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El discurso moderado y la gestión científica del coronavirus ganan en las elecciones municipales de Brasil

El discurso moderado triunfa en las elecciones municipales de Brasil. Tanto los partidos de derecha, como los candidatos respaldados por el presidente Bolsonaro en particular, han salido perjudicados de la jornada electoral. Los ganadores han sido una coalición de partidos políticos sin un programa específico, ni una ideología marcada, conocida como Centrão. Estos resultados reflejan un cambio de tendencia. La agrupación reúne al Movimiento Democrático Brasileño (MDB), a los Progresistas (PP), al Partido Social Democrático (PSD) y a los Demócratas (DEM). Cabe destacar que, en concreto, el PSD ha obtenido 267 Ayuntamientos en ciudades medianas y pequeñas, proclamándose así como uno de los mayores vencedores de la jornada electoral.

Pese a que 148 millones de brasileños estaban convocados para ejercer su derecho al voto en más de 5.500 ciudades, la pandemia mundial de Covid-19 ha facilitado que la abstención haya sido del 23,14%, según datos del Tribunal Superior Electoral, frente al 17,5% de hace cuatro años. La crisis del coronavirus ha sido decisiva para polarizar aún más el discurso político en Brasil. De este modo, los candidatos que han optado por defender los mensajes científicos para abordar el problema han ganado en la primera vuelta o han pasado a la segunda en capitales importantes, en consonancia con el descontento generalizado que atraviesa a la sociedad brasileña en general, respecto a la gestión de la pandemia.

Evolución de la opinión de Brasil sobre el gobierno de Jair Bolsonaro. Autor: Silvia Moreno, 31/07/2020. Fuente: AlDescubierto.
Evolución de la opinión de Brasil sobre el gobierno de Jair Bolsonaro. Autor: Silvia Moreno, 31/07/2020. Fuente: AlDescubierto.

Todo apunta a que la ola populista de derecha encabezada por Jair Bolsonaro, cuyo máximo exponente fue la victoria de este dirigente ultranacionalista en el año 2018, está disminuyendo. En la mayoría de las ciudades, los votantes se decantaron por caras conocidas (destacando la reelección de muchos alcaldes) y dejaron atrás la antipolítica que había favorecido a Bolsonaro.

De hecho, tras publicar en sus redes el listado de candidatos a los que respaldaba el sábado anterior, solo el Capitán Wagner (del Partido Republicano de Orden Social) ha pasado a la segunda vuelta en Fortaleza. Estos resultados propiciaron que el mensaje fuera eliminado el domingo por la mañana. Por otro lado, el hijo del actual presidente brasileño, Carlos Bolsonaro, ha logrado ser reelegido como concejal en Río de Janeiro, aunque con la mitad de votos que hace cuatro años, cuando fue el edil de la ciudad con más adeptos.

Al más puro estilo trumpista, los retrasos en el momento del recuento, debidos a un problema técnico en un ordenador del Tribunal Superior Electoral, sirvieron de fundamento a los candidatos y parlamentarios partidarios de Bolsonaro para lanzar acusaciones de fraude y desacreditar la votación a través de urnas electrónicas.

Si algo han demostrado estas elecciones municipales es que no ha habido una fórmula exacta para el triunfo. Así, a proximidad ideológica al presidente Bolsonaro ha obtenido buenos o malos resultados según el caso. En São Paulo, la diputada Joice Hasselman, del Partido Social Liberal (PSL), se presentaba a la alcaldía con el mismo discurso liberal y anti izquierdas con que lo hizo en 2018, pero sin el respaldo del presidente. Ha pasado de ser la diputada más votada de la historia del Estado de São Paulo con 1 millón de votos, a conseguir el 1,84% de los mismos en la actualidad. Sin embargo, el diputado Celso Russomanno, del partido Republicanos, se ha refugiado tras la figura de Bolsonaro y tampoco ha logrado ningún éxito.

Como destacaba el responsable de la campaña de Russomanno, Elsinho Mouco, ante el periódico O Globo, este tipo de efecto no ha sido exclusivo de la derecha. “Russomanno echó mano del padrino y ha pagado el precio, lo mismo que le ha pasado a Jilmar Tatto [con Lula]. Bruno Covas no ha echado mano de [el gobernador] João Doria y no ha pagado el precio”, recalcaba. Entre los políticos izquierdistas, por tanto, también ha habido fuertes tropiezos.

Un caso aislado parece ser el del actual alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella (Republicanos) quien, buscando la reelección, ha logrado llegar a la segunda vuelta con el 21,9% de los votos tras mostrar públicamente su alianza con Bolsonaro. Su contrincante, el exalcalde Eduardo Paes (DEM), ha conseguido el 37,01% de los apoyos.

La izquierda de Brasil

Guilherme Boulos y Marcelo Freixo en la ocupación de São Paulo, Brasil. Autor: Mídia NINJA, 17/02/2017. Fuente: Flickr. (CC BY-SA 4.0).
Guilherme Boulos y Marcelo Freixo en la ocupación de São Paulo, Brasil. Autor: Mídia NINJA, 17/02/2017. Fuente: Flickr. (CC BY-SA 4.0).

El hito histórico de estas votaciones fue protagonizado por l@s 13 concejales transexuales que fueron seleccionad@s en todo el país. Por ejemplo, la profesora Duda Salabert ha sido la más votada en la historia de Belo Horizonte. Además, a ell@s se unen docenas de representantes indígenas y ecologistas, lo que deja patente un cambio de tendencia.

En São Paulo, Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) hizo posible el “sorpasso” al Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula y otros intelectuales y sindicalistas en 1980. Boulos, activista del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), obtuvo la segunda posición en los comicios y de esta forma se presenta como una alternativa real a la hegemonía de la izquierda tradicional del país, calificada por muchos de stalinista, debido a su rígida disciplina. Por su parte, Jilmar Tatto, impuesto por el expresidente Lula, tan solo obtuvo el 8,6% de los votos.

De igual modo, el ala política de la izquierda más joven avanza también en Recife o Porto Alegre. En esta última, la comunista Manuela d’Avila tiene posibilidades de convertirse en la primera alcaldesa de la ciudad. Las elecciones municipales consolidan el descalabro del PT, que llegó a gobernar en Brasil entre 2003 y 2016. Por primera vez desde 1985, el partido no ha logrado salir victorioso en ninguna de las grandes ciudades brasileñas que miden la temperatura política del país. De hecho, tan solo han conseguido pasar a la segunda vuelta en dos de ellas: Recife y Vitoria.

El PSOL, fundado en 2004 a raíz de una purga promovida por Lula en el PT durante su mandato presidencial, también disputará la segunda vuelta en otra capital a parte de São Paulo: en la amazónica ciudad de Belem, con Edmilson Rodrigues encabezando la primera vuelta con un 34% de los votos. Este partido de reciente creación, que comenzó a fortalecerse en el año 2005 tras los escándalos de corrupción en el gobierno de Lula y que tras la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff empezó a brillar, está demostrado saber qué teclas pulsar en su recorrido político, pese a los intentos del PT por deslegitimarlo con declaraciones tales como “El PT nace dentro de la vida del pueblo, de la iglesia progresista, de los barrios, de los sectores pobres. El PT es más periferia y el PSOL más universidad”, en palabras del abanderado del PT en São Paulo, Jilmar Tatto.

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