Lula elimina una norma de Bolsonaro que dificultaba el aborto en Brasil y lo retira de la alianza internacional antiabortista
El nuevo gobierno de Lula da Silva sigue con el trabajo normativo de eliminar las medidas ultraconservadoras de Jair Bolsonaro, eligiendo ahora eliminar parte de las trabas al aborto en Brasil.
Actualmente, el país americano presenta unas enormes restricciones a la interrupción voluntaria del embarazo, siendo solo legal en caso de violación, peligro para la vida de la madre o cuando el feto presenta anencefalia.
Pese a estas grandes restricciones, el ejecutivo de Bolsonaro añadió una más. En septiembre de 2020, el general del Ejército y ministro de Salud, Eduardo Pazuello, promulgaba una norma que aumentaba la burocracia del aborto y exigía llamar a la autoridad policial cuando una mujer abortarse en un hospital por una violación. Esta medida desincentivaba fuertemente a las mujeres, ya que podían ser víctimas de letales represalias.
Además, la norma exigía a los médicos que antes de practicar el aborto debía ofrecerse la posibilidad de ver al feto a través de una ecografía o escucharlo a través del latido fetal. Esta medida causó una gran polémica en Brasil. Líderes políticos nacionales e internacionales criticaron la idea, además de ONG y organismos supranacionales. Pero servía para contentar al sector evangélico, uno de los grandes apoyos del ex presidente Bolsonaro.
La norma fue llevada al Tribunal Supremo que ratificó como esta servía para intentar limitar el escaso derecho al aborto en Brasil. Así anuló parcialmente la norma, eliminando el requisito tanto de la ecografía como del latido fetal, herramientas disuasorias para los derechos de las mujeres en un momento donde la paciente se suele encontrar en un estado de dificultades emocionales y psicológicas más que evidentes.
Del derecho al aborto en Brasil a la esfera internacional
El gobierno de Bolsonaro siempre se declaró “provida” ,es decir, con la voluntad de eliminar el derecho al aborto y promulgar tantas medidas antielección como fuera posible. De hecho, junto a algunos de sus partidos aliados, intentó aprobar normas más lesivas para el derecho al aborto en Brasil, pero le fue imposible dada su incapacidad para pactar con el Congreso, de carácter fuertemente multipartidista y dado a las negociaciones.
Pese a esto, Bolsonaro se apoyó en sus socios internacionales para intentar limitar este derecho. Así, Brasil participó en el que sería conocido como Consenso de Ginebra, una alianza antiabortista y ultraconservadora de unos pocos países. Pese al nombre, ni tan siquiera se celebró en Ginebra ni mucho menos en la sede de la ONU, es decir, se trataba de un nombre engañoso para darle legitimidad.
Esta organización creada exprofeso, intentó crear una alianza de países contra el derecho al aborto y la igualdad LGTB. El documento que se lanzó, la Declaración del Consenso de Ginebra, fue firmada por 34 países de 5 regiones, especialmente de África y Asia. Los países que la promovieron fueron Brasil, Egipto, Estados Unidos, Hungría, Indonesia y Uganda.
Tras las victorias de candidatos progresistas, tanto Estados Unidos como Brasil han abandonado la declaración que no es un documento vinculante, si no una declaración contra los derechos de las mujeres y las personas LGTB.
España y la ofensiva antiaborto de la extrema derecha
El aborto ha sido uno de los grandes rivales a abatir por parte de la extrema derecha, buscando hacer retroceder décadas los países donde este derecho está desarrollado o en extensión.
Recientemente en España, concretamente en Castilla y León, se ha visto como Vox ha intentado limitar este derecho con la exigencia de que los médicos estuvieran obligados a hacer pasar a las madres por el latido fetal o ver una ecografía en 4D. Este caso ha llevado a una gran pugna con el Partido Popular, amenazando con romper el gobierno autonómico. Pese a eso, estas declaraciones parecen haber sido más bien un farol, con las declaraciones de Iván Espinosa de los Monteros, el portavoz del partido ultraderechista en el Congreso, desdiciendo esta amenaza.
Este protocolo está a su vez extraído del protocolo húngaro, uno de los países donde más se ha intentado limitar este derecho.
Otro de ellos es Polonia. Pese a que el aborto ya estaba muy restringido en el país, nada más comenzó a gobernar el ejecutivo de coalición de Derecha Unidas encabezado por Ley y Justicia (PiS), se intentó hacer una prohibición casi total del aborto. Una gran marcha de las mujeres lo impidió.
Pero pocos años después, el PiS utilizó el control que tiene del Tribunal Supremo para hacer que se promulgase una legalidad restrictiva sobre el aborto, eliminando los supuestos por malformación. Esto eliminó la legalidad del 95% de los abortos.
La nueva norma es tan dura que varias mujeres han muerto ante el temor de los médicos de intervenir en un feto herido y que eso sea interpretado como aborto. De hecho, el país ha creado el registro de embarazos y abortos involuntarios para controlar a las mujeres que abortan.
Otro de los países que lo limitó fueron los Estados Unidos. Gracias al control del Tribunal Supremo por una mayoría ultraconservadora afín al Partido Republicano, este reinterpretó el fallo de 1973 de Roe vs Wade, eliminando la protección federal del aborto y haciendo que fuera ilegal en multitud de Estados republicanos.
La ultraderecha está demostrando así que la eliminación del derecho al aborto es uno de los objetivos más relevantes de su agenda ultraconservadora.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.