Gema MJ: “La izquierda necesita autocrítica constructiva y organización para frenar a la extrema derecha”
Gema MJ es una activista conocida por ser una de las cuentas en redes sociales no adscritas a ningún medio de comunicación con más seguidores dentro del espectro progresista o de izquierdas.
Con casi 60.000 seguidores en Twitter, se la conoce especialmente por tuits donde critica a la derecha y a la extrema derecha, especialmente mediante comparativas o reflexiones que destaquen las incongruencias o incoherencias de partidos como PP, Ciudadanos o de Vox.
Al Descubierto: Antes que nada, muchas gracias por invitarnos a tu casa, para empezar.
Gema MJ: ¡A ti, por venir!
AD: Para entrar un poco en materia, una primera pregunta ya habitual en nuestras entrevistas, y para que la gente sepa un poco de ti, ¿quién es Gema?¿Cómo te definirías y qué podrías contar de ti?¿En qué consiste el activismo que haces en redes?
GMJ: Soy Gema, tengo 26 años y soy de Málaga, soy andaluza. Me defino sobre todo como una persona de izquierdas, socialista, que se ha dedicado toda la vida a hacer música. Como dijo Pepa Flores: “soy una obrera de la cultura. Antes muerta que traicionar a mi clase”. Mi activismo en redes viene de mis propias inquietudes políticas.
Empecé a relacionarme con el mundo del activismo político cuando vivía en Barcelona. Allí participé en algunas protestas de movimientos estudiantiles. Cuando llegué, yo no estaba muy politizada, pero poco a poco empecé a darme cuenta de ciertas cosas. Fue cuando Podemos ya tenía relevancia, un poco antes del referéndum del 1 de octubre… entonces yo diría que vino natural. Era un momento de convulsión política y, por tanto, prácticamente imposible ignorar el debate social.
En mi familia también ha habido actividad sindical, he visto de cerca el drama que viven muchos inmigrantes (especialmente a menores) a los que ahora tanto criminaliza la extrema derecha, que los llaman “menas” de forma despectiva y los intentan pintar de monstruos… Pero es muy diferente cuando puedes ponerles cara, cuando reconoces a otros seres humanos. Nada tiene que ver con esa imagen distorsionada que se quiere crear.
Cuando entré en Twitter yo no tenía ni idea de que podía tener esa repercusión, ni me lo imaginaba.
Me defino como una persona preocupada por los derechos de los trabajadores, por los derechos humanos… pero quiero dejar claro que mi formación es puramente musical. Me he dedicado toda la vida a leer partituras, a trabajar con orquestas, a tocar sinfonías… y a hacer arte.
En ese sentido, soy especialmente sensible hacia todo lo relacionado con el mundo de la cultura, hacia la parte más íntima del ser humano como puede ser el mero hecho de expresarse. Como artista, siento esa necesidad. No es muy diferente de lo que hago en redes sociales expresando mis opiniones políticas, que pueden ser más o menos acertadas, pero que en definitiva nacen de esa misma necesidad de expresarme al igual que me pasa con la música.
Esa persona soy yo (ríe).
AD: En redes sociales destacas especialmente por tu contenido político. ¿Siempre te ha interesado la política? Cuando te creaste Twitter, más o menos en 2019, ¿era tu intención utilizarlo para hacer activismo? Cuéntanos un poco cómo fue ese proceso.
GMJ: Yo empecé en Twitter un poco por casualidad. Cuando entré no tenía ni idea de que podía tener esa repercusión, ni me lo imaginaba.
Al principio yo escribía opiniones en Facebook, en mi círculo más íntimo. Un día un conocido me leyó y me dijo: oye, ¿por qué no te haces una cuenta de Twitter? Porque creo que expresas muy bien tus ideas. Yo le dije que no me interesaba, pero al final me convencí y me la abrí.
También coincidió con la repetición electoral, y claro, a mí eso me pareció indignante: un partido como el PSOE, que por sus ansias de poder fue capaz de hacer repetir las elecciones a un país entero con tal de no pactar con una coalición de izquierdas como Unidas Podemos.
Siempre he hablado desde mi punto de vista personal.
Eso me llamó la atención muchísimo, cómo un partido que se dice de obrero y socialista está continuamente traicionando a la gente -ya no solo sus ideales- y es capaz de llevar a una repetición electoral a toda España con tal de no cumplir sus promesas. De hecho, ahora mismo las siguen incumpliendo. No son capaces ni de derogar la ley mordaza… un partido que se dice republicano y rechaza investigar las corruptelas de la Casa Real o pedirle responsabilidades… en fin, un partido que se dice de izquierdas pero que no cumple. Un completo y absoluto fraude.
AD: Y claro, ahí tú decides dar el paso.
GMJ: Claro, decidí entonces entrar en Twitter para expresar esta rabia, pero sin ningún tipo de ambición. Yo siempre he hablado desde mi punto de vista personal.
Podría resumir los motivos en dos: por un lado, porque me animaron a hacerlo diciéndome que lo haría bien…
AD: ¡Y acertaron!
GMJ: Y acertaron, sí (ríe). Y bueno, por otro lado, porque veía que desde la izquierda estamos muy… jodidos. No quiero decirlo así, pero es que lo tenemos muy complicado. La fuerza del bipartidismo sigue ahí; y aunque ahora tenemos más opciones, realmente son el PP y el PSOE los que siguen cortando el bacalao, precisamente porque defienden intereses de gente muy poderosa y cuentan con los apoyos mediáticos necesarios.
AD: Además de en redes sociales, ¿haces otro tipo de activismo?
GMJ: Estuve en contacto con el activismo estudiantil cuando vivía en Barcelona. Ahí por ejemplo protestábamos contra el rey cuando venía a l’Auditori, porque claro, mi conservatorio estaba en el mismo edificio y aprovechábamos para protestar contra la monarquía haciendo sentadas o incluso tocando nuestros instrumentos… A pesar de ser protestas absolutamente pacíficas, los antidisturbios nos sacaban a rastras y nos encerraban en el conservatorio, nos prohibían salir para que no se viese nuestra protesta en las cámaras de televisión. Y estos fueron mis primeros contactos con el activismo.
Pero claro ya después me fui al extranjero, por lo que luego mi aportación ha sido a través de las redes sociales, opinando e influyendo en el debate político.
He tenido la oportunidad de hablar con gente maravillosa, de ayudarnos entre nosotros, interactuar, echarnos un cable entre gente de izquierdas, que por supuesto no coincidiremos en muchas cosas pero lo importante es unirnos y ver qué podemos aportar cada uno.
AD: Entonces todo este tiempo que has triunfado en las redes sociales has estado en el extranjero.
GMJ: ¡Claro! Yo he estado fuera. Me fui a Países Bajos a estudiar y trabajar. He estado allí tres años, entonces claro, desde que me interesé más por la política a raíz de vivir en Barcelona sentía la necesidad de seguir aportando y la única manera era a través de las redes sociales.
Pero vamos, animo a que todo el mundo haga activismo de la forma que pueda, ya sea a través de redes sociales, en las asociaciones vecinales o mediante la militancia o el sindicalismo. Cada uno puede aportar su grano de arena. Una sola persona no puede hacer activismo de todo tipo. Por eso todos somos necesarios.
AD: Claro, en apenas dos años, has conseguido más de 50.000 seguidores, una cifra considerable. ¿Ha cambiado en algo tu vida? Algún cambio que destaques, tanto para bien como para mal, además teniendo en cuenta que poner tu foto y nombre real.
GMJ: Quiero dejar claro que yo empecé dando mi nombre y mi cara porque yo no sabía que iba a tener esa repercusión (ríe). Seguramente ahora me lo pensaría…
AD: Claro, claro (ríe).
GMJ: …especialmente después de ver todas las consecuencias que eso tiene. Yo no me lo podía imaginar, pero claro, como tú bien dices… soy una persona joven, bastante normal… que no tenía pretensiones de tener ese tipo de visibilidad.
He recibido amenazas, hacia mi familia y hacia a mí, y en general ataques a mi vida personal.
Dicho esto, claro que ha cambiado mi vida. Para bien y para mal. Me quiero quedar con lo bueno, que es que a través de las redes sociales he tenido la oportunidad de hablar con gente maravillosa, de ayudarnos entre nosotros, interactuar, echarnos un cable entre gente de izquierdas, que por supuesto no coincidiremos en muchas cosas pero lo importante es unirnos y ver qué podemos aportar cada uno.
Por ejemplo recuerdo una anécdota, cuando un amigo mío me escribió y me dijo: “oye Gema, que es que he visto un tweet tuyo en la tele”.
AD: Vaya (ríe)
GMJ: ¡Claro! Ese tipo de cosas a mí me reportaban cierto tipo de satisfacción. Me hace ver que lo que estoy haciendo y el tiempo que le dedico a informarme sirve para algo.
A mí me gusta ser sobre todo ser honesta con mis errores. Seguramente me equivoque en muchas cosas, o diga cosas con las que se esté más o menos de acuerdo, pero siempre intento hacerlo desde la buena fe e intentando ser honesta. Que me puedo equivocar y no tengo ningún problema en reconocerlo. De hecho me he equivocado muchas veces, he tenido que rectificar y no pasa nada, c’est la vie. He cambiado de opinión en muchos aspectos a lo largo de estos dos años. Estoy en continua formación, aprendiendo cada día.
Desde la humildad, creo que he aportado cosas buenas, algunas incluso han tenido bastante repercusión. Por lo tanto, me quedo con eso, con la gente que he conocido y con lo que he aportado.
Y en cuanto a lo malo, que no me gusta tanto hablar de ello porque no quiero tampoco lamentarme ni centrarme demasiado en eso, pues he recibido amenazas hacia mi familia y hacia a mí, y en general ataques a mi vida personal.
Intento proteger en la medida de lo posible mi vida privada, más que nada por mi familia. Somos personales normales y corrientes, yo estudio y trabajo como cualquier joven, todo el mundo sabe que yo soy música porque lo he hecho público y no tengo nada que ocultar, pero hay gente que va a atacar cualquier aspecto de tu vida personal. He recibido amenazas tipo: “voy a ir a tu casa”, “te voy a violar por la noche”…
AD: Madre mía.
GMJ: Me han dicho cosas muy muy desagradables. Ahora me río porque ya tengo un aguante, pero al principio sí que me afectó mucho, sobre todo cuando amenazaron a mi familia, pero ahora ya, es triste decirlo, pero como que me he acostumbrado, ¿no?
Hay que tener en cuenta que hay gente que no está preparada para eso, que no aguanta ese nivel de acoso de tener que soportar cada día insultos… me han llegado a decir de todo. Como soy mujer, normalmente el cariz machista no falta. Que yo ya me río porque me lo tomo con filosofía, soy una persona que tiene mucho sentido del humor, y de hecho que no te puedan hacer daño es lo que más les molesta, pero sí que entiendo que haya gente que eso no lo pueda aguantar.
AD: Sí, de hecho, más de una vez te has puesto la cuenta en privado, con el famoso candado, ¿se debo esto a ese tipo de acoso o amenazas?¿Ha sido por otros motivos?¿Puedes contarnos un poco cómo fue?¿Por qué decidiste volver a abrir tu cuenta?
GMJ: Una vez sí que me la puse por ese motivo, que incluso pensé hasta en dejar las redes sociales. Esa fue de las primeras veces que me amenazaron. Ahí sí me puse el candado por eso.
Pero yo también quiero dejar claro que detrás de la cuenta hay una persona, que parece que a veces se olvida, ¿no? Yo tengo cosas que hacer además de estar en redes sociales. Cuando he estado más activa es porque he tenido más tiempo, pero la última vez por ejemplo me puse el candado para centrarme en mis estudios… y bueno, también a veces necesito descansar un poco y centrarme en otras cosas.
La extrema derecha al final defiende los intereses de una poca gente pero a base de propaganda, y a base de meter sus tentáculos en todos los medios convencen a la gente de que les convienen cosas que en realidad no les convienen.
He recibido mucho acoso, pero eso no hace que me cierre la cuenta. A veces simplemente necesito descansar de la toxicidad de las redes sociales, desconectar y tener mi propia vida. Por eso le digo a quienes me leen que no se preocupen, que no siempre que me doy un break tiene que ver con el acoso, sino porque no puedo estar siempre a tope.
Es muy necesario que nos organicemos y tejamos una red de apoyo mutuo, porque las caras más visibles en redes también nos quemamos de estar todo el tiempo expuestas.
AD: Como activista enfocada en criticar a la derecha y, especialmente, a la extrema derecha, ¿qué opinas del auge que están teniendo partidos políticos como Vox en España, o personajes como Bolsonaro en Brasil?¿El ascenso de esta extrema derecha es para preocuparse?¿Es solo una moda que pasará?
GMJ: Esta pregunta no sé muy bien como responderla porque no tengo una respuesta. Desde luego, creo que sí es preocupante. No sé hasta que punto es una moda, sé que hay gente que lo piensa y que cree que en algún momento tal y como ha subido bajará (que ojalá sea así), pero desde luego lo que yo veo es que están muy organizados. Tienen mucho dinero y muchos medios, como Atlas Network y sus fundaciones… es decir, hay un entramado enorme que está dando apoyo y visibilidad a voceros que se dicen “liberales”, como Juan Ramón Rallo, y que dicen defender la libertad desde los platós mientras apoyan golpes de Estado militares en Latinoamérica.
Hablamos de que la derecha y la extrema derecha tiene una organización a nivel internacional muy fuerte y cuenta con una gran financiación, cosa que la izquierda no tiene.
Por otro lado, la solución no es no hacer nada. Hay que seguir luchando para intentar cambiar las cosas, teniendo en cuenta que este rival político es así de fuerte; y que al fin y al cabo están defendiendo sus intereses, los de los más poderosos, así que nosotros tenemos que defender los nuestros.
La derecha y la extrema derecha al final trabajan para unos pocos, pero a base de propaganda y de meter sus tentáculos en todos los medios, convencen a la gente de que les convienen cosas que en realidad no les convienen. Intentan convencer a la gente para que defiendan intereses que no son los suyos. La gente que tenemos los mismos intereses en realidad somos más, simplemente tenemos que ser conscientes de ello.
AD: Mucho se ha dicho de las diferencias entre corrientes dentro de la extrema derecha. ¿Crees que hay mucha diferencia entre la ultraderecha de los años 20, 30 ó 40 y la nueva derecha radical?
GMJ: Por supuesto que hay muchísimas diferencias. Obviamente ahora la ultraderecha no se va a presentar como hitleriana. Eso provoca un rechazo social enorme. No se van a mostrar igual y tampoco son lo mismo. Pero sí que comparten muchas características, como defender ideas extremadamente reaccionarias, racistas, machistas, homófobas, antisociales… todo ello acompañado de un ultranacionalismo exacerbado… es decir, defienden ideas que no tienen nada de nuevo pero con una capa de modernidad.
La extrema derecha también evoluciona, no va a ser igual siempre, al igual que la izquierda también ha evolucionado. El contexto no es igual que en el siglo pasado. Pero que no se presenten igual no significa que no defiendan las mismas ideas.
No se van a presentar diciendo “¡viva el Caudillo!”, pero tenemos a Rocío de Meer por ejemplo compartiendo vídeos de una organización neonazi polaca como la ONR; tenemos a Buxadé ensalzando lemas de la Francia de Vichy; tenemos a Rocío de Meer de nuevo colgando fotos del Valle de los Caídos, construido con trabajo esclavo de presos políticos… son mensajes que para la gente más conservadora pero no tan extrema pueden pasar desapercibidos.
Porque claro no todo el mundo sabe por ejemplo cuál era el lema de la Francia de Vichy. Pero claro, es un mensaje, lo que se dice dog-whistle, que sirve para atraer a un público más reaccionario, más de ultraderecha dura, mientras que para el resto pasa desapercibido.
AD: Sí, lo que se conoce como “silbatos para perros”.
GMJ: Exactamente, es exactamente eso. Y claro, hay quien piensa que vemos fantasmas. Pero es que las pruebas están ahí y se pueden comprobar, lo que pasa es que no te van a decir lo que son a cara descubierta porque saben que eso provoca rechazo social (¡Ay, la ultraderechita cobarde!). Pero para quienes captan estos mensajes, no pasan desapercibidos.
Hay periodistas como Miquel Ramos que han estado denunciando este tipo de cosas desde hace ya tiempo. Valoro mucho su trabajo porque ayuda a la gente a ver el peligro donde aparentemente no está.
En fin, por resumir: no se presentan igual pero comparten muchas características, y evidentemente la extrema derecha también evoluciona, no va a ser igual siempre, al igual que la izquierda también ha evolucionado. El contexto no es el mismo que el del siglo pasado. Pero que no se presenten igual no significa que no se defiendan las mismas ideas en esencia.
Abascal está ahora mismo haciendo campaña contra niños y hablando incluso de invasión. Hemos visto a un submarinista rescatando a un bebé que se estaba ahogando y Abascal nos dice que eso son soldados. Nos quieren hacer creer lo contrario a lo que vemos con nuestros propios ojos, deshumanizando a personas con argumentos xenófobos. Y si no fuese por lo cruel que es su discurso, hasta nos podríamos reír de que un señor que ha vivido toda la vida de los chiringuitos del PP donde no hacía nada sea precisamente el que acuse a los demás de vivir de los chiringuitos.
Yo aporto mi granito de arena a través de redes sociales, pero se puede hacer mucho tipo de activismo: asociaciones de vecinos, sindicatos… o incluso militar en alguna organización de izquierdas que te represente.
Es una manipulación de la realidad para colar su discurso de odio a un nivel abrumador… Y volviendo a lo de antes, el acoso en redes: estos días hemos visto el caso de la voluntaria de la Cruz Roja que ha tenido que cerrar sus cuentas, Luna. A esa trabajadora la han puesto como el anticristo, cuando todo lo que hizo fue darle un abrazo a un hombre que estaba llorando por su compañero al que estaban intentando reanimar.
Ellos no solo te venden un discurso, sino que intentan atacar cualquier manifestación de humanidad que vean. Todo lo que sea un mínimo de empatía y de humanidad es…
AD: … es buenismo…
GMJ: … es buenismo… y claro, uno se pregunta, ¿qué pasa, es que hay que ser mala persona? ¿Dónde se dejan el amor al prójimo si tan católicos dicen ser? “Es que primero nosotros”. Eso es entrar en un falso dilema: vivimos en sociedad, y precisamente el cómo viven los de nuestro alrededor nos afecta directamente de una manera u otra, en mayor o menor medida. No nos podemos aislar en una burbuja de egoísmo eternamente.
AD: ¿Qué crees que se puede hacer desde la izquierda para combatir a la extrema derecha actualmente? Y la pregunta viene un poco porque mucha gente sostiene la idea de que la ultraderecha ha crecido en buena parte por culpa de la izquierda, por no haber tenido una estrategia, no haber sabido vender un proyecto político que ilusione, etc. ¿Esto es cierto?¿Qué autocrítica podemos hacer?¿Qué podemos cambiar?
GMJ: Autocrítica desde luego hay que hacer, y de hecho creo que se hace. Pero es lo que siempre he pensado: hay que hacer una crítica constructiva, no destructiva. Porque muchas veces caemos en el “es que está todo mal”. Vale, pero, ¿qué alternativas hay? ¿Qué se propone? Centrémonos en eso.
¿Qué podemos hacer desde la izquierda? Cada vez estoy más convencida de que, viendo cómo se organiza la derecha, nos tenemos que organizar más y mejor. No podemos confiar nuestra suerte a ciertas caras visibles esperando a que obren un milagro, sino que todos tenemos que valorar cómo podemos aportar.
Entre nuestras amistades o entorno familiar por ejemplo, pensar en cómo podemos difundir nuestras ideas… convencer siempre desde una actitud pedagógica, porque hay mucha gente que solo se informa a través de la televisión, entonces si desde ahí les están machacando siempre con propaganda… en fin, que hasta hace unos años yo también me creía esa misma propaganda sin cuestionarla. No es cuestión de que la gente sea tonta, es que no tienen contacto con otros puntos de vista, o el que tienen es a través de la distorsión y ridiculización que hace la derecha de las personas de izquierdas.
¿Por qué hace falta organización? Para poder también imponer nuestros propios marcos desde un punto de vista empático… porque al final el ser humano es por norma general empático. Quiero creer que la gente no tiende a odiar a los demás. Se odia a un enemigo imaginario que ha sido creado artificialmente. No creo que la mayoría de votantes de Vox vean a un niño ahogándose en el Mediterráneo y no sientan empatía.
Pero claro, si te han inoculado un discurso de odio y demonizado a ese enemigo que no existe como tal… es muy difícil convencer de que eso no es así. Y de hecho a ellos les conviene: mientras nos echan a pelear entre nosotros, ellos tienen vía libre para seguir cargándose nuestros derechos.
Por lo tanto, desde la izquierda tenemos que hacer ese trabajo, que puede ser a nivel mediático o a nivel de calle. Yo aporto lo que puedo a través de redes sociales, pero se pueden hacer muchos tipos de activismo a mi parecer incluso más importantes: asociaciones de vecinos, sindicatos… o incluso militar en alguna organización de izquierdas que te represente.
Si estamos constantemente criticándonos y peleándonos entre nosotros de manera destructiva, sin aportar y sin construir, simplemente atacándonos, no conseguiremos nada. Hace falta cooperación y aprender también a disentir. A menudo pecamos de querer imponer nuestros propios marcos a los demás y de creer que siempre tenemos la razón.
Es bueno aportar nuestra visión crítica, pero entendiendo que somos un equipo y que tenemos que trabajar organizados. Porque ellos lo están. Ellos tienen todos los recursos económicos y mediáticos a su disposición. La única manera de hacerles frente es organización, organización y organización. No hay más.
AD: En la misma línea, desde posicionamientos más tradicionales se ha criticado bastante el activismo en redes, argumentando que no sirve para nada. ¿Crees que es así?¿Consideras que de verdad puedes estar marcando la diferencia o es más una cuestión personal?
GMJ: Cuando empecé no sabía que iba a tener esa repercusión, así que evidentemente lo hago por convencimiento propio, por necesidad de expresarme y de defender lo que yo creo justo.
Pero eso de que no sirve para nada no lo comparto porque si no sirviera para nada a la ultraderecha no le funcionaría tener copadas ciertas redes sociales. Si no sirviese, ellos no lo harían.
AD: Claro.
GMJ: Sí que sirve. El problema es que hace falta más gente haciendo eso desde la izquierda. Servir, sirve. De hecho, lo veo yo misma. Uno de los motivos por los cuales yo no he abandonado las redes sociales y que agradezco muchísimo es que me escriban personas que no me conocen de nada y que me digan: “Muchas gracias por lo que haces, porque me siento representado en lo que escribes y viendo todas las barbaridades que se dicen, a veces te leo y me da esperanza que haya gente que esté expresando lo mismo que yo siento”.
Al final existe esa necesidad de verse representados, y si no hay nadie que represente tu discurso o tus ideas, acabas perdiendo un poco la fe. Es algo así como: “joder, es que parece que estoy solo/a”. Es lo que en Psicología Social se conoce como presión de grupo. Si al final todo el mundo piensa lo mismo, eso te va a acercar a ciertas posiciones simplemente por influencia social.
Por eso tenemos que mantenernos firmes en nuestras ideas. Por supuesto ir aprendiendo e ir rectificando si es necesario, pero sin caer en los marcos discursivos de la extrema derecha porque es precisamente lo que quieren.
A mí me preocupa eso también, que la gente de izquierdas acabe cayendo en ideas racistas, reaccionarias, lgtbfóbicas… que eso también está pasando: como la extrema derecha impone unos marcos determinados, pues hay quien les da legitimidad incluso desde la izquierda. Y no, eso no funciona así.
AD: ¿Y por qué crees que has triunfado en tan poco tiempo?¿Qué crees que has aportado ahí que a lo mejor otras personas no?
GMJ: Creo que he aportado un poco de constancia. Tuve además un par de tweets virales al principio de la pandemia, uno de ellos es el tweet que tengo fijado. Fíjate que ese me salió del alma, no lo pensé mucho y no pensaba que se fuera a compartir tanto.
Yo creo que he aportado un poco empatía… aunque bueno, es verdad que a veces he adoptado una línea más dura y crítica. Pero sobre todo constancia, que no me he echado para atrás, y que he seguido firme en mis ideas y eso se valora, ¿no?
Que haya gente que exprese su forma de pensar de manera consistente, con sus defectos y con sus virtudes porque al final soy una persona; y también de exponer realidades que a lo mejor no son aparentes pero, al yo escribirlas, la gente dice: “pues es cierto”. Yo creo que hay gente que se ve representada en lo que escribo.
Pero aun así vuelvo a lo que te he dicho: hace falta más. Esto es un pequeño grano de arena en una playa.
AD: Exacto, que lo que tú haces lo puede hacer más gente.
GMJ: ¡Claro!
AD: ¿Cómo te gustaría enfocar tu activismo en el futuro? A raíz de la popularidad en ciertas plataformas, hay personas que saltan a otras, como Twitch. Por ejemplo, hace poco te abriste una cuenta de Instagram. ¿Te planteas algo así?
GMJ: Bueno el Instagram lo tenía desde hace dos años pero lo tenía como una cuenta normal de subir fotos y eso, pero ahora la estoy enfocando también en el activismo. Que de vez en cuando subo también alguna fotillo de mi cara (ríe) y algún vídeo musical, pero sobre todo en las stories estoy subiendo contenido de política.
AD: ¿Pero planeas por ejemplo dar el salto a Twitch o hacer vídeos…?
GMJ: Ahora mismo no lo tengo muy claro porque poniendo en orden mi vida, pero sí que me gustaría aportar de otras maneras.
No he pensado exactamente cómo, no sé si con el activismo a pie de calle en algún sindicato por el derecho a la vivienda o continuar con mi labor comunicativa… pero claro necesitaría más tiempo; un tiempo del que ahora mismo no dispongo porque tengo otros problemas en mi vida que no puedo dejar de lado. Pero no lo descarto.
O nos organizamos o lo tenemos muy complicado. Necesitamos autocrítica con la intención de construir, hace falta organización a todos los niveles, que ya la hay, pero nos hace falta más implicación y crear proyectos que ilusionen.
Es algo que si funcionase desde luego que sería una buena iniciativa comunicativa. Pero eso sí, no yo sola, sino que hubiese una cooperación desde la izquierda. Que nos pongamos en contacto entre nosotros y digamos “venga, ¿qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a comunicar lo que defendemos?”
Es que además estamos defendiendo cosas lógicas: regulación de los alquileres, sueldos dignos, derechos laborales y sociales, servicios públicos de calidad, energía pública… No estamos pidiendo la Luna. De hecho nos quedamos hasta cortos.
AD: ¿Hay gente que te ha animado a ello?
GMJ: Hay gente que me pregunta si tengo canal de YouTube o de Twitch. Me sabe mal no poder satisfacer eso. Que creo que podría funcionar, pero ahora no tengo tiempo para ello.
Como he dicho no lo descarto, y si alguna vez me pongo a ello, ya lo pondré en conocimiento de quienes me leen habitualmente.
AD: Muy bien. Para finalizar, ¿hay algo que te gustaría añadir?
GMJ: Hace falta que la gente se inmiscuya. Entiendo que para la clase trabajadora es complicado: hay quien se tira todo el día trabajando, llega a casa y el único contacto que tiene con la actualidad política es un programa de televisión donde Eduardo Inda miente impunemente o son las redes sociales contaminadas por mensajes de odio.
Entonces o nos organizamos o lo tenemos muy complicado. Necesitamos autocrítica con la intención de construir, hace falta organización a todos los niveles, hace falta más implicación y crear proyectos que ilusionen.
A veces parece que estamos siempre siguiéndole el juego a la extrema derecha, yo misma caigo en eso muchas veces. Por lo tanto, necesitamos poner nuestras reclamaciones sobre la mesa, ya que la clase trabajadora tenemos intereses comunes.
Yo no me considero nadie especial, soy una persona normal como cualquier otra… tengo las mismas preocupaciones que el resto de jóvenes: tener trabajo, una vida medianamente estable y digna con un sueldo decente… Y quiero lo mismo para el resto porque tengo claro que tengo mucho más en común con la anciana que desahucian sin alternativa habitacional o con el inmigrante explotado en un invernadero en Huelva que con el dueño de Inditex.
Así que esta sería la reflexión final: todos tenemos intereses comunes, exceptuando una élite que intenta convencernos de que sus intereses son nuestros intereses.
AD: Muy bien, Gema, muchas gracias por la entrevista. Creo que ha estado genial y muy interesante, hemos tocado muchos temas interesantes y espero que hayas disfrutado participando tanto como a mí haciéndola. Un verdadero placer conocerte y espero que sigas adelante con tu activismo.
GMJ: ¡Muchas gracias!
Puedes saber más de Gema MJ siguiéndola en sus redes:
Cuenta de Twitter: https://twitter.com/gmaemejota
Cuenta de Instagram: https://instagram.com/gmaemejota
Jefe de Redacción de Al Descubierto. Psicólogo especializado en neuropsicología infantil, recursos humanos, educador social y activista, participando en movimientos sociales y abogando por un mundo igualitario, con justicia social y ambiental. Luchando por utopías.
Entro en su página web para ver si puede ser un medio alternativo a otros sitios web de noticias de izquierda, leo algún artículo, alguno me gusta, otros menos… hasta que me encuentro esta entrevista a una «activista política en redes», perdona? eso qué es? alguien que opina, sin saber, en twitter? ciberactivismo de salón? eso que es? alimentar a un gran mosntruo tecnológico con comentarios sin ningún tipo de repercusión ni posibilidad de cambiar anda? y aun «recomienda» a la izquierda lo que debería hacer… en fin, mejor vendría que se afiliase a un sindicato o se sumase a una asamblea de su barrio, porque de opinadores, está el mundo lleno. y porque en mi opinión, el problema de la izquieda es ese, vagos, cínicos, vanidosos,… que saben lo que los demás tenemos que hacer, y que no dejarán de decírnoslo… desde su móvil. Un saludo
Muy buenas.
En primer lugar, muchas gracias por comentar.
En segundo lugar, sin entrar en el debate, no sé si te das cuenta de que estás criticando justo lo que estás haciendo. Te animamos a que leas la entrevista, a que conozcas a Gema y lo que hace y a que, por lo menos, respetes su punto de vista.
En nuestra humilde opinión, en la lucha contra la extrema derecha solo sobra quien se dedica a dar lecciones y a hacer crítica destructiva.
Un saludo.