La extrema derecha cancela a Samantha Hudson por tuits de humor negro que escribió a los 15 años
La conocida artista Samantha Hudson, se ha visto envuelta en una controversia desencadenada por la extrema derecha, que ha lanzado una campaña de cancelación en su contra. La causa de este intento de desprestigio tiene que ver con una serie de tuits que Hudson publicó en 2015, cuando apenas era una adolescente de 15 años, caracterizados por su humor negro y sarcástico.
Esta campaña se ha originado al ser nombrada embajadora de Doritos por parte de PepsiCo España, lo que ha provocado una reacción negativa en la derecha conservadora estadounidense. Utilizando sus plataformas mediáticas, han magnificado la controversia (ya conocida) e instado al boicot de los productos de Doritos, intentando convencer a su público que los tuits reflejaban el pensamiento de la artista.
En estos, Hudson abordó temas polémicos con frases provocativas, hirientes e incluso grotescas, siempre con el sello del humor negro, un estilo que más tarde ella misma rechazaría por considerarlo perjudicial. A pesar de ello, la extrema derecha ha tomado estos tuits, presentándolos al público como declaraciones reales, acusando a Hudson de burlarse de las víctimas de violación o incluso de ser «pedófila». Sin embargo, se omite que en ese momento tenía entre 15 y 16 años (actualmente tiene 24 años y esos tuits se escribieron entre 2014 y 2015) además de que tales comentarios formaban parte de un estilo humorístico específico, como queda claro en distintos tuits donde reitera que es humor o cuenta situaciones tan grotescas como absurdas, como el «meterme un microondas por la vagina y que Marvel me contrate para su próxima película», que “le gusta atropellar gente”, tatuarse una esvástica o tener sexo con su padre.
La extrema derecha internacional se mueve para cancelar a Samantha Hudson
Pese a esto, los activistas de extrema derecha han desplegado toda una estrategia para cancelar a Hudson, intentando anular su asociación publicitaria con Pepsi Co.
Una de las cuentas que más se ha volcado en este boicot ha sido End Wokeness, conocida página de extrema derecha de alcance internacional que difunde bulos y desinformaciones. End Wokeness ha intentado usar los tuits de la adolescencia de Hudson como declaraciones reales, pintando a Hudson como una defensora de la pedofilia y promotora de la violencia contra las mujeres. La misma cuenta ha reseñado dentro de sus criticas que es una «mujer trans no binaria».
Una vez que esta máquina de desinformación ha comenzado, ha saltado a cuentas similares como las del desinformador Emmanuel Rincon, quien también ha presentado a Samantha Hudson con «inclinaciones a la pedofilia». Esto, a su vez se ha desplegado por la basta red de medios e influencers ultra, llegando a cuentas de la ultraderecha española, como la influyente Españabola (ahora Spainball), la cuenta que Macarena Olona acusó de ser dirigida por un asesor de Vox, quién ha animado a sus seguidores a acrecentar la polémica.
Estos se jactaban del boicot y hablaban de estrategias en este sentido «ahora que ya es viral hasta en la anglosfera es cuando hay que seguir, para pegar la última estocada» decía una de estas cuenta de agitación Antiprogre.
«Hay que montar una como la de Bud Light y Mulvaney«, decía otro seguidor en referencia a las mediáticas campañas de los ultras con estas empresas que acabaron en perdidas millonarias. «Para esto y más sirven las amistades que se hacen en la CPAC» seguía en referencia a la gran reunión que une a los ultraconservadores en EE.UU y sirve como punto de encuentro de políticos y activistas.
Toda una estrategia para aumentar una polémica que saben que es falsa y artificial, buscando boicotear y cancelar a Samantha Hudson solo por su ideología. Esta campaña de boicot se ha repetido en pequeños blogs y medios ultras, como EDATV o Hispanidad. Finalmente, fruto de esta campaña, Doritos ha roto su contrato con la artista. Ahora la extrema derecha española sigue intentando boicotear a Samantha, dirigiendo sus críticas hacia Atremedia.
Unos mensajes que vuelven y por los que la artista ya pidió disculpas
Estos mensajes no son ni mucho menos desconocidos, si no que han aparecido una y otra vez en la realidad de Hudson, ofreciendo disculpas en múltiples ocasiones por estos tuits, reconociendo lo inapropiado de ello. En 2021, ante un intento de cancelación similar, Samantha Hudson emitió un comunicado pidiendo disculpas por sus antiguos tuits de «mal gusto». La artista admitió que en su adolescencia buscaba llamar la atención y ser «divertida» a través de mensajes sarcásticos y exagerados. Reconoció que sus comentarios eran inapropiados y que no reflejaban su “pensamiento actual ni sus valores”. Hudson lamentó profundamente haber herido los sentimientos de las personas con sus palabras.
Un hecho del que se pueden pedir pocas cuentas a sabiendas de que la artista era menor y adolescente cuando los lanzó y que el tono era humorístico. Resulta además irónico que sea la extrema derecha la que lanza esta campaña, cuando se autoproclama defensora del humor negro y ha defendido a algunos miembros de su red ultra en situaciones bastante peores, como a Juan García-Gallardo Frings, quién escribió tuits con insultos y humor negro siendo un ya un joven-adulto de 20 años. En el caso de Gallardo, sus tuits reflejaban contenido homófobo, misógino y racista que es compartido por Vox. Algunas de sus tuits más recientes también reflejan ese pensamiento, además de repetir ideas comunes en Vox.
Para Vox en cambio, este caso paso hace mucho tiempo, (10 años entonces) y Gallardo era muy joven, 20 años. Caso que por alguna razón desde Vox no aplica para Samantha Hudson, cuyos tuits tienen 9-10 años, tenía 15 años entonces y un claro sentido humorístico. Porque para la extrema derecha nunca es el que, es el quién.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.
