilitares de extrema derecha con el sobrenombre Los Escuadrones de la Muerte. Uno de los mas conocidos por sus métodos fue Sombra Negra, dedicados a vigilar los caminos y asaltar a cualquiera que consideraran sospechoso. Aparecían con la cara cubierta usando coches con cristales tintados y solían atar a sus víctimas de los pulgares y asesinarlas a sangre fría con disparos en la nuca. Operaron hasta 1995, ya terminada la guerra.

En conjunto, el origen de estos grupos se encuentra en la financiación de diversos empresarios y oligarcas de El Salvador para enfrentarse a la guerrilla insurgente. Si bien funcionaban de forma autónoma, durante la Guerra Civil, jefes militares utilizaron dinero para conformar su propio “escuadrón de la muerte” y poder realizar crímenes de guerra. Utilizaron la intimidación, el secuestro, la tortura, el asesinato, la extorsión, la amenaza, el desplazamiento forzoso y el uso de armamento de gran calibre no solo contra la guerrilla, sino contra la población civil desarmada que consideraran afines a ideales de izquierdas, con la impunidad que les daba tanto la guerra como el propio gobierno. En ciertos puntos del conflicto, un simple señalamiento de un tercero de pertenencia a la insurgencia era motivo de detención y tortura bajo los Escuadrones de la Muerte.

A día de hoy, no ha existido juicio alguno hacia responsables de financiar a estos grupos, que fueron desapareciendo a lo largo de los años 90 con el fin de las hostilidades.

En 2013, una investigación a raíz del “Libro Amarillo” de los Escuadrones, demostró que el gobierno habría señalado a rivales políticos y opositores para ser posteriormente perseguidos por la milicia de ultraderecha. Dicha investigación concluyó que, de las decenas y decenas de nombres, al menos el 43% sufrió torturas y vejaciones.

Todavía no se sabe cuál fue el saldo de víctimas directas e indirectas. La Guerra Civil acabó con el 2% de la población del país (unas 75.000 personas), así como miles de personas desaparecidas, pues la Ley de Amnistía de 1993 sigue dificultando esta investigación.

Todavía quedan reductos de aquella violencia mediante lo que se ha llamado “ejecuciones extrajudiciales” para frenar la delincuencia de supuestos pandilleros.

4. La Guardia de Asalto (SA).

Las SA con el NSDAP, Fuente: Bundesarchiv, Bild 119-0779 / CC-BY-SA 3.0
La Guardia de Asalto con miembros del partido nazi en 1926. Autor: Desconodio: Fuente: Bundesarchiv, Bild 119-0779 / CC-BY-SA 3.0.

Aunque seguramente ya muy conocida, no se puede hacer un listado de este tipo sin mencionar a las fuerzas paramilitares del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes, por sus siglas en alemán, NSDAP, más conocido como el partido nazi: la Guardia de Asalto (SA), llamadas también camisas pardas.

Pese a todo, la gran fama normalmente se la llevan las SS (Escuadras de Protección), la organización militar y política oficial durante el régimen nazi. Sin embargo, las SS se consideran una fuerza gubernamental, por lo que no entrarían en este listado.

Las Sturmabteilung o SA, que se puede traducir también como “sección de asalto”, existieron desde 1921 (con la refundación del partido tras la entrada de Adolf Hitler al Partido Alemán de los Trabajadores) hasta 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la disolución de todas las estructuras del III Reich alemán. No obstante, a partir de 1934 perderían muy buena parte de su influencia con el nombramiento de Hitler como Canciller de Alemania y el acceso del NSDAP al poder. De hecho, la organización fue teóricamente reintegrada en las SS, siendo relegada a un papel poco menos que testimonial.

Pese a este abrupto final, las SA jugaron un papel destacado en el ascenso de Hitler como dictador absoluto de Alemania. Con sus lemas Solo se puede acabar con el terror mediante el terror y Toda oposición ha de ser aniquilada, sembraron el miedo en la llamada República de Weimar entre 1921 y 1934, atacando a rivales políticos, como comunistas, socialistas y anarquistas, así como a judíos y otras minorías étnicas. Entre sus múltiples crímenes, se encuentra el homicidio indiscriminado, la intimidación, las palizas, la violencia callejera, las amenazas, la destrucción de bienes, el secuestro, la tortura, el tráfico de armas y otras actividades ilícitas que realizaron con la connivencia del gobierno, además de trabajar para otras organizaciones como las SS o las Juventudes Hitlerianas.

Uno de sus mayores crímenes lo realizaron ya con el partido nazi en el poder, en noviembre de 1938 en la llamada Noche de los cristales rotos, en colaboración con el resto de organizaciones afines al régimen nazi. En una sola noche, asaltaron unas 1.000 sinagogas, dañaron o destruyeron más de 7.000 negocios propiedad de población judía, además de hogares, hospitales y escuelas. Asesinaron a cerca de 100 personas judías y detuvieron a unas 30.000 para deportarlas posteriormente a campos de concentración.

Las SA se nutrieron en sus inicios de los Freikorps, grupos paramilitares ultraderechistas creados en 1918 acabada la Primera Guerra Mundial formados por ex-soldados y políticos desencantados y frustrados por la derrota de Alemania en dicha guerra y que se sintieron traicionados por su patria. Los Freikorps, que desfilaban por las calles de las ciudades con uniformes del ejército, protagonizaron actos de enorme violencia contra comunistas, frenando revueltas obreras.

Dada la limitación del ejército alemán a 100.000 efectivos por los términos del Tratado de Versalles, los Freikorps camparon a sus anchas hasta ser ilegalizados en 1920. Cuestión aprovechada por el NDSAP. De hecho, Ernst Rohm, principal creador, organizador y líder de las SA hasta 1934, era un veterano de guerra de los Freikorps.

Las SA llegaron a estar formadas por 4 millones y medio de efectivos, adoptando una estructura militar fuertemente jerarquizada aun antes de la creación de la rígida estructura del partido nazi.

Sobrepasando claramente en número al propio ejército alemán (la Reichswehr) y con la disidencia política bastante controlada debido a la aprobación de la Ley Habilitante, para 1933 la violencia y crueldad del grupo paramilitar amenazaba el poder y la supremacía del propio Adolf Hitler. Finalmente, se fabricaron pruebas contra su líder, Ernst Rohm, además de acusarle por su homosexualidad (que, por otro lado, no escondía). Durante la Noche de los cuchillos largos, se llevaron a cabo, con el apoyo de la Reichswehr, las SS y la Gestapo (la policía secreta del gobierno alemán), un número elevado de asesinatos políticos con los cuales la élite nazi se hizo con el control de las estructuras del Estado. La mayor parte de estos asesinatos incluyeron a líderes de las SA, entre ellos, Ernst Rohm.

Asumiendo Hitler el mando de las SA, esta fue prácticamente desarticulada y reintegrada en órganos del partido y del gobierno. Su papel protagonista fue relevado por una organización que hoy en día se tiene por una de las más sanguinarias de la Historia: las SS.

3. El Ku Kux Klan (KKK)


Reunión del Ku Klux Klan a la que acudieron alrededor de 30.000 miembros. Fuente: Underwood & Underwood, 1920.
Fuente: Library of Congress. Dominio público.

Muy probablemente este grupo será el más conocido de este artículo. Nacidos tras la Guerra de Secesión de Estados Unidos (1861 – 1865) como la unión de diferentes células y pequeños grupos que creían en la supremacía de la “raza blanca” sobre la “raza negra” para oponerse a la abolición de la esclavitud, estimaciones aseguran que llegaron a contar en su apogeo con unos 6 millones de miembros. Son afines también a otras ideas de extrema derecha, como el antisemitismo, el anticomunismo, la xenofobia y la homofobia. También se han mostrado contrarios al catolicismo.

La historia del KKK es turbulenta y comienza de una manera muy desorganizada y poco concreta, como un paraguas para grupos de personas de diferente tipo con el único punto en común del racismo hacia la gente afrodescendiente. Aunque el considerado “primer Ku Kux Klan” pudo llegar a tener medio millón de miembros, no existía una membresía como tal, ni portavoces o líderes, ni publicaciones, ni propaganda, ni sedes de ningún tipo.

Lo que muy poca gente sabe es que el KKK empezó siendo una broma, una suerte de club social de para veteranos de guerra y supremacistas descontentos que se dedicaba a disfrazarse de fantasma, asustar a la gente y realizar críticas satíricas al gobierno. Sin embargo, poco a poco, comenzaron a protagonizar asaltos y ataques violentos, extendiéndose por los estados sureños de EEUU (más partidarios de la esclavitud), presionando a líderes republicanos (entonces anti-esclavistas) e incluso robando por la fuerza en hogares de familias negras.

El Ku Klux Klan buscó el control político y social de la población esclava liberada. En particular, intentó socavar la educación, el avance económico, el derecho a portar armas y los derechos electorales de los afroamericanos. En la práctica sirvió de brazo paramilitar del Partido Demócrata.

No obstante, el declive llegó rápido. La falta de organización y control de la afiliación provocó que cualquiera pudiera ponerse una capucha y declararse miembro del KKK, por lo que fue usado por delincuentes para evadir la ley. Así, para 1873, la organización prácticamente se disolvió, ya fuera por la voluntad de su propio fundador como por la persecución gubernamental.

Serían recordados posteriormente por sus crueles crímenes y linchamientos públicos, como quemar viva a gente negra, cortarles los genitales, dejar sus cabezas clavadas en estacas en lugares sensibles como entradas de pueblos o casas o hacer postales de los cadáveres al lado de sus asesinos. Por supuesto, también obtuvieron relevancia por sus icónicos trajes blancos, por sus rituales y por su imagen estrafalaria.

En 1915 el KKK viviría un resurgimiento, en gran parte gracias a la popularidad de la película El nacimiento de una nación, que glorificaba al “primer KKK”. Además, el antisemitismo y la antiinmigración eran ideas en aquel momento populares entre el conservadurismo de la época, ya existentes en organizaciones ultraderechistas como Los Caballeros de Mary Phagan, que nutrieron al Ku Kux Klan.

Para 1920, llegaron a contar con entre 3 y 6 millones de miembros, esta vez, muy bien organizados, con un sistema de membresía y de cuota, vestimenta oficial y una serie de normas estrictas. La realidad de estas cifras implicaría que entre el 8 y el 16% de la población estadounidense habría pertenecido al Ku Kux Klan. Una de las grandes diferencias con el anterior KKK es que consiguieron penetrar profundamente en las filas del Partido Republicano.

Entre los años 20 y 30, participaron en multitud de linchamientos y asesinatos a personas judías, negras, socialistas y comunistas, apoyándose en la Legión Negra, uno de sus tantos brazos armados y el más letal. Dado su alcance, llegaron a manejar grandes cantidades de dinero y propiedades, así como ostentar cargos políticos de relevancia, como el gobierno de Indiana, así como el manejo de otros tantos gobiernos mediante cargos públicos menores, los que les permitió un amparo legal exagerado.

Debido a esto y a que existían más grupos supremacistas blancos en el país, no se sabe con exactitud cuál fue su número de víctimas, pero se estima que el KKK estuvo detrás, directa o indirectamente, de la mayoría de los crímenes raciales. Algunos de los más destacados incluye la persecución a veteranos de guerra negros.

A finales de los años 30 comenzó a salir a la luz pública no solo todas estas tropelías, sino que el Ku Kux Klan servía de paraguas y trampolín para prominentes personalidades, lo que llevó a una desintegración progresiva y exponencial. Sus relaciones con organizaciones afines al nazismo tampoco les ayudó. En 1939 la organización fue vendida a una tercera persona, quien no pudo reorganizarla. Además, debido a este éxodo de miembros y a las sanciones que tuvo que pagar debido a sus delitos, entró en bancarrota.

En colaboración con otras organizaciones ultraderechistas, con una membresía variable conocida de unos pocos miles de miembros, siguieron protagonizando protestas y actos violentos durante las décadas siguientes, enfrentándose al Movimiento por los Derechos Civiles mediante actos de extrema violencia e intimidación que, debido a la segregación racial que aún sufría la población negra, no fueron prácticamente denunciados ni perseguidos.

Por ejemplo, en 1971, hicieron explotar diez autobuses escolares en Michigan.

Hoy en día, han perdido prácticamente su relevancia. El KKK ha quedado en el imaginario colectivo como unos encapuchados blancos extravagantes que aprovecharon las circunstancias históricas de su país para aterrorizar y atacar a quienes no pensaban como ellos. Aunque siguen realizando manifestaciones y protestas, la violencia que les caracteriza ha sido paulatinamente sustituida por grupos más organizados, como los que giraban alrededor del portal Iron March (Combat 18, Atomwaffen Division, Antipodean Resistance, National Action o Racial Volunter Force).

2. Las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)

Paramilitary gunmen of the United Self-Defense Forces (AUC)  OPERATION 'WHITE TERROR'  A Tale of Drugs, Guns, and Murder Tomada el 4 de enero de 2008
Soldados paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia en una operación. Autora: Silvia Andrea Moreno, 04/01/2008. Fuente: Flickr, bajo licencia CC BY-ND 2.0.

Con 94.754 asesinatos conocidos a sus espaldas, entre 1997 y 2006 operó en Colombia uno de los grupos paramilitares ultraderechistas más crueles y sanguinarios no solo de la Historia del país, sino de todo el mundo.

En poco menos de una década, las Autodefensas Unidas de Colombia llevaron a cabo torturas, masacres, secuestros, desplazamientos forzados, homicidios, tráfico de armas y de drogas, apropiación indebida de suelo agrícola y diversos crímenes de guerra. Sus principales objetivos fueron personas ligadas a movimientos políticos, sociales y sindicales de izquierda, pequeños empresarios y propietarios, población indígena, personalidades públicas progresistas y militantes de las guerrillas comunistas.

Aunque se constituyeron como tal en 1997, la organización se constituyó a partir de la unión de otros grupos paramilitares similares que, a su vez, tienen su origen en agrupaciones, en principio para la seguridad privada, que terratenientes, empresarios y propietarios en general contrataban para protegerse de guerrillas como las FARC. Más de 500 de estas empresas de seguridad privada se habían constituido bajo los Servicios Comunitarios de Vigilancia y Seguridad Privada (las Convivir).

Las Convivir fueron legalizadas en 1994 bajo el gobierno de César Gaviria para dar un amparo legal a este tipo de contrataciones, que se venían dando a lo largo de las décadas, siendo el germen de grupos como las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, las del Magdalena Medio y las de los Llanos Orientales. A pesar de las restricciones que se les impusieron, en la práctica supusieron la legalización y el apoyo de grupos paramilitares que, con la excusa de frenar las guerrillas comunistas, cometieron crímenes terribles. De hecho, muchas personalidades asociadas a las Convivir acabaron como comandantes de las AUC.

Es por esto que diversos crímenes en los años 80 son atribuidos a las AUC aun antes de su nacimiento. Teniendo en cuenta esto, se calcula que llegaron a ejecutar a sangre fría a más de 15.000 personas, a relizar más de 4.000 masacres con hasta 250.000 víctimas mortales directas e indirectas, el desplazamiento de millones de personas y la desaparición a día de hoy de unas 25.000 personas, además de la apropiación ilegal de más de 6 millones de hectáreas de terreno.

Con una estructura militar, se sabe que sus miembros eran entrenados en el uso de armas de fuego de gran calibre, en tácticas de guerra y en torturas, especialmente el desollamiento y el descuartizamiento de personas mediante cuchillos, machetes, motosierras o lanzas. Estos entrenamientos se hacían con personas secuestradas vivas, entre ellas, menores de edad. Por testimonios de antiguos miembros, se sabe que este entrenamiento formaba parte también de rituales de iniciación para insensibilizar a nuevos miembros.

Pero, lo más terrible, es que las AUC gozaron de la impunidad y el amparo del gobierno, además de ser apoyadas por poderosos terratenientes, la gran industria ganadera y agrícola y cárteles de droga, de donde recibían financiación. Colaboraban habitualmente con el ejército y los servicios secretos de Colombia. También recibieron financiación externa por parte de multinacionales, como Drummond o Chiquita Brands.

Aunque finalmente se desmovilizaron en 2006, no se ha reparado a las víctimas convenientemente ni juzgado a buena parte de los responsables. En el momento de su desarticulación, contaban con unos 30.000 miembros. Parte de ellos constituyeron las Bandas criminales neoparamilitares (Bacrim), diferentes grupos que continuan operando, aunque con menor intensidad. Algunos ejemplos son las Águilas Negras o las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

A día de hoy, se siguen encontrando fosas comunes de víctimas de las AUC.

1. Los Ustacha.

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Milicia de los Ustacha ejecutando a prisioneros en el campo de concentración de Jasenovac, entre 1942 y 1943.
Autor: Desconocido. Fuente: USHMM Photograph #78512. Dominio público.

“Un ustacha que no pueda sacar al niño del vientre de su madre con una daga no es un buen ustacha”. Una de las tantas frases vomitivas de Ante Pavelic, líder del que, para la casi completa unanimidad de profesionales en Historia, es no solo el grupo de extrema derecha más sanguinario que jamás existió, sino también una de las organizaciones más crueles que se conocen. Se comenta que llegaron a horrorizar a los mismos nazis.

Los Ustacha (o Ustasha) fueron un grupo terrorista racista (especialmente contra el tercio de población serbia), anticomunista, ultracatólico y ultranacionalista que operó en Croacia y Bosnia entre los años 1929 y 1945 como aliado del nazismo alemán. Su objetivo principal era la creación de un Estado fascista separado de lo que entonces era Yugoslavia, basado en la supremacía de la etnia croata. Operaron como un grupo reducido en la clandestinidad hasta la invasión de la Alemania Nazi del Reino de Yugoslavia en 1941 durante la Segunda Guerra Mundial, momento en el que se hicieron cargo del gobierno del recién creado Estado Independiente de Croacia, siendo títeres del III Reich alemán.

Para sus fines, emplearon una violencia extrema que no se molestaron ocultar. Más bien al contrario, era utilizada con fines propagandísticos, mostrándose así mismos como “ángeles vengadores”.

El grupo promovía un fervor católico sin precedentes, unido a valores como el sacrificio, la lealtad, el culto a la violencia y el nacionalismo radical. Esto se refleja, por ejemplo, en su rito de iniciación: juraban su adhesión ante un altar, llevando un crucifijo, una vela, una granada y una daga. La militancia era de por vida.

Especialmente durante su breve gobierno, aplicaron una represión extremadamente cruel contra población judía, serbia y gitana, así como contra creyentes del cristianismo ortodoxo y militantes comunistas. Llegaron a crear, que se sepa, hasta 25 campos de exterminio, algunos de los cuales exclusivamente para menores de edad. Se le atribuyen más de 1 millón de víctimas, entre ellas, 300.000 pertenecientes a la minoría serbia.

Durante su gobierno, también aplicaron políticas ya habituales durante su clandestinidad, como la subyugación de las mujeres a tareas domésticas y de crianza de una forma nunca antes vista.

Entre sus crímenes, se encuentran el secuestro, la tortura y el asesinato, a menudo de formas horribles, como el empalamiento, la quema, la mutilación y desollamiento de personas vivas, así como la violación de mujeres y niñas. Tenían por costumbre quedarse trozos del cuerpo de sus víctimas como trofeo. A menudo, estos horribles crímenes se realizaban en presencia de familiares cercanos a las víctimas.

Se les atribuye en 1934 el asesinato del rey yugoslavo Alejandro I en los llamados Asesinatos de Marsella, entre otros diferentes atentados contra personalidades e infraestructuras.

Los Ustacha contaban con una milicia muy bien organizada que operaba al margen de la ley, entre las cuales destacaba la Legión Negra, dedicada al asesinato y a sembrar el terror entre la población no croata para forzar su expulsión y/o exterminio. Entre sus filas, se encontraban menores de edad. Esta milicia fue la principal responsable de todos los crímenes atribuidos a la organización.

Contaron con el apoyo decidido del nazismo, altos cargos políticos, la oligarquía y la jerarquía católica. No obstante, la Iglesia se distanció rápidamente tras la llegada al poder de los Ustacha en 1941 al ser testigo de su extrema crueldad. Aunque procedieron originalmente del nacionalista Partido Croata de los Derechos, se desligaron de él para formar su propia organización.

Herman Neubacher, comisario nazi destinado en la región, definió las bestialidades ustachas como «el crimen más feroz de la historia, que solo se puede comparar con el infierno de Dante», informando al gobierno alemán del tremendo terror que se estaba pertrechando, intentando detenerlo argumentando “poca eficiencia”. Por supuesto, no recibió respuesta alguna.

Con la derrota del nazismo de 1945, el terror de los Ustacha finalizó, quedando solo en la memoria de Croacia como un triste recuerdo.

La investigación necesaria para poder realizar este artículo ha revelado que han existido y existen un gran número de movimientos y grupos de extrema derecha que se organizan y utilizan formas de violencia y delincuencia para perseguir sus fines políticos. Por mencionar algunos más, quizá para abordarlos en un futuro:

  • Occupy Pedophilia: red de agrupaciones homófobas que operan en Rusia, organizadas alrededor de redes sociales y portales web como Sierra, que marcan a personas del colectivo LGTBI+ como sus objetivos para asesinarlas, extorsionarlas o agredirlas.
  • Nación Aria: conjunto de organizaciones neonazis, como Hermandad Aria, que operan en Reino Unido y en Estados Unidos y que han heredado los métodos y actividades del KKK.
  • Iron March: portal web que aglutinó a grupos armados de extrema derecha, algunos de los cuales aun existen, como Combat 18, que destacan por sus manifestaciones violentas.
  • La Guardia de Hierro: grupo paramilitar antisemita, ultranacionalista y supremacista afín al nazismo que en Rumanía se enfrentó entre 1927 y 1941 a comunistas y socialistas.
  • Uyoku dintai: nombre paraguas con el que operan diversos grupos ultranacionalistas y extremistas en Japón, herederos de organizaciones tradicionalistas que se opusieron a la modernización del Imperio de Japón durante la Era Meiji y que se les relaciona con la yakuza y multitud de actividades delictivas.
  • Fuerza Voluntaria del Ulster: milicia considerada terrorista, afín a la Corona británica, que opera en Irlanda y que tiene como objetivo la unidad de este país con Reino Unido.
  • Patriotas de Ucrania: Organización neofascista, racista y nacionalista que ha protagonizado desde 2005 manifestaciones violentas enfrentándose incluso a la policía y al gobierno, además de atentados de diverso calibre.

Second_Congress_of_the_Patriots_of_Ukraine,_Kharkov,_April_12,_2008
Segundo Congreso de los Patriotas de Ucrania, en Kharlov, 2008. Autor: MK, 12/04/2008. Fuente: Wikimedia Commons, bajo licencia CC BY-SA 3.0.

A menudo, la organización de estos grupos es difusa y su interrelación dificulta establecer diferencias claras entre unas y otras. Además, sus delitos tienden a ser desligados del propio grupo y/o considerarse hechos aislados, lo que complica realizar una adecuada labor de investigación.

Sin embargo, este tipo de estructuras siguen dándose y se encuentran en rápido aumento, con cierto amparo o incluso impunidad. Por eso, es hoy, más necesario si cabe, dejarlas Al Descubierto.

Fuentes, enlaces y bibliografía:

Foto destacada: Ku Kux Klan con sus vestimentas típicas delante de una bandera de la Confederación de Estados Unidos. Autor: Martin, 21/11/2009. Fuente: Flickr. (CC BY-ND 2.0.).

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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