Opinión

DANA, la muestra de un futuro no muy lejano

Una vez que parece que ha pasado lo peor de la DANA, que provocó estragos en el País Valencià, es el momento de hablar de algunas de las causas de esta tormenta y de las consecuencias que se han manifestado durante el temporal. Estas nos recuerdan la lucha social patente que determinará el próximo siglo de nuestra sociedad: la lucha contra el cambio climático y sus impactos en nuestra vida cotidiana. Entre las causas, encontramos algunos efectos del cambio climático y la ineficacia política para enfrentarlo.

Como se viene observando en las últimas décadas, los efectos del cambio climático son más evidentes y producen efectos sobre las zonas más costeras, como en Murcia y en el País Valencia. Jorge Olcina, catedrático de Geografía en la UA, en su artículo, «¿Por qué siguen habiendo inundaciones en el Segura?», señala entre las consecuencias  del cambio climático: » Estamos inmersos en un proceso de calentamiento térmico de causa antrópica y esto está manifestándose ya en el funcionamiento de algunos procesos atmosféricos de nuestra región mediterránea». Como resultado, el Mar Mediterráneo se está calentando y existe más posibilidades de que se produzca la gota fría.

La ineficiencia política sería otro problema. En el País Valencià existen 270 municipios que están en zonas con riesgo de que se provoquen inundaciones. En los últimos años se han realizado algunos avances en la legislación, como el «Plan Patricova», sobre la prevención del riesgo de inundaciones en el País Valencià, pero deja mucho que desear al no plantear respuestas a un problema que es estructural: nuestro modelo de sociedad actual

DANA, inoperancia y factores estructurales

Todo esto se une a la inoperancia de instituciones públicas como las diferentes Confederaciones Hidrográficas, que no ha mantenido los cauces fluviales que se han desbordado, lo que ha provocado que varios municipios hayan quedado inundados e incomunicados. Las consecuencias de la gota fría han sido diversas. Pueblos inundados e incomunicados, miles de personas desplazadas y más de 150 muertos. Esta es la parte más visual, pero acercando el objetivo al trasfondo se observan algunos patrones que son estructurales.

Por un lado, mientras algunos privilegiados pueden huir de las zonas más afectadas, la mayoría de la gente trabajadora se ve obligada a quedarse para salvar lo poco que tienen, que es necesario para vivir, y obligados a acudir a sus puestos de trabajo. Las grandes fortunas pueden sortear el problema climatológico, mientras que la clase trabajadora es quien más sufre las consecuencias del cambio climático.

Otro factor se puede observar en cómo han actuado las grandes empresas y multinacionales, que son responsables en mayor parte de la aceleración del proceso de cambio climático, quiénes han superpuesto sus intereses productivos y económicos a la vida de las trabajadoras. En algunos de los municipios que más han sufrido el temporal como Torrent o Paiporta se han visto escenas surrealistas: empleadas de reparto a domicilio trabajando en pleno temporal, grandes franquicias obligando a las trabajadoras a enviarles videos que mostrasen las causas por las que no podían ir al trabajo o supermercados inundados con trabajadoras sacando agua con cubos. Mención especial a las trabajadoras aisladas, con rescates en el sector del transporte a conductoras atrapadas en caminos y autovías o trabajadoras han tenido que pasar la noche en las instalaciones porque no fueron evacuadas a tiempo. Como siempre, las clases populares están sufriendo las consecuencias que siguen provocando los de arriba. 

Modelo productivo por encima de la vida

De todos estos factores se pueden extraer varias conclusiones. Los grandes poderes económicos anteponen el modelo reproductivo y productivo a los derechos más básicos de las trabajadoras. La explotación ya no solo se basará en mayor o menor calidad de vida, sino en la supervivencia del día a día para poder trabajar. Ante esto, las clases populares se tienen que plantar y no tolerar estas actuaciones de empresarios capitalistas, explotadores y esclavistas. No permitir que primen los poderes económicos a la vida.

El cambio climático es un efecto real e imparable provocado por un sistema basado en la sobreproducción y la sobreexplotación del ecosistema.  La sociedad tiene que avanzar hacia el ecosocialismo donde se planteen los grandes vicios del modelo actual. Esto solo se conseguirá desde la deconstrucción del modelo productivo y de sociedad,  así será capaz  de afrontar los grandes problemas que provoca el cambio climático.

Y para ello se puede tomar como ejemplos algunos de los movimientos como Extinction Rebellion o Futuro Vegetal, que están iniciando procesos de lucha social contra este sistema. Será solo a través del movimiento popular y del poder de la autoorganización como podrán combatir a los grandes poderes económicos que no cambiarán el sistema de una manera pacífica.

Autor: Cecilio Esteve

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