“El chiringuito de Vox”: las subvenciones públicas representan más del 63% de sus ingresos
El día de ayer, el diario El País adelantaba en exclusiva las cuentas anuales del partido ultraderechista Vox, las cuáles serán presentadas este próximo sábado en su Asamblea General.
El partido ultra ingresó el pasado año un total de 15,5 millones de euros, de los cuáles (y aquí lo relevante) 10 provenían de financiación pública. Además, a la anterior cifra hay que sumarle otros 1,9 millones provenientes de subvenciones electorales, por lo que la suma total de fondos públicos percibidos por el partido ascendió hasta el 67,6%.
Pero no es sólo que la financiación pública haya crecido en el partido, sino que la financiación privada ha disminuido: las aportaciones privadas se redujeron en un 4% (representando el 36% del total) y las donaciones pasaron de 189.929 euros en 2021 a los 150.262 de 2022.
Por otro lado, las cuentas muestran un balance negativo para el partido, ya que gastaron 1,9 millones de euros más de los que ingresaron. De los 16,7 millones de euros asignados a gastos la mayoría corresponde a su “gestión ordinaria” y a “gastos exteriores” (con 8,3 millones de euros), a los que hay que sumarles los 546.000 euros de pérdidas por actividad electoral en Castilla y León y Andalucía.
Otro dato relevante tiene que ver con las remuneraciones que perciben los miembros de su dirección, la cual “ascendió en el ejercicio del año pasado a 517.052 euros”, según se recoge en los propios presupuestos. En este sentido, especifican que los beneficiarios, que ascienden a un total de 7 personas (cuyos nombres no se especifican en el documento, y simplemente se señalan 11 nombres que formarían parte de la “cúpula” del partido), “no reciben ningún tipo de beneficio social” de la formación.
Estas cuentas anuales serán aprobadas, tal y como hemos señalado, el próximo sábado en su Asamblea General, donde, además, se aprobarán una serie de modificaciones estatutarias que volverán más opaco el funcionamiento interno de la formación. Así, pasarán a sancionar toda manifestación que “dañe la imagen pública” del partido o el incumplimiento de las “instrucciones” que la formación dé para redes sociales o medios de comunicación.
Vox: de exigir el fin de las subvenciones públicas a partidos a sobrevivir gracias a ellas
Como todos sabemos, Vox procesa una ideología en el plano económico que oscila entre el neoliberalismo y el chovinismo, con especial pretensión por la primera.
Sus propuestas electorales así lo demuestran: bajadas de impuestos, con especial atención a los impuestos de sucesiones, patrimonio, actividad económica, IRPF…; crítica al gasto público; oposición y estigmatización a los programas y políticas sociales; políticas anti redistribución de la riqueza; defensa de las grandes empresas, el emprendimiento y el libre mercado; etc.
En lógica con su ideología, y aupado por su discurso de corte populista, el partido, sus líderes y militantes, desde sus inicios, y reiteradamente a lo largo del tiempo, han criticado la financiación pública que partidos, sindicatos y asociaciones perciben, exigiendo su eliminación total.
Desde su entrada en las instituciones, esta propuesta de Vox ha ido perdiendo fuerza de manera progresiva, pasando a ser meramente decorativa. Representantes del partido han justificado su derecho a seguir percibiendo las subvenciones públicas a pesar de estar en contra de ellas por “igualdad de oportunidades” frente al resto de partido, llegando el propio Abascal a afirmar tener “derecho” a ellas “porque están dentro de la ley”, algo contradictorio según su propio discurso.
No es la primera vez que el partido ultraderechista cae en contradicciones fundamentales con respecto a su doctrina, ya que desde su llegada a la vida política española lo han demostrado en numerosas ocasiones. Por ejemplo, aceptando formar parte de Gobiernos y Asambleas autonómicas a pesar de defender a capa y espada la “supresión de las autonomías” o elevando el gasto público “innecesario”, tal y como ellos lo definen, incrementando el número de asesores y las remuneraciones de sus miembros allá donde gobiernan.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.