Putin dice que Occidente promueve “la pedofilia” mientras se lanza a la defensa de la religión, las tradiciones y la guerra
Nuevo discurso del presidente ruso Vladimir Putin a un año de la invasión de Ucrania donde ha lanzado su discurso más conservador.
El líder ruso lo ha pronunciado ante la Asamblea Federal, el órgano representante del poder legislativo, formado por el Consejo de la Federación (Cámara alta) y la Duma Estatal (Cámara baja). Putin debe “rendir cuentas” una vez al año ante este, aunque en 2022 y superado por la fallida expectativa de la rápida conquista, no la celebró.
Este 2023 sí lo ha hecho. Así en el centro de Moscú, ante las élites rusas formadas por políticos, oligarcas y líderes religiosos, Putin ha lanzado un discurso centrado en la defensa de los valores ultraconservadores que su gobierno lleva promocionando décadas. Esto sirve de guía para enfrentar culturalmente el mundo ruso contra el occidental.
Sin sorpresas, ha seguido punto por punto el ideario de la extrema derecha occidental, utilizando los mismos recursos argumentativos, valores defendidos y bulos.
“Mirad lo que están haciendo con sus propios pueblos. La destrucción de la familia y de la identidad cultural y nacional. La perversión, el abuso de los niños, incluso la pedofilia, son norma, norma de vida, y los sacerdotes son obligados a bendecir matrimonios entre personas del mismo sexo”.
Putin ha empezado con una defensa de la llamada por los conservadores “familia tradicional” (hombre, mujer y niños) vista como el único modelo de familia válido. Luego ha seguido con una perorata de corte nacionalista, utilizada para enfrentarse al constructo de las “élites globalistas”.
Después ha extendido su ataque a las disidencias sexuales LGTBI+, uniendo estas vivencias a la pedofilia y la “defensa de los niños”. Un discurso históricamente extendido en los ultraconservadores con iniciativas como “Con mis hijos no te metas”, la ley contra la “propaganda homosexual” o las actuales acusaciones de “grooming” a todos el movimiento LGTB por parte de la ultraderecha de EEUU.
El ataque al colectivo LGTBI+ y la defensa de la religión
“Que Dios les bendiga, que hagan lo que quieran. ¿Y aquí? Los adultos tienen derecho a vivir como quieran. En Rusia nadie se entromete en la vida privada y no lo vamos a hacer”.
Putin ha seguido mintiendo en su discurso. La lucha contra la personas LGTBI+ ya era una prioridad de su gobierno cuando se aprobó la mal llamada “Ley contra la propaganda homosexual” que eliminaba de la mayor parte de la vida pública a las personas LGTBI+ al no poder mostrar ningún “comportamiento no tradicional” a menores. Esto hacía que cualquier visibilidad LGTBI+, como que dos hombres fueran cogidos de la mano por la calle, fuese ilegal.
Esto desterró a las personas LGTBI+ a la vida adulta y en general, a guetos, ya que la LGTBIfobia aumento considerablemente, incluso con presentadores en televisión invitando a todas las personas LGTBI+ a abandonar Rusia.
Pese a eso desde el Kremlin se defendía que era una medida para defender a los niños y que no tenían nada contra los homosexuales, si contra el teoría casi conspirativa de la “ideología de género”.
En su escalada contra Occidente, Putin rescató el chivo expiatorio de los LGTBI+ para señalar un enemigo interior y mostrar su rechazo a los “valores occidentales”. Con el cambio de la ley, mostrar valores no tradicionales estaría prohibido a todas las capas de la población, eliminado la existencia de las personas LGTBI+ de la vida rusa.
Junto a esto Putin ha hecho un llamamiento a la defensa de la religión, remarcando su alianza con la Iglesia Ortodoxa.
Putin y la guerra que se recrudece
El tono de Putin ha sido en todo momento belicista, haciendo una lectura interesada de la invasión.
Sorprendentemente ha acusado a Occidente de iniciar la guerra pese a que fue su ejército el que invadió un país soberano, por más errores o culpas que se le pueda echar a la OTAN o a los intereses americanos.
Ha remarcado el carácter neonazi del gobierno de Zelensky, siguiendo con el relato de la “desnazificación”. Putin ha remarcado su interés en controlar Ucrania y dejado claro que considera a todos los países de la exorbita soviética su patio trasero donde la OTAN no puede estar.
Más preocupante aún ha sido la escalada bélica en el campo nuclear. Rusia ha anunciado la suspensión de su participación en el programa START junto a Estados Unidos.
Este es el tratado encargado de limitar la potencia nuclear, desarmar y controlas la fuerza nuclear de ambas potencias, que suman aproximadamente el 90% del armamento nuclear del planeta. El acuerdo se prorrogó en 2021.
Putin ha justificado su fin con unas supuestas prácticas de EEUU. Ha recalcado que no es un abandono, solo una suspensión. Si bien también ha dicho que Rusia podría abandonarlo en el futuro. Un discurso que ha echado más leña al fuego y ha demostrado que el conflicto seguirá prolongándose.
Y también, que el discurso en lo social de Putin es exactamente calcado al de la extrema derecha, que antes de la invasión veía en la Rusia conservadora “la reserva espiritual de Europa”. Una reserva que perdió su valor tras la injustificable invasión y de la que posteriormente corrieron a tacharle, sorprendentemente, de “comunista”, intentando obviar como Putin ha sido el gran benefactor de la ultraderecha europea e intentando ocultar fallidamente sus vínculos con él.
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.