Texas impondrá la exhibición de los Diez Mandamientos y la oración en las escuelas públicas

Texas sigue liderando la reacción, tratando de romper la separación entre Iglesia y Estado con una polémica normativa sobre los Diez Mandamientos. El Senado de Texas avaló el jueves pasado un proyecto de ley impulsado por el Partido Republicano que impone la exhibición destacada de una copia de los Diez Mandamientos en cada clase.

La legislación fue aprobada en un debate completamente partidista, con el apoyo de 17 republicanos contra 12 demócratas. La medida ahora se dirige a la Cámara de Representantes, donde se espera que finalmente sea aprobada.

El autor de esta medida es el senador republicano Phil King, quien argumentó que esta medida reconoce «el papel que los documentos y principios religiosos fundamentales tuvieron en la herencia y la ley estadounidenses». El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, apoyó esta medida en «defensa de la libertad religiosa».

La aprobación de esta medida se ha apoyado en la ruptura de la Corte Suprema, de mayoría ultraconservadora, de la «Prueba del Limón». Esta norma, aprobada en 1971 con el caso Lemon Vs Kurtzmann, garantizaba que las leyes no infringieran la Constitución y no se vincularan con la religión. Este test se basaba en tres supuestos:

• El propósito secular de la ley.
• Que el efecto principal de la ley no promueva ni vaya en contra de la religión.
• Que la ley no vincule indebidamente Iglesia y Estado.

La Corte Suprema dio las señales de romper con este principio al apoyar Joe Kennedy, un entrenador de futbol americano que se puso a rezar antes y durante el partido con los menores. La corte falló que hacía esto como persona, no como entrenador, rompiendo la línea que separa religión de Estado.

Objetivo: romper la separación Iglesia-Estado

En su defensa de la ley, el proponen ente Phil King, aseguró que su medida trataba de “recordar a los estudiantes de todo Texas la importancia de la base fundamental de Estados Unidos”. Es decir, de otorgar una primacía a la religión.

Hasta ahora y pese a ser una sociedad muy religiosa, los legisladores estadounidenses se habían tomado en serio la separación Iglesia-Estado.

De hecho, las mismas leyes fundamentales del país incidieron en esta separación y los distintos tribunales siguieron en esta línea.

La toma del poder del Partido Republicano de la Corte Suprema cambió esta lógica, permitiendo un tribunal muy ideologizado que trabaja por imponer un pensamiento ultraconservador. Un ejemplo de este hecho se vio en la derogación del derecho al aborto, derogación que solo es apoyada solo por una minoría de estadounidenses.

Este cambio de lógicas no es un hecho puntual, si no la voluntad de una extrema derecha que quiere romper la separación Iglesia-Estado y abrazar el nacionalismo cristiano, esto es, la idea de que Estados Unidos es una nación cristiana y debe legislar en esta dirección.

“Creo que no puedes cambiar la cultura del país hasta que cambies la cultura de la humanidad”, “Traer los Diez Mandamientos y la oración de regreso a nuestras escuelas públicas permitirá que nuestros estudiantes se conviertan en mejores tejanos”.

Distintos representantes políticos republicanos se han pronunciado en esta dirección, como la polémica trumpista Marjorie Taylor Greene, que impulsa el nacionalismo cristiano o Lauren Boebert, qué dijo estar “cansada de la separación de basura de la Iglesia y el Estado”.

Toda una ofensiva reaccionaria que encuentra sin ninguna sorpresa su mayor caldo de cultivo en Texas, donde su facción del Partido Republicano ha pedido la separación del país, prohibir el matrimonio igualitario o la aceptación de la homosexualidad e incluso el divorcio.

Los diez mandamientos, rezar en clase: la reacción fundamentalista cristiana

La aprobación de aplicar los Diez Mandamientos no es una medida insólitas en una Texas que está aprobando leyes en esta dirección.

Un proyecto de 2021 obligaba a imponer en las escuelas un letrero con la frase “En Dios creemos” (In Good we trust). Otra ley que se está tramitando es la que permitirá a las escuelas concertadas y públicas reservar un espacio de tiempo para que estudiantes y trabajadores puedan rezar o leer la Biblia.

El Partido Republicano ha decidido que su principal guerra, la guerra cultural, están en colonizar la mente de los niños, de ahí que vayan tantas medidas en este sentido.

Otra legislación ya aprobada es la que censura libros, prohibiendo los libros “sexualmente explícitos” y exigiendo una censura parental sobre los libros con contenidos “sexualmente relevantes”.

De esta manera el Partido Republicano consigue prohibir o limitar cualquier libro que aborde la amplía sexualidad humana o la educación sobre temas LGTB o género de un plumazo. En este sentido, tomar el control de las juntas de distrito escolares que deciden en parte los contenidos es también una prioridad republicana, mandando activistas cristianos a encabezar estos puestos.