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Lindolfo Kosmaski, activista LGTB, asesinado a tiros y quemado en Brasil

Lindolfo Kosmaski, profesor y conocido activista LGTB de 25 años, ha aparecido muerto dentro de su coche en la carretera PR-151, en Coxilhão, el pasado 2 de mayo. Según fuentes policiales, de las que se ha hecho eco el medio UOL, Komaski recibió dos disparos y después le prendieron fuego dentro del vehículo.

Kosmaski, activista social y político

Kosmaski no era cualquier persona. Era conocida por su activismo social y político. Estudiante de una maestría en la Universidad Federal de Paraná en Educación en Ciencias y Matemáticas, pertenecía al Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, el partido de Lula da Silva, habiéndose presentado en 2020 como concejal de São João do Triunfo.

Asimismo, visitaba frecuentemente el asentamiento “Contestado” en Lapa, Paraná, donde había cursado la Licenciatura en Educación en el Campo, en la Escuela Latinoamericana de Agroecología.

Como activista por los derechos de las personas LGTB, habiendo conseguido varios logros a su corta edad, ha sido reconocido la trayectoria de lucha y coraje del activista: «En este momento de dolor, brindamos toda la solidaridad a familiares, amigos y esperamos que los órganos competentes puedan agilizar las investigaciones y encontrar a los responsables de este atroz crimen. En una sociedad democrática, no hay lugar para la barbarie, el odio y la intolerancia», afirman desde el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), una organización LGTB al que pertenecía Lindolfo Kosmaski.

Delito de odio por homofobia

La Policía Civil de Paraná asegura que, por el momento, no se ha identificado al autor del asesinato, aunque se sospecha que el delito está relacionado con un caso de homofobia debido precisamente a que Komaski era bastante conocido en la zona por su activismo en favor de los derechos de las personas LGTB y su militancia de izquierdas.

Benedito Camargo, primo de la víctima, ha declarado a UOL que Kosmaski se encontraba en un bar antes de su brutal asesinato. «Era muy conocido en la región. Antes de morir, invitó a todos a una cerveza y luego desapareció. Se dejó el teléfono en el bar. Un amigo dijo que Lindolfo había recibido una amenaza de muerte días antes de que le asesinaran», declaró.

El asesinato ha conmocionado a la comunidad brasileña y también internacional, días después de otro brutal asesinato de similares características del activista LGTB Normunds Kinzulis en Letonia.

Homofobia en Brasil

A pesar de que Brasil ha destacado en los últimos años por un avance en los derechos de las personas LGTB, pues las uniones civiles son legales desde 2011, las parejas LGTB pueden adoptar desde 2010 y el matrimonio igualitario se aprobó finalmente en 2013, la homofobia sigue muy presente en el país.

Una muestra de esto es el propio presidente del país, el ultraderechista y siempre polémico Jair Bolsonaro, que se ha manifestado abiertamente en contra de las personas LGTB, declarándose un «homófobo orgulloso». En 2019, cuando el Tribunal Supremo decidió avalar la homofobia como una forma de delito de odio al mismo nivel que el racismo, Bolsonaro protestó enérgicamente en contra.

Por contrapartida, el Tribunal Supremo aclaró en la sentencia que permitirá a los practicantes de todas las religiones manifestar su oposición a las relaciones homosexuales, siempre que sea «de acuerdo con sus libros y códigos sagrados» y no se incurra en la discriminación. Esto demuestra la enorme influencia de la Iglesia Católica y el evangelismo en la sociedad brasileña.

Según los datos del Grupo Gay do Bahía (GGB), la asociación brasileña en favor de los derechos LGTB más antigua del país, de la asociación internacional Transgender Europe, y un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre 2011 y 2018, Brasil registró un asesinato homófobo cada 16 horas. Además, según datos públicos, al menos 320 personas fueron asesinadas por su orientación o identidad sexual en 2018.

Ese mismo año, 39 personas con identidad sexual diversa se suicidaron en tres años; 286 fueron asesinadas con arma de fuego y 275, con arma blanca; 97 fueron asfixiadas; 28, apedreadas; 10, carbonizadas y 3, envenenadas

Brasil también es el país más peligroso del mundo para ser transgénero, según el proyecto Trans Murder Monitoring, con al menos 167 personas asesinadas en los 12 meses anteriores a septiembre de 2018.

En 2020, se consiguió otro hito histórico al considerar la Corte Suprema que se debían eliminar restricciones que las personas LGTB tenían a la hora de donar sangre, unas restricciones impuestas en los años 80 como causa de la epidemia de VIH/SIDA y que se han declarado anticonstitucionales.

Sin duda, datos que demuestran que el discurso homófobo de la extrema derecha contribuye al aumento de los delitos de odio y al retroceso de los derechos fundamentales.

Enlaces y fuentes:

– Foto de portada: Lindolfo Kosmaski. Autor: Raúl Granado, 05/05/2021. Fuente: Cuenta de Twitter@Raul_GranadoOCR)

Adrián Juste

Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.

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