Hazte Oír: la fachada visible del catolicismo ultraconservador español
Artículo original de Oier Zebeiro para Eulixe: Hazte Oír: la fachada visible del catolicismo ultraconservador español
La plataforma Hazte Oír, que representa el ala más dura de catolicismo español y que inició su santa cruzada particular contra todo elemento que considera moralmente “perjudicial”, es una organización que desarrolla parte de su actividad en el espacio público, utilizando para ello desde megáfonos hasta autobuses adornados con mensajes como “los niños tienen pene, las niñas tiene vulva, que no te engañen”.
Su misión es imponer a la sociedad los valores más ultraconservadores, y sus orígenes están ligados a una peligrosa sociedad secreta y paramilitar de extrema derecha llamada El Yunque. Llegados a este punto, merece la pena esclarecer las siguientes preguntas: ¿Qué es Hazte Oír? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Qué apoyos tiene?
El cristianismo, y más concretamente el catolicismo, ha sido uno de los elementos principales en la conformación del Estado español, en la mayoría de los casos, además, en su forma más ultraconservadora. La Inquisición Española, una de las más terribles y sanguinarias que ha conocido la humanidad, es uno de los primeros exponentes.
El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en su reino, y que fue abolida por las Cortes de Cádiz en 1812, torturó, quemó en la hoguera y asesinó a miles de hombres y mujeres, mientras que procesó a unas 150.000 personas en total por el simple hecho de no claudicar ante la imposición doctrinaria de la Iglesia Católica.
Años después de la abolición oficial de la Inquisición, ya en el siglo XX, la Iglesia Católica fue un elemento clave en la consolidación del régimen dictatorial instaurado por Francisco Franco, tras derrotar al Gobierno legítimo de la Segunda República en la Guerra Civil.
Bajo la dictadura franquista, sobre todo en el periodo de la posguerra, la Iglesia católica se fortaleció de manera notoria ocupando y reglando todos o casi todos los espacios de la vida, actuando como el garante de la “pureza” moral del país. Los curas o miembros de la Iglesia que mostraron su rechazó también fueron purgados. La sociedad sufrió una especie de “recristianización” a golpe de cruz y fusil (si era necesario). La educación paso a estar totalmente controlado por la Iglesia, y la coerción era la norma, mientras que la censura y la “corrección” moral se convirtieron en poderosos mecanismos de control.
Franco murió y el papel dirigente de la Iglesia desapareció. No obstante, tanto las estructuras del Estado como cierta parte de la sociedad quedaron muy ligados a a la Iglesia Católica, hecho que es muy patente aún hoy en día. El ultraconservadurismo católico pasó a refugiarse en ciertos partidos, mientras que, la sociedad, aunque estuviera muy influenciada por la doctrina católica, empezó a alejarse poco a poco de la disciplina impuesta. En este sentido, sufrió una transformación espectacular a partir de la década de los 70.
A día de hoy, la extrema derecha que en los últimos casi 30 años se ha reorganizado y fortalecido en las esferas políticas dominadas por el Partido Popular (PP), ha dado un salto hacia adelante. La aparición y consolidación de Vox en 2018 es muestra de que la extrema derecha se ha quitado la careta y está ahí, ahora de forma visible, para hacer política.
Los mismo ocurre con el ultraconservadurismo católico que permaneció en las tinieblas durante las pasadas décadas. Uno de estos ejemplos sería Hazte Oír, organización que representa el ala más dura de catolicismo español y que ha iniciado su santa cruzada particular contra todo elemento que considera moralmente “perjudicial”.
Los ultraconservadores salen a la calle
Fundada en 2001 como respuesta a las protestas ciudadanas contra el Gobierno de José María Aznar, hoy en día integrado en la plataforma CitizenGo tras el rechazo de la Iglesia Católica a apoyar públicamente sus campañas, Hazte Oír se convirtió, casi de inmediato, en un lugar de encuentro de los defensores del catolicismo más ultraconservador.
Su “pastor” es nada más y nada menos que Ignacio Arsuaga, un abogado nacido en 1973 y que cuenta con sangre aristocrática, sobrino tercero de Rodrigo Rato, impulsor de boicots contra El Corte Inglés y Vips por mostrar a parejas homosexuales en sus campañas de publicidad, bisnieto de un General de Artillería de Franco y un experto en agitación y movilización ciudadana a través de la red.
En sus orígenes, el rebaño lo componían el propio Arsuaga, algunos amigos de la infancia y algunos profesionales liberales. En poco tiempo, Hazte Oír consiguió convertirse en la plataforma del catolicismo más reaccionario.
El 17 de abril de 2004, José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió en el Presidente del Gobierno de España. En un mandato que estuvo marcado por sus luces y sus sombras, Zapatero cumplió su compromiso de posibilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La ley fue publicada el 2 de julio de 2005, legalizando el matrimonio igualitario el 3 de julio, siendo así el tercer país del mundo en hacerlo. A pesar de que una importante mayoría de la sociedad española apoyó esta medida, a ciertos sectores sociales conservadores se les hizo un nudo en la garganta desde el primer instante en que vieron que ciertas medidas progresistas tenían serias posibilidades de salir adelante.
Coincidiendo con la victoria de Zapatero, Hazte Oír se alineó con el sector más conservador del PP y alcanzó el cenit de su fama con la convocatoria de marchas multitudinarias en contra del matrimonio igualitario, que logró a sacar a la calle a una veintena de obispos, la reforma de la ley del aborto o contra la implantación de la Educación para la Ciudadanía.
En 2007, Hazte Oír era mucho más que un grupo de jóvenes ultras preocupados por el rumbo de la familia tradicional y la defensa de la vida de los no nacidos. Se habían convertido en el punto de referencia de los grupos más tradicionalistas, hasta el punto de que el cardenal Rouco se apoyó en ellos (y en movimientos ultraconservadores, como los kikos, el Opus Dei o los Legionarios de Cristo) para convocar sus «misas de la familia» en la Plaza de Colón de Madrid, que durante años se erigieron –como tuvo que admitir el propio PSOE– en la principal oposición a Zapatero – elDiario.es
Durante este periodo, Hazte Oír supo aglutinar bajo un mismo manto a los sectores más reaccionarios de la sociedad española: Desde la CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos), al Foro de la Familia, pasando por Profesionales por la Ética, Derecho a Vivir o CitizenGo, que ahora se ha convertido en la matriz del grupo.
Detrás de todo, El Yunque
No obstante, tal y como se demostró más adelante, detrás de toda esta parafernalia se escondía una enigmática sociedad secreta, El Yunque, fundada en México y transportada a España, cuya existencia ha sido reconocida por la Iglesia española.
El 28 de febrero de 2012 se presentó en el Juzgado de Primera Instancia de Madrid una demanda contra Hazte Oír, promovida por el abogado Pedro Leblic. La demanda pretendía que la asociación fuera disuelta por «formar parte de una peligrosa sociedad secreta y paramilitar» llamada El Yunque.
Además de Hazte Oír, la demanda también pedía que fueran disueltas Profesionales por la Ética, la Organización del Bien Común, el Instituto de Política Familiar y la Asociación de Montaña a Contracorriente.
Estos colectivos fueron los que lideraron las principales manifestaciones que se produjeron contra el aborto, el matrimonio homosexual o la laicidad del Estado durante el Gobierno de Zapatero. El Partido Popular y la jerarquía de la Iglesia Católica, por cierto, participaron a su vez en la mayoría de estas movilizaciones.
En la demanda se expone que tanto Hazte Oír como el resto de las asociaciones mencionadas “actúan con velo de legalidad para influir, crear opinión, inducir en las conciencias y manipular a la sociedad española”. Según el demandante, dichos colectivos forman parte de El Yunque, organización de extrema derecha que clasifica como «enemigos» a los homosexuales, ateos, inmigrantes y judíos.
Hazte Oír, por su parte, negó estar “operada” o “controlada” por El Yunque. Aseguraron que “no guardan ninguna relación” con esta sociedad secreta. Además, iniciaron un proceso contra El Confidencial y el periodista José Luis Lobo Pérez, por “tratar de establecer una identificación total entre Hazte Oír y la supuesta secta integrista que capta adolescentes”.
El resto de colectivos demandados también negaron rotundamente su vinculación. No obstante, el Juzgado de Primera Instancia número 48 de Madrid dio por “acreditada” la relación de miembros de Hazte Oír con la sociedad secreta, creando así un terremoto de proporciones bíblicas dentro de la Iglesia y la élite política conservadora española.
En 2013, a pesar de estar en el punto de mira de numerosos poderes, Hazte Oír se inscribió en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior y fue declarada de “utilidad pública” por el Gobierno del Partido Popular. Ese mismo año se fundió en el grupo CitizenGo con el fin de aumentar su presencia e influencia a lo largo y ancho del planeta.
Decadencia de Hazte Oír
Paradójicamente, el crecimiento y la consolidación de Hazte Oír supuso el comienzo de su fin como tal. Las tensiones entre los grupos en favor de la familia tradicional y la exigencia de Arsuaga de controlar todas las campañas, incluyendo la vertiente económica, provocaron la ruptura con el Foro de la Familia. Al mismo tiempo, algunos ex miembros del El Yunque transmitieron a la Conferencia Episcopal sus denuncias acerca de las tramas ejercidas por sus responsables.
Desde 2013, coincidiendo con la llegada de Jorge Mario Bergoglio a la cima de la Iglesia Católica (el papa Francisco) y la confirmación de las acusaciones sobre El Yunque, la Conferencia Episcopal comenzó un progresivo alejamiento de las tesis defendidas por Hazte Oír.
La organización dirigida por Arsuaga tuvo el apoyo de una parte de la jerarquía católica, con Rouco Varela como timonel, en contraste con la actitud de obispos como el de Toledo o Getafe que prohibieron a Hazte Oír el acceso a sus diócesis (parroquias, delegaciones) con el objetivo de que no dieran a conocer o promover sus iniciativas. Por su parte, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, pidió públicamente a El Yunque que dejara de existir como sociedad secreta.
La llegada de Ricardo Blázquez a la presidencia de la Conferencia Episcopal en 2014 fue un revés también para la organización, ya que el nuevo presidente se negó a recibir o colaborar con las actividades de CrossRoads, la asociación de captación para El Yunque de los jóvenes que peregrinan a Santiago de Compostela. Por otro lado, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, hizo un llamamiento a los católicos para que abandonaran rápidamente Hazte Oír.
Precisamente, en los últimos años, ya sin el apoyo de los obispos, ha sido cuando Arsuaga y sus seguidores han incrementado su beligerancia y lanzado campañas cada vez más duras, en el fondo y en las formas, amenazando a grupos como VIPS o El Corte Inglés y arremetiendo contra gays, lesbianas, mujeres, y, ahora, niños transexuales. Por ejemplo, envió más de 16.000 folletos a los colegios con mensajes homófobos, cargó contra una serie de RTVE que mostraba una boda entre dos mujeres u organizó una conferencia para «sanar» la homosexualidad – ElDiario.es
Según una memoria publicada por Hazte Oír, en 2015 la organización contaba con 6.974 socios y 553.167 miembros. En el citado año tuvo 2.6 millones de euros de gasto (más del 80% para campañas) e ingresó prácticamente la misma cantidad. El 61,5% provenía de los socios y el 37,8% de donativos. Cerró el año con un saldo positivo de 32.839 euros.
A día de hoy, y de la mano de Vox, los católicos ultraconservadores siguen conspirando incesantemente para ganar más adeptos e incidir en la sociedad y la política. Siguiendo esta lógica, Gobierno de PSOE y Unidas Podemos se ha convertido en nuevo blanco de sus campañas. Según el diario El Plural, por ejemplo, Hazte Oír estaría implicado en la organización de las caceroladas que se efectuaron contra el Gobierno de España por la gestión del coronavirus.
Escondidas detrás de muevas plataformas o formas en numerosas ocasiones, como Abogados Cristianos, las organizaciones como Hazte Oír siguen actuando como la fachada publica de los elementos más ultraconservadores que componen el Estado español. Aunque su presencia pública puede parecer casi anecdótica, su poder es de calado y disponen de una elevada capacidad de influencia en ciertos estratos que componen la sociedad española.