“Nos han engañado”: los taxistas cargan contra Vox por permitir la privatización del taxi madrileño
Ayer fue un día de protestas en Madrid tras la privatización del taxi realizada por el Partido Popular con la ayuda de Vox. Pero esta historia no es reciente, si no que empezó hace unas pocas semanas, cuando el gobierno de Isabel Díaz Ayuso anunciaba un plan para promulgar una legislación que garantizase la privatización del taxi.
A diferencia de otros territorios, Madrid había apostado por permitir el negocio privado de las VTC mediante una legislación específica muy generosa. Un modelo que en otros países ha supuesto un nido de precariedad laboral y un encarecimiento del servicio cuando se ha conseguido la eliminación del taxi tradicional.
Además, se anunciaba que esta nueva ley se aprobaría con urgencia, sin trámites ni alegaciones ni un sistema de multas para sancionar los errores de los VTC.
Todo esto había puesto al sector del taxi en pie de guerra, con duros reproches hacia el gobierno regional y distintas manifestaciones, como la que finalmente recorrió el centro de Madrid el pasado 1 de junio. En estas manifestación se vieron multitud de carteles cargando contra el PP con lemas como “el PP vende los servicios públicos” o “Ayuso abuso”.
Pero también había unos llamativos carteles con el lema “Globalización o Patria”. La cuestión es que este lema es uno de los más coreados por la extrema derecha internacional y, en el caso de España, por Vox.
Así, pese a la posición a favor de la existencia de los VTC de Vox y su proyecto de corte neoliberal, algunos taxistas habían comprado el discurso obrerista de la formación y pensado que votaría en contra de la medida privatizadora de Ayuso.
De hecho, José Miguel Funez, expresidente de la Federación Profesional del taxi de Madrid y miembro de su junta directiva, participó en el programa de Risto Mejide Todo es Mentira donde, además de defender la posición del taxi, enarboló un discurso en ciertas cuestiones similar al de Vox. Y, para no dejar duda, acabó su intervención con un: “como dice Vox: globalización o patria”.
La privatización del taxi de Madrid y los taxistas traicionados
Con la llegada del día de la votación Vox, seguía teniendo una posición ambigua. A la Asamblea de Madrid asistía una delegación de taxistas que esperaban en el palco de invitados.
La votación estaba bastante clara con la única incógnita de Vox. El PP votaría a favor mientras las fuerzas parlamentarias de Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos votarían en contra. Finalmente, Vox resolvía la duda y se abstenía, permitiendo de facto la aprobación de la ley.
La grada de taxistas estalló, increpando al partido ultraderechista con apelativos como “vendidos”, “derechita cobarde” o “traidores”, siendo expulsados por ello de la Asamblea de Madrid.
Los taxistas congregados en las afueras siguieron mostrando su enfado y cargaban duramente contra la extrema derecha.
«Ayer Vox decía que votaba en contra, hoy algo se ha movido a última hora para hacer que se abstengan. La abstención es como votar a favor y ha salido adelante una inmundicia por el procedimiento de urgencia y lectura única», se lamentaba Julio Sanz, Presidente de la Federación Profesional del Taxi
El sector del taxi ha confirmado que utilizarán todas las instancias legales para actuar contra la norma.
«Vamos a ir hasta el final para denunciar la corrupción y los políticos vendidos. Somos autónomos. Nos están despreciando de una forma sistemática y abrumadora. El PP, el consejero, la presidenta y Vox nos han engañado. La Ley es una chapuza y no protege ninguno de nuestros derechos”, ha apostillado.
El mito de la extrema derecha anti-establishment
Muchos taxistas querían creer, posiblemente por una afinidad histórica de este sector con la derecha política, que Vox se opondría a la privatización del taxi y protegería a los trabajadores españoles.
Algo que se muestra una y otra vez como falso. Y es que la extrema derecha, aunque se disfrace de anticorrección, rebeldía y obrerismo, nace como una reacción para apuntalar el sistema frente a la modernidad y a los cambios, estando aquí para mantener los privilegios de las grandes élites.
En todo su recorrido histórico, la extrema derecha ha beneficiado a los grandes capitalistas de su época. Basta con pensar en el gobierno de Donald Trump, quien disfrazado con gorra, se lanzaba a la búsqueda del voto del obrero enfadado estadounidense, para después crear el gabinete de presidencia con más multimillonarios de la historia de EEUU.
El caso de Vox en España no es diferente. Quizás es incluso más sangrante, utilizando la patria y la guerra cultural como fuego de artificio para esconder una agenda privatizadora que no muestra en su discurso. Y es que, desde mediados de 2019, Vox añadía a su discurso constantemente la referencia al “obrero español”, intentando crecer y captar ese segmento de voto (con un resultado escaso).
Pero, a diferencia de otros partidos de extrema derecha, que hacen alguna concesión a los intereses de la clase trabajadora, Vox se caracteriza por votar siempre contra el interés de esta y a favor del interés de las grandes empresas.
Algunos ejemplos son las constantes votaciones en contra de subir el SMI, de derogar el despido por bajas médicas o de abstenerse con la subida de las pensiones. También medidas de su programa como prohibir los piquetes o reducir la indemnización por despidos. Y si los trabajadores son los grandes perjudicados por su acción, los beneficiados son las grandes empresas, incluso aunque la formación afirme oponerse a ellas por “globalistas”.
De esta manera, Vox maniobró para tumbar la llamada “Tasa Google”, una legislación para cobrar a las multinacionales impuestos por lo generado en España, y también contra la “Tasa Tobin”, un impuesto a las transacciones internacionales financieras.
También hay que recordar el reciente caso donde se opuso a recortar los beneficios de las compañías eléctricas, los llamados “beneficios caídos del cielo”.
Como estos, existen decenas de ejemplos que revelan la vertiente más neoliberal de Vox, que busca seguir enriqueciendo a las élites en detrimento de los trabajadores y sus derechos.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.