Netanyahu pacta con el partido ultra Sionismo Religioso y le entrega la gestión de la ocupación de Cisjordania
Benjamín Netanyahu, veterano político israelí y reciente ganador de las elecciones generales celebradas en el país, parece haber conseguido asegurar finalmente su regreso a la presidencia del ejecutivo nacional tras lograr cerrar en las últimas horas un nuevo pacto de coalición con la extrema derecha, en esta ocasión con el Partido Sionista Religioso.
Netanyahu llevaba semanas negociando con Bezalel Smotrich, actual líder del partido, quién exigió en un primer momento los ministerios de Defensa o Finanzas. Además, el partido ultraconservador demandaba controlar la Administración Civil del país, quién en última instancia regula la política israelí en Cisjordania.
Finalmente, el acuerdo alcanzado le otorgará plenos poderes durante 2 años sobre la cartera de finanzas, tras lo que será previsiblemente sustituido por Arye Dery, líder del partido Shas, pasando a ejercer simultáneamente como ministro de Interior y de Transporte y Educación por el resto de la legislatura.
También tomarán control sobre el Ministerio de Inmigración y Absorción, comúnmente conocida como ministerio de Misiones Nacionales, y liderarán comités parlamentarios de enorme trascendencia política y nacional, como el de Constitución, Ley y Justicia.
Por otra parte, aunque Netanyahu no ha querido hacer pública la decisión sobre la Administración Civil, especificando que áreas pasaban al control del partido de extrema derecha (hecho que varias ONGs pro defensa de los derechos humanos criticaron), un portavoz de Sionismo Religioso ha confirmado que tendrán control sobre la planificación y construcción de asentamiento en territorio cisjordano.
El acuerdo alcanzado entre Netanyahu y Smotrich se suma a los alcanzados previamente con Poder Judío y Noam, agrupaciones de extrema derecha que concurrieron en coalición junto al Partido Sionista Religioso en las pasadas elecciones generales y que decidieron negociar de manera individualizada sus condiciones de apoyo a Netanyahu.
El ex presidente derechista tiene de plazo hasta el 11 de diciembre (con posibilidad de 14 días de prórroga) para terminar de dar forma a su nuevo ejecutivo, por lo que dispone de unos 9 días para oficializar acuerdos con otras dos fuerzas políticas necesarias para su aritmética parlamentaria: Shas y Judaísmo Unido de la Torá, partidos religiosos ultraortodoxos.
La coalición entre Netanyahu y Sionismo Religioso supone el Gobierno más derechista de la historia
El acuerdo alcanzado con el Partido Sionista Religioso ha confirmado de facto (a pesar de la necesidad de llegar a un pacto de gobierno con los 2 partidos restantes) la conformación del nuevo Gobierno israelí, el cuál será el Gobierno más derechista de su corta historia.
Y es que el nuevo Gobierno estará sostenido por los siguientes partidos: el partido derechista Likud del ex presidente Netanyahu, que dispone de 32 escaños en el Parlamento nacional; la coalición de extrema derecha Sionismo Religioso, con 14 escaños; el ortodoxo sefardí Shas, con 11 escaños; y el partido ortodoxo no sionista Judaísmo Unido de la Torá, con 8 escaños.
Benjamin Netanyahu es un viejo conocido de la política israelí, ya que hasta 2021 fue el primer ministro del país. El político de 73 años se enfrenta a un juicio por soborno, fraude y ruptura de confianza, siendo este hecho fundamental en términos estratégicos, ya que sus nuevos aliados políticos han prometido intervenir en la justicia estatal y reformar la legislación para frenar los procesos abiertos contra su persona. Por otro lado, su política estrella pasa por construir nuevos asentamientos judíos en Cisjordania con el objetivo de colonizarla y lograr expulsar a la población autóctona palestina, la cual reside allí desde el final de la Guerra de los Seis Días de 1967.
Por su parte, la agrupación Sionismo Religioso ha duplicado sus resultados electorales respecto a las anteriores elecciones, pasando de ser residuales en la política israelí a convertirse en una pieza fundamental de la misma. La coalición tiene como estrella principal a su número dos, Itamar Ben-Gvir del partido Poder Judío.
Ben-Gvir predica un odio y una retórica extrema contra la población árabe del país, siendo conocido principal por sus salidas de tono y por haber eximido de realizar el servicio militar obligatorio en el ejército israelí debido a sus radicales ideas políticas. Fue condenado en el pasado por racismo e incitación al odio, viviendo en la actualidad en un asentamiento judío en Cisjordania.
Pupilo del rabino ultranacionalista Meir Kahane, militó durante sus primeros años en el partido Kach, prohibido por las leyes antiterroristas del país. Orgullosamente muestra en entrevistas como en su salón cuelga un retrato de Baruj Goldstein, conocido militante del Kach que perpetró un atentado terrorista que le costó la vida a 29 palestinos que se encontraban rezando en una mezquita en Hebrón en 1994.
Durante la campaña electoral su imagen se viralizó tras sacar una pistola en el barrio palestino de Seij Jarrah al recibido con piedras por los residentes, llegando a exigir a las fuerzas policiales que abrieran fuego contra los culpables. Tras oficializarse su entrada al ejecutivo de Netanyahu sus seguidores se concentraron en el barrio árabe para provocar y lanzar piedras a los vecinos palestinos.
Ben-Gvin poseerá el ministerio de Seguridad Nacional y ha prometido a la población judía “volver a ser los caseros de este país”, refiriéndose a la población palestina, a quién considera extranjera e ilegal. Sus propuestas son las siguientes: expulsar del país a políticos y civiles “desleales”, controlar de facto el sistema judicial y anexionar los asentamientos judíos en tierras cisjordanas.
Noam, el tercer miembro de la coalición ultraderechista, conocido por su abierto rechazo a la homosexualidad, poseerá competencias correspondientes a políticas migratorias, de ciudadanía y de nacionalización. Avi Maoz, diputado del partido y defensor de las “terapías de conversión” contra la homosexualidad, será nombrado viceministro y controlará una Oficina Estatal centrada en “identidad judía nacional”.
Las ONGs internacionales advierten del peligro que se cierne contra la población palestina, particularmente sobre la residente en tierras cisjordanas, ya que el acuerdo de legislatura otorga a la extrema derecha pleno control sobre la política israelí en Cisjordania, existiendo incluso rumores de la intención del partido Sionismo Religioso de crear “milicias militares privadas”, que actúen en paralelo con respecto a las fuerzas armadas nacionales, que escapen del control judicial y constitucional del país, y que en última instancia fuercen una anexión israelí sobre el territorio en disputa, ocupado por población palestina.
Articulista. Estudiante de cuarto de Ciencias Políticas y apasionado de la investigación. Experiencia en movimientos estudiantiles y sociales. En mis artículos intento ofrecer un enfoque analítico más orientado a las ideologías y teoría política.