La Gran Familia de Vox: los aliados políticos en Europa
Vox, el principal partido de extrema derecha de España, ha realizado una frenética acción internacional durante los dos últimos años en busca de aliados más allá de las fronteras, en general aprovechando redes y estructuras ya existentes. Aunque estas alianzas tienen ya un alcance global, es en el ámbito europeo donde han sido más tempranas, fuertes y sinérgicas entre las distintas organizaciones, que se ven directamente relacionadas por la Unión Europea.
Estas alianzas incluyen un complejo entramado de organizaciones, que incluyen ONG’s, asociaciones, fundaciones, plataformas conservadoras, partidos políticos y representantes políticos de todo signo, unidos bajo unos ideales. Serán sobre estos últimos sobre los que versará este artículo. Sobre esto grupos hay que tener bien claro un concepto esencial que los cohesiona: la batalla cultural.
La batalla cultural significa la confrontación en el plano de las ideas contra las ideas progresistas. Según la extrema derecha y la nueva derecha alternativa, los partidos conservadores habían dejado este plano de lado, centrándose en el área económica y dejando el camino libre a la izquierda en la cuestión más de índole social. Esta interpretación de la realidad ha sido la que ha movido la creación de la nueva extrema derecha internacional y de la alt-right, entre otros factores.
Por supuesto, lo que la extrema derecha obvia intencionadamente es que estos consensos sociales (parciales) sobre determinados temas han llegado a través del avance intelectual proveniente de las universidades y de las investigaciones en áreas de la ciencia como las ciencias sociales, la biología, la psicología y la sociología, desarrollándose estudios de género y de estratificación social entre otros, además de por supuesto una continua reivindicación desde los movimientos sociales y la divulgación.
Estos estudios que usan una profunda documentación y análisis de datos han permitido no ya ver la discriminación a ciertos sectores de la población, sino cuantificar cómo afecta a estos sectores y percibir las dificultades asociadas a la que se enfrentan para después proponer soluciones. Es decir, han intentado demostrar con datos las desigualdades estructurales inherentes a las diferentes sociedades y culturas que componen el mundo y justificar así iniciativas políticas para corregirlas.
Para la extrema derecha, en cambio, estos avances suponen una confrontación que busca destruir los pilares de su ideología (y de una supuesta “Europa” a la que protegen).
Los pilares de la alianza
La alianza de estas fuerzas diversas emerge de las profundas similitudes ideológicas que mantienen las distintas fuerzas y que se encuentran entre los principios clásicos de la extrema derecha. Para concretar más, se pueden enumerar los siguientes principios, todos los relacionados con la batalla cultural y el ultraconservadurismo, que resume su acción política.
La defensa de las raíces cristianas de Europa es posiblemente uno de los principales puntos en común de esta alianza. El ideario cristiano esta omnipresente en sus programas políticos de la manera más reaccionaria y tradicionalista, distanciándose de la democracia cristiana tradicional de derecha y centro derecha típica del corazón de Europa.
La “defensa de la familia”, relacionado con el punto anterior, reúne el rechazo a cualquier forma social de relación que se aparte del modelo tradicional religioso: padre, mujer e hijos. Por supuesto el principal enemigo de este son los matrimonios o uniones LGTB que usan como punta de lanza para atacar a este movimiento, al que rechazan en su totalidad, a veces incluso relacionando la homosexualidad con la pederastia. Las uniones civiles y los divorcios también han sido criticados, aunque están superados incluso para la extrema derecha más tradicional, aunque aún puede encontrarse en la retórica de sus medios como una fuente de males.
La “defensa de la vida” es otro de los puntos que suelen esgrimir estos grupos. Con defensa de la vida se refieren al rechazo a cualquier decisión humana en relación al aborto, los métodos anticonceptivos y la eutanasia. Esto desciende de la lectura religiosa de que la vida solo pertenece a Dios.
Este punto presenta amplias incoherencias, como el hecho de que las condiciones materiales de las personas sean irrelevantes aunque sean víctimas de la extrema pobreza, o la defensa de la pena de muerte como paradigma de cómo poner freno a distintos crímenes.
“Europa no funciona sin valores cristianos” – Viktor Orbán, primer ministro de Hungría.
El ultranacionalismo es otro de los principales puntos. Se podría resumir como el ensalzamiento de la propia nación por encima de las demás o el de un nacionalismo extremista, rasgo común en la extrema derecha actual y la clásica, siendo una de las bases del fascismo. Todo por y para «la nación» (o su concepto e idea de nación y Estado).
Todos los grupos comparten esta visión de su propia nación. Su nación representa el principal baluarte de cultura y todos los tratados y acuerdos deben coincidir con sus intereses genuinos. En un mundo con naciones diferentes con intereses contrapuestos, esta política no suele ser sostenible, teniendo que encontrar un equilibrio. Pero mientras todas las naciones no lo practiquen, es posible.
Relacionado con el ultranacionalismo viene la supuesta homogeneidad étnica o la “Europa blanca”. Esto es el deseo de mantener a los habitantes de una nación bajo una misma etnia originaria, generalmente despreciando a las etnias minoritarias y sobretodo, convirtiéndose en un fuerte rechazo hacia las personas migrantes, generalmente con bulos y falsedades.
Los aliados de Vox
Una vez definido los principios rectores de estos grupos políticos, es hora de hablar de los principales aliados de Vox en Europa. Si bien Vox cuenta con distintas alianzas con una relevancia variable, aquí se encuentran los políticos de extrema derecha que más afinidad mantienen con la formación española.
Los aliados del Grupo de Visegrado
El Grupo de Visegrado es una alianza política entre cuatro países centroeuropeos: Eslovaquia, República Checa, Polonia y Hungría. Estos cuatro países están reunidos por una visión de la sociedad y una historia común compartida. En general se podría decir que son países que aún mantienen una visión conservadora en lo social, por lo que las fuerzas de extrema derecha suelen tenerlos como referentes.
Pero, a su vez, este grupo se divide en dos pares que tienen una mayor afinidad entre ellas: Eslovaquia-República Checa y Hungría-Polonia.
Hungría y Polonia se han convertido en potentes aliados en el ámbito europeo dada la afinidad de sus gobiernos de extrema derecha en la visión de la sociedad. Esto ha generado auténticos quebraderos de cabeza para la Unión Europea, ya que estos países están redefiniendo el concepto de democracia, rechazando elementos como la separación de poderes, los derechos civiles y la libertad de prensa, pasando a ser conocidos como “democracias iliberales”. Y esto los convierte en auténticos referentes para la ultraderecha.
El principal aliado de Vox en Hungría es Viktor Orbán, primer ministro de Hungría y líder del conservador Fidesz. Orbán ha llevado a su partido, originalmente una fuerza liberal, a convertirse en una formación de extrema derecha que ha reformado hasta en nueve veces la Constitución y modificado decenas de leyes en contra del criterio europeo, restringiendo constantemente los derechos.
Su principal política ha sido la oposición a la inmigración, a la libertad de prensa, la independencia del poder judicial y los derechos de las minorías sexuales. Esto último no ha impedido a Fidesz ser víctima de un escandalo aún mayor por su propia homofobia con el eurodiputado József Szájer.
Pese a esto, Viktor Orbán no pertenece a la nueva derecha como tal, sino que se encuentra en el Grupo del Partido Popular Europeo (PPE), de donde ha sido suspendido de sus derechos de voto y de donde seguramente sea expulsado de cara a 2021.
Pese a pertenecer al PPE, Orbán es ya un asiduo a las conferencias de la extrema derecha europea, siendo invitado a la Conferencia Nacional de Conservadurismo de Roma, celebrada este mismo año el día 3 y 4, donde se reunión con Vox. Abascal ha declarado que Orbán es todo un ejemplo.
«Vox es lo más significativo en España desde Aznar» – Maria Schdmidt, asesora y referente de Viktor Orbán.
Mientras tanto, en Polonia, Jarosław Kaczyński, primer ministro del país y líder de Ley y Justicia (PiS), se presenta como un buen aliado y referente de Vox. Tanto es así, que entre los distintos eurogrupos donde Vox podría haber acabado, terminó ingresando al Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, donde el PIS es la formación mayoritaria.
La política del PiS ha destacado por un ataque a los pilares del estado de derecho, la defensa de la religión y un profundo rechazo a la inmigración. Sobre este punto, en un país con una inmigración reducida, el PIS consiguió casi eliminarla. Insostenible pues el discurso antiinmigración en un país donde los flujos migratorios eran prácticamente inexistentes, tuvo que buscar uno nuevo: las personas LGTB.
Y se puede afirmar si tenor de duda que, dentro de la extrema derecha, el PIS es la fuerza más homófoba de Europa. En solo 4 años de gobierno (frente a los 10 de Orbán) Ley y Justicia ha convertido a este grupo en el blanco principal de sus ataques, acelerando este proceso en el último año con el objetivo de polarizar y reforzarse para las elecciones presidenciales. De hecho, análisis comparativos coinciden en que en Polonia el colectivo no era visto como un problema grave hasta que se introdujo el discurso de odio de la ultraderecha, lo que se ha traducido en un aumento de los delitos contra personas homosexuales y transexuales.
En 2019, poco antes de las elecciones europeas, Abascal y Kaczyński se reunieron en Polonia para estrechar lazos, intercambiar puntos de vista y presumiblemente, sopesar una futura entrada de Vox en el eurogrupo liderado por el PIS, que finalmente se acabó realizando.
La Italia más conservadora
En segundo lugar, tras el grupo de Visegrado, el país y políticos con los que más complicidad ha mostrado Vox es Italia. Y no es de extrañar solo por la cercanía histórica y cultural de ambas naciones, sino por las similitudes entre las formaciones el carácter conservador de Italia, que cuenta de hecho con dos formaciones de extrema derecha con amplia representación.
El populista Matteo Salvini, ex Ministro del Interior y líder de La Lega (antiguamente La Liga Norte) ha sido un referente para Vox desde sus inicios. Salvini ha ejemplificado una ruta donde tienen amplia relevancia los valores católicos, el euroescepticismo y sobretodo el rechazo a la inmigración, un fenómeno que afecta especialmente a Italia, al ser uno de los puntos de entrada europeos.
Matteo Salvini pese a esto sí mantiene diferencias con Vox (ya que el conservadurismo no es tan relevante para Salvini como cuestiones internas italianas) e incluso, algunos encontronazos, al ser Salvini originalmente un defensor de la independencia de Catalunya y del expresidente catalán Puigdemont. De hecho, originalmente, La Liga Norte buscaba la independencia del norte de Italia. Quizás por influencia de Vox o por otras cuestiones, Salvini ha dejado de defender estas posturas.
Pero donde Vox ha encontrado un auténtico aliado que ha ensombrecido un poco su amistad con Salvini es en Giorgia Meloni. Meloni fue ministra de Juventud en el cuarto gobierno de Berlusconi y es la líder de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia). Además de la nueva revelación de la extrema derecha italiana, reduciendo constantemente terreno con la Liga de Salvini, que si a finales de 2019 se encontraba en las encuestas con La Liga por encima del 30% de intención de voto y Fratelli cerca del 8%, hoy se encontrarían con un 24,1% y 16% respectivamente.
Fratelli es una formación bastante más conservadora en el plano social que la Lega, con especial referencia a los valores cristianos, dado que Meloni siempre se ha enorgullecido de ser una conservadora auténtica. La buena relación entre Fratelli y Vox se vio en el encuentro anual organizado por Meloni, Atreju, donde Santiago Abascal fue una de las personalidades invitadas.
Meloni además tiene como referente a Viktor Orbán y se unió al eurogrupo de los Conservadores y Reformistas Europeos.
La dinastía Le Pen
Por último, otro grupo que ha mostrado amplía simpatía por la victoria de Vox ha sido la familia Le Pen en Francia. Los Le Pen son la familia que controla el antiguo Frente Nacional, ahora Reagrupación o Agrupación Nacional (Reassemblement National), que fundo el filofascista Jean Marie Le Pen y luego heredo su hija y actual líder, Marine Le Pen. Fueron, además, impulsoras del movimiento de «La Nueva Derecha», del que formaba parte el escritor Alain de Benoist, fundador del think tank ultraconservador GRECE y al que perteneció el partido Fuerza Nueva de Blas Piñar en los años 80, así como otros muchos partidos de extrema derecha y que se consideran los antecedentes más inmediatos de la alt-right.
Es más, la mayoría de los partidos políticos de extrema derecha, especialmente los nacidos en los 80 y los 90, se inspiran directamente en el Frente Nacional, como el caso de España 2000. Durante muchos años han sido los principales referentes en este lado del espectro ideológico, al menos hasta el auge de La Liga Norte o Amanecer Dorado.
Esta familia fue generosa en halagos tras la victoria de Abascal. Y Vox ya declaró en sus inicios una mayor afinidad al modelo del Frente Nacional que a otras opciones políticas.
Si bien para los de Le Pen la aparición de Vox es una buena noticia, esta familia no ha tenido mayores contactos con Abascal durante este tiempo. O mejor dicho, no toda.
Pues hay un tercer personaje de esta familia que abandonó la vida política para dedicarse de pleno a la batalla cultural: Marione Maréchal Le Pen.
La sobrina menor de la familia ha desarrollado el furor conservador de su familia, abandonando Reagrupación Nacional por su deriva ideológica más moderada, en un intento de Le Pen por ampliar el espacio de su partido.
Y este abandono ha reforzado la idea de encontrar alianzas con otras formaciones de extrema derecha en Europa, siendo una asidua y un personaje relevante en distintos encuentros conservadores, como la Conferencia Nacional del Conservadurismo de Roma de la que se habló con anterioridad o en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en EEUU.
«Me imagino una alianza latina entre Francia, España, Italia y Portugal. Una alianza latina que camine al lado de los países del Visegrado» – Marione Marechal Le Pen.
Marione Maréchal camina entre bambalinas buscando fórmulas que permitan una acción coordinada de la extrema derecha que permita asaltar las instituciones europeas y formar vínculos. Y con Vox ha encontrado una formación hermanada con la que compartir ideal.
Por eso y de manera sorprendente, abrió en Madrid una sucursal del ISSEP, Instituto de Ciencias Sociales, Económicas y Políticas con sede en Lyon impulsada por ella misma, donde pretende formar una nueva élite de dirigentes reaccionarios.
En esta aventura no anda sola, sino que cuenta con la ayuda de Kiko Méndez-Monasterio, uno de los hombres de confianza de Santiago Abascal y Gabriel Ariza, hijo de Julio Ariza dueño del grupo Intereconomía y uno de los principales valedores de la extrema derecha mediática.
El grupo dirigido por los Ariza ha brindado un enorme apoyo económico y mediático a Vox, que le ha devuelto el favor adquiriendo el diario ultraconservador La Gaceta para usarla como base para La Gaceta de la Iberosfera.
Los dos personajes nombrados con anterioridad han sido claves en la apertura del ISSEP.
El futuro de Vox en Europa
Vox ha intentado abrirse un hueco en un ecosistema dominado por grandes personajes de la extrema derecha como Orbán, Salvini o Le Pen. Si bien es cierto que ha conseguido granjear ciertos apoyos, sigue siendo una de las formaciones ultraderechistas pequeñas en Europa, con un futuro incierto por la hegemonía de los partidos tradicionales en España, una democracia joven muy anclada aún en el voto bipartidista.
Esto ha hecho que la formación haya abierto su radio de acción, apuntando ahora a América, en lo que Abascal ha denominado la Iberosfera. Este nombre apunta a un radio de acción que señala a los antiguos países unidos bajo el Imperio Español y sus zonas limítrofes, conectando la batalla cultural de los distintos territorios y sirviendo como una vía de escape para un territorio ya copado.
Indudablemente, pese a su ideario ultranacionalista, Vox cree en la cooperación internacional entre las fuerzas con las que coincide en ideario, posiblemente de manera más similar a Marione Marechal que a Viktor Orbán, más centrado en su territorio.
Por eso es posible que la formación verde siga desarrollando sus alianzas internacionales, quien sabe si, como es su objetivo, consiguiendo presentarse como un puente entre la extrema derecha europea y la de América Latina.
Enlaces, fuentes y bibliografía:
– Foto destacada: Viktor Orbán recortado. Autor: Annika Haas, EU2017EE Estonian Presidency, 28/09/2017, 19:47. Fuente: Flickr (CC BY 2.0). Marion Maréchal-Le Pen hablando en la CPAC de 2018. Autor: Gage Skidmore, 22/02/2018. Fuente: Flickr (CC BY-SA 2.0). Santiago Abascal en Barcelona. Autor: Vox España, 06/12/2020. Fuente: Flickr
Director de Al Descubierto. Estudiante de Ciencias Políticas y máster en Política Mediática. Apasionado del estudio y análisis del hecho político, con especial interés en el fenómeno de la extrema derecha, sobre la que llevo formándome desde 2012. Firme defensor de que en política no todo es opinable y los datos, fuentes y teorías de la ciencia social y política deben acompañar cualquier análisis.