Vox se opone a retirar la última estatua de Franco que queda en una vía pública española, situada en Melilla
La agrupación de Vox en la ciudad autónoma de Melilla se ha manifestado públicamente en contra de la retirada de la estatua de Franco, la última que queda del dictador en una vía pública en toda España.
Vox ha hecho explícita su postura en un comunicado en su web que, durante la última semana de enero, en la Comisión de Cultura, no se votó si se quitaba o no la estatua, sino que «lo que se votó en dicha Comisión fue si la retirada de la estatua se elevaba o no al Pleno». Además, exigen que «el patrimonio público se conserve y respete«. Es por eso que, aunque votaron abstención en la Comisión, anuncian que votarán «rotundamente» en contra cuando el asunto se debata en el Pleno de la Asamblea.
Además, el partido de Santiago Abascal denuncia que el «rodillo de la izquierda» trata de «borrar» una parte de la historia de España e «imponer una verdad única» sobre el pasado. Se alude de esta forma tanto a la Ley de Memoria Histórica como a la nueva Ley de Memoria Democrática que el Gobierno conformado por PSOE y Unidas Podemos tienen la voluntad de aplicar.
El origen de la estatua de Franco en Melilla
El partido de extrema derecha defiende, además, que esta estatua representa al «comandante Franco» como miembro de la Legión y que, por lo tanto, no le afecta la Ley de Memoria Histórica, ya que conmemora la llegada de la Legión a Melilla en la guerra contra Marruecos, la Guerra del Rif, en el año 1921, permitiendo «mantener la ciudad de Melilla bajo el control de España». La guerra desembocó en enormes pérdidas para España en el llamado Desastre de Annual y que se considera un antecedente de la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
«No ataca a ningún grupo de población o ideología, ni tiene que ver con ningún hecho sucedido a partir de 1936, por lo que no rige sobre ella la Ley de Memoria Histórica, una ley que Vox tiene la firme voluntad de derogar cuando llegue al Gobierno», han declarado.
La estatua será retirada con los votos del PSOE, CPM y Ciudadanos, por lo que ha adelantado que, en ese caso, exigirá que se salvaguarde «la integridad» de la obra, «su acceso» a los melillenses y que se mantenga la conmemoración de este episodio de la historia «gracias al cual Melilla sigue siendo España».
Otras organizaciones, como la Fundación Francisco Franco, se han sumado a la protesta.
Polémica sobre la retirada de estatuas
Si bien desde el fin de la dictadura de Francisco Franco se retiraron varias estatuas en su honor, como la ubicada en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia en 1983, la aprobación de la Ley de Memoria Histórica en 2007 durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) supuso una aceleración de este proceso.
Sin embargo, la retirada de estos homenajes no ha estado exenta de polémicas. En su momento, la decisión del alcalde socialista Ricardo Pérez Casado de quitar la estatua de Franco de Valencia ya desencadenó una concentración de protesta por parte de la extrema derecha que derivó en enfrentamientos y agresiones.
Poco después, en 1986, el nuevo alcalde socialista de Jaén, José María de la Torre Colmenero, aprobaba la retirada de la estatua de Franco ubicada en una confluencia de varias calles de tráfico rodado bajo la justificación, precisamente, de que el monumento era un obstáculo para la vía pública. En su momento, Alianza Popular (predecesor del PP) y otros grupos de ultraderecha se manifestaron en contra de la decisión.
Años después, en la Plaza de España de Ferrol, en el año 2002, se retiró también una de las estatuas más grandes y conocidas de Francisco Franco y con especial relevancia al tratarse de la ciudad de nacimiento del dictador. Sin embargo, aunque hubo protestas por su mantenimiento, no se lamentaron altercados.
En 2005, se retiraba la estatua de Franco de Nuevos Ministerios, en la ciudad de Madrid, aprovechando las obras que iban a hacerse en la zona. La iniciativa partió del Gobierno de España, en aquel momento presidido por Zapatero. Provocó manifestaciones tanto de afines como de detractores, pero que se sucedieron también sin altercados. Esta efigie era, además, de las más antiguas, colocada en 1957 y que había servido de modelo para otras, como la de Valencia. Fue también la última que quedaba en pie en la capital de España.
En diciembre de 2008, se retiraba la última estatua de Franco en la vía pública de toda la península. Estaba ubicada en la Plaza del Ayuntamiento de la ciudad de Santander, en Asturias, y se realizó en aplicación de la recién aprobada Ley de Memoria Histórica. En 2004, la Corporación (PP, PSOE y Partido Regionalista), no obstante, ya había decidido su retirada aprovechando la remodelación de la plaza. No hubo problemas tampoco.
En general, la extrema derecha e incluso la derecha se han manifestado en contra de retirar los homenajes a la dictadura bajo el pretexto de «preservar la historia». No obstante, cada vez más gente entiende que conservar efigies a personas que cometieron crímenes contra la Humanidad no es lo mejor ni lo más justo para el conjunto de la sociedad.
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.