Pablo Hasél es detenido por los Mossos tras su encierro en la Universidad de Lleida
Los Mossos d’Esquadra detienen al rapero Pablo Hasél tras su encierro en la Universidad de Lleida como forma de protesta por el rechazo de la Audiencia Nacional a suspender la ejecución de su condena por enaltecimiento del terrorismo e injurias contra la Corona e instituciones del Estado. El dispositivo policial se había organizado para proceder a su detención después de que el viernes pasado finalizara el plazo para que Hasel entrase en prisión de forma voluntaria. El resto de activistas que habían ocupado el recinto universitario junto al rapero fueron saliendo posteriormente, también acompañados por distintos agentes.
Justo antes de entrar en el vehículo de los Mossos que lo conduciría a prisión, Hasél ha gritado “Muerte al Estado fascista”, con la intención de que tanto sus simpatizantes como los medios de comunicación se hicieran eco de sus palabras. Además, durante el camino hacia el vehículo el rapero también ha anunciado que “no nos van a doblegar”.
Anteriormente, el rapero ya había declarado que no iba a ingresar voluntariamente en prisión y que uno de los motivos por los que él y otros activistas habían ocupado el edificio del rectorado de la Universidad de Lleida era “para hacer ruido, para visibilizar más este gravísimo ataque contra nuestras libertades”.
Asimismo, reflejaba que quienes se solidarizaban con él en este encierro tenían claro que “esto no es solamente un ataque contra mí, sino también contra ellos y que a mí me utilizan para asustar al resto”.
Estas palabras, que tenían lugar previamente a la ocupación del edificio, pretendían ser, tal y como concluía Hasel, “una llamada a la organización, a la lucha, para defender nuestros derechos y libertades democráticas que este Estado nos vulnera constantemente. Porque solo con presión en las calles, solo con acciones como estas vamos a poder parar estas constantes agresiones del Estado”.
Su entrada en prisión
Alrededor de unas 200 personas se congregaron en torno al rectorado de la Universidad de Lleida durante la tarde del 15 de febrero en apoyo al rapero que, junto a un grupo de compañeros activistas, se había encerrado en este edificio. Durante la concentración, uno de los miembros de la plataforma creada en apoyo a Hasél leyó un manifiesto. Por su parte, el rector de la Universidad de Lleida, Jaume Puy, se pronunció explicando que la policía puede acceder al recinto siempre que lo considere necesario.
Tras ser detenido en torno a las 8:25 de la mañana del 16 de febrero de 2021 mediante la intervención de un dispositivo policial en el que han participado decenas de agentes del cuerpo de seguridad de los Mossos d’Esquadra y una veintena de furgonetas de la Brigada Móvil, Hasel ha ingresado en la cárcel Ponent de Lleida hacia las 9:00.
Por el momento, según han informado fuentes penitenciarias a la Agencia EFE, Pablo Hasél se encuentra en el módulo de ingresos de dicha cárcel, donde se le practicarán una prueba PCR (obligatoria para todos los reclusos) y los cacheos de rigor.
En los próximos días, los técnicos que deben proponer la clasificación penitenciaria de Pablo Hasél evaluarán su condena de 9 meses en particular y determinarán en un plazo máximo de dos meses con qué grado y condiciones entra en prisión. De este modo, si bien es habitual que los reclusos considerados no peligrosos sean clasificados inicialmente en segundo grado, quedando a la espera de posteriores modificaciones, también podría acceder directamente a la semilibertad y salir de la cárcel a diario, para tan solo volver a dormir de lunes a jueves.
La polémica condena de Hasel
El pasado viernes, el día en que finalizaba el plazo para entregarse voluntariamente, Pablo Hasél colgó en las redes una nueva canción titulada “Ni Felipe VI”. El lunes, la Audiencia Nacional rechazaba suspender la ejecución de su condena nuevamente.
Ese mismo día el rapero de Lleida compartía, además, los tuits por los que fue condenado a nueve meses de prisión, seis años de inhabilitación y aproximadamente 30.000 euros de multa por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias contra la Corona e instituciones del Estado.
En 2014 fue condenado a dos años de cárcel, aunque en dicho momento la Audiencia Nacional dejó en suspenso su castigo. El fundamento de su condena se basaba en que enaltecía el terrorismo de grupos como ETA, Grapo, Terra Lliure e incluso Al Qaeda a través de sus letras, que posteriormente colgaba en las redes. Posteriormente, en 2018 volvió a ser juzgado por el mismo delito y otro de injurias contra la monarquía, a raíz de una canción sobre el rey emérito titulada “Juan Carlos el Bobón”.
El caso de Hasel ha movilizado, a lo largo de estos años, a más de 200 artistas españoles. Entre ellos se encuentran Pedro Almodóvar, Joan Manuel Serrat, Javier Bardem o Fernando Trueba. Todos ellos han firmado un manifiesto sumamente crítico en el que reclaman su libertad.
Por su parte, el Gobierno anunció el lunes por la noche que plantearía una revisión de los delitos relacionados con excesos en el ejercicio de la libertad de expresión con la intención de que las expresiones pronunciadas en el contexto de manifestaciones artísticas, culturales o intelectuales no tengan un castigo penal.