Vladimir Putin firma las enmiendas constitucionales anti-LGTB centradas en “la fe en Dios” e intenta prolongar su mandato
Vladimir Putin firma las enmiendas constitucionales que prohíben el matrimonio homosexual y las adopciones transgénero tras la aprobación de diversas medidas el verano pasado. El 1 de julio de 2020, un referéndum nacional que obtuvo el 77% de apoyo de los votantes dio luz verde a varias enmiendas anti-LGTBQ+ que bloquearán la legislación al respecto y que centran “la fe en Dios”, entendida como un valor central del país.
Pese a que la población rusa en general es muy conservadora socialmente, el Gobierno llevó a cabo una campaña de apoyo a las medidas constitucionales que fue bastante ofensiva. Por ejemplo, uno de los anuncios televisivos que se emitió reflejaba a una pareja de hombres homosexuales cuyo nuevo hijo adoptado preguntaba por su “nueva mamá”. Como respuesta, uno de ellos señalaba al coche tras el cual aparecía su pareja con maquillaje y ropa “femenina”. Como conclusión, esta publicidad cuestionaba a los espectadores sobre si “esta es la Rusia que eligen”. Asimismo, en el año 2019 varias cárceles de Moscú decidieron suspender las clases de yoga en prisión porque, según las autoridades, podrían estar “creando homosexuales”.
De este modo, el Gobierno ruso reforzaba el sentimiento colectivo de que la religión tiene un papel importante en la sociedad de la nación, como ha demostrado Putin en numerosas ocasiones al descartar el matrimonio homosexual desde el inicio de su mandato. Concretamente, en febrero de 2020 expresaba: “Ya he hablado públicamente sobre ello y lo repetiré una vez más: mientras yo sea presidente, esto no va a ocurrir. Seguirá habiendo ‘papá’ y ‘mamá”.
A esto se suma la represión que la comunidad LGTBQ+ ha sufrido a través de una serie de movimientos que paulatinamente han silenciado a la oposición, según denuncian ONGs y asociaciones. De hecho, recientemente un funcionario policial ruso detuvo a dos hombres homosexuales que habían logrado escapar de la tortura y los abusos en la República de Chechenia y los devolvió a sus presuntos verdugos.
Sin embargo, pese a que varios periodistas de un diario ruso acreditaran la existencia de campos de concentración para homosexuales en Chechenia hace varios años, el Gobierno de la región siempre ha defendido que esto era imposible porque “en Chechenia no hay gays”.
La nueva ley firmada por Vladimir Putin
Además de las normas anti-LGTBQ+, la nueva ley promulgada por Vladimir Putin le otorga inmunidad de por vida frente a cualquier proceso judicial como presidente ruso y, al “poner el contador a cero” en lo que a mandatos se refiere, le permite presentarse dos veces más a la reelección. Con Gobierno de 6 años de duración, esto significa que podría continuar en el Kremlin hasta 2036.
Así pues, aunque el final de su mandato estaba previsto para el año 2024, el texto promulgado a comienzos de abril “no se aplica a aquellos que ocupaban el cargo de jefe de Estado antes de la entrada en vigor de las enmiendas a la Constitución”.